EveliaHan pasado semanas desde que Oliver tuvo el accidente, semanas en las que no me he despegado de su lado, y así será hasta que él despierte porque sé que lo hará, no puede haberme dejado así de rápido. Después de darle un baño de esponja y dejarlo presentable como a él le gusta verse, decido salir a dejar todo lo que utilice en la base de enfermería, pero al abrir la puerta me encuentro con Rodrigo Geacoman.— Hija, ya estoy bien de la muñeca mira— Me muestra su mano sin vendas— Deberías descansar, déjame cuidarlo un tiempo, ve relájate y descansa, duerme te hace falta.El me lo dice con la cara llena de preocupación, sé que el desgaste de cuidar a una persona enferma cobra su factura.Al verme al espejo no soy la mujer de hace unas semanas, ahora mi reflejo me regresa una mujer cansada con ojeras oscuras bajo su ojos. Pero esos mismos ojos muestran lo decidida que me encuentro a no dejarme vencer por nadie ni por nada.— No te preocupes, él es mi esposo, Oliver es mi responsab
EveliaTodo el camino a la Villa lo pasé en silencio absoluto, después de intentar de manera fatídica acercarme a Oliver en un par de ocasiones y que él simplemente me rehuyera.Necesito un momento para recuperarme de sus desaires y recordarme que no es su culpa que me trate así.En cambio Rodrigo se concentra en no dejar que el silencio dure más de unos cuantos segundos.— Me encanta que el doctor Niechmit ya te haya dado de alta, estar en el hospital es muy cansado y Evelia se mantuvo a tu lado todo el tiempo.— Comprendo el intento del abuelo por crear empatía hacia mi en el corazón duro y terco de Oliver.Oliver sonríe de lado, y eso me hace sentir una pequeña esperanza hasta que voltea a verme y dice:— Como si fueras una enfermera ohm, ¿Cuánto le pagaste abuelo?— Oliver deja de ser tan grosero, imprudente, ¡cabr0n!— Rodrigo estaba por perder el control, el auto se ha vuelto una pequeña cancha de comentarios hirientes y gritos.— Abuelo no te preocupes, comprendo que no es él r
OliverDespués de recibir una bofetada totalmente inesperada mi instinto me pedía a gritos que la castigara, y la hiciera pedirme perdón. “¿Quién se cree?” pienso indignado.La jalo de manera automática para tenerla más cerca de mí, y enfrentarla en igualdad de altura, ya que la silla me limita mucho movimiento.— Adivina — Me dice ella llena orgullo — Eres tu quien no me dejaba irme, eres tu quien pide que esto continúe funcionando, ahora te toca a ti descubrir porqué…Se acerca más de lo que tengo pensado y me da un beso en los labios, el cual siento como si fuera una braza que me deja marcada la piel.“Esta mujer es peligrosa” Me susurra mi conciencia.— Vale más que te des prisa por descubrirlo Oliver, todo, absolutamente todo tiene un límite y mi paciencia no es la excepción.Ella me amenaza con un porte seguro de lo que está declarando, para levantarse y salir de la oficina dejando un aura diferente en el ambiente.— No me dejaré manipular por nadie y eso incluye a mi abuelo y
EveliaMe encuentro entre miles de dudas, espero realmente que Oliver recupere nuestros momentos juntos, aunque quiera ser fuerte no sé si podré esperar demasiado tiempo.— Evelia— Volteo a ver quién me llama es Dimitri— Necesito hablar contigo.— Muy bien, adelante.Dimitri pasa a la sala de estar y se sienta frente a mí.— Tengo entendido que ya sabes de la situación de Oliver— él asiente preocupado.— Sí de hecho vengo de hablar con él y se encuentra muy perturbado con la situación, creo que será cuestión de tener paciencia, ante su actitud.— Paciencia — Repito llena de nostalgia — Lo sé, lo que no se es qué tan complicado sea estar hasta el final. Pero— digo cambiando de tema, él no tiene por qué saber de todas las dudas que tengo bailando en mi cabeza— dijiste que necesitas hablar conmigo ¿Verdad? ¿De qué se trata?Dimitri asiente y comienza a explicar.— Después de la indicación de la investigación de veneno— Explica Dimitri. Asiento nerviosa, tengo la esperanza que mi herman
EveliaYa ha pasado semanas desde que Oliver llegó a la villa, pero lamentablemente aún no recuerda nada, y el trato entre nosotros cada vez se vuelve más hostil, salgo del baño decidida que hoy será un día maravilloso.Un día en el que no permitiré que Oliver lo arruine, todo se deja en pausa poque al intentar cerrarme el pantalón, noto que no puedo hacerlo, y mi corazón martillea de manera descontrolada, mi pequeño bebecito ya está más grande.Sin dudarlo ni un momento me quito lo que traía puesto y busco entre mi ropa algún vestido que sea holgado, aunque para mí este es un momento maravilloso por mas que lo desee aun no puedo compartirlo con Oliver, no soy capaz de prever una reacción ante la noticia o por lo menos no una que me agrade.—Que hambre tengo bebé— Digo a mi reflejo en el espejo, emocionada porque está creciendo a pasos agigantados, aunque para los demás sea algo imperceptible— Vamos a desayunar, para que tengas energía para un día lleno de crecimiento.Y le lanzo un
OliverNo puedo olvidar una especia de imagen que me persigue entre sueños.— ¿Qué clase de profecía es esta?— Me pregunto a mi yo del pasado con el esperanza que me diga algo más de esa imagen que me persigue. — Una nube… Una nube ¿me estoy volviendo loco acaso?— Repito de nuevo.En la imagen que me sigue cada noche solo estoy emocionado en alguna parte con los brazos extendidos para arriba con la ilusión, porque así me siento, ilusionado por alcanzar una nube que va bajando, hasta llegar a mis manos y sólo al momento de tocarla sólo despierto lleno de frustración por haberla perdido.Me recargo en la silla de nuevo, estoy cansado de intentar armar mi vida con pedazos que ya no encajan, pedazos de un Oliver dos años atrás, y es totalmente incapacitante.En ese momento me encuentro con algo que no había visto, entre los mensajes que se recuperaron de mi teléfono celular, hay unos cuantos que no tiene el numero identificado que dicen —PRIVADO—me concentro en leerlos y me descontrola e
EveliaDespués de la visita tan afortunada del agente Solórzano me he dado cuenta que lo único que mi estómago tolera por el momento es fruta, así que todo el día lo he pasado comiendo eso.No puedo evitar acercar la mirada de manera “casual” a las ventanas y observar en caso de encontrarme con algo extraño avisar a Solórzano pero ¿qué puedo hacer en contra de una agente preparada?Niego con la cabeza, no quiero pensar en ese tipo de situaciones.Tacan a la puerta y doy el paso, se asoma Ana de manera cautelosa.—Señora Geacoman, tiene visita, está en la sala de estar.Ese día parece no terminar jamás, entre regalos amenazantes, visitas casi apariciones de Solórzano, no sé qué más esperarme.Voy con precaución de cualquier cosa, siento hasta cierto punto que estoy siendo paranoica, lo comprendo, mi mente me lo grita pero mi corazón y ese sentimiento de estar por perder algo que amo me mantienen alerta.Al llegar a la sala de estar me encuentro con ese hombre que se encargó de hacer
OliverMe quedo en silencio a la espera que ese “hombre” se vaya de la sala, espero incluso a que se vaya de la villa.Sé que detrás de mi esta ella, en completo silencio, a la espera de mis primeras palabras, lo sé porque siento su mirada sobre mí.Comienzo a moverme en la silla para quedar frente a ella. Está emocionada, alegre ¿Está alegre después del trato que recibió por su padre? ¿Después que lo he echado? Es una mujer tan desconcertante que me deja intrigado con cada una de sus acciones.— Aceptaste que soy tu esposa—Dice de manera concisa pero delicada.—No lo he hecho— Dejo claro en un intento poco sutil de tenerla alejada de alguna manera — Pero por las dudas…—Carraspeo desviando la mirada— no estoy dispuesto a aceptar que nadie, aunque sea su padre le hable así a una Geacoman, aunque yo no lo recuerde, por algo estas en la villa.Comienzo a moverme en la silla para alejarme de ella, y de sus ojos llenos de ilusión, aunque las ruedas no son lo suficientemente rápidas, su