Finalmente Evelia le dice sus verdades....
OliverDespués de recibir una bofetada totalmente inesperada mi instinto me pedía a gritos que la castigara, y la hiciera pedirme perdón. “¿Quién se cree?” pienso indignado.La jalo de manera automática para tenerla más cerca de mí, y enfrentarla en igualdad de altura, ya que la silla me limita mucho movimiento.— Adivina — Me dice ella llena orgullo — Eres tu quien no me dejaba irme, eres tu quien pide que esto continúe funcionando, ahora te toca a ti descubrir porqué…Se acerca más de lo que tengo pensado y me da un beso en los labios, el cual siento como si fuera una braza que me deja marcada la piel.“Esta mujer es peligrosa” Me susurra mi conciencia.— Vale más que te des prisa por descubrirlo Oliver, todo, absolutamente todo tiene un límite y mi paciencia no es la excepción.Ella me amenaza con un porte seguro de lo que está declarando, para levantarse y salir de la oficina dejando un aura diferente en el ambiente.— No me dejaré manipular por nadie y eso incluye a mi abuelo y
EveliaMe encuentro entre miles de dudas, espero realmente que Oliver recupere nuestros momentos juntos, aunque quiera ser fuerte no sé si podré esperar demasiado tiempo.— Evelia— Volteo a ver quién me llama es Dimitri— Necesito hablar contigo.— Muy bien, adelante.Dimitri pasa a la sala de estar y se sienta frente a mí.— Tengo entendido que ya sabes de la situación de Oliver— él asiente preocupado.— Sí de hecho vengo de hablar con él y se encuentra muy perturbado con la situación, creo que será cuestión de tener paciencia, ante su actitud.— Paciencia — Repito llena de nostalgia — Lo sé, lo que no se es qué tan complicado sea estar hasta el final. Pero— digo cambiando de tema, él no tiene por qué saber de todas las dudas que tengo bailando en mi cabeza— dijiste que necesitas hablar conmigo ¿Verdad? ¿De qué se trata?Dimitri asiente y comienza a explicar.— Después de la indicación de la investigación de veneno— Explica Dimitri. Asiento nerviosa, tengo la esperanza que mi herman
EveliaYa ha pasado semanas desde que Oliver llegó a la villa, pero lamentablemente aún no recuerda nada, y el trato entre nosotros cada vez se vuelve más hostil, salgo del baño decidida que hoy será un día maravilloso.Un día en el que no permitiré que Oliver lo arruine, todo se deja en pausa poque al intentar cerrarme el pantalón, noto que no puedo hacerlo, y mi corazón martillea de manera descontrolada, mi pequeño bebecito ya está más grande.Sin dudarlo ni un momento me quito lo que traía puesto y busco entre mi ropa algún vestido que sea holgado, aunque para mí este es un momento maravilloso por mas que lo desee aun no puedo compartirlo con Oliver, no soy capaz de prever una reacción ante la noticia o por lo menos no una que me agrade.—Que hambre tengo bebé— Digo a mi reflejo en el espejo, emocionada porque está creciendo a pasos agigantados, aunque para los demás sea algo imperceptible— Vamos a desayunar, para que tengas energía para un día lleno de crecimiento.Y le lanzo un
OliverNo puedo olvidar una especia de imagen que me persigue entre sueños.— ¿Qué clase de profecía es esta?— Me pregunto a mi yo del pasado con el esperanza que me diga algo más de esa imagen que me persigue. — Una nube… Una nube ¿me estoy volviendo loco acaso?— Repito de nuevo.En la imagen que me sigue cada noche solo estoy emocionado en alguna parte con los brazos extendidos para arriba con la ilusión, porque así me siento, ilusionado por alcanzar una nube que va bajando, hasta llegar a mis manos y sólo al momento de tocarla sólo despierto lleno de frustración por haberla perdido.Me recargo en la silla de nuevo, estoy cansado de intentar armar mi vida con pedazos que ya no encajan, pedazos de un Oliver dos años atrás, y es totalmente incapacitante.En ese momento me encuentro con algo que no había visto, entre los mensajes que se recuperaron de mi teléfono celular, hay unos cuantos que no tiene el numero identificado que dicen —PRIVADO—me concentro en leerlos y me descontrola e
EveliaDespués de la visita tan afortunada del agente Solórzano me he dado cuenta que lo único que mi estómago tolera por el momento es fruta, así que todo el día lo he pasado comiendo eso.No puedo evitar acercar la mirada de manera “casual” a las ventanas y observar en caso de encontrarme con algo extraño avisar a Solórzano pero ¿qué puedo hacer en contra de una agente preparada?Niego con la cabeza, no quiero pensar en ese tipo de situaciones.Tacan a la puerta y doy el paso, se asoma Ana de manera cautelosa.—Señora Geacoman, tiene visita, está en la sala de estar.Ese día parece no terminar jamás, entre regalos amenazantes, visitas casi apariciones de Solórzano, no sé qué más esperarme.Voy con precaución de cualquier cosa, siento hasta cierto punto que estoy siendo paranoica, lo comprendo, mi mente me lo grita pero mi corazón y ese sentimiento de estar por perder algo que amo me mantienen alerta.Al llegar a la sala de estar me encuentro con ese hombre que se encargó de hacer
OliverMe quedo en silencio a la espera que ese “hombre” se vaya de la sala, espero incluso a que se vaya de la villa.Sé que detrás de mi esta ella, en completo silencio, a la espera de mis primeras palabras, lo sé porque siento su mirada sobre mí.Comienzo a moverme en la silla para quedar frente a ella. Está emocionada, alegre ¿Está alegre después del trato que recibió por su padre? ¿Después que lo he echado? Es una mujer tan desconcertante que me deja intrigado con cada una de sus acciones.— Aceptaste que soy tu esposa—Dice de manera concisa pero delicada.—No lo he hecho— Dejo claro en un intento poco sutil de tenerla alejada de alguna manera — Pero por las dudas…—Carraspeo desviando la mirada— no estoy dispuesto a aceptar que nadie, aunque sea su padre le hable así a una Geacoman, aunque yo no lo recuerde, por algo estas en la villa.Comienzo a moverme en la silla para alejarme de ella, y de sus ojos llenos de ilusión, aunque las ruedas no son lo suficientemente rápidas, su
EveliaDespués de esa pequeña luz de esperanza con Oliver al ver que me defendía, una ilusión hace casa en mi corazón.Pero con eso mi paranoia sobre esa persecución de la caja no me deja, sin resistirlo me acerco a la ventana, observo cada una de las sombras que alcanzo a distinguir y me pierdo entre las pequeñas plantas, esas que llenas de ilusión cada primavera nos llenan de maravillosas flores a pesar de saber que eventualmente llegará el invierno y volverán a iniciar el próximo año.“¿Será la vida del humano como esas plantitas? ¿Una lucha constante por florecer a pesar de los ciclos que lleva la vida misma? ¿Podré florecer de nuevo después de este invierno?” pienso insegura ante la respuesta.Mis brazos sienten un escalofrío y me abrazo en un intento de brindarles calor y protección.—Evelia —escucho la voz de Oliver detrás de mí ha regresado. Pero su voz se escucha distinta, más cálida como antes.Me giro con el corazón en la mano, y la garganta cerrada.— ¿Puedes… — Veo la d
OliverDespués de la interrupción más imprudente en la historia de la humanidad, la ida y vuelta al hospital se volvió una cuenta regresiva en la que no estoy dispuesto a dar una sola concesión.Por lo visto mi abuelo se ha vuelto en mi peor enemigo.—Abuelo, espero que la cita estuviera programada. — Digo de manera osca. Me concentro en ocultar mi desesperación por regresar a casa y continuar lo que quedó a medias con Eve, pero el continuo vaivén de mi pierna, la pierna que no tiene problemas, ésa pierna me delata.“Traidora” pienso viéndola moverse sin control.— Tranquilo muchacho, si sólo tenemos aquí unos pocos minutos.— Pues esos minutos importan, tengo muchas otras cosas que hacer. — Digo volteando a ver directamente a Evelia.Imaginando cómo podría deshacerme de cada una de las prendas que trae, comenzando por el vestido que le queda maravillosamente pero para mis planes no es necesario y descubrir la lencer!a que estado imaginando que puede traer debajo.Creo que ella me