¿Actuarían igual ante una noticia igual ?
EveliaLos minutos en esa silla se vuelven horas, y el sentimiento de culpa me invade, ¿qué estaba haciendo Oliver cuando sucedió esto? ¿Por qué no ha llegado Adriana? ¿No vendrá a cuidar de su estado? Miles de preguntas y dudas estaban rondando en mi mente pero una sobresalió sobre las demás apagándolas de manera fulminante.“Yo soy su esposa. Yo tengo los derechos y sobre todo…” declaro de manera firme “Una Geacoman siempre tiene más poder que una Carpio” y eso me ayuda a saber que puedo hacer lo que me proponga.Recuerdo que ese fue el motivo principal por el cual me case con Oliver, ser una mujer poderosa y este apellido me lo da en exceso, y me había negado a tomar todo lo que se me ha estado ofreciendo de manera repetida.“Hoy se les acaba la mujer complaciente, nace la guerrera dispuesta a defender de cualquiera a sus seres queridos” Declaro fervientemente.— Evelia ¿Qué sucede? — escucho una voz a lo lejos.Volteo a ver que Rodrigo Geacoman se encuentra corriendo por el pasi
SaraFinalmente podré ver a Oliver cara a cara, me encuentro en uno de los pasillos del hospital en el que dicen las noticias que está.— El gran Oliver Geacoman, casi vencido por un auto, un auto— Repito molesta— Por una mujer querrán decir, porque quieran o no, yo soy la persona encargada de haber hecho que el quedara como esta.Y lo digo con completo orgullo, él se lo merece y he venido hasta aquí para poder saborear directamente mi victoria.Camino por los pasillos con ropa de enfermera, no puedo negar que me sienta de maravilla a verme en el reflejo de un cristal, en otra vida podría serlo.Me encamino a uno de los lugares de información y me acerco a una enfermera que según veo se llama Tere, “que nombre tan horrible” pienso.— Tere buenas tardes— La saludo de manera amable— Me acaba de enviar el doctor a la habitación de un tal Geaco… algo pero no recuerdo bien el nombre.Ella voltea a verme confundida pero aun así comienza a verme de arriba abajo evaluándome de alguna manera.
EveliaAl encontrarme con esa mujer en la habitación de Oliver y enviar a los guardias detrás de ella, no pude hacer otra cosa que no fuera correr a confirmar si mi esposo se encontraba bien, pero al abrir la puerta todos los sonidos de las maquinas que lo estaban monitoreando me envolvieron.— ¡¿Qué pasa?! ¡Oliver!— Grito de manera desesperada.Pero antes de tener cualquier reacción un grupo de enfermeras y doctores aparecieron por la puerta haciéndome a un lado.Por lo visto les había llegado una notificación de la urgencia.— ¿Qué sucedió?— Me cuestiona un doctor.— No lo sé, solo se — Digo llena de pavor al ver a mi esposo lleno de médicos con la cara concentrada en no dejarlo ir— Que alguien que no lo quiere estuvo a solas con él, no sé qué pudo haberle hecho.Comenzaron a ponerle medicamentos con unas jeringas y sacarle sangre con otras, se veía completamente surrealista y en ese momento que me quede petrificada, uno de los guardias que me acompañaba me saco de la habitación con
EveliaSiento que todo esto es como un sueño interminable el cual me hace caminar en una especie de péndulo que no me permite cambiar el rumbo que tengo.Pero al llegar a la puerta de la habitación toda esa introspección desaparece para concentrarme en un problema inminente.Detrás del agente encargado de la seguridad de mi esposo se encuentra Adriana, quien al verme trata de correr para abrazarme con el rostro lleno de lágrimas, pero es detenida por el agente, ya que él no la conoce.— ¡Hermana! ¡Pobre de mi hermana!— Grita llamando la atención— Mira como me trata el hombre este que no me permite acercarme para consolarte por tanto dolor, como si fuera alguien cualquiera y no familia.El agente volteo a verme directamente y con la mirada lo tranquilizo, que haya evitado que ella me tocara es algo que le voy a agradecer mucho.— ¿Qué haces aquí Adriana?Mi tono serio y fuerte la hace dejar esa actitud de niña pequeña y se pone firme también, nunca le había hablado de esta manera.— Her
EveliaAl entrar a la habitación me encuentro con el doctor que lo está atendiendo desde que comenzó a ser atendido, un hombre alto de más de treinta años, blanco con cabello rubio, bastante atractivo.— Doctor Niechmit, lamento el alboroto, no volverá a suceder, dígame ¿Cómo sigue mi esposo?En éste momento me ruborizo al darme cuenta que él debe haber escuchado todo lo que nos dijimos mi hermana y yo.— No se preocupe Señora Geacoman, el estado del paciente es estable, aunque me sorprende haber encontrado un veneno que es poco común en su sangre de no haber llegado en ese preciso momento el no estaría con vida, ahora mismo un colega se encuentra haciendo el reporte para mandarlo a investigar.— No— digo por inercia y el doctor voltea a verme de sorprendido ante mi negativa y sospechando de mí, por lo que me dispongo a explicar. — Mi esposo, como ya sabe es una persona muy conocida, no deseo que se filtre ésta información, ¿podría pedir que los agentes vengan al hospital en lugar d
EveliaHan pasado semanas desde que Oliver tuvo el accidente, semanas en las que no me he despegado de su lado, y así será hasta que él despierte porque sé que lo hará, no puede haberme dejado así de rápido. Después de darle un baño de esponja y dejarlo presentable como a él le gusta verse, decido salir a dejar todo lo que utilice en la base de enfermería, pero al abrir la puerta me encuentro con Rodrigo Geacoman.— Hija, ya estoy bien de la muñeca mira— Me muestra su mano sin vendas— Deberías descansar, déjame cuidarlo un tiempo, ve relájate y descansa, duerme te hace falta.El me lo dice con la cara llena de preocupación, sé que el desgaste de cuidar a una persona enferma cobra su factura.Al verme al espejo no soy la mujer de hace unas semanas, ahora mi reflejo me regresa una mujer cansada con ojeras oscuras bajo su ojos. Pero esos mismos ojos muestran lo decidida que me encuentro a no dejarme vencer por nadie ni por nada.— No te preocupes, él es mi esposo, Oliver es mi responsab
EveliaTodo el camino a la Villa lo pasé en silencio absoluto, después de intentar de manera fatídica acercarme a Oliver en un par de ocasiones y que él simplemente me rehuyera.Necesito un momento para recuperarme de sus desaires y recordarme que no es su culpa que me trate así.En cambio Rodrigo se concentra en no dejar que el silencio dure más de unos cuantos segundos.— Me encanta que el doctor Niechmit ya te haya dado de alta, estar en el hospital es muy cansado y Evelia se mantuvo a tu lado todo el tiempo.— Comprendo el intento del abuelo por crear empatía hacia mi en el corazón duro y terco de Oliver.Oliver sonríe de lado, y eso me hace sentir una pequeña esperanza hasta que voltea a verme y dice:— Como si fueras una enfermera ohm, ¿Cuánto le pagaste abuelo?— Oliver deja de ser tan grosero, imprudente, ¡cabr0n!— Rodrigo estaba por perder el control, el auto se ha vuelto una pequeña cancha de comentarios hirientes y gritos.— Abuelo no te preocupes, comprendo que no es él r
OliverDespués de recibir una bofetada totalmente inesperada mi instinto me pedía a gritos que la castigara, y la hiciera pedirme perdón. “¿Quién se cree?” pienso indignado.La jalo de manera automática para tenerla más cerca de mí, y enfrentarla en igualdad de altura, ya que la silla me limita mucho movimiento.— Adivina — Me dice ella llena orgullo — Eres tu quien no me dejaba irme, eres tu quien pide que esto continúe funcionando, ahora te toca a ti descubrir porqué…Se acerca más de lo que tengo pensado y me da un beso en los labios, el cual siento como si fuera una braza que me deja marcada la piel.“Esta mujer es peligrosa” Me susurra mi conciencia.— Vale más que te des prisa por descubrirlo Oliver, todo, absolutamente todo tiene un límite y mi paciencia no es la excepción.Ella me amenaza con un porte seguro de lo que está declarando, para levantarse y salir de la oficina dejando un aura diferente en el ambiente.— No me dejaré manipular por nadie y eso incluye a mi abuelo y