TOMO 2. CAPÍTULO 17. El peor de todosLynett había estado fingiendo mucho en los últimos días. La inocencia que ya no tenía, la debilidad que estaba muy lejos de sentir, pero por primera vez desde que había llegado de regreso a Nueva York, aquellas lágrimas no tenían nada de falso.Elijah no dijo ni una sola palabra mientras la veía salir de la casa del antiguo notario y acercarse a la camioneta, pero apenas llegaron a la casa, se hizo evidente que la impotencia de Lynett podía romper el mundo y todos sus adornos.—¿Cómo pudo hacerme esto…? —susurró con desesperación y Elijah le quitó de las manos la carpeta con el testamento, porque en aquel estado era altamente probable que la destrozara—. ¡Se supone que es mi madre! ¡¿Cómo pudo hacerme esto!? —rugió ella con tanta amargura que él no pudo hacer más que comprenderla.—Eso no significa nada. Hay mujeres que no tienen el instinto, créeme —susurró haciendo que se sentara y agachándose frente a ella.Pero los ojos de la muchacha cuando s
TOMO 2. CAPÍTULO 18. Una buena chicaEra un matrimonio legal, eso Lynett ya lo sabía. Y no tenía que despegar los labios para que Elijah también entendiera que ella no estaba preguntando por eso.Con Lynett había hecho el teatro, había construido la mentira, a ella la había engañado, pero eso no significaba que aquello terminara siendo muy real.Con Josselyn por el contrario, lo había hecho por la ley, legal y hasta espiritual, sin embargo una de las razones por las que podía solicitar precisamente la anulación del matrimonio era porque jamás se había consumado después de la boda.—Hay un papel firmado de por medio —murmuró Elijah mirándola a los ojos—, pero es todo lo que hay —le aseguró.Y aun así era evidente que no estaba dispuesto a mentirle a Lynett de nuevo, menos para encubrir su situación con Josselyn.—Que descanses —dijo con una mueca de tristeza y se alejó de allí.Lynett cerró la puerta y ni siquiera se sobresaltó cuando escuchó la voz de un hombre a su espalda.—¿Esa no
TOMO 2. CAPÍTULO 19. Demasiada casualidadLa mueca en la cara de Florence Evans era tan amarga como si se hubiera chupado un limón, pero increíblemente lo que no pudieron ver en ella era sorpresa.—¡Eso no puede ser… ese testamento…! ¡Eso tiene que ser falso! —exclamó furiosa y Lynett negó con condescendencia.—Tu amante lo llevó a inscribir y también pagó para que lo escondieran. Ahora que lo pienso, ¿Cuál de tus joyas tuviste que vender para poder pagar medio millón de soborno? Porque es evidente que tú no tenías tanto dinero.Aquello solo era meter aun más el dedo en la herida, pero a pesar de la forma brusca en que su madre se acercó a ella, nadie la vio moverse.—Anda, golpéame de nuevo, y todos estos amables testigos se encargarán de añadir “agresión” a la demanda —la retó y Elijah vio la impotencia con que la mujer cerraba la mano en un puño.Era como estar viendo a su propia madre, que después de tanto tiempo aun se estaba ahogando en su rencor en una cárcel de Texas. Pero cua
TOMO 2. CAPÍTULO 20. Tú no me quieresEl roce era tan suave que por un momento Elijah pensó que hasta había sido una alucinación suya. Pero lo cierto era que Lynett había tocado sus dedos por un instante antes de que la vorágine de curiosos entrara en la sala del juzgado.Estaba nerviosa y eso era absolutamente normal, teniendo en cuenta todo lo que dependía de aquel juicio, pero cuando todos se sentaron y el honorable juez Austin entró en la sala, ya Lynett estaba rodeada de un equipo de abogados.Anders estaba listo para representarla, y aunque aquella no era precisamente su especialidad, si llevaba el apoyo del resto de profesionales más que calificados de su despacho.Por supuesto que para Lynett no fue una sorpresa que el abogado de su madre fuera precisamente Enmanuel Basset, pero por el gruñido hosco de Elijah, era más que evidente que él quería que la tierra se lo tragara.Los alegatos iniciales comenzaron de inmediato, y Basset se encargó de dejar muy claro que la señora Flor
TOMO 2. CAPITULO 21. Una propuesta inesperadaEstaba furiosa, furiosa y frustrada porque su hermana jamás había sido cercana a ella, pero una cosa era mantener una relación distante y otra muy diferente era pedirle a su madre que Basset la hiciera desaparecer. Florence le había inculcado desde joven ese resentimiento hacia Frederick por no adoptarla como hija legítima, pero Lynett no tenía la culpa de las decisiones de su padre, y ya no estaba dispuesta a que la siguieran lastimando.Esperó a que se fueran y cinco minutos después salió de allí. Elijah la esperaba dando vueltas frente a la puerta de la sala y Lynett no pudo evitar pensar en si él permitiría que Lyn “atara bien ese nudo”, como su madre decía.Pero lo cierto fue que no tuvo mucho tiempo para pensar en eso, porque solo unos minutos después de entrar de nuevo, Basset la llamó al estrado para interrogarla.—¿No le parece, señorita Evans, que todo este asunto del testamento llega un poco tarde, cuando es obvio que tiene dema
TOMO 2. CAPÍTULO 22. Una verdad sin pensar—No voy a firmar esto… es una… es… ¡Maldición…!Esas eran las últimas palabras que habían salido de la boca de Elijah antes de que aquellas náuseas se apoderaran de él, y su último segundo de conciencia antes de que todo se volviera una extraña nebulosa, se unió al primer segundo de claridad que tuvo cuando abrió los ojos y vio el techo de aquella habitación.Lo había drogado.Lo primero que pasó por su mente era esa certeza de que lo habían drogado, y ni siquiera necesito tocarse o volver la cabeza para adivinar es escenario en el que estaría. Se sentó en la cama con un gruñido de impotencia y sus ojos se cristalizaron cuando comprobó que estaba desnudo.Su ropa estaba tirada en el suelo de la habitación a pocos pasos y a su lado en la cama, también completamente desnuda, estaba Josselyn.Sus manos fueron a su cabeza antes de ponerse el bóxer a toda velocidad y una risa suave detrás de él lo hizo girarse.—¡Buenos días, amor! —le sonrió Joss
TOMO 2. CAPÍTULO 23. JusticiaElijah se veía realmente perdido, pero lo que Lynett sabía o imaginaba que podía limpiar su conciencia, todo eso prefirió callárselo mientras la camioneta dejaba el hospital y se dirigía al juzgado.Se le revolvió el estómago al ver la cara de satisfacción de su madre en su lado de la sala, y junto a ella Josselyn que parecía neutra, pero visiblemente más tranquila. Lynett ya conocía aquellos gestos, los de conseguir lo que querían a toda costa, sin importar a quién le pasaran por encima.Lynett miró a los ojos de Elijah y él solo fue capaz de sostener esa mirada por unos segundos antes de alejarse. Para la chica era algo extraño, tantas admisiones de culpa juntas en los próximos días, pero era evidente que el hombre que había dejado atrás hacía cinco años había tenido su dosis de remordimiento con el que lidiar.Finalmente el juez entró y todos se pusieron de pie. Los interrogatorios a los peritos comenzaron, y dos horas después parecía que el juez estab
TOMO 2. CAPÍTULO 24. Un corazón destrozado—Deberías rendirte y poner una cama directamente. —Aquella voz hizo que Elijah se incorporara en el sofá de su oficina y suspirara con aquel café que su hermano le ponía en las manos.—Ya te habías tardado en aparecer —murmuró con una sonrisa suave y Sebastian negó.—Estaba donde tú debías estar, celebrando el cumpleaños de uno de nuestros sobrinos en la hacienda, pero como para ti es normal saltarte las ocasiones familiares, ya ni te acuerdas ni te invito.—Sebas…—Ni siquiera intentes justificarte. Tu vida es un infierno, ya lo sabemos, y papá reniega cada semana del maldito día en que te dejó venir a Nueva York —le gruñó Sebastian—. Pero a lo hecho pecho así que, cuéntame, cómo van las cosas con Lynett y con tu… esposa.—A Lynett ya le hicieron válido el testamento de su padre.—¡No me jodas!—Pues sí, y ahora tengo a Florence Evans tratando de colárseme en la casa porque no tiene donde vivir —rezongó Elijah—. Tuve que contratar seguridad