¿Qué quiere Adriana? ¿ Quién es Sara? ¿Quién envío esos mensajes?
Sara OlmedoLa oficina del edificio del conglomerado de os Geacoman comienza a sentirse asfixiante, tanto tiempo dedicado en este pequeño lugar, encerada y sin poder disponer de mi tiempo como estoy acostumbrada, para conseguir información que no es útil para mí.Creí que llegado este momento tendría a Oliver Geacoman a mis pies y el me salvaría de todas las consecuencias.Pero no, aunque le puse en bandeja de plata a la estupid* de Lía Sanabria sigue resistiéndose a hacerla responsable de todo, pero si ella es perfecta, no tiene pasado no tiene familia, y todo su currículo es una completa mentira.Los cristales de este lugar me dan la sensación que desean que vea todo o que me estoy perdiendo por mantenerme en una decisión que tomé años atrás, la de ser parte de una de las familias más poderosas del mundo, la familia Geacoman me abriría más de una puerta en el mundo.Y eso es lo que merezco, puertas abiertas para que sea elección mía por dónde pasar.El sonido de mi teléfono me distra
OliverSe ha escapado, después de tener tantos agentes en este operativo se les había escapado.— Señor Geacoman— Escucho que un agente llama pero al voltear me doy cuenta que a quien llaman es a mi abuelo, odio que nos llamen igual, siempre hay confusiones como ésta.Me mantengo a margen pero escucho con atención absolutamente todo lo que le están informando.—Señor, tenemos todo el lugar sitiado, ella debe conocer muy bien el área ya que ha podido escapar.— Entonces ¿que procede?— Cuestiona mi abuelo— Tengo entendido que ella ya no estaba cuando llegaron a la oficina, ¿Cómo pudo suceder eso?El rostro de molestia en el agente que estaba con él se notaba a la perfección, ¿que estaba resistiéndose a informar?— Tengo la impresión…— comienza el agente— Que ha recibido un aviso, ya revisamos las cámaras y las ha evadido todas con excepción de las del primer piso, tenía muy bien ubicada cada una de ellas y los puntos ciegos de cada una.— Entiendo— Comenta mi abuelo con los brazos cruz
EveliaAbro los ojos algo en el ambiente me disturba, aunque sé que tanto medicamento me tiene soñolienta, me siento tranquila al saber que mi pequeño está bien, dentro de mí.Acaricio mi vientre en un acto de auto consuelo, una persona más a la cual proteger de la maldad en especial del monstruo que tengo como progenitor.Deseo concentrarme en otra cosa y decido prestar atención a las voces que escucho, una de ellas varonil y fuerte es la de Loyola.— Quiero que el nombre de Evelia no exista en este lugar.— ¿Quiere que sea el de Evelyn Prados? — Pregunta el hombre que lo acompaña.Loyola se queda un momento en silencio, pensativo ante la decisión que esta por tomar pero dice:— Tampoco, tengo entendido que ese nombre ha perdido su confidencialidad, pon otro y cualquiera que sea me lo haces saber.— Sí señor. — Sin más el hombre que recibió las indicaciones se retira en silencio.Me siento tranquila al lado de Loyola sé que siempre me cuidará y tomará las mejores decisiones.— Ya es
EveliaEn la privacidad de mi habitación, lloro, desesperada y frustrada, por no haber visto con anterioridad nada de lo que estaba sucediendo, por no estar preparada para tal traición.La habitación se vuelve asfixiante no puedo respirar de manera regular, y por más que lo intento no puedo respirar de manera profunda.Mi visión comienza a hacerse borrosa y todo lo que me rodea se desfigura para volverse una mancha grande y opaca ante mí.Miles de pensamientos se van sobreponiendo en mi mente.“Por eso no me creyó y comenzó a alejarme de su lado” Pienso desesperada “Haciendo memoria desde que mi hermana llegó a la villa, su forma de ser conmigo cambio de manera drástica, todos nuestros encuentros terminaban en discusiones”Siempre era él haciéndome sentir mal, insuficiente y poca cosa.Quiero tomar un baño con agua tibia, dicen que cuando uno está estresado el cuerpo agradece el tener agua caliente rodeándolo, que las terminaciones nerviosas se descomprimen.Llego a la bañera y comie
Evelia“Me encuentro en la cama, así como han sido los últimos días, me niego a ver a Oliver de frente, no se lo merece” pienso.En ese momento entra a la habitación Luisa quien trae con ella la charola de comida, cuando digo que me atrincheré en mi habitación es literalmente, no pienso salir de aquí hasta que tenga lo que necesito.— Señora Geacoman, ¿sigue enferma?— Pregunta Luisa con preocupación, ya que eso es lo que le dije para estar dentro de la cama sin que me estuvieran molestando.— Sí, tengo un virus estomacal Luisa, solo deja la comida y retírate, pero recuerda—Le digo seria— Nadie puede entrar, no quiero contagiarlos.Luisa solo asiente y después se va, dejándome sola. No termino mi comida cuando de nuevo tocan a mi puerta.— ¿Quién es? — Pregunto, me siento muy exasperada al ver que Oliver no se rinde de intentar que le abra la puerta. ¿Para qué quiere que le abra si le estoy dejando el resto de la villa para el y mi hermana?—Señora Geacoman soy Leonardo— Responde el ch
OliverEstoy impactado por lo que me acaba de mostrar Evelia, pero estoy decidido a mostrarle que no es verdad, y para eso necesito tenerla en un lugar seguro, y mi oficina no es uno de ellos con un ventanal grande.—Me aseguro que no escapes— Dice con una sonrisa— y para eso no debes tener balcones, ni ventanas cerca.Recuerdo a la perfección cuando ella llego como una especie de nube flotante al balcón el día de nuestra boda y hoy no estoy dispuesto a dejar que se me escape.La dejo en el baño de nuestra habitación ganando tiempo, sé que la podrá abrir pero me dará una leve ventaja.— ¡Déjame salir! ¡Cabr0n malparid0!— Me grita ella porreando la puerta con fuerza. — No sabía de tu vocabulario tan florido— Respondo con risa cosa que la molesta más, pero es algo que no puedo evitar.Este tiempo lo tomo para sacar todas las sabanas de la cama y dejarlas en el pasillo, no creo necesitar mucho tiempo, pero esto es una pequeña precaución.En el momento que estoy dejando las sabanas en el
Oliver— No lo hagas Oliver por favor, no me culpes de este amor que he sentido por ti desde que tengo uso de razón, y es incontrolable para mí.Ella intenta tomar mi mano, pero yo la quito de inmediato, su toque me molesta.Adriana no dejaba de llorar y pedirme de manera encarecida que la perdonara, pero a pesar de sus llantos y sollozos no puedo permitirme olvidar que ella es la razón principal por la que Evelia y yo estamos así, distantes y lastimados.Y continúo manejando en silencio, concentrado en ignorar los berridos de ella.Ella me dijo tantas veces que mi esposa no me ama que terminé creyéndolo, y ¿si todo fue una mentira?¿Qué sucede si ese amante que tanto menciona Adriana no existe?“Pero están las fotografías y videos” Me recuerdo a pesar de querer dejar eso en un cajón con seguro y tirar la llave.—Adriana te daré una oportunidad de redención— Digo de manera seria deseando con todo mi ser que la respuesta sea lo que necesito escuchar — Dime si lo del amante es real.Me
EveliaMe siento furiosa con la actitud de Oliver, se suponía que esto sería sencillo, le estoy dejando todo en bandeja de plata, y simplemente me complica todo.¿Para que quiere que me quede aquí? ¿Quiere torturarme al verlo con mi propia hermana?— ¡Ayuda!— Grito desesperada, con la ilusión de ser escuchada por alguien que pueda sacarme de aquí.“De nuevo encerrada” dice mi conciencia “De nuevo prisionera”— ¡Sáquenme de aquí! — suplico de manera constante. — Señora Geacoman— La voz de Ana llega desde el otro lado de la puerta insegura y tímida.Escucharla me llena de ilusión, podré salir de aquí e irme finalmente.— Si, Ana soy yo… La puerta está cerrada por fuera necesito que me abras por favor.— Yo… yo no puedo — Se queda en silencio un momento y parte de mí se pone alerta, tal vez quiera irse y dejarme aquí.— Ana…— Déjeme ir por Leonardo, tal vez él pueda ayudarla.Respiro con tranquilidad. Momentos después escucho pasos acelerados y más pesados, vienen a sacarme de aquí.Es