Los hombres gritan a mi alrededor, corriendo y señalando. El polvo, el humo y el caos nos rodean. No puedo pensar.Tengo que pensar. Estoy entrenado para esto.Obligo a mis brazos a moverse, fuerzo mis puños a soltar el volante. Mis dedos tiemblan mientras trato de desabrocharme el cinturón de seguridad. Mis movimientos son torpes, desorientados, hasta que finalmente se desabrocha, y caigo contra la puerta.—¡Oof! — es lo único que sale de mi boca, pero el zumbido de mis oídos ahoga todo.Una mano agarra mi brazo, y oigo una voz como si estuviera bajo el agua.—¡Cole! ¿Estás herido? ¿Puedes moverte?Tengo que moverme. Asiento con la cabeza, empujando contra la puerta, haciendo todo lo que puedo para maniobrar mis piernas por debajo de mí para poder pararme. Estoy aturdido y sordo, tengo náuseas agitando mi estómago. La luz me ciega. Tengo una conmoción cerebral, lo sé. Por la neblina en mi memoria, recito los síntomas, lo que significa que también podría tener inflamación cerebral.Po
Un año después.—No puedes seguir así. No es saludable —Mi mejor amiga está en mi oficina quejándose.Arreglo un pequeño ramo de crisantemos color amarillo brillante en mi escritorio y reviso el aromatizante en el alféizar de mi ventana. Agua de rosas y hiedra, aromas relajantes para ayudar a mis pacientes a sentirse a gusto.—¿No puedo seguir con qué? ¿ Mi trabajo?—Con ese celibato. ¡Ha pasado demasiado tiempo! —Ella empuja un mechón de cabello oscuro detrás de su oreja. Nunca pensé que lo lograría con su tono de piel, pero ella lo está haciendo genial —. Chasquea tu frijol, pulsa el botón de inicio, frótalo.—¿Estás hablando de masturbación? —Pongo los ojos en blanco, ni siquiera finjo estar sorprendida.—Se ha demostrado científicamente que los orgasmos alivian el estrés, reducen las migrañas, reducen la grasa del vientre, mejoran el sueño...—Tengo un vibrador. —Inclinándome hacia mi computadora, reviso mi próxima cita.Hunter McFee me está esperando, me recuesto con un suspiro.
—Respira conmigo, Hunter. Todo va a salir bien.—No lo creo. Primero las bolsas de basura y ahora esto. Palmeo ligeramente mi pecho para llamar su atención.—Respira profundo, ¿de acuerdo? ¿Puedes respirar conmigo? — Él está frunciendo el ceño, pero por fin hace lo que digo, inhala y exhala —. Buen trabajo. Ahora vamos a pensarlo bien. ¿Por qué querría la Sra. Green robar adornos de jardín?—Ella está implantando en ellos dispositivos de rastreo para crear una red de vigilancia gubernamental por toda la ciudad.Asintiendo lentamente, sigo respirando.—¿O…?—O es una espía rusa que reúne información para los soviéticos, como en el programa “The Americans.”Mis labios se tensan, pero no reacciono. Mantengo mi voz firme.—¿Cuántos años tiene la Sra. Green?—Ochenta y cinco, pero no te dejes engañar. Los agentes de inteligencia rusos son poderosos hasta el día de su muerte. ¿Viste la película Red Sparrow?—No la vi. — Mi voz es suave —. ¿La Sra. Green es una persona creativa?—Tiene el ja
Ella se detiene en la entrada circular de nuestra enorme casa de ladrillo rojo con una grande entrada principal blanca. Lo bueno es que en su mayoría la casa es de ladrillos lo que facilita ocultar lo mucho que se necesita reparar.—A mí me parece que tienes un montón de salchichas. — Tomo mi maletín y mi bolso.—¿Muy celosa? He tratado de meterte en el juego, pero tú no quieres jugar.—No, gracias. Nos vemos por la mañana. —Cierro la puerta del auto y doy un paso atrás mientras ella sale de la entrada, siempre yendo demasiado rápido para este vecindario.Caminando lentamente por el largo camino lateral que lleva a la parte trasera, hago una pausa en el garaje donde el viejo Jaguar está cubierto con un grueso cobertor de lona. No fue conducido en años. Lo vendería y compraría algo más práctico, pero estoy basta
GRAYEl hospital St. Margaret huele a Lysol. No al spray con aroma apino, no te vuelvas loco. No, este lugar huele a ese concentrado de la vieja escuela, el de la pequeña botella marrón. Del tipo que quema la mierda en tu nariz, así que es imposible nombrar la fragancia de otra manera que no sea aroma a hospital.—Hoy ella está teniendo un buen día. —La hermana Constance lleva puesto una sencilla falda azul lisa y un chaleco sobre una camisa blanca de manga larga. Su cabello está cubierto de un hábito azul a juego —. Me habló de su primer baile. Dijo que fue con Timothy DuPont.Mi tía está acostada en la cama con los ojos cerrados y parece no haberse movido en días.—Supongo que pudo haber pasado. ¿Cómo lo sabríamos?Vine aquí por la lectura del testamento de Mack. Mi corazón está pesado, pero estoy tratando de concentrarme en lo bueno. Su larga batalla contra el cáncer de pulmón ha terminado, ya no está jadeando por respirar, ya no tiene dolor.Me dejó el taller, y vine aquí para
DREWMi plato de fideos se encuentra a medio comer en la barra dela cocina.El de papá está intacto. Nunca bajó, y cuando subí a ver cómo estaba, lo oí roncar.Hay una copa de vino sobre el mostrador frente a mí, la tomo y bebo el contenido cuando mi teléfono suena.La sonrisa tonta de Ruby aparece en la pantalla, y lo recojo.—Es muy temprano para que me llames.—Tacha a Timber de la lista. — Oigo el ruido de los armarios de fondo y el chirrido de un corcho —. Él quería que lo llamara Falstaff.—¿Porque es un gordo alcohólico?—Dice que es divertido y una mala influencia. —Oigo como vierte el líquido —. Salud.Levanto mi copa.—Justo a tiempo. Finalmente abrí el Pinot que compramos enNapa.—Dios, eso fue hace tanto tiempo
GREYLa fuerza de la explosión me golpea contra la ventana. Mis oídos sesienten como si estuvieran llenos de algodón. No puedo oír a los hombres gritando. Sólo siento el ruido de los pies corriendo y el temblor del motor del camión.Un chillido agudo se instala en mi cabeza, y mi corazón late fuera de mi pecho. Jadeo por respirar, luchando por orientarme a través del caos.El camión se encuentra sobre el lado del conductor, donde mi cabeza chocó contra la ventana. Subo sobre el asiento, haciendo lo mejor que puedo para maniobrar a través de las olas de mi conmoción cerebral.Salgo por la ventanilla del lado del pasajero y salto. En el momento en que golpeo el suelo, caigo sobre mis manos y rodillas y vomito en la arena.Es todo espuma y bilis. Me limpio con el dorso de la mano y con mi manga, usando el parachoques delantero me arrastro para poder ponerme de pie.¿Dónde está él? Estoy desesperado buscándolo por todas partes. Mi corazón late más rápido, el dolor se hace más intenso.—¡
—Su cita está programada para las nueve. Tienes 15 minutos.—¡Dotty! ¡Café, rápido! —Grita Ruby y entra en mi oficina justo detrás de ella —. ¿Cuál es el de soja baja en grasa?Dotty gira la bandeja y Ruby toma el vaso de papel con la R negra marcada en él. Dotty se apresura a mi escritorio.—Les pedí que añadieran un poco de canela al tuyo hoy.—Gracias, Dotty. —Estoy haciendo todo lo posible para encender mi laptop rápidamente.Lo último que necesito es ser analizada por el personal, sentada en mi sillón. Aún así, ambas están paradas al otro lado de mi escritorio mirándome con los ojos muy abiertos.Me rindo.—De acuerdo, acabemos con esto.—Grayson Cole ha vuelto y ha reabierto el taller de su tío. Yo envié a ese joven Billy James, ¿conoces al de ascendencia hispana? Lo envié esta mañana a primera hora.—Es mexicano, Dotty. —Ruby interviene. —Está bien decir que es mexicano.Los ojos preocupados de Dotty vuelan hacia ella.—No pretendía ser provocadora.Me froto una mano sobre los