LA TRAMPA PERFECTA. CAPÍTULO 93. Hablando de pecado...Sonreía abiertamente y Sebastián juraba que estaba a punto de babearse como un adolescente enamorado, en el mismo momento en que Michelle le dijo que sí. Por eso lo más chiquito que hizo fue girarse hacia aquella terraza llena de amigos y levantar las manos a modo de victoria.—¡Ella dijo que sí! —gritó emocionado y numerosos aplausos le respondieron.—¿Te dijo que sí? ¡Genial! ¿Cuándo es la boda? —les gritó Asher, y en ese mismo instante Sebastián se puso blanco como un papel, mientras Michelle se ponía roja como la grana.—¿¡Boda?! ¿¡Qué boda!? ¿De qué están hablando, príncipe?—¡De nada, de nada, loquita...!—¡Pero claro que tu hermano está hablando de algo! ¡Tú a mí me acabas de proponer que te acompañe a Texas, no que me casé contigo! —exclamó Michelle y su gemelo se puso chiquitico bajo la mirada feroz de Eva, como si quisiera que la tierra se lo tragara en ese mismo instante—. ¿De dónde salió todo ese asunto de la boda?Seb
LA TRAMPA PERFECTA. CAPITULO 94. Pecados y estrategiasPodía abrir el balcón de su habitación o dejarlo cerrado, todo dependía de su perversa imaginación, o del grado de vengativa que estuviera en ese momento. Sin embargo, y a pesar de que Michelle estaba más que dispuesta a torturar a Sebastián durante un largo tiempo, también estaba completamente segura de que esa tortura en particular la iban a disfrutar mucho los dos.Así que dejó abierta la ventana esa noche y trató de no reírse demasiado mientras escuchaba todo el escarceo que formaban los hermanos Vanderwood afuera.—¿Pero ustedes qué demonios hacen aquí? —protestaba Sebastián viendo que sus cuatro hermanos de sangre y el del corazón se habían reunido todos para verlo atrapar.—¡Pues vinimos a documentar la hazaña! —exclamó Ranger sacando de inmediato su celular para empezar a grabarlo—. No todos los días un CEO neoyorquino, magnate de la industria ganadera, sofisticado, sexi y elegante…—Gracias por lo sexi...—…Hace el intent
LA TRAMPA PERFECTA. CAPÍTULO 95. Un besito para hacer un príncipeTenemos que ser justas, y para eso es necesario decir que Sebastián se hartó del teatro, subió las escaleras interiores de la casa como un vikingo en plena conquista, y a punto estuvo de patear aquella puerta de la habitación de Michelle si no hubiera estado abierta ya.—¡A ver, loquita, vamos a ponernos de acuerdo! —suspiró Sebastián—. ¡Este relajo tiene que tener orden o de lo contrario a mí me va a dar algo!—¿Una explosión hormonal?—¡Un puto infarto!—¡Bueno, bueno, no hay que ponernos tan dramáticos, príncipe! —sonrió Michelle con coquetería mientras cruzaba los brazos detrás de su cuello y lo acercaba a su cuerpo—. Estoy totalmente de acuerdo con el relajo, el orden y el desorden, siempre y cuando sea contigo.El pecho de Sebastián se infló como un sapito orgulloso y no podía negarlo, lo único que quería era compartir absolutamente todas las locuras de aquella mujer. Así que hizo lo que debía haber hecho hacía se
LA TRAMPA PERFECTA. CAPÍTULO 96. Votos matrimonialesMichelle miró aquel vestido blanco que colgaba de una percha en su habitación. El día anterior Lynett, Blair y Heilyn habían conseguido que una modista trajera más de cincuenta vestidos solo para que ella se los probara, y dos cosas habían pasado: la primera era que la muchacha se había enamorado de todas sus cuñadas; y la segunda era que había elegido un vestido sencillo y vaporoso, y lo suficientemente largo como para poder ponerse en par de sandalias bajas, porque planeaba bailar mucho con su futuro esposo y no podía hacerlo en tacones.—¿De verdad se lo vas a dejar pasar? —preguntó Eva acurrucándose sobre la cama y tratando de que aquella carcajada que tenía atorada en la garganta no fuera demasiado evidente.—¡No sé de qué estás hablando! —respondió Michelle haciéndose la desentendida, pero bastó con que ella y su mejor amiga cruzaran miradas para que las dos estallaran en risas.—¡No puedo creer que a estas alturas Sebastián t
LA TRAMPA PERFECTA. CAPÍTULO 97. La trampa finalSiete meses después—¡Este no es sitio para tener a un bebé! ¡Mucho menos a dos! —exclamaba Sebastián desesperado porque habían hecho un último viaje a Texas antes de que nacieran sus hijos, y como si reconocieran sus raíces, los bebés habían decidido adelantar su nacimiento un par de semanas.—Lo sé, hijo, pero tienes que calmarte —lo reconvino Rufus señalando hacia una de las ventanas, al diluvio que estaba cayendo fuera de la casa—. Créeme que yo soy el primero que estoy desesperado por sacarla de aquí y llevarla a un hospital, ¡porque tu mujer es pura sangre pero no yegua! ¡Estoy de acuerdo contigo en que no debería tener a tus hijos en casa, sino en un hospital como la gente normal! ¡Pero ninguno de nosotros controla el clima, y salir afuera es ponerla en peligro!—¡Pero si nos llevamos la camioneta grande! ¡Si vamos con cuidado...! —se desesperó Sebastián porque lo único que podían escuchar de fondo eran los gritos y las amenazas
PEQUEÑA REBELDESINOPSISDe lo único que Gabriella estaba segura era de que la habían adoptado en algún momento de su infancia, pero su “padre adoptivo” se había conformado con dejarla crecer lejos de él en el mejor internado de Nueva York, así que solo lo conocía por algunas cartas y una foto que le había pedido alguna vez.Ranger Wallis, por su parte, había pasado los últimos trece años guardando aquel secreto, asegurándose de que lo más sórdido del mundo y los horrores de su pasado se mantuviera alejados de ella, hasta que aquella llamada telefónica lo cambió todo.“Gabriella acaba de cumplir los dieciocho, tiene que venir a reclamar su herencia y… todo lo demás. Sabes que tiene un sitio importante que ocupar, así que ya es hora de que la devuelvas, Ranger”.PREFACIOHay secretos que deben guardarse toda la vida. Secretos que son tan importantes que pueden costarle a un hombre incluso su alma, especialmente cuando ese hombre es lo suficientemente joven e inexperto como para tener e
PEQUEÑA REBELDE. CAPÍTULO 1. Una llamada telefónicaTrece años después.Ranger estaba más que feliz en medio de aquella boda, porque después de todo había puesto su modesto granito de arena… o mejor dicho, su modesta balita de plomo, para que aquellos dos locos por fin estuvieran juntos, felices y a salvo. Así que estaba disfrutando de la boda de Sebastian y Michelle, rodeado de su familia del corazón, cuando aquella llamada telefónica desde un número desconocido lo puso alerta.No reconoció la voz, porque después de tantos años era imposible, pero sí comprendió perfectamente lo que estaban diciéndole, y si era honesto, tenía que reconocer que cada una de aquellas palabras lo aterraron por completo.“Gabriella acaba de cumplir los dieciocho”, declaró la voz de una mujer con tono gélido. “Tiene que venir a reclamar su herencia y... todo lo demás. Sabe que tiene un sitio importante que ocupar, así que ya es hora de que la devuelva... señor Wallis”.—¡¿Quién demonios eres?! —gruñó mientr
PEQUEÑA REBELDE. CAPÍTULO 2. Un encuentro peligrosoAquello ni siquiera podía llamarse impaciencia, Ranger daba vueltas de un lado al otro de aquel pequeño avión ejecutivo, que Max había logrado conseguirle en el último minuto, como si el hecho de que él siguiera en movimiento hiciera que el aparato fuera aún más rápido.El corazón le había subido a la garganta en el mismo momento en que había escuchado mencionar el nombre de Gabriella. Era cierto que no había tenido ningún contacto directo con ella desde que tenía cinco años, pero eso no lo hacía sentirse menos responsable por ella.—¡Demonios, demonios! —gruñó dándose cuenta de que por más que había intentado mantenerla alejada y protegida, eventualmente alguien había terminado por recordarla, alguien la estaba buscando, alguien que quería usarla como una pieza en algún juego que él todavía desconocía, pero que estaba completamente convencido de que terminaría poniendo la vida de la muchacha en peligro.No tenía idea de quién era la