«La familia es valiosa, si nadie nunca está para ayudarte y apoyarte, de seguro tu familia lo hará». Piensa Suk mientras observa a todos en el automóvil en el que iban. Cuando mira hacia el frente, ya era tarde para maniobrar. Una furgoneta negra se lleva su carro por delante. Logra abrir los ojos y ve rojo por todas partes, sus manos tiemblan por el dolor que siente en el vientre. Dirige la mirada hacia su hijo y su esposo, ambos inconscientes al igual que la niñera. Las lágrimas se entremezclan con la sangre que cae de su cabeza.
—Min… —pronuncia de forma casi inaudible. Intenta moverse, pero su cuerpo no se lo permite—. Min… —su hijo no logra despertar. De pronto llega a ver un movimiento fuera del auto. Se veía la silueta de una persona por la ventana, aunque los cristales están rotos de modo que no puede distinguir de quién se trata.
—¡Ayuda! —intenta gritar—. ¡Por favor, ayúdanos!
La silueta se aleja.
Suk abre los ojos. Se sienta en la cama y deja caer su cabeza sobre sus manos. Toma su medicina y se prepara para levantarse. Esas horribles pesadillas la persiguen noche tras noche, aun con el paso de los años, la sensación se siente tan vívida como la había sentido en aquel catastrófico momento; las imágenes, los olores, los sonidos, incluso los propios pensamientos.
Una vez levantada, prepara el desayuno para ella y para Min. Él sale de su habitación y se estira.
—He dormido como un ángel.
—Es porque lo eres.
Min ríe. Mientras desayunan revisa los mensajes de su celular. Una notificación indica que es el cumpleaños de Chul Mo. En el grupo de W******p que tienen, el cumpleañero los ha invitado al cine para celebrar sus veintitrés.
—Hoy iré al cine con los chicos, es el cumpleaños de Chul Mo.
—¡Qué bueno! Mándale mis felicitaciones.
—Claro —sonríe.
“Inviten a Young Mi!” había puesto Chul Mo al final del mensaje.
Min es el único de ellos que tiene su número agendado. Duda en escribirle. Busca su contacto y se frena al leer el nombre. Recuerda el abrazo en la sala de escape. Presiona el contacto y piensa en cómo hablarle. Le da incomodidad ver el chat vacío, no sabe qué decirle. “Hoy es el cumpleaños de Chul Mo. Iremos al cine, estás invitada.” Escribe. Lee el mensaje y no le convence así que lo borra. “¡Hola, Young Mi! Es el cumple de Chul Mo, el friki ¿recuerdas? Esta tarde iremos al cine, estás invitada así que avísame si quieres ir.” Lee y vuelve a disgustarle. Lo vuelve a borrar. «¿Por qué estoy tardando tanto en escribir un simple mensaje? Que ridículo» piensa. “¡Hola! ¿Cómo estás? ¿Vamos al cine hoy con los chicos? ¡Es el cumpleaños de Chul Mo! Desde luego estás invitada.” Escribe y lo manda sin volver a leerlo. Sigue con su desayuno y oye el sonido del celular. “¡Claro! Iré encantada. ¡Gracias!” respondió Young Mi.
Cae la tarde y los amigos empiezan a llegar de a uno. Chul Mo está sentado en uno de los banquillos y mientras espera a sus compañeros juega a un videojuego. De pronto alguien se lanza sobre él con toda su fuerza. Había venido corriendo a toda velocidad:
—¡Feliz Cumpleaños! —exclama Ho Jin.
—Estúpido, me has dado un susto de muerte!
—¡Ay no exageres! —lo abraza aun estando en el suelo, sobre él.
—¿Eres gay?
—¿Lo parezco? —pregunta acercándose a su boca.
—¡Quítate! ¡Asqueroso! —grita Chul Mo dándole golpes en los hombros—. Lo hubiese esperado de Se Hyung ¿pero de ti?
Ho Jin ríe a carcajadas y se levanta, alcanzándole la mano a su amigo. Este la toma y se levanta, quedando nuevamente inmerso en un abrazo.
—Espero que ya dejes esos videojuegos y te empieces a interesar por alguna chica, o el próximo año te besaré. Ten en cuenta usar un peine de vez en cuando para emprolijar esos cabellos revueltos, casi no se te ve la cara —se burla de forma amistosa.
—Cállate. Y muchas gracias, amigo —le dice devolviéndole el abrazo.
Al rato llega Min y también abraza al cumpleañero felicitándolo. Tras él aparece Se Hyung:
—¡Feliz cumpleaños, muchacho! —dice despeinandole aun mas el cabello—. ¡Ven aquí! —lo lleva hacia él para darle un abrazo.
—¡Gracias! Gracias, amigos. Oigan ¿invitaron a Young Mi?
—Sí, dijo que vendría —contesta Min.
—Esperemos un rato.
Ni bien termina la oración, ella se asoma con un paquete.
—Hola… —dice para todos. Ahora se centra en Chul Mo. —¡Felicidades! —le entrega el paquete.
—¡Oh! ¡Muchas gracias! —dice maravillado como un niño—. Deberían aprender de ella, ninguno me ha traído un regalo —dice mientras concentrado, se deshace del envoltorio. Es un videojuego de carreras de avionetas—. ¡Oh! ¡Gracias! —dice contento mientras la abraza.
—Me gustan las avionetas, así que cuando fui a la tienda y lo vi me llamó la atención. Espero que aún no lo tengas y que te guste.
—¡No! ¡Muchas gracias! Lo probaré esta misma noche. Vamos a sacar las entradas?
—Espero que consigamos, sacar las entradas a última hora un sábado no es muy conveniente —dice Ho Jin.
Al hacer la compra, se les informa que solo hay tres asientos juntos, que dos de ellos deberían sentarse más distanciados. Ho Jin, Se Hyung y Chul Mo juntan las manos en el medio casi a la vez. Miran a Min y a Young Mi, quienes no habían puesto las manos. Al ser los últimos dos, serían ellos quienes se sentarían aparte. Ambos miran a los chicos y luego se miran entre sí, algo avergonzados. Se dirigen hacia la entrada del cine, ya alejados, un poco más atrás que los demás.
—¿Así que te gustan los aviones? —indaga Min.
—Así es. Más las avionetas. Desde chica iba con mi padre, luego aprendí a conducir y ahora es algo que hago a menudo. Me distrae y me relaja.
—¡Wow! Estupendo…
Ella ríe y agrega:
—Mi hermano mayor, Dae Hyun, también es muy bueno. A menudo vamos juntos. Si quieres la próxima puedes venir. Si te animas, claro —dice entre risas.
—Bueno admito que me da algo de vértigo. Nunca he volado, pero ya de estar en la terraza de la facultad me da un cosquilleo incómodo en el estómago —bromea y hace reír a Young Mi. La observa y no puede evitar acompañarla en la risa—. Gracias por invitarme, lo pensaré —nuevamente ríen.
Llegan a la sala y se acomodan en sus respectivos lugares. Ellos tienen dos asientos de la última fila y los demás están cuatro filas más abajo. Llegan justo a tiempo por lo que ni bien se ubican, la película comienza. Habían elegido una película de zombis. Young Mi esta entretenida, le gustan ese tipo de películas, de hecho le encantan todos los géneros de películas. Encuentra una particularidad especial que destaca en cada uno y que lo hace ser especialmente bueno e interesante. De pronto echa un vistazo a Min y ve que estaba dormitando.
—¡Ey! —lo llama por lo bajo y le sacude el hombro.
—Mm? —abre los ojos y vuelve en sí. Se cruza de brazos y con el ceño fruncido vuelve a mirar hacia la pantalla.
Una parte muy interesante llama la atención de todos los allí presentes.
—¡Ohh! —se escucha a modo de ovación. Young Mi vuelve a mirar a Min para compartir el sentimiento de emoción y lo ve, nuevamente adormecido.
—Diablos ¿cómo puede dormirse en esta parte? —pregunta ella para sí misma.
Él deja caer la cabeza en el hombro de Young Mi y esta se estremece. Se queda dura, con los ojos en la pantalla aunque sin prestarle atención a las imágenes. Él posa una mano sobre la de ella. Lo único que ella logra mover son sus ojos, que miran sus manos juntas con total perplejidad. Traga saliva. Saca la mano del chico para apoyarla en él apoya brazo del asiento. Al instante él vuelve a llevar su mano sobre la de ella.
«Cielos… ¿Qué hago?» piensa. Lo observa con cuidado. «Se ve tan tierno…» Con su mano libre comienza a acariciar suavemente su cabello. «Que suave y sedoso». Un estruendo en los parlantes hace que Min se despierte de golpe y ella quita rápidamente la mano de su cabeza.
—Me volví a dormir… estas películas me aburren mucho, lo siento —se explica.
—Hubieras propuesta otra opción.
—No… Chul Mo tenía muchas ganas de verla, desde hace meses que espera que la estrenen y decidió no asistir a la fecha de estreno para venir hoy a verla con nosotros.
—Entiendo… Eres un gran amigo —dice mientras lo mira y se sonríe.
Al finalizar la película, van a unos bares a beber algo de soju y comer para luego volver a sus hogares.
Young Mi llega a su casa y se encuentra con Hye Kyo sentada en la escalera, llorando.
—¡Hermana! ¿Qué pasa? —pregunta mientras se dirige hacia ella casi corriendo.
—No eligieron mi pintura para esta presentación. ¡No quedé seleccionada! —balbucea entre llantos.
—Tranquila… Tus pinturas son magníficas, es la primera vez que no quedas seleccionada. No estés mal —dice mientras pasa su brazo por detrás de su hombro y le da golpecitos para consolarla.
—Seguro ya se aburrieron de mi arte. Debo ser más original, más creativa.
—Créeme que tu arte es genial.
—Lo dices porque eres mi hermana.
—No es cierto, si fuera así entonces te diría que te vistes como reina. Pero ¿qué es lo que siempre te digo? —pregunta esperando que responda.
—Que tengo pésimo gusto en ropa —dice un poco más calmada
—Y un pésimo estilo, exacto. Pero tus pinturas son extraordinarias, de veras. No te pongas así, de seguro en la próxima presentación volverás a estar en la cabeza.
—Espero que tengas razón. ¿A ti cómo te fue?
—¡Bien! Me nombraron miembro oficial del grupo —pronuncio contenta.
—¿Qué grupo?
—El grupo de amigos que conocí en la universidad.
—¡Oh! ¿En el que se encuentra el chico que te gusta?
—No me gusta, cállate.
Hye Kyo seca sus lágrimas y se ríe. —¿Y qué sientes por él?
—Nada, somos amigos…
—Por ahora… —dice riendo.
—¿Y tú? ¿Quién te gusta, eh?
—Nadie.
—¡Mentirosa!
—¡Es la verdad! ¡Nadie me gusta!
—No te creo.
—Bueno, entonces ya que tu amigo no te gusta y tanto quieres que me guste alguien, preséntamelo.
—¡No! —dice Young Mi frunciendo el ceño.
Hye Kyo estalla en una carcajada. —Es porque te gusta, tontita.
—¿Sabes algo de Taeyang y su amiga? —pregunta cambiando el tema.
—Nada, este chico y sus relaciones… Si esta vez llega a funcionar me raparé la cabeza.
—¿Qué dices? —Young Mi ríe de la broma.
—Me voy a acostar. Hazlo tú también, antes de que te vea mama y sienta tu olor a alcohol.
—¿Qué? —se hace la desentendida y se huele el cabello.
Sigue el consejo de su hermana y luego de ducharse, se acuesta. Repasa el día en su mente y se detiene en el recuerdo de Min acostado sobre su hombro. «Ayy Young Mi, Young Mi… Será que de verdad… ¿Está comenzando a gustarte?» piensa.
El lunes siguiente todos se encuentran en la universidad.
—Young Mi, el juego es fabuloso. ¿Ves estas ojeras? No puedo dejar de jugarlo —dice Chul Mo, quien luce aspecto de muerto vivo.
—¡Genial! Pero duerme un poco ¿si? Luces fatal —contesta ella.
El resto del grupo ríe.
—Se tenía que decir y se dijo —aplaude Ho Jin mientras ríe.
—¿Nadie trae un antiojeras? —pregunta Chul Mo.
—Toma —le ofrece Young Mi.
—Eres mi nueva ídola.
Ella ríe y le guiña el ojo.
—¿Almorzamos juntos hoy? —pregunta Se Hyung mientras observa como Chul Mo se aplica el maquillaje—. Permíteme ayudarte con eso, te dejarás peor de lo que ya estás —le dice a su amigo y le coloca el producto dando ligeros golpecitos con su dedo anular.
—Claro, por supuesto. Almorcemos en el buffet —responde Min.
—No te molestes tanto, Se Hyung, de todas maneras no hará otra cosa que jugar con su teléfono todo el rato —bromea Ho Jin.
—Ya está, listo —dice Se Hyung y le devuelve el corrector a Young Mi—. Quedaste impecable —dice alardeando.
—¡Gracias!
Todos entran a sus clases y luego se vuelven a encontrar en el almuerzo. Conversan acerca de cómo les fue, qué temas vieron, si les gusto o no. Se Hyung comenta sobre un nuevo proyecto que debe hacer para una materia de su carrera, diseño gráfico; Chul Mo cuenta que iba a comenzar un nuevo curso de programación propuesto por la facultad, para ampliar sus conocimientos; Ho Jin discutía a modo de juego con Min sobre porque era más importante estudiar arquitectura que economía y Young Mi muestra sus diseños de ropa masculina, aprovechando que todos allí son hombres, para pedir sus opiniones.
El celular de Ho Jin suena.
—¿Cuál de todas las chicas con las que te hablas es ahora? —consulta Se Hyung.
Ho Jin no responde y observa confundido el mensaje que acababa de entrar.
—¿Qué? Te dejaron? —pregunta riendo.
Ho Jin se levanta sin decir nada y camina hacia el campus.
Se miran unos a otros, serios, sin entender qué había pasado. —¿De verdad lo dejaron? —pregunta Chul Mo.
Se levantan todos y siguen a Ho Jin hacia afuera. Se detienen a su lado y ven que un coche negro de alta gama se estaciona en frente de ellos. Todos posan sus ojos en él, asombrados por tal distinción. Segundos más tarde, el chofer baja y se dirige a la puerta trasera para abrirla. Se ve como una pierna de mujer, con un zapato súper fino gris con detalles plateados brillantes y taco aguja, asoma hasta apoyar el tacón en el suelo. Su público espera expectante, a ver quien es la que bajara de ese coche. Una delicada mano, adornada con anillos y pulseras en la muñeca, toma la mano de su chofer, quien se la ofrecía para que ella finalmente bajara del automóvil. Es una chica glamorosa por demás, bella y muy adinerada. Lleva su largo y castaño cabello suelto, tiene puestas unas gafas de sol negras que ocultan el color de sus ojos, un vestido de seda azul, corto por sobre las rodillas que le queda suelto al cuerpo. Mientras ella avanza marcando cada paso con el ruido de sus tacones, claramente dirigiéndose hacia el grupo de amigos, todos están boquiabiertos, anonadados por su belleza y presencia. Frena su andar frente a Ho Jin. Nadie deja de observarla. Ella se quita las gafas y deja lucir sus hermosos ojos café, los cuales tiene puestos en Ho Jin:
—Hola, hermanito —dice y muestra una encantadora sonrisa.
—Soo Ah ¿Qué haces aquí?
—¿No te agrada verme, hermanito?
—No me digas así.
Soo Ah le despeina el cabello con la mano. —¡Aww! Eres tan tierno.
—Oye ¿qué haces? ¿Estuve dos horas arreglando mi cabello para que tú vengas y me lo arruines?
—Ay pero que malhumorado. —Ella mira detrás de Ho Jin y se encuentra con los demás. Vuelve su mirada a él —. ¿No vas a presentarme a tus amigos?
—¿Está bien mi maquillaje? —le pregunta Chul Mo a Min.
—¿Qué? —voltea a verlo—. Oh sí, está bien.
Choi Soo Ah, la hermana mayor de Ho Jin es la modelo más reconocida de la marca “LCH” en Los Ángeles. Comenzó su carrera a los dieciséis años. A sus diecisiete ya estaba modelando para grandes empresas y dos años después había sido contratada para modelar en “LCH”. Todos la admiran por su belleza y su presencia escénica delante de las cámaras. La gente la llama “La reina del modelaje”. Viajó hasta Corea para hacer unos cursos que proporcionaba la empresa en el país y creyó necesario para su carrera tomarlos.
—Bien —se da media vuelta—. Él es Se Hyung.
—¡Un gusto! —dice Soo Ah.
—El gusto es mío.
—Ella es Young Mi, hija del dueño de LCH y modelo de la marca —prosigue Ho Jin.
—¡Hola! Bienvenida —sonríe ella.
—¡Hola, Young Mi! ¡No lo puedo creer! ¡Yo también soy modelo de LCH!
—Ellos son Min —dice señalando— y Chul Mo.
—¡Encantada de conocerlos chicos!
—Nosotros igual.— Responden al mismo tiempo Chul Mo y Min.
—Bien chicos, lamento dejarlos, pero tengo que irme. Solo vine a sorprender a mi hermanito. Un gusto conocerlos. Adiós —dice con una sonrisa en su rostro mientras se aleja.
—¡Adiós! —saludan los chicos, embobados.
—Bien, vayamos a clases —dice Ho Jin.
—¿Por qué no nos avisaste que venía tu hermana? —pregunta Se Hyung, algo enfadado.
—¡Ni siquiera yo lo sabía! ¡Me mandó el mensaje segundos antes de llegar! Vamos a clase, ya es tarde.
—Sí, tienes razón, ya casi están por empezar —prosigue Young Mi.
* * *
Dae Hyun se encuentra haciendo yoga en su habitación hasta que es interrumpido por Taeyang quien entra apresurado.
—¡Hermano! ¡Necesito tu ayuda! ¡Es urgente!
Dae Hyun suspira y abre sus ojos. —Dime. ¿Qué pasó?
—¡Es que faltan dos días! ¡Dos días y voy a modelar! Estoy muy nervioso. ¿Qué ropa me pongo? ¿Saldré bien en las fotografías?
—Tranquilo, respira profundo. Todo saldrá bien, eres un gran modelo, yo confío en ti —dice con la voz serena, mientras continúa haciendo sus posturas.
—Gracias hermano. En serio, gracias.
Taeyang se va de la habitación y Dae Hyun se acerca a su ventana y ve como un coche se acerca a su casa. De este sale un hombre todo de negro y le entrega un paquete a Seung que parece estar muy cautelosa, ella lo acepta y vuelve rápidamente a la casa. A él le parece extraño, pero de todas formas le resta importancia y vuelve a lo que estaba haciendo anteriormente.
Las clases terminan, cada uno se está dirigiendo a su casa. Todos se despiden, pero Young Mi decide invitar a Min a volar. —Oye Min ¿recuerdas que te dije que un día te iba a llevar a volar? —Si, lo recuerdo. —¿Qué te parece ir ahora? Si quieres —dice algo preocupada por cuál será su respuesta. Él duda ya que nunca había ido, además las alturas lo asustan un poco. De todas formas, termina aceptando: —Está bien, vayamos. —¡Genial! —dice disimulando su entusiasmo—. Ven conmigo, vamos en mi auto. Él la sigue y sube al auto de Young Mi. —Tengo miedo, nunca he volado. <
Ho Jin le da un último sorbo a la taza de café y toma su bolso. —¡Ya me voy a la universidad, Soo Ah! —¡Espera! ¡Espera un momento! —¿Qué pasa? —Tengo que pedirte un favor —dice mirándolo dulcemente. —Ay no… ¿Qué? —¿Qué tipo de chicas le gustan a tu amigo? —¿A cuál? ¿A Chul Mo? No piensa en otra cosa que no sean los videojuegos. ¿A Se Hyung? No le gustan las chicas. ¿A Min? Le gusta Young Mi. Ol-vi-da-lo. Adiós. —¡Espera! ¿Qué? ¿A Min le gusta Young Mi? —pregunta desilusionada. —Sí. ¿Puedo irme ya? —¡Chicos, ya les traigo toallas y algo de ropa para ti, Young Mi! —dice Hye Kyo y corre hacia adentro. —¿Esta chica estaba espiándonos? —pregunta Young Mi, indignada. —Mira, tienes la piel de pollo —luego de pensarlo un segundo la envuelve entre sus brazos desnudos y aun mojados, para aminorar el frío. Ella vuelve a sentir esa sensación de protección. Nota como los abrazos de Min le generan una satisfacción irracional. La cabeza queda pegada a su pecho atlético. Sus manos curiosas tocan la fornida espalda de Min y la acarician. Su piel es suave y está caliente en comparación a la piel fría de ella. —Está amaneciendo… —dice él. —¡Oh, wow! ¡La hora se pasó tan rápido! Ella suspira y se aferra al cuerpo de Min. Luz Excepcional
Al día siguiente, regresa a la mañana para cuidar de él, ya que de tarde tiene que asistir a una clase importante a la que no quiere faltar. Entra a la habitación con su desayuno. —Hola, Min ¿cómo te encuentras hoy? —Mejor —cuando nota que no es su madre, sino Young Mi quien entra. Se cubre el pijama con las sábanas. —¡Me alegro! —dice sonriendo—. Aquí está el desayuno —Gracias —comienza a comer. —Ay me duele mucho la cabeza… y me siento tan mal que no puedo alimentarme por mi cuenta —le da el tazón y la cuchara. —¿Qué es esto? —Vas a tener que alimentarme. Hoy no te lo comas. —Eres peor que un niño —le dice mientras le da de co
El desfile comienza. Las luces y los flashes de las cámaras destellan, los modelos se lucen en la pasarela y los espectadores observan con detalle las prendas. Taeyang aparece con una camisa gris sin mangas, un pantalón negro, ajustado y roto en las rodillas y sus hermanos se levantan para aplaudir. —Se lo ve mucho menos tenso que la primera vez —dice Dae Hyun. —¡Si! Ahora lo está disfrutando! —responde Hye Kyo. Mientras desfila la ve a la señorita Choi y le sonríe. Esta asiente en señal de aprobación. Luego ve a sus hermanos quienes tienen el pulgar hacia arriba. Luego Hye Kyo forma con sus manos un corazón por sobre su cabeza y le sonríe ampliamente. Desaparece de la vista del público y se encuentra con Young Mi. Le choca la mano y se retira a su camerino para el c
Young Mi llega a su casa con toda su cara empapada. Entra y se dirige rápidamente a su cuarto. Cierra la puerta y se tira en su cama boca abajo para dejar escapar toda su tristeza, todo su enfado, toda su decepción. Se siente totalmente traicionada por parte de ambos. Más de Min, en quien confiaba incondicionalmente. Ella le tiene tanto aprecio, está tan feliz a su lado que no puede imaginar estar sin él. «Todos los momentos que pasamos juntos, ¿acaso no significaron nada? ¿Para él era solo un juego?» Young Mi no piensa con claridad. Lo único que puede hacer es llorar. Se escuchan tres golpecitos en la puerta. —Hija ¿puedo entrar? Young Mi no responde. No puede hablar. Seung entra y la ve. —¡Young Mi! ¡¿Qué pasó?! —se acerca a ella y se sienta en la cama para abrazarla. Al otro día, Taeyang recibe un mensaje de la señorita Choi, diciendo que quería verlo. —¿Tan seguido se están viendo? —pregunta Young Mi, mientras se sirve un poco de arroz. —Pues… no. Pero se ve que cada vez le gusto más —dice haciéndose el galán. Young Mi ríe. —Disfruta tu cita, hermanito. ¡Adiós! Al llegar le da un beso en la mejilla a Choi. Se piden un helado y se lo toman mientras caminan en el parque. —¿Te gustó la experiencia de ayer? —pregunta Taeyang. —Me ha encantado. Se puede admirar el mundo desde otra perspectiva. Y… También te aclara las ideas. —¿Si? ¿Te aclaro algunas ideas? —No quiero verlo en la universidad, mamá. ¿Qué hago? —dice Young Mi. —En principio no le digas nada a tus hermanos. Tampoco sé lo menciones a papá, esto lo tiene muy sensible. —¿Sensible? No sé cómo pudo abandonar a un niño de esa forma. No sé cómo pude vivir todo este tiempo bajo el mismo techo que un monstruo. —¡Young Mi! ¿Cómo hablas así de tu padre? —No puedo creer que haya sido capaz de algo así… simplemente no puedo —dice dejando salir las lágrimas. —Voy a ver que puedo hacer por ti, niña. Ve y descansa, te llevaré algo para comer. Young Mi no tiene apetito. Se mete a la cama y cierra los ojos. Una sensación de vacío la envuelve y una lágrima resbala por su mejilla. ¿QAflicción
Más allá de los dos