—T-tú—tartamudea Felipe.
—Sí, yo—responde el hombre, hablando con un toque de acento que no puedo ubicar sobre el tamborileo de mi corazón en mis oídos.
—Se supone que debes estar muerto.
—Claramente, no lo estoy. Pero tú lo estarás. El hombre saca dos pistolas de sus bolsillos y antes de que Felipe pueda hacer algo, el eco de las balas rebota en las paredes cuando el hombre le dispara.
Grito y retrocedo, sabiendo que tengo que largarme de aquí.
El hombre no me mira. En cambio, continúa disparándole a Felipe.
Corro hacia las puertas en el otro extremo del vestíbulo, con la esperanza de que no me dispare mientras huyo. Acabo de atravesar las puertas cuando lo escucho venir.
—Ya, ya, princesa, corre tan rápido y tan lejos como puedas. No te escaparás de mí.
Su voz resuena por el pasillo.
Él también tiene razón. No llego muy lejos, y sé que no escaparé cuando otro hombre, éste enmascarado, salta de detrás de una de las columnas y me da un codazo tan fuerte en la cara que el impacto me deja fuera de combate.
*****
Mantengo mi mirada fija en la princesa con su vestido de novia mientras camina delante de mí con dos de mis soldados a cada lado de ella.
El anciano, el lugarteniente de Roco, está detrás de mí.
Quiero que Roco la vea primero. Necesito que reconozca que hablaba en serio sobre destruirlo y apoderarme de su único orgullo.
Su amada hija, Ariana Álvarez, será lo último que vea antes de dejar este mundo.
Hace tres semanas, cuando desperté del coma en el que había estado durante casi tres meses, la cara de Felipe fue la primera imagen que me vino a la mente.
Lo que siguió a continuación fue el recuerdo completo de la emboscada que ese hijo de puta preparó para matar a mi madre y mi hermana delante de mis ojos. En ese momento me di cuenta que Raúl lo había enviado porque Felipe Naveed no hace nada, fuera de las órdenes de Roco.
Fue un buen complot de asesinato, excepto por el hecho de que sobreviví. Yo fui lo que salió mal. No se suponía que estuviera vivo para ubicar a Felipe en la escena del crimen, o rastrear algo hasta Roco para provocar la masacre que provoqué hoy.
Los muertos no cuentan cuentos, pero sobreviví para cantarlos y vengar a mi madre y a mi hermana.
Roco sentirá mi ira y Adriana será testigo.
Ella es la razón por la que él guardó silencio mientras lo torturaba. Pensó que podía salvarla negándose a hablar y decirme
por qué hizo lo que hizo. Todo lo que hizo su negativa fue confirmar la sospecha que ya me revolvía el estómago, diciéndome que él no estaba trabajando solo.
Sus acciones ya eran jodidamente sospechosas. Claro, Roco Álvarez es un hombre poderoso con el tipo de sed de conquista similar a la mayoría de los reyes de los Cárteles. No exageraría si dijera que él dirige México, pero la Baranov Bratva es mundialmente conocida por nuestra mala reputación. No serías tan idiota como para matar a la esposa y la hija del Pakhan de buenas a primera y pensar que podrías salirte con la tuya.
Pero hay mucho más en esta historia que simplemente querer conquistar a un gigante de renombre mundial. Voy a averiguar exactamente lo que está pasando.
La princesa tropieza y uno de mis hombres la endereza agarrándola del brazo. Ahí es cuando noto el moretón en su mejilla que se debe haber formado cuando ese imbécil la noqueó.
Trataré con él después por hacerlo. Fue en contra de mis órdenes y la lastimó.
Quise decir lo que dije en la mazmorra. Incluso con sangre, tripas y moretones en ella, es hermosa con una sorprendente belleza como para rivalizar con todos los ángeles.
Sería un mentiroso y más pecador de lo que ya soy si no admitiera que la encuentro tan increíblemente atractiva como mis hombres, a quienes atrapo mirándola furtivamente.
La gente en todas partes solo ha escuchado rumores de lo hermosa que es la hija de Roco Álvarez. El hecho de que Roco la mantuviera como un misterio solo aumentó la alusión a su belleza. La versión de la vida real de ella ciertamente superó lo que conjuré en mi mente.
Esos grandes y brillantes ojos color avellana contra su vibrante piel aceitunada son impresionantes. Como lo es su cuerpo.
Mide un metro sesenta y cinco, pero tiene esa forma perfecta con la cantidad correcta de curvas para definir sus caderas y senos
completamente redondeados con los que voy a disfrutar jugando.
Ese cabello negro y sedoso que fluye por su elegante espalda es una invitación a pasar mis dedos por él. O a entrelazarlos a través de las sedosas fibras mientras empujo mi polla en su hermosa boca.
Eso fue lo primero que quise hacer cuando vi esos labios suyos. Es una pena que nuestro primer encuentro fuera conmigo matando a su prometido.
Por otra parte, no puedo imaginar de qué otra manera la habría conocido. Esa boda suya solo iba a ser con los miembros del Cártel que forman el imperio de Roco.
Es una mujer que cualquier hombre querría conservar. Las personas como yo toman nota de la belleza por diferentes razones. Incluso en mi sucia y asquerosa mente, en el momento en que la vi por primera vez, mi razón era la pureza, pero eso no tiene sentido. Por lo que he oído, Ariana Álvarez no tiene nada de inocente y es tan mala como su padre. Me aseguraré de que reciba lo que le corresponde.
En este momento, ella es un trofeo que he venido a recoger. Un emblema de mi victoria y el lazo que unirá mi toma del liderazgo del Cártel. Eso es todo lo que es para mí, y algo para follar.
Por ahora.
Una vez que le dé la dura follada que mi polla está deseando, sacaré de mi sistema cualquier fascinación por su belleza y su cuerpo.
La única razón por la que aún no está muerta es porque la necesito.
Sin embargo, hay algo que me pareció peculiar en ella. Cuando le dije que iba a matar a su padre, no rogó por su vida. Nunca dijo nada. Ni una m*****a cosa. Y ni siquiera parecía conmocionada por él, ni derramó las lágrimas que pensé que podría derramar.
Es un misterio para mí, uno del que no me preocuparé ahora. Nos acercamos al salón que utiliza Roco para realizar sus reuniones de negocios.
Ahí es donde lo tengo atado.
Dejé a Sebastián, mi segundo al mando, a cargo. Dentro de la misma habitación también deben estar reunidos los cabezas de familia de la alianza de Roco… esperando.
Mis hombres abren las puertas y entramos en el salón de estilo artúrico.
Tengo a Roco sin camisa y atado a dos postes de metal. La sangre mancha su piel desde la parte superior de su cabeza hasta la cintura de sus pantalones, y los moretones marcan su rostro envejecido. Lo estropeé antes de bajar a la mazmorra.
No he estado aquí muchas veces antes. Pero dos de esas veces, él había torturado hasta la muerte a un pobre bastardo para entretenerse. Por eso están ahí esos postes. Roco es un enfermo hijo de puta, con una predilección por ver morir a la gente.
Esta noche, tengo una caja sobre la mesa con algo especial dentro para entretenimiento adicional. Obtengo el efecto deseado que esperaba cuando la mirada de Roco se posa en su hija.
Sus ojos se abren con sorpresa y sus labios se mueven, pero no puede hablar porque le corté la lengua. Los únicos sonidos que puede hacer son los gemidos que salen de su boca. Las lágrimas corren por sus mejillas cuando se da cuenta de que nadie puede entender lo que sea que está diciendo, y su preciosa hija está a mi merced. Ese sonido que sale de su boca no es más que m****a para mí. Mi madre y mi hermana ni siquiera tuvieron la oportunidad de rogar por sus vidas o por la de la otra.
Además, ya le di su oportunidad.
Torturé al hijo de puta durante ocho horas antes de cortarle la lengua.
Ocho horas, pero el hombre guardó silencio. La única razón por la que sabía que su silencio era para proteger a su hija es porque torturé esa parte de él después de notar su comportamiento.
Su resiliencia parecía provenir del amor de un padre que deseaba proteger a su hija. Saber que la mantendría con vida alimentó su obstinación, y pude ver que no le importaba si lo mataba. Es por ella por quien él estaba preocupado. También le habría sacado los ojos, al más puro estilo Bratva, pero quería que fuera testigo de este momento.
El momento en que su reino cae.
Frente a él están los doce jefes de Cártel aliados. Como malditos caballeros, están sentados alrededor de la mesa circular en el centro del salón. Cuando me ven, parece que están listos para cagarse encima. Su reacción no se debe a que me conocen, sino a que pensaban que yo también estaba muerto. Mi familia mantuvo que sobreviví en secreto.
Por la forma en que Roco se está comportando, los hombres cambian sus miradas de asombro de mí a Ariana. Esta será la primera vez que la conozcan.
Mientras los gritos de Roco se hacen más fuertes y el imbécil comienza a llorar, saludo a mis invitados con una sonrisa brillante, como si estuviera presentando la ceremonia de los premios de la Academia.
—Buenas noches, caballeros—hablo en inglés para que todos me entiendan. Entiendo español y lo hablo mínimamente, pero no lo haré aquí. En este momento, necesitáis entender lo que está pasando y lo que va a pasar de aquí en adelante—. Como podéis ver, ha habido algunos cambios.
—¿Qué es lo que está sucediendo? —me pregunta el hombre más cercano a mí con cautela. Su nombre es Antonio. Se ocupa principalmente del tráfico de armas, pero al igual que los demás, incursiona fuertemente en el comercio de la trata de personas. Nos conocimos una vez en una recaudación de fondos en Nueva York que organizó mi padre.
—Ya lo verás. —Alcanzo a Ariana, tirando de ella justo a mi lado. Agarro la parte posterior de su cuello, su piel suave como laseda. Su cuello es tan pequeño que sería fácil romperlo. Pero no quiero hacer eso, todavía no—. Deseo presentaros a la hija de Roco, Ariana Álvarez. Ahora que todos la conocen, podemos ponernos manos a la obra.Acerco a Ariana a Roco, y él se sacude contra las ataduras en protesta. Nada de lo que haga le ayudará ahora. O a ella. El terror reina en sus ojos. Como el responsable de ello, saboreo la oleada de poder que embriaga mi sangre.Me detengo a unos centímetros de distancia y ella se retuerce contra mis manos. Su miedo, sin embargo, la frena y la restringe de hacer más.—Caballeros—anuncio, sacando mi cuchillo de la vaina en mi costado—. Éste es el traidor que mató a mi madre y a mi hermana. Isabella y Talia Dmitriyev. Éste es el día en que tomo su vida por la de ellas. Su sangre se derramará por la de ellas. Éste es también el día en que tomaré su imperi
He oído hablar de suficientes esposas que han muerto accidentalmente. O sobre que su utilidad había expirado, ellas habían expirado y sus maridos querían cambiarlas, o habían visto u oído algo que no deberían.En mi caso, creo que caducará mi utilidad. Eso es lo que me va a pasar. Este hombre monstruoso me obligará a casarme con él para poder gobernar el Cártel, y luego me matará.Una acometida de pánico se apodera de mi cuerpo cuando el golpe de unas botas pesadas suena al otro lado de la puerta y la manija gira.Cuando la puerta se abre y lo veo a él, Alessandro Ferrari, mi corazón salta como una gacela a mi garganta y late como un puño duro golpeando las paredes de mi pecho.Entra en la habitación lentamente y la puerta se cierra detrás de él. La intensidad oscura de su presencia me obliga a retroceder contra la pared como si el sedoso papel tapiz negro pudiera ofrecerme el consuelo y la seguridad que busco.Una sonrisa sin alegría se extiende por su rostro, pero aún anima sus hermo
MinervaOh Dios. Él lo va a hacer ahora.En verdad me va a follar ahora.Se me saltan los ojos y oleadas de terror chocan contra los muros de mi alma.No sé lo que se supone que debo hacer. Nunca pensé que sucedería así, o que mi primera vez sería una violación.Sin embargo, ¿qué esperaba? Iba a ser vendida en la subasta de vírgenes en cuestión de días. ¿Creía que mágicamente tendría sentimientos por quien me comprara?Esta situación es igual de jodida.Soy una propiedad de una manera diferente.Dado el estado en el que me encuentro, pensé que me ganaría algo de tiempo, pero este hombre es claramente una especie de psicópata. Tal vez esto sea lo suyo, y la sangre de sus enemigos sobre mí hará que tomarme sea mucho más dulce.—Ahora—agrega con insistencia y da un paso atrás para darme espacio.Tragando el nudo en mi garganta, levanto una mano temblorosa y bajo la pequeña cremallera en el costado del vestido. Segundos después, el vestido flota por mi cuerpo, revelando mis bragas de encaj
AlessandroNueva YorkMientras avanzo a toda velocidad por el sinuoso camino que conduce a la casa de mi padre en mi moto, el fantasma del toque de la princesa persiste en mi piel.Me atormenta como el frío. Como ella, el frío no está ni aquí, ni allá, pero es una presencia inquebrantable.Las marcas que sus uñas hicieron en mis hombros también están allí, impresas en mi piel, aunque nunca me quité la ropa. Ella me marcó cuando hice que se corriera y se sometiera a mí, entregándose al placer.El mismo placer que no puedo sacar de mi mente. Tampoco he sido capaz de sacarla de mi mente.Quería follarla allí mismo después de que la probé y me di cuenta de su miedo y de su excitación. La mortal combinación fue más potente que cualquier droga que haya tomado.Como un maldito adicto, me alimenté de su miedo y quería más. Pero todo a su debido tiempo.Ahora estamos en Nueva York, en mi mundo y podemos jugar con todas mis reglas.Anoche, estaba asustada y atrapada en todo lo que pasó, pero es
Hasta que nuestro padre cambió las reglas.Como la mayoría de las hermandades de nuestra alianza, en Baranov el hijo mayor del actual líder se convierte en el próximo Pakhan cuando éste se jubila o muere. Solo en circunstancias en las que no hay herederos, el líder actual elige al sucesor de entre los otros miembros de la Hermandad. Si eso sucede, el Sovientrik generalmente obtiene el puesto porque es el líder más cercano al Pakhan.Esta es la primera vez que un líder cambia las cosas y prácticamente crea una competencia entre sus hijos. Una competencia que Iván odia porque ahora que él tiene treinta y ocho y yo veintiocho, y ambos ya somos parte del liderazgo, estamos en igualdad de condiciones para conseguir el puesto. Él ya no tiene derecho a una maldita cosa.Ser el líder de la Baranov tampoco es algo que voy a permitir que él consiga, si lo que estoy haciendo es adelantarme a él. Yo derroqué al Cártel Álvarez sin ayuda, y soy el dueño. Eso va a ser un buen augurio para mí.—Bueno
Capítulo 7 Minerva—El señor Dmitriyev espera que comas a las horas designadas. También debes solicitar cualquier cosa que necesites—me explica Alessander, enderezándose mientras me lanza una mirada de soslayo—. ¿Lo entiendes?—Sí. Lo entiendo.Trago saliva para evitar gemir y mantengo el ritmo junto a él mientras caminamos por el largo y formidable pasillo con paredes grises y desnudas a ambos lados.Aleksander es el casero de Alessandro. Su acento ruso es mucho más marcado que el de Alessandro, y tengo la sensación de que solo habla inglés cuando lo necesita. Fue la primera persona que conocí cuando llegué hace una hora a esta fortaleza de casa que pertenece a Alessandro.Lo primero que noté fue que tanto Aleksander como la casa son tan fríos e insensibles como Alessandro.A primera vista, Aleksander parecería una mezcla de Alfred de Batman y el señor Belvedere debido al traje a medida que lleva puesto. Sin embargo, su gélida personalidad no se parece en nada a ninguno de ellos. Me
Me sirvió una deliciosa cazuela de pollo con arroz hervido y una guarnición de verduras blanqueadas. La comida huele y sabe tan divina como se ve cuando me dispongo a comer.Definitivamente es mejor que cualquier cosa que haya comido en los últimos cinco años. A los sirvientes de Roco como yo, les daban lo mismo que les daba de comer a los perros: sobras.Han pasado nueve años desde que tuve algo parecido a una comida casera como ésta. Eso fue antes de que Roco se llevó a mi familia.Era la víspera de mi décimo cumpleaños cuando sus hombres irrumpieron en nuestra casa. Vinieron de noche y nos sacaron a rastras pateando y gritando. Nos pusieron bolsas negras en la cabeza y nos llevaron.Fue entonces cuando mi madre y yo supimos que mi padre había perdido su trabajo en la ciudad y que no sólo había sido traficante de drogas para Roco, sino que también le debía dinero. Mucho dinero.Nunca me dijeron cuánto, pero no creo que la cantidad importara. Aunque fueran diez pesos, Roco nos hubiera
MinervaLos ojos color miel de Alessandro y el aro dorado en su oreja son el único toque de color en él, junto con la cruz roja en su mano izquierda y la escritura roja en su otra mano. Todo lo demás es como una sombra oscura que ondea a su alrededor.Cada paso que da, hace que mi corazón se acelere y necesito respirar lentamente para calmarme. Lo peor que él puede ver ahora es miedo.Alessandro le dice algo al perro en ruso y salta hacia él. Él baja para tocar su cabeza, después se endereza y vuelve a concentrarse en mí.—No pensé que te encontraría aquí afuera jugando con el perro de mi hermana—afirma, mirando de mí al perro.Es de su hermana. Eso explica por qué tiene una presencia más suave.—Estaba… bueno, vine aquí cuando lo vi. Y estaba nevando.Nunca antes había visto nieve.—Snow—dice, y el perro ladra—. Ese es su nombre.—Oh—digo y miro al hermoso perro. El nombre le queda bien incluso ahora que veo los copos de nieve mezclarse con el pelaje del perro.Me pregunto cómo era su