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Oro, perlas y diamantes

Lee Young Mi se mira en el espejo y se aplica un poco de polvo traslúcido para sellar su maquillaje.

—Ya sales tú. ¿Lista? —pregunta su asistente.

—Lista.

Se levanta y sale del camerino para dirigirse a la pasarela. Modela luciendo un elegante tapado negro con una camisa blanca debajo y una pollera negra de tiro alto. Da una vuelta por la pasarela y luego desaparece tras las cortinas. Del otro lado la están esperando sus hermanos:

—¡Qué bien lo hiciste! ¡Bravo! —aplaude Lee Dae Hyun.

—¡Gracias! —responde Young Mi mientras lo abraza.

—Bueno, bueno. Es mi turno ahora —dice Lee Hye Kyo, separándolos del abrazo—. ¡Felicidades, hermana! Estás bellísima.

—¿Y nadie me va a desear suerte? ¡Es mi primer desfile! —se queja Lee Taeyang.

—¡Ay lo siento hermanito! Lo harás excelente. ¡Tú puedes! —lo anima Young Mi.

—Gracias… Uff… —respira profundo—. Aquí voy.

Taeyang sale a la pasarela algo nervioso por ser su primer desfile. Es un muchacho muy apuesto y siempre quiso modelar la ropa de la empresa de su padre. Siente que el modelaje es lo suyo. Lleva puesto una camisa negra ajustada al cuerpo, arremangada hasta los codos; un pantalón de vestir blanco y zapatos negros de charol. Observa al público hacer comentarios y esto lo pone más nervioso aún. Decide dejar de verlos y concentrarse en lo suyo. Luego de dar la vuelta se mete entre las cortinas y se lanza sobre Dae Hyun:

—¿Y? ¿Cómo salió? ¿Lo hice bien?

—Hermano… déjame decirte que… —dice poniendo suspenso a sus palabras.

Taeyang lo mira asustado.

—Lo hiciste magníficamente bien, te luciste —le sonríe.

—Maldito, casi se me detiene el corazón —dice aliviado.

—A ver si ahora alguna de las chicas que te vio te pide tu número —le dice Hye Kyo con tono pícaro.

—Dios te oiga hermana. Y que sea linda, buena, alocada… pero no tanto. Que tenga un lunar como Marilyn Monroe… No, mejor… sin lunares —dice con la vista clavada en la nada, imaginando a su mujer ideal.

Sus hermanos ríen.

—En fin, solo espero que esta vez funcione.

—Quizás tus relaciones siempre fracasan porque esperas ese ideal —dice Dae Hyun.

—¿Tú crees? ¿Tú no tienes algún ideal?

—Bueno pues… obviamente hay ciertos rasgos tanto físicos como personales que me gustan más que otros pero…

—Ay ya —lo interrumpe—. Tienes un ideal, hermano mayor. Solo espero que no sea igual al mío —ríe.

Chung Hee se acerca a ellos y los saluda:

—¡Ey! ¡Hijos míos, vengan aquí! —dice contento extendiendo los brazos.

Young Mi y Taeyang se acercan para abrazarlo.

—Lo hicieron muy bien. Young Mi: una diosa como siempre —le dice mirándola y luego le besa la frente—. Taeyang… hay una empresa que quiere contratarte para modelar.

—¿Qué? ¿Es en serio? —pregunta, incrédulo.

—Felicidades, hijo —le dice orgulloso, apoyando la mano en su hombro.

—Gracias, padre —dice feliz.

Cuando el hombre se retira, comienza a brincar entre sus hermanos mientras estos lo felicitan y alaban por su logro.

—¡Amores! Vengan aquí, mis niños talentosos! —dice Seung.

—¡Mamá! —exclaman Young Mi y Taeyang mientras corren para abrazarla.

—Felicidades. Lo han hecho muy bien. Vamos a casa.

Todos se retiran del lugar y se encarrilan para la mansión. Una vez allí, cada uno continúa con sus actividades.

Chung Hee y Seung quedan solos en la sala de estar.

—Nuestros hijos son tan talentosos… tan lindos —dice Seung agraciada.

—Es cierto —contesta Chung Hee mientras la besa en la mejilla—. Tú también podrías desfilar, te queda hermoso ese vestido.

—Ay Chung Hee… ¿Quieres a una vieja en tu pasarela?

Él ríe. —Una vieja sexy.

—O sea que si crees que soy vieja? —pregunta indignada.

—Lo dijiste tú, no yo.

Ella le pega en el brazo y finge enojo. Él se ríe y la toma del rostro para besarla en la boca.

—Voy a mi estudio, debo hacer unos trabajos que tengo pendientes —dice él.

—Está bien, no te agobies tanto. ¿Si? Adiós.

El señor Lee se retira y Seung va a la cocina:

—Prepárame un café —le dice a una de las criadas.

—Si, señora —al rato se lo entrega.

Seung se lleva la taza a la boca y toma un sorbo. —Está frío, prepárame otro —dice mientras lo tira.

—Si, señora. Discúlpeme.

El celular de Seung comienza a sonar. Ella lo agarra para ver quien es y se va de la cocina a un lugar en el que nadie oyera sus palabras. Luego de cerciorarse de que está sola, contesta.

—Hola.

—Hola, ¿cómo estás?—pronuncia un hombre, con modulador de voz.

—Agotada… Recién llegamos de la presentación de la última colección de LCH. Los niños desfilaron, deberías haberlos visto… tan hermosos.

—¿Le tomaste fotos a Young Mi?

—Sí, salieron preciosas. Enseguida te las envío.

—Me imagino que sí… Mi princesa nunca se ve mal.

—No hables así de ella. No vaya a ser que alguien te oiga.

—Estoy solo, puedo hablar de mi hija como quiera.

—Bien, tengo que colgar. ¿Si? Hablamos luego.

Corta y va nuevamente a la cocina.

—Su café, señora.

—Otra vez está frío.

—Se enfrió mientras hablaba por su celular, señora. Lo siento, le prepararé…

—Deja, está bien —la interrumpe—. Ya se me pasaron las ganas de tomar.

La sirvienta hace una reverencia mientras Seung se retira y balbucea «Estúpida».

                                                                * * *

Dae Hyun ve a Young Mi sentada sola en el césped del parque y decide acercarse. Se sienta a su lado y juntos admiran el verde del lugar.

—En qué piensas? —pregunta él.

—Estoy algo nerviosa por el lunes.

—¡Oh! Tu primer día de universidad. Tranquila… Todo saldrá bien. ¿Qué te preocupa exactamente?

—No lo sé… Que no sea lo que quiero en realidad.

—Y si no lo es ¿Qué?

—Creo que decepcionaría a papá.

—¿Qué? ¿Qué dices? Él quiere tu felicidad y bienestar. Te apoyará en lo que sea que quieras hacer.

—Siempre dijo que me quería en la empresa.

—¿Y tú estudiarás diseño solo para cumplir su deseo?

—¡No! No lo sé… No sé si es lo que quiero hacer, ese es el problema, no estoy segura de nada.

—¿Y quién te exige que lo estés?

Ella lo mira.

—Si no pruebas no lo sabrás nunca.

Ella sonríe y asiente.

Ya es lunes por la mañana y Young Mi está preparada para salir. Su chófer la alcanza hasta la puerta de la universidad. Al bajar del automóvil se encuentra con un montón de personas. Algunas entrando al campus, otras saliendo. Se aproxima a la entrada y examina el lugar. Ingresa y comienza a caminar buscando donde tendría sus clases. El lugar es como un laberinto.

—Que bueno que Dae Hyun me haya aconsejado venir una hora antes —dice para sí mientras mira el horario en su teléfono. Al alzar la vista, ve a un chico guardando algunas pertenencias en un locker. Se acerca para consultarle.

—Hola, disculpa. ¿Sabes dónde está la clase 145?

—¡Hola! ¿Para qué profesión?

—Diseño de Indumentaria.

—Primer piso a la derecha.

—¡Gracias! —se va por las escaleras.

El chico la observa hasta que desaparece de su vista.

—Es linda. ¿No te parece? —escucha que le dicen.

—¡Ho Jin! ¿Desde cuándo estás aquí al lado?

—Ya sabes, si hay chicas lindas aparezco—dice mientras acomoda su brillante cabello negro, con una sonrisa pícara.

—Cállate.

Un grupo de chicas pasa mientras saluda a Ho Jin y él les devuelve el saludo con la mano mientras les sonríe. —¿Lo ves? —le dice a Min—. Soy popular entre las chicas, ninguna puede resistirse a mis encantos —dice riendo.

—Choi Ho Jin, que te calles.

—¿Qué onda, compañeros?

—¡Kim Chul Mo! ¿Cómo estás, amigo? —pregunta Ho Jin y le choca la mano.

—¡Bien! ¿Y tú? —pregunta alegre—. ¡Hola, Min!

—¿Cómo estás? —pregunta Min y le da un apretón de manos.

—¿Saben algo de Se Hyung? —pregunta Ho Jin.

—Quizás tenga vergüenza de ver a Min a la cara luego de que rechazara su cita —dice Chul Mo en tono divertido. —Ay… Este chico.

—No me lo recuerden, por favor —pide Lee Min mientras se cubre la cara con las manos.

Sus amigos ríen por el gesto.

—Cha - Se - Hyung está aquí, perras —dice mientras se señala a sí mismo con la mano.

—¡Hola! No estábamos hablando de ti en absoluto —le dice Chul Mo.

—Eso no lo creo, estoy en boca de todos los nenes de esta universidad —dice mientras choca la mano con sus amigos—. ¡Hola, Min! —a este lo saluda con beso en la mejilla.

—Hola, Se Hyung —le dice, algo incómodo.

—Tranquilo, ya te superé —dice poniendo los ojos en blanco—. ¿Amigos? —pregunta dándole la mano.

—Amigos —dice Min sonriendo mientras se la estrecha.

—Bien chicos, nos vemos a la hora del almuerzo. ¿Está bien? —dice Ho Jin.

Cada uno se dirige a su clase.

Llega el mediodía y se encuentran los cuatro para almorzar y hablar de sus clases. Se habían conocido todos en la facultad hacía ya dos años. Desde entonces forjaron una amistad muy fuerte.

En un momento, Ho Jin se distrae de la conversación.

—¿A dónde estas, amigo? —pregunta Chul Mo.

—Ahí —señala a Young Mi, quien se encuentra almorzando sola a dos mesas de distancia de ellos.

Los cuatro posan su vista en ella.

—Woah… Que linda… —dice Chul Mo.

—Lo siento chicos, me iré un momento —dice Ho Jin.

Se acerca a ella y se presenta.

—¡Hola! Soy Ho Jin. ¿Cómo estás?

—¡Oh, hola! Young Mi — se presenta mientras observa el atractivo y deslumbrante rostro del chico.

—Hermoso nombre, pero no tanto como tú —le dice con su astuta sonrisa.

Ella ríe algo avergonzada.

—¿Eres nueva?

—Sí, es mi primer día.

—¡Oh! Genial. Bueno… Cualquier cosa que necesites, puedes preguntarme.

—Claro, gracias —dice sonriendo.

—Volveré con mis amigos. Un gusto, Young Mi —le guiña el ojo y vuelve a su mesa.

Ella mira a los tres chicos y se centra en Min, quien le indicó donde quedaba su clase. Le sonríe y luego vuelve a comer. Parece ser un chico sencillo pero con una mirada penetrante que llamaria la atencion de cualquiera.

—Creo que me he enamorado—dice Ho Jin justo después de sentarse.

Los tres chicos ríen.

—Es bella y muy dulce. —Dice mirándola—. Su cabello largo y amarronado, con esas ondas que me vuelven loco. Y esas mejillas sonrosadas, la hace parecer tan pura.

—Apenas la conoces. ¿Qué sabes? —pregunta Min.

Sé mucho de chicas… y creo que se está fijando en ti —le dice a Min.

—¿Qué? Estás loco.

—Observa y verás como te mira.

—¿Crees que alguien con tanto dinero se fijaría en alguien como yo?

—Se Hyung se fijó en ti.

Este mira hacia otro lado, fingiendo no haber escuchado.

—Mira su ropa, su bolso. Debe vivir entre oro, perlas y diamantes. Tendría sentido si yo fuese alguien como ella.

—Ay, eres un… —dice levantando la mano amagando un golpe en su cabeza—. ¿Cómo puedes decir eso sin conocerla? ¿Crees que todos los que tenemos algo de dinero somos así? Me ofendes.

—Lo siento. No es lo que quise decir. Ustedes son los mejores, chicos. Soy malo con las chicas, lo acepto. Mejor dejo de poner excusas ridículas —dice levantando la mano en señal de rendición.

—¡Para eso estamos nosotros! —dice Ho Jin poniendo la mano extendida en el centro a la espera de que los demás pongan la suya encima. Todos lo hacen menos Se Huyng. Los demás lo miran esperando. Él mira hacia otro lado hasta que se percata de que lo están mirando fijo.

—¡¿Qué?! —mira las manos y luego a ellos—. ¿Tengo que ayudarlos a buscar una novia para Min? ¿Es en serio? ¡Desalmados! —apoya su mano sobre la de los demás sosamente y sus amigos ríen.

—Bien chicos, gracias por su apoyo, pero debo ir a estudiar —dice Min.

—¿Estudiar? ¿El primer día de clases? —pregunta Chul Mo extrañado.

—Por algo le dieron la beca completa para una de las universidades más costosas de Corea —presume Se Hyung, orgulloso de su amigo.

Min ríe. —Saben que no me gusta atrasarme con las cosas —dice mientras se levanta y toma sus cosas.

—Claro, ve. Yo tengo un rato libre antes de entrar a mi próxima clase, así que me iré a jugar a algo. ¿Alguno que me quiera acompañar en algún juego de rol? —pregunta Chul Mo.

Los dos amigos lo miran sin dar respuesta.

—Okay… Ya entendí. ¡Los veo luego! —dice mientras se retira.

—¿Hace algo más que jugar videojuegos? —le pregunta Se Hyung a Ho Jin.

—No lo creo —contesta mientras ambos lo observan marcharse.

—¡Yo tengo una clase en diez minutos así que, nos vemos!

—¡Okay! Adiós.

Se Hyung se encamina hacia su clase cuando un grupo de chicas lo acorrala.

—Señoritas… lamento decirles que no me gustan las muj…

—Queremos el número de Ho Jin —lo interrumpe una de ellas.

—¿Qué?

—El número de Ho Jin, o no te dejaremos ir a tu clase.

Se Hyung ríe y se acomoda la chaqueta de cuero negra. —¿Por qué no se lo van a pedir a él? A mi amigo no le gustan las chicas cobardes. ¿Saben? Le gusta que vayan de frente.

Una de ellas extiende la mano a la espera del número.

Él suspira y le entrega su celular para que copie el número. —Yo no se los di. ¿De acuerdo?

—¡Gracias! —dicen ellas a la vez. Le dan cada una un beso en la mejilla.

—Ya, ya. Interesadas…

Young Mi, se adentra a la segunda clase del día. Se sintió a gusto con la primera y ahora está un poco menos nerviosa.

Al finalizar las clases, Ho Jin invita a sus cuatro amigos a tomar unas cervezas, como para recibir bien el nuevo ciclo universitario. Todos asienten.

—Avisaré a mi madre para que no se preocupe, luego los alcanzo —dice Min.

Marca el número de su madre y se lleva el teléfono a la oreja:

—Hijo. ¿Cómo estás? ¿Cómo te fue?

—Hola, mamá, bien. Me fue muy bien, gracias. Escucha, me juntaré con los chicos. Seguro llegue tarde a casa.

—Está bien, cuídate y mándales saludos a esos locos de tus amigos.

—Lo haré —dice sonriendo—. Te veo luego, ma.

Cuelga el teléfono y se dirige a la salida. En la puerta la ve a Young Mi. Se acerca a ella:

—¿Encontraste tu clase?

—¿Eh? ¡Oh! ¡Hola, si! Muchas gracias —dice sonriendo.

—Que bueno. ¿Primer día?

—Así es.

—¿Y como estuvo?

—Mejor de lo que esperaba —ríe.

—Que bueno… Por cierto, soy Lee Min.

—Lee Young Mi, un placer —dice mientras le estrecha la mano.

—Con mis amigos vamos a tomar unas cervezas. ¿Quieres unirte?

—Mm, me encantaría. Pero mi chófer ya está viniendo por mí —dice apenada.

—Oh, entiendo. Tal vez la próxima.

—Claro. Un gusto Min —corre hacia un automóvil rojo de alta gama que se había estacionado frente a ellos.

«Un gusto, Young Mi…» Dice para sí. La observa subirse al auto y esta, una vez dentro, le dedica una sonrisa.

—¿Ahora me crees?

Min se asusta y mira hacia su costado. —Ho Jin, por Dios. Deja de aparecer como fantasma —vuelve su vista a la chica.

—No diré que le gustas, pero… percibo cierto interés hacia ti. ¿Te interesa? No. No me digas nada. Es obvio que también estás interesado. No puedes dejar de verla —le dice Ho Jin mientras estudia su expresión.

El auto se aleja. Min lo sigue con la mirada y suspira —vamos —le dice al amigo, adelantándose hasta donde están los demás.

Ho Jin se queda viéndolo un segundo desde el lugar y sonríe ampliamente. Luego va caminando tras él.

Young Mi, mira por la ventana del auto mientras piensa en su primer día de clases. Sonríe tontamente sin darse cuenta. Su chófer mira por el espejo retrovisor y se da cuenta de esto por lo que le pregunta:

—Señorita. ¿Se encuentra bien?

Ella mira y responde confundida.

—Sí… ¿Por qué lo pregunta?

—No… Por nada —el chófer vuelve la vista al volante.

Young Mi, mira nuevamente hacia la ventana y se pone a pensar en el chico que había conocido. “Lee Min” pronuncia ella en voz baja. Cierra los ojos y apoya su cabeza en la cabecera del auto.

Al cabo de unos minutos llega a su casa. Entra y saluda a sus padres.

—Hola, mama —dice mientras le da un beso en la mejilla—. ¿Y papá?

—Está en el estudio mi amor, en una reunión.

—Oh bueno, lo saludaré luego.

Young Mi sube a su habitación y se cambia. A ella, desde pequeña le gusta el aeromodelismo. Siempre iba con su padre y a veces con su hermano mayor que también sabe volar. Le gusta el sentimiento de estar en el aire. Hace pocos años que vuela avionetas. Su padre le regaló una cuando cumplió 18 y le enseñó a conducirla. Es uno de sus hobbys.

Ella baja las escaleras y se acerca a la puerta con intenciones de salir, pero la voz de su madre la detiene.

¿A dónde vas hija?

Young Mi voltea. —Voy a volar.

—Oh bueno, ve —dice mientras sonríe.

—Espera hermana —se escucha una voz a lo lejos—. Nosotros también vamos.

Son Taeyang y los demás. Ellos no saben volar, por eso siempre van con ella y/o con Dae Hyun, ven hermosos paisajes mientras cantan canciones.

—Está bien, pueden venir —dice ella mientras ríe.

Todos se despiden de su madre y salen.

Al llegar, montan las avionetas. Hye Kyo va con Young Mi y Taeyang con Dae Hyun.

—Adiós hermanitas —dice Taeyang mientras finge llanto.

—Nos verás en minutos, no en cien años —dice Hye Kyo.

Todos ríen ante el comentario.

—Bien vamos, se hará tarde y no llegaremos para el almuerzo.

—Dae Hyun tiene razón, en marcha.

Todos suben con sus respectivos compañeros y emprenden viaje.

—¿Cómo fue tu primer día? —pregunta Hye Kyo

—Estuvo muy lindo —dice mientras una sonrisa se forma en su rostro.

—¿Conociste chicos lindos? —pregunta con una sonrisa picará.

—¿Q-Que? No me fije en eso.

—No te creo. Dime. ¿Te ha gustado uno en particular? Dime como es. ¿Alto? Tiene el cuerpo marcado? —pregunta curiosa.

Young Mi queda en silencio y sigue manejando.

—Bien, no me respondas, aunque yo sé que si te gustó alguien —sonríe.

Tardaron solo unos minutos en llegar a un lindo bosque. Se estacionaron en una gran montaña y bajaron.

—Llegamos —dice Taeyang mientras estira los músculos.

Se sientan en el césped y comienzan a hablar. Young Mi está callada y pensativa. Dae Hyun se da cuenta de eso y decide acercarse a ella.

—¿Estás bien?

No obtiene respuesta y vuelve a preguntar.

—Young Mi. ¿Te encuentras bien?

—¿Qué? Ah, sí.

—¿Tienes algo que te moleste?

—No. ¿Por qué?

—Te noto muy rara. ¿Sabes que puedes contarme todo, no?

—Si lo sé, pero en serio no hay nada que contar.

Quedan en silencio durante unos segundos y Dae Hyun vuelve a hablar.

—Sabes que no puedes mentirme, cuéntame. ¿Tiene que ver con la universidad? ¿Alguien te molestó?

—No, nadie me molestó.

—Entonces ¿qué es?

—Nada, solo…

—Le gusta un chico de su universidad —la interrumpe Hye Kyo.

—¡Hye Kyo! Te dije que…

La mencionada la vuelve a interrumpir.

—Si, si como digas. Sabes que de todas formas no te creo.

—¿Eso es cierto? —pregunta Dae Hyun.

—Puede ser… O sea, no sé si me gusta… Solo me cayó bien.

—¿O sea que si hay alguien? —pregunta Taeyang, uniéndose a la conversación.

—Puede ser, pero solo hablamos un poco.

Todos reaccionan ante el comentario de Young Mi y hacen un gesto divertido.

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