TOMO 2. CAPÍTULO 76. Solo cosas buenasDormía. Era lo más lindo del mundo verla dormir tranquila, acurrucada contra uno de sus costados y sonriendo de cuando en cuando, eso si no hacía algún movimiento suave que la hacía arrugar la nariz, como si recordara aun en sueños exactamente por qué le dolía.—Te amo tanto, chiquilla… —murmuró con suavidad, lo suficientemente bajo como para no despertarla—. ¿Cómo se supone que voy a regresar a ti? ¿Eh?Porque si era honesto no lo sabía. No tenía idea de qué podía hacer para que aquella mujer se enamorara de él, y estaba seguro de que jamás sentiría aquella desesperación que sentía por ella.La apretó aún más contra su pecho y escuchó las protestas con que ella despertaba. No sabía si ella iba a ponerse incómoda por despertar con él de nuevo en la misma cama, pero su pecho se llenó de alivio en el mismo momento en que ella abrió los ojos y esbozó una sonrisa suave.—Feliz cumpleaños a mí —murmuró y Elijah se mordió el labio inferior.—Feliz cump
TOMO 2. CAPÍTULO 77. ¿Esto es real?Solo aquellas palabras bastaron para que los ojos de Elijah se llenaran de lágrimas y los bajó al suelo para que Lynett no las viera. Sabía que se moriría de dolor en el mismo momento en que ella se subiera a aquel avión para marcharse, pero también sabía que tenía que dejarla ir, porque si en aquellos meses de paz a su lado aun no había logrado ser feliz, entonces no tenía caso seguir reteniéndola.—Creo que ya fui un huésped por demasiado tiempo en la casa de tu padre —murmuró Lynett elevando las rodillas contra su pecho y envolviendo sus piernas en un gesto de autoprotección.—Sabes que mi padre te adora. Literalmente te prefirió a ti que a mí —trató de bromear él con voz ahogada.—Lo sé, el señor Rufus es muy lindo, pero ya han pasado algunos meses y… no sé, siento que ya no debo estar allá, necesito algo diferente —murmuró Lynett.—Claro… claro… —Elijah se levantó, carraspeando y restregándose la cara—. Entonces ¿cuándo… cuándo quieres…? —sentí
TOMO 2. CAPÍTULO 78. Un regalo perfectoUn mes en el infierno. Eso era lo que prometían ser esas semanas previas a la junta de libertad condicional en la que Elijah y Rufus testificarían a favor de Adaline para que la dejaran salir por fin. Un mes de rencores, dolor, ansiedad y malos recuerdos.Pero aunque Lynett se preparó para todo eso, lo único que obtuvo fue un hombre que se acurrucaba contra ella en las noches en silencio, insistía en cocinar juntos aunque incendiaran media cocina, o le hacía el amor como si fueran las dos últimas personas después de un apocalipsis y les tocara repoblar la Tierra.—¿Hey, muñeco? ¿Estás bien? —preguntaba cada algunos días y solo lo veía sonreírle.—Necesitamos más sol. Vamos afuera, la primavera está linda —le respondía él.Y si bien pasear por los mil senderitos que él había ido construyéndole para que pudiera pasear sin perderse era lindo, en cierto punto Lynett se dio cuenta de que prefería estar adentro.—¿Es hoy? —lo increpó Lynett viendo cóm
TOMO 2. CAPÍTULO 79. Más que una ligera averíaLynett conocía aquella sensación de sentirse cansada, abatida, como si solo quisiera echarse a dormir como un gato gordo todo el día. Pero por otro lado se sentía feliz, así que no tenía ningún sentido estar feliz, deprimida y dormilona.Estaba a punto de ir a pedirle a Blair que volviera a medicarla, hasta que se dio cuenta de que quizás esa no era su única razón para visitar una farmacia. Rebuscó entre todos sus artículos de tocador, exactamente todos, y no encontró ni una sola toallita sanitaria que pudiera confirmar que al menos había esperado su periodo en los últimos…—¡Tres meses! —había exclamado dejándose caer en una silla mientras intentaba procesar el hecho de que podía estar…— ¡Embarazada…! ¡Ay Dios!Pero la verdad era que la sorpresa le había durado lo justo como para subirse a la camioneta y decir que iba a comprar en el pueblo cualquier estupidez. En la farmacia más cercana había comprado tres pruebas de embarazo, y en todo
TOMO 2. CAPÍTULO 80. El kit perfectoSe necesitó una cazuela de agua, que Lynett le dejó caer encima para que Elijah reaccionara como si garzón lo hubiera pateado.—¡Lo siento, lo siento…! —Fue lo único que lo escucharon susurrar, pero un instante después escuchaban otro ruido afuera y Rufus le hacía una señal a Lynett.—Hija, allá afuera tienes visita, ¿me das un momento con mi hijo? —le pidió con dulzura mientras señalaba a la puerta por la que se veía llegar a Blair.—Claro, pero no me le desajuste los pocos tornillos que le quedan ¿de acuerdo? —replicó Lynett inclinándose para darle a Elijah un beso en los labios antes de salir.Si era honesta había esperado muchas reacciones, desde la consternación hasta la incredulidad, pero el desmayo no era una de ellas.—¿Y no lo grabaste? —rezongó Blair abrazándola y tratando de asomarse a la puerta para ver a Elijah—. Leí unas novelas pro ahí donde los personajes se grababan unos a otros todos estos momentos vergonzosos, ¡tengo que instaura
TOMO 2. CAPÍTULO 81. Dejando el pasado atrásEra el sonido más lindo del mundo, y no había nada tan tierno para Lynett como acurrucarse en aquel sofá mientras Elijah se ponía los auriculares y apoyaba la cabeza en sus piernas, escuchando el corazón del bebé.Las tres semanas que siguieron fueron épicas, no solo porque él se estaba acostumbrando a la idea de que iba a ser papá, sino porque además estaba en modo sobreprotector, y eso le ponía lo sexi a tope, al menos a los ojos de Lynett.—¿Elijah? ¿Cielo, estás en el baño? —preguntó ella asomándose y él cerró la ducha de golpe, secándose a toda prisa, como si hubiera estado haciendo algo malo antes de su llegada.—¡No, no, ya acabé! —se apuró él.—¡Pero no me esperaste para bañarte!—¡Porque fue una ducha rapidita, chiquilla…! —se defendió vistiéndose enseguida.—¡Elijah! ¡No te puedes escapar! —le reclamó Lynett porque hacía días que no lograba verlo desnudo ni por equivocación—. ¡¿Por qué me estás evitando?!Elijah se detuvo frente a
TOMO 2 CAPÍTULO 82. La pregunta más importanteLynett se humedeció los labios buscando las palabras exactas pero realmente no las había. No quería parecer insensible, pero necesitaba asegurarse de que ninguna de las personas que tanto daño le habían hecho de su familia pudieran acercarse a ella o a su hijo de nuevo.—¿Qué pasó con mi madre? —preguntó en voz baja y Elijah acarició su barbilla, subiendo su mirada hacia él.—No confesó el asesinato de tu padre, al menos no ante un juez. Se declaró inocente en su juicio, hizo todo el drama posible y se victimizó todo lo que pudo. En fin, dio pelea hasta el final, pero ya había confesado ante Josselyn y las grabaciones fueron contundentes para la decisión del jurado —le contó—. La sentencia salió hace unos dos meses, el jurado la encontró culpable y el juez la condenó a veintidós años de prisión en máxima seguridad por el asesinato de tu padre.Lynett contuvo el aliento mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. “El asesinato de su padre”,
M*****A TENTACIÓN. CAPÍTULO 83. Perdón Podía parecer una completa casualidad, pero Elijah estalló en risas, acercándose a una de las mesitas de noche junto a la cama y sacando una cajita. —Quería esperar a un momento especial para darte esto… o quizás lo estaba alargando porque tenía miedo de que me dijeras que no, o que creyeras que lo estaba haciendo solo por el bebé —dijo poniéndola en sus manos—. Pero jamás habrá un momento mejor porque yo te amo, ahora, siempre, con desesperación… te amo, Lynett. Y por nada del mundo voy a dejar de luchar por nosotros, por nuestra familia. Lynett sostuvo la cajita y se mordió el labio inferior, dándose cuenta de que era demasiado pesada. —Creo que esto se va a hacer una tradición en la familia ¿no es cierto? —preguntó refiriéndose a que lo que tenía en las manos no era un simple anillo de compromiso. —No, tu padre la empezó y yo estoy dispuesto a continuarla contigo —sonrió Elijah—. Así qué… Lynett desenvolvió el pequeño papel de regalo para