CAPÍTULO XVII.
_ ¡Pido el próximo baile con la novia!Al parecer ser el menor de los Di Sávallo también convertía a Alessandro en el menos serio de los hermanos, pero lo cierto era que nadie en aquella fiesta estaba serio. La segunda temporada del Campeonato Mundial de Rally había terminado por fin después de tres meses y los números de Ángelo lo
ESTA NOVELA ES PARTE DE UNA SERIE QUE CONTINÚA EN:"LOS LABIOS DE AITANA"CAPÍTULO 1.&md
ALERTA DE SPOILER"Dos meses, ni un día más, ni un día menos". Aquella era la regla por la que Ian se había guiado toda su vida, en especial cuando se trataba de mujeres. Dos meses era también el tiempo que le tomaba entrenar a un cachorro, y cuando accedió (muy a su pesar) a cuidar de aquella chica, se dijo que no habría ninguna diferencia. La entrenaría como a uno de sus lobos, la obligaría a despertar, le enseñaría a sobrevivir... y luego la enviaría de vuelta a casa, de vuelta a su vida... lejos...<
Levantó la vista y se perdió lejos, lejos, donde el mar devoraba ferozmente la roca._ ¡Te lo suplico, Ian, hazlo por mí!Intentó escapar de su voz, de su ent
A la mirada de espanto de Katherine, Ian respondió con la seguridad que se precisaba._ Levántate. _ le ordenó, él siempre ordenaba _ Yo te llevaré.No necesitaba ser un genio para comprender que en el estado de zozobra en que se hallaba, la mujer no debía conducir.
_ ¿Qué? _ la pregunta de Katherine no expresaba sorpresa, sino indignación _ ¿Cómo que la vas a internar?_ Pues eso, precisamente. Ya hice los arregl
Katherine no se movió. Por un segundo creyó que no podría respirar y luego dejó escapar un suspiro, aliviada._ No lo haré. _ murmuró, como si esas ocho palabras de Ian le hubieran devuelto de un tirón todas las esperanzas _ Confío en ti._ ¿Estás consciente de lo que esta decisión significa? _ preguntó él, co
El salón principal de la casa era amplio, iluminado. A su alrededor doce ventanales enormes ofrecían un paisaje exquisito. Silencioso, relajante. Las puertas del fondo daban a la terraza, y la terraza al mar. Pero conocer aquel pequeño universo no parecía entrar dentro de los intereses inmediatos de su invitada; de modo que Ian la acomodó en uno de los sillones y regresó a la camioneta por sus cosas.Sombra lo esperaba afuera con actitud expectante, le acarició la cabeza y el lobo le obsequió un lengüetazo de cariño. Lo habí