LA TRAMPA PERFECTA. CAPÍTULO 55. Una aniquilación verbal—¡Ja, lo dije! ¡Más sabe el diablo por viejo que por diablo! —exclamó Rufus y lo mismo Michelle que Sebastián le dirigieron una mirada asesina.—¡Señor Rufus, ya deje de jugar con estas cosas! —sentenció Michelle—. ¡Yo no estoy...!—¿Segura? —preguntó Ranger abriéndole los ojos.—¡Claro que...!—¿¡Segura que estás segura?! —insistió Matt y Michelle apretó los labios porque jamás en su vida se había sentido tan emplazada.—¡Basta! —Se oyó entonces la voz furiosa de Ivanna—. ¡Esto es indignante! ¡Esto es lo más vil y frustrante que alguien me ha hecho en la vida y no tengo por qué soportar esta humillación de mi familia política! ¡No es correcto lo que están haciendo y tú...! —ladró girándose hacia Michelle y acercándose a ella—. ¿¡No te bastó con todo lo que ya hiciste!? ¡Sebastián es mi prometido, mío! ¡Y ahora resulta que hasta te casaste con él a traición!Los ojos de Michelle se achicaron porque ella era una maestra de las pa
LA TRAMPA PERFECTA. CAPÍTULO 56. La palanca del carro Iba ofuscada, eso era cierto, pero también era cierto que no había ninguna razón de peso para que Michelle estuviera a cuatro ojos en medio de un estacionamiento público, o al menos eso creía ella y evidentemente se equivocaba. Lo único que sintió fue un brazo pasándose alrededor de su cintura y la forma brusca y violenta en que era levantada por un hombre, ¡porque maldición, ninguna mujer tenía fuerzas como para eso! Intentó gritar, pero una mano le cubrió la boca, y alguien puso una capucha negra sobre su cabeza, justo después de que le cubrieran los labios con cinta adhesiva. Decir que trató de luchar fue poco. Decir que no lo consiguió sería más acertado. Porque la verdad era que fuera quien fuera que se le estuviera llevando, o no era un improvisado o había mandado a profesionales. Alguien la ató con el mismo cinturón de seguridad a uno de los asientos de la camioneta, yo solo sintió la forma violenta en que aquel auto ace
LA TRAMPA PERFECTA. CAPÍTULO 57. En gemelo más lindo Decir que asustaba era poco. Decir que de abajo para arriba la vista era terriblemente espectacular era poco. Pero aquel hombre se aseguró de que sus reflejos fueran dignos de un buen vaquero, y se levantó a toda prisa. Su primer movimiento y el más importante para su salud fue quitarle aquella palanca de las manos, y como esas manos ya venían con bofetadas incluidas, también se las sujetó detrás de la espalda mientras la pegaba a él con tanta fuerza, que hasta sentía sus pechos aplastarse contra su torso... ¡Y lo peor es que también se le subían! —¡J0der, qué buena estás! —jadeó sin poder evitarlo, porque pocas cosas lo ponían tan alborotado como la adrenalina que le provocaba una mujer mandona. —¡¿DISCULPA!? —se escandalizó Eva abriendo mucho los ojos—. ¡¿Qué dijiste, infeliz!? —Dije que no, que no es la primera que me pasa por delante esta noche, pero como no tengo ni esposa ni prometida, puedo aceptar todas las put@s de med
LA TRAMPA PERFECTA. CAPÍTULO 58. DesaparecidaY no había que ser adivino para comprender que aquella era una orden que Ranger estaba más que dispuesto a cumplir a la mayor brevedad. Se dio la vuelta sobre sí mismo para entrar a su propia habitación y solo un segundo después ya estaba haciendo una llamada tras otra mientras Sebastian abría la puerta de su cuarto para que Eva entrara y le explicara qué era lo que estaba pasando.Sin embargo, no había demasiados datos. El único era que Michelle no contestaba el teléfono, y no se había subido a aquella camioneta para regresar a casa.—¡Esto no es un teatro, te lo juro por Dios! —exclamó Eva mirando a Sebastián a los ojos—. Michelle está como una cabra, eso no es novedad, pero no asustaría así a su abuela ni a mí. Ella vino a darte el divorcio por sus piecitos, nadie la obligó, así que me juego las dos manos a que ni se está escondiendo ni está haciendo un show. ¡Por favor, tenemos que encontrarla!Sebastián se llevó las dos manos a la cab
LA TRAMPA PERFECTA. CAPÍTULO 59. Una princesa en el castilloHabía un punto, o al menos debía haberlo, en el que todas las personas por más estúpidas que fueran debían saber cuándo detenerse.Por desgracia eso no se aplicaba precisamente a los obsesionados ni a los avaros. Michelle lo supo en el momento exacto en el que la sacaron de aquella camioneta y se dio cuenta de que el clima era diferente al de Piney River y eso hizo solo podía significar una cosa: Que se habían desplazado muy al sur durante aquellas horas en que la camioneta había permanecido en movimiento.Sintió el momento exacto en que la desataban y la llevaban trastabillando hasta alguna edificación. Sentía la superficie suave bajo sus zapatillas, así que había tierra alrededor, y por la falta de ruidos de autos sabía no estaban en la ciudad.Sin embargo, aunque había tenido demasiado tiempo como para que cientos de hipótesis le cruzaran su cabecita de escritora, en el mismo momento en el que la sentaron en una silla y l
LA TRAMPA PERFECTA. CAPÍTULO 60. Una bodaMichelle juraba que no le tenía miedo de Walter Hughes, sin embargo por desgracia ese era un error, porque no era mentira que aquel hombre había estado obsesionado con ella desde que era una niña.Había esperado lo suficiente como para enredar a Franklin y hacer que todos sus negocios dependieran de él, hasta que la última condición para dejarlos salir a flote había sido un matrimonio con su hija.Por eso mismo no había tenido que mover ni un dedo, y en el mismo momento en que Franklin se había enterado de que ya no tenía un marido que la reclamara o que fuera a hacer todo un escándalo, se había ocupado él mismo de pagarle a unos matones para que se la llevaran.Sin embargo aunque Walter Hughes no era el autor de aquel secuestro, sí era el mayor beneficiado, y Dios sabía que ya no estaba dispuesto a seguir esperando.—¡Quita esta porquería de aquí, Michelle! —espetó con frustración porque no olvidaba toda la humillación que había sufrido en la
LA TRAMPA PERFECTA. CAPÍTULO 61. Desesperación—!Tiene que haber una forma! ¡Tiene que haber una manera de encontrarla rápido!Sebastián Vanderwood ni siquiera estaba cerca de imaginar lo mucho que podía llegar a descontrolarse, pero era evidente que por aquella mujer cualquier rastro de cordura quedaba eliminado de su conciencia.Para el momento en que salieron de aquel hotel como una tromba, sólo quedó detrás la figura histérica de Ivanna gritándoles y preguntándoles a dónde iban.Y obviamente nadie le respondió, porque nadie estaba en aquel momento como para prestarle atención a sus berrinches, sin embargo ese no fue el problema, el mayor problema y del que nadie se percató en ese momento fue la cara que puso cuando vio a aquella mujer prendida de la mano de Asher. Si hubiera sabido que el término correcto era “todavía”, porque “todavía” Asher no había soltado a la pelirroja, posiblemente se hubiera puesto mucho peor de lo que ya estaba.—Te prometo que vamos a encontrar a Michelle
LA TRAMPA PERFECTA. CAPÍTULO 62. El color de la rabia—Tenemos pocos ojos dentro de la finca, porque Max solo ha logrado hackear las cámaras exteriores, adentro no hay ninguna, así que sean lo más silenciosos posible ¿de acuerdo? —les instruyó Ranger a los hermanos Vanderwood—. No podemos arriesgarnos a un enfrentamiento directo a menos que sea estrictamente necesario.Se acercaron a la barda del fondo de la propiedad, justo por donde Max les indicaba que había menos vigilancia, y la saltaron uno tras otro, Ranger el primero, para ir a neutralizar al único guardia que había en ese sitio.Dejarlo noqueado le costó apenas unos pocos segundos y luego apretó el intercomunicador en su oído.—Muy bien, uno menos, chicos, reúnanse. Max, ¿qué tenemos por delante? —preguntó Ranger y un segundo después la respuesta de aquel hombre dejaba a todos mudos y espantados.“Nadie demasiado atento, parece que van a tener el camino libre desde aquí a la casa. Todos están distraídos con la boda”.—¡¿La qu