LA TRAMPA PERFECTA. CAPÍTULO 62. El color de la rabia—Tenemos pocos ojos dentro de la finca, porque Max solo ha logrado hackear las cámaras exteriores, adentro no hay ninguna, así que sean lo más silenciosos posible ¿de acuerdo? —les instruyó Ranger a los hermanos Vanderwood—. No podemos arriesgarnos a un enfrentamiento directo a menos que sea estrictamente necesario.Se acercaron a la barda del fondo de la propiedad, justo por donde Max les indicaba que había menos vigilancia, y la saltaron uno tras otro, Ranger el primero, para ir a neutralizar al único guardia que había en ese sitio.Dejarlo noqueado le costó apenas unos pocos segundos y luego apretó el intercomunicador en su oído.—Muy bien, uno menos, chicos, reúnanse. Max, ¿qué tenemos por delante? —preguntó Ranger y un segundo después la respuesta de aquel hombre dejaba a todos mudos y espantados.“Nadie demasiado atento, parece que van a tener el camino libre desde aquí a la casa. Todos están distraídos con la boda”.—¡¿La qu
LA TRAMPA PERFECTA. CAPÍTULO 63. A punto del desmayoHabía gente desesperada en el mundo, y luego estaba aquello que sentía Sebastian Vanderwood en aquel momento, aquella mezcla de impotencia desesperada y de frustración, porque Michelle había reaccionado a los diez o doce segundos, pero era evidente que estaba demasiado débil o aturdida como para protestar.En menos de lo que se habían imaginado Matt se llevaba por delante las rejas principales de aquella hacienda con una de las camionetas todoterreno, y estacionaba junto a ellos.Sebastián acomodó a Michelle lo mejor que pudo en el asiento trasero y luego se subió, sosteniéndola contra su cuerpo sin que absolutamente a nadie, incluida la asesina en potencia que era Eva en aquel momento, se atreviera a cuestionarlo.El hospital más cercano estaba solo a quince minutos, y de verdad no había ambulancia que pudiera superar la capacidad de conducción de Ranger.Nate iba haciendo las llamadas pertinentes por el camino y para el momento en
LA TRAMPA PERFECTA. CAPÍTULO 64. Una advertencia oportunaLívido consternado, blanco cascarón, pálido histérico. Había muchas definiciones para el color que tenía el rostro de Sebastián Vanderwood en aquel momento, pero ninguna de ellas era amable ni bonita.Abrió mucho los ojos y sus labios se despegaron, pero por más que los movía, otra vez no salía ni una palabra.Tenía un grito ahí atorado en la garganta, uno que tardó un largo minuto en salir pero después no se detuvo.—¡¿Cómo que qué quiero hacer con el bebé, Michelle?! —escandalizó acercándose a la cama y los ojos de la muchacha se centraron en él con un respingo sorprendido—. ¡¿Eso que demonios quiere decir!? ¿¡Que no piensas tener al bebé!? ¡Porque o sea, tú estás loca, loca como una cabra, pero de verdad espero que no tan loca! ¡¿Pues qué se te ocurre que vamos a hacer con el bebé si no es tenerlo!? ¡Vamos a hacer lo que se supone que hay que hacer, esperar nueve meses a que ese pastel termine de hornearse y luego pelearnos
LA TRAMPA PERFECTA. CAPÍTULO 65. Noticias desagradablesSebastián salió de allí con el corazón latiéndole a todo lo que daba.—Dos pasteles —murmuró en cuanto sus hermanos lo rodearon—. Son dos pasteles.—¡Ay Dios, a este ya se le acabaron de cruzar los pocos cables que le quedaban enteros! —suspiró Nate.—¿Categoría “cortocircuito” o directamente “apagado general”? —preguntó Asher moviendo una mano frente al rostro de su gemelo para ver si reaccionaba.Sin embargo, entre aquellas personas había alguien con una sonrisa en el rostro, que terminó palmeando el hombro de Sebastián.—Dos pasteles ¿no, hijo? —sonrió Rufus—. Un pastel, dos pasteles —dijo señalando el pecho de cada uno de los gemelos y todos abrieron mucho los ojos, comprendiendo que probablemente tendrían dos sobrinitos.—¡Joder al final va a ser que Max tenía razón, y de verdad tú naciste con estrella! —exclamó Ranger cruzándose de brazos con expresión incrédula—. La gente normal que pierde la memoria termina en un hogar pa
—¡¿Qué está diciendo?! —El vozarrón de Sebastián y más aún enojado hizo que Michelle se sobresaltara en su asiento—. ¡¿Cómo que Walter Hughes va a quedar libre!? ¡Ese tipo ayudó a secuestrar a Michelle, tiene que pagar por lo que hizo!Frente a él el detective parecía incluso más incómodo y frustrado.—Yo creo exactamente lo mismo que usted, señor Vanderwood, pero por desgracia no hay nada que podamos hacer. No hay ni una sola evidencia que indique más que una complicidad, todos los implicados acusan a Franklin Dalton, así que no podemos hacer absolutamente nada para arrestar a Walter Hughes, al menos en este momento. Sé que es una noticia difícil de encajar, pero por favor tenga paciencia, el tipo se va a equivocar tarde o temprano.Sin embargo aquello no era un consuelo, absolutamente ningún consuelo para Sebastián, que estaba a punto de gritarle al detective que no podía darse el lujo de esperar a que aquel viejo se equivocara, no cuando significaba que la vida de Michelle y de sus
LA TRAMPA PERFECTA. CAPÍTULO 67. Una amenaza cumplida—¡Espera, espera, espera! —Sobraba decir que a aquella hora ya Sebastian estaba que le echaban humo las orejas, porque se había pasado el resto del camino pensando en qué demonios tenía que hablar su padre con Ranger, porque además de ser el mejor amigo de Nate y en efecto un hermano del corazón para ellos, ¡era evidente que no tenía nada más que ser allí!—. ¿Qué es lo que está pasando aquí, si se puede saber?Pero antes de que pudiera hacer un escándalo, el señor Rufus le hizo un gesto a Ranger para que se adelantara a entrar a la casona mientras él se quedaba poniendo en su sitio a Sebastián.—Más te vale que te comportes, porque la situación es delicada —le advirtió como si no estuviera tramando absolutamente nada en su contra—. Ahora la prioridad es proteger a Michelle y a tus hijos, así que cuídate mucho de hacer un escándalo.—¿¡Y crees que no sé eso?! —gruñó Sebastián—. No me hace ninguna gracia que Walter Hughes haya quedad
LA TRAMPA PERFECTA. CAPÍTULO 68. ComplicidadLo peor de todo no era escucharlo gritar “señor, sí señor”, lo peor de todo para Sebastián fue que en aquel mismo momento fue como si se convirtiera en un cero a la izquierda porque nadie, absolutamente nadie, estaba preguntándole su opinión sobre aquello.Ranger descargó la bolsa de campaña que todavía llevaba al hombro y se acercó de inmediato. En aquella casa ya lo conocían, pero nadie tenía conocimiento de que era un ex militar.—Gracias a él fue que pudimos encontrar a la niña —sentenció Rufus mientras el resto de la tropa perdía completamente el mérito, y por supuesto sólo había uno del resto de la tropa al que eso le importara—. Uno de los oficiales más destacados de las fuerzas especiales, altamente entrenado y con buenos contactos. Lo dejo a tu disposición.—Bueno... —murmuró la abuela mirándolo de arriba a abajo—. Todo sea por que cuide a la niña ¿verdad? —suspiró—. Vamos muchacho. Merci, por favor, prepárale una de las habitacion
LA TRAMPA PERFECTA. CAPÍTULO 69. Una pelirroja sin filtroY aquello parecía una tragicomedia. De verdad parecía una de esas películas donde el pobre protagonista no lograba de ninguna manera volver a levantar la cabeza después de un tropiezo, pero si era honesto Sebastián se sentía así exactamente.Lo primero era la seguridad de Michelle y de sus hijos, eso estaba claro, pero no cambiaba el hecho de que Michelle quedándose sola con Ranger le crispaba hasta la última de sus terminaciones celosas.—¡No estoy de acuerdo con esto! ¡Maldición, no estoy de acuerdo con esto! —gruñó mientras se dirigía también fuera de la casa antes de que nadie pudiera detenerlo, y alcanzó a Michelle justo cuando ella y Ranger estaban a punto de subirse a la camioneta que los llevaría a la cabaña.Todavía tenía mucho por decirle. Había cientos de cosas en las que debían ponerse de acuerdo sobre sus hijos, ¡y lo correcto era que los cuidara él, él y nadie más!—¡Michelle, espera! —exclamó sujetando la puerta