Las clases terminan, cada uno se está dirigiendo a su casa. Todos se despiden, pero Young Mi decide invitar a Min a volar.
—Oye Min ¿recuerdas que te dije que un día te iba a llevar a volar?
—Si, lo recuerdo.
—¿Qué te parece ir ahora? Si quieres —dice algo preocupada por cuál será su respuesta.
Él duda ya que nunca había ido, además las alturas lo asustan un poco. De todas formas, termina aceptando:
—Está bien, vayamos.
—¡Genial! —dice disimulando su entusiasmo—. Ven conmigo, vamos en mi auto.
Él la sigue y sube al auto de Young Mi.
—Tengo miedo, nunca he volado.
—Tranquilo —ríe Young Mi—. No te pasará nada, solo debes confiar en mí. ¿O acaso no confías en mí?
—¡No! Quiero decir, sí, confío en ti.
Ella ríe. —Lo sé.
Tardan unos minutos en llegar. Al hacerlo, bajan del auto y se dirigen a donde están las avionetas.
—Vamos a cambiarnos, será mejor usar ropa cómoda. Puedes usar esas prendas, son de mi hermano —le dice ella metiéndose a un cambiador.
Min toma las prendas y se cambia apresuradamente para terminar antes de que ella salga. Al terminar, observa cómo es el lugar: Tiene árboles por todos lados, además plantas con hermosas flores que las decoran. También hay un lugar donde están guardadas las avionetas y una pista de donde estas salen. Una pequeña tienda se encuentra en el lugar. Es un sitio tranquilo y poblado de naturaleza. Young Mi sale y sube a su avioneta. Espera a que Min lo haga:
—¿No vas a subir?
—Solo me estoy preparando —respira profundo y sube.
—¿Estás listo?
—No —Young Mi lo mira—. Digo sí, listo.
—Bien, aquí vamos —Young Mi enciende el motor y arranca. Comienza a ascender.
—Wow, wow —dice Min mientras mira por la ventana—. Fue mala idea mirar.
—Tranquilo, te acostumbrarás —dice ella, sonriendo.
—Eso espero —dice temeroso.
Young Mi hace una maniobra extraña a propósito causando un susto en Min.
—¡Ahhh!
Young Mi se ríe. —Lo siento.
Min se tapa los ojos.
—¿Estás bien?
—Genial —dice sarcásticamente.
—Tranquilo, no lo volveré a hacer.
Él destapa un poco sus ojos viendo como Young Mi lo está observando.
—¡Oye! Mira al frente —dice espantado.
—Ya me sé el camino de memoria, no va a pasar nada.
Min la mira con un tinte de desconfianza en sus ojos.
—Tranquilo, he hecho esto cientos de veces, estas junto a una profesional.
La mirada en los ojos de Min sigue demostrando desconfianza.
—¿Qué? ¿No era que confiabas en mí?
—Si, pero también dije que tenía miedo.
—Si quieres podemos hablar de otra cosa para que no pienses tanto en esto.
—Si, por favor.
—Mm… Cuéntame un poco de ti, no hablamos mucho acerca de nosotros. Por ejemplo, cuéntame ¿Con quién vives?
—Vivo con mi madre.
—Ah… Y tu padre?
—Él… No lo conozco, lo único que sé es que nos abandonó a mi madre y a mí cuando yo era tan solo un niño.
—Oh, lo lamento mucho. ¿Y como hizo tu madre para cuidarte?
Él sonríe. —Ella es una mujer muy fuerte. A pesar de estar sola supo cómo criarme adecuadamente. Trabajó mucho para mantenerme, y aprecio mucho eso de ella. Estuve pensando en trabajar yo también, pero ella prefiere que me concentre en mis estudios.
—Tienes una madre que se preocupa mucho por ti.
—Si, lo sé, es una gran mujer. ¿Y tú?
—Yo vivo con mis tres hermanos, mi madre y mi padre. El menor, Taeyang, salió de la preparatoria hace poco, y ya está modelando, tiene mucho talento. Mi hermana, Hye Kyo, ella pinta. Salió cinco veces seguidas campeona con sus obras como “La mejor pintura de arte abstracto” y por último, Dae Hyung, el mayor. Él estudia derecho. Es un chico tranquilo al contrario de los otros dos, que son alocados y traviesos.
—Tienes una familia agradable —sonríe—. ¿Y qué hay de tus padres?
—Ah pues, mi padre es el dueño de la marca de ropa “LCH” y mi madre lo ayuda a mi padre con problemas de la empresa.
—Interesante.
—Oh, mira, ya estamos por llegar.
—Llegar a dond… —Min no llega a formular la pregunta, se da cuenta de que delante de sus ojos hay un hermoso paisaje, con árboles y flores, todo luce muy agradable— ¡Wow! ¿Qué es este lugar?
—Es donde venimos con mis hermanos a pasar el rato —dice mientras estaciona.
—¡Qué hermoso!
—Ven, bajemos.
Ellos bajan y Young Mi saca una manta de la aeronave.
—¿Un pícnic?
—Si, exactamente.
—Pero no trajimos… —entonces ella saca una lonchera.
—Vine preparada—ella ríe.
—Me siento un idiota, no traje nada…
Ella se queda pensando. —La otra vez pagaste mi comida, quería retribuirte.
Él sonríe y la ayuda a poner la manta en el suelo. Acomodan todo y sacan la comida. Ella había empacado sandwiches. Se sientan y comienzan a almorzar, mientras conversan. Comienzan a contar cosas de su infancia, anécdotas divertidas, cosas que les paso que los avergonzaron. Ambos ríen a carcajadas. Habían pasado hablando toda la tarde. Finalmente, deciden juntar todo e irse. Young Mi alcanza a Min hasta su casa, ella se encuentra con Suk y decide saludarla. Se quedan unos minutos hablando, pero ya es tarde por lo que Young Mi se retira del lugar, no sin antes despedirse. Min y su madre entran a la casa.
—Así que eso era lo que te tenía tan pensativo…
—¿Qué? ¿De qué hablas?
—Nada, vamos a comer —dice con una pícara sonrisa.
Él, confundido, se sienta en la mesa y come. Al terminar lava los trastes y se va a dormir.
Al otro día, Suk se levanta y comienza a ordenar un poco la casa, lavar ropa y cocinar. Ese día Min no tiene clases, ya que desinfectaran la escuela, por lo que puede dormir más tiempo. Se despierta a las diez y treinta y se encuentra con su madre preparando la comida.
—¡Hola, mamá!
—Oh Min, te despertaste.
Él sonríe adormecido —¿Quieres que te ayude en algo?
—No hace falta, gracias.
—Bien, iré a bañarme entonces.
Min se dirige a su habitación y busca ropa. Su teléfono suena en señal de que le había llegado un mensaje. Él se acerca y toma su teléfono. El mensaje era de Ho Jin en el grupo que tenía junto a los demás.
Ho Jin: Oigan ¿quieren venir esta noche a mi casa a comer?
Chul Mo: Por mí si, no tengo problema.
Se Hyung: Yo me sumo.
Young Mi: Si, yo también.
Ho Jin: Y tu Min?
Min: Está bien. ¿A qué hora?
Ho Jin: A las ocho.
Min: Bien, a esa hora nos vemos.
Min deja su celular en la mesa de luz y se encamina al baño.
Termina de bañarse y se viste. Se coloca algo de perfume y sale del baño.
—Madre, esta noche saldré con los chicos.
—¡Oh bien! A dónde irán?
—Nos encontraremos en la casa de Ho Jin.
—Oh genial, mándale mis saludos. Ahora vamos a comer.
Ellos almuerzan y Suk luego de hacerlo va a trabajar. Se despide de Min y este se pone a ordenar su cuarto. Pone una playlist de música tranquila. La tarde se pasa rápido para Min. Ya casi es hora de encontrarse con sus amigos así que sale y va caminando tranquilamente hacia la casa de su compañero. Al llegar toca la puerta y espera a que lo atiendan.
—¡Hola! —se abre la puerta y lo primero que ve es a Soo Ah.
—Oh, Soo Ah ¿todo bien?
—Si, todo bien. Pasa, ya están todos, solo faltabas tú.
—Oh, lo siento.
Ella ríe. —No pasa nada.
Él entra y ve como están todos sentados. Se saludan.
—Bien ¿comemos? —propone Ho Jin.
Todos asienten y traen la comida.
—¡Wow! ¡Qué rico! —comenta Chul Mo—. ¿Quién cocino?
—Yo —responde sonrojada Soo Ah.
—Cocinas muy rico —dice Young Mi.
—Sí, concuerdo con ella —responde Chul Mo.
—Gracias —ríe avergonzada—. Son mis primeros intentos… Oigan ¿y si después de comer vamos a un karaoke?
—Me gusta la idea —dice Min con una sonrisa.
Todos aceptan la propuesta. Nunca habían ido a un karaoke juntos, sería la primera vez.
Terminan de comer y se preparan para ir. Van todos en el auto de Ho Jin:
—Por favor, Diosito, que la policía no nos descubra —pide mirando al cielo, juntando las manos. Luego se sube y comienza a conducir.
Llegan al karaoke unos minutos después.
Alquilan una sala y van a ella para comenzar a cantar. Primero cantan Se Hyung y Young Mi. Eligen una canción divertida. En un momento él y Young Mi se abrazan y comienzan a bailar. Terminan y llega el turno de Ho Jin y Chul Mo. Ambos están casi obligados a cantar. Les costó convencerlos pero lo lograron. Fingen que están en un concierto y que ellos son los idols. Los demás le siguen el juego y simulan ser fans y los están alentando. Todos ríen por la situación. La están pasando muy bien. Luego le toca a Soo Ah y a Min:
—Vamos Min, todos pasamos ya, menos tú y Soo Ah —comenta Chul Mo.
—Está bien, lo haré. Prepárense para presenciar lo más hermoso que escucharan en su vida.
Todos aplauden y ríen por su comentario.
Eligen una canción y comienzan a cantar. Es una canción entre un hombre y una mujer. Primero comienza cantando el chico. Min empieza tímido por lo que Soo Ah, con una actitud completamente abierta y sintiéndose muy cómoda, comienza a animarlo, tomándolo de la mano y moviéndola rítmicamente con la música, logrando que él se soltara. Esto le causa un poco de celos en Young Mi. Ella no sabe por qué se siente así, son solamente amigos. De todas formas trato de ignorarlo y disfrutar del momento. En el momento en el que Soo Ah comienza a cantar, todos quedan maravillados. Tiene una voz dulce pero tan poderosa a la vez. Ella está muy centrada en la canción que ni se percata de que todos la están mirando impresionados. Termina la canción y todos aplauden. Soo Ah ríe y abraza a Min. Este le devuelve el abrazo, pero Se Hyung se acerca y los separa:
—Vamos a recobrar energías ¡coman algo!
—Bien —Min se aclara la garganta—. Vamos a descansar.
Young Mi sonríe. Está agradecida con Se Hyung por haber hecho eso, pero no lo quiere admitir.
Comienzan a hablar con Soo Ah. Le preguntan cosas sobre su vida allí en Los Ángeles. Ella les comenta que se mudó allí desde chica con su madre, quien tuvo que ir por cuestiones de trabajo, luego de separarse de su padre. Todos están muy entretenidos, menos Young Mi, que está mirando como Soo Ah y Min se divierten en su plática. Le molesta sentirse celosa de alguien que apenas conoce, pero es algo que no puede evitar. Ella trata de autoconvencerse de que no tiene que pensar en esas cosas, que parece una niña pequeña encaprichada por algo que ni siquiera es suyo. En un momento Soo Ah se acerca a Min generando más pensamientos negativos en Young Mi. Es un sentimiento que ella no comprende, uno que nunca tuvo que vivir. Es enojo, frustración, miedo, todo junto. El miedo de que Min deje de ser dulce con ella. Tiene unas inmensas ganas de tirarse encima de la nueva chica y gritarle que deje de estar cerca de Min, que él es suyo. Young Mi se asusta de ese pensamiento. ¿Cómo Min sería de ella? No es un objeto y ni siquiera son pareja. Ella toma aire y habla:
—Creo que ya deberíamos irnos, es tarde, además mañana tenemos clases temprano.
—Yo opino lo mismo —dice Se Hyung.
—Sí, tienes razón —agrega Min para luego levantarse del asiento que está al lado de Soo Ah.
Todos toman sus cosas y salen. Se despiden y se van cada uno por su camino.
Young Mi, en el camino a su casa, está muy pensativa. Recuerda cuando Se Huyng trataba de espantarla con sus actitudes. Ahora ella estaba en ese lugar. Algo en la hermana de Ho Jin no le termina de cerrar, pero… Si no la conoce en absoluto, ¿por qué la juzga de esa manera? ¿Por qué Se Hyung la juzgo a ella en su momento? Por celos… Pero ella no puede aceptar estar celosa de una persona que recién ha entrado en su vida. Al llegar a su casa se encuentra con sus hermanos sentados en el sofá de la sala. Ella se sienta y deja caer su cabeza hacia atrás.
—¿Cómo estuvo tu día? —consulta Taeyang.
—Bien… supongo.
—¿Supones? ¿Qué paso? —pregunta Hye Kyo.
—Nada… Solo fuimos a comer y a un karaoke. Estuvo divertido.
—No parece —dice serio Dae Hyun.
—Oye ¿estuvo el chico que te gusta, cierto? —pregunta curiosa Hye Kyo.
—El chico que me gusta… —repite. Ella queda pensando en esa frase—. Tienes razón… Min me gusta.
—¡Ves! Te lo dije —sus hermanos se miran y sonríen.
* * *
Seung se encuentra en su habitación, con una copa de vino en una mano y en la otra un cigarrillo. Está mirando por la ventana. Su teléfono suena y ella se dirige tranquilamente a su mesa de noche para atenderlo.
—¿Hola?
—¿Recibiste el paquete? —una voz masculina habla.
—Sí.
—¿Están los quinientos millones?
—Aquí están.
—Perfecto.
La llamada se corta y Seung deja nuevamente su celular en la mesa de noche. Camina hacia la ventana y vuelve a mirar a través de ella, mientras le da una pitada a su cigarrillo.
* * *
Al dia siguiente:
—¡Taeyang! —llama Seung en la puerta de su cuarto—. Taeyang, mi amor ¿estás listo?
Él abre la puerta y abraza a su madre. —¡Mamá, no sé que ropa ponerme, esto está matándome!
—¡En cinco minutos tenemos que salir! Déjame buscarte algo.
Se libera del abrazo y se mete a su cuarto. —¡Por Dios! ¡Esto es un desastre! —ve que todas sus prendas están tiradas por todas partes.
—Estoy probando diferentes combinaciones desde hace tres horas… —dice abatido.
—Hijo, escucha —lo toma por los hombros—. Eres apuesto, talentoso, joven y tienes la ropa de la mejor calidad. También tienes buen gusto, deberías confiar un poco más en ti mismo. Todo saldrá bien… ¿Si?
Él vuelve a abrazarla mientras llora. Seung pone los ojos en blanco y vuelve a liberarse del abrazo. Elige una camisa bordó de seda de las que estaban tiradas en el suelo y un pantalón negro.
—¡Ponte esto, rápido!
Es su primera sesión de fotos como modelo, está realmente nervioso. Su familia está esperando a que esté listo para acompañarlo en este día tan esperado para él.
Al arribar al lugar, todos le desean suerte. Los fotógrafos y productores lo reciben con un apretón de manos. La directora de fotografía le indica algunos consejos antes de comenzar. Se cambia de ropa y modela. Al finalizar lo felicitan y agradecen su participación. Le aseguran que sin duda volverán a llamarlo pronto, para una nueva edición.
—Oye —escucha qué lo llaman mientras se iba.
Voltea y ve a la directora de fotografía. —Oh ¿si?
—¿Se te pasaron los nervios?
—Oh… Esto… Sí. Lo siento es que este es mi sueño desde niño, tenía que salir perfecto —dice sonriendo.
—Salió perfecto, no te presiones tanto. Cuanto más natural quede tu expresión en la fotografía, más profundo será el impacto que causará en la gente. Créeme que si estás nervioso, eso será percibido por quien vea la imagen. Quizás no sepan explicar por qué, pero verán algo inquietante y los alejará del producto que se intenta promocionar por medio de ti.
—Oh… Yo… Lo siento.
Ella ríe. —Lo hiciste bien, te has relajado a lo último. Pero tenlo en cuenta para la próxima.
—Claro ¡muchas gracias! —dice haciendo una reverencia. Al levantar la cabeza ve la manera en la que ella lo mira, como insinuando algo. «¿Acaso le gusto?» piensa.
Ella es una mujer por lo menos diez años mayor que él. Es muy atractiva, viste prendas muy formales pero ajustadas, tanto que dejan lucir su esbelta figura. Es alta, con una larga y deslumbrante cabellera negra, su tono de voz es hipnotizante. Taeyang recuerda a la chica con quien estaba intentando tener una relación.
—¿Tienes algo para decirme? —pregunta ella, ya que él no deja de mirarla.
—Usted… ¿Está en pareja?
—¿Qué? —se sorprende.
—Nada, disculpe. ¡Hasta la próxima, adiós! —vuelve a hacer una reverencia y se aleja de la mujer.
—No estoy en pareja, estoy sola.
Él se detiene y la ve alejarse en sentido contrario.
Su familia llega y lo felicita por su primer trabajo como modelo. Lo aplauden y lo abrazan todos a la vez.
Al finalizar, Seung y Young Mi acompañan al señor Lee a la empresa. Al verlas todos los empleados las saludan respetuosamente.
—Señor ¿cómo se encuentra? —pregunta Min Ho.
—Muy bien, acabamos de llegar de la sesión de fotos de Taeyang. Ahh ese chico, estaba tan nervioso que parecía que se iba a la guerra —ríe.
—De seguro lo hizo muy bien.
—Si, todos quedaron muy conformes. Es un gran chico —dice sentándose en su escritorio y apreciando una foto suya que tiene en un cuadro. Seung sonríe y posa las manos sobre sus hombros.
—¿Como estas Young Mi? ¡Hacía rato no venías por aquí! —se alegra Min Ho.
Desde que los hijos del jefe eran chicos compartieron muchos momentos juntos con Min Ho. Siempre tuvieron una relación muy cercana él y Chung Hee. Muchas veces Young Mi y sus hermanos tuvieron que quedarse con él cuando sus padres viajaban por negocios.
Ella le da un abrazo. —Déjate de formalidades conmigo, te extrañé.
—Bueno, sigo siendo el asistente de tu padre, debo ubicarme aquí.
—Por favor, mi padre te considera su amigo más que su asistente.
Él sonríe y saca algo de debajo de su escritorio. Una rosa blanca. La observa y se la entrega a la chica.
—No serías tú si no me dieras una rosa blanca cada vez que me ves. La acepta y la huele.
Seung los interrumpe.
—Young Mi ¿vamos a casa?
—Claro —saluda a Min Ho con la mano y va con su madre.
Ho Jin le da un último sorbo a la taza de café y toma su bolso. —¡Ya me voy a la universidad, Soo Ah! —¡Espera! ¡Espera un momento! —¿Qué pasa? —Tengo que pedirte un favor —dice mirándolo dulcemente. —Ay no… ¿Qué? —¿Qué tipo de chicas le gustan a tu amigo? —¿A cuál? ¿A Chul Mo? No piensa en otra cosa que no sean los videojuegos. ¿A Se Hyung? No le gustan las chicas. ¿A Min? Le gusta Young Mi. Ol-vi-da-lo. Adiós. —¡Espera! ¿Qué? ¿A Min le gusta Young Mi? —pregunta desilusionada. —Sí. ¿Puedo irme ya? —¡Chicos, ya les traigo toallas y algo de ropa para ti, Young Mi! —dice Hye Kyo y corre hacia adentro. —¿Esta chica estaba espiándonos? —pregunta Young Mi, indignada. —Mira, tienes la piel de pollo —luego de pensarlo un segundo la envuelve entre sus brazos desnudos y aun mojados, para aminorar el frío. Ella vuelve a sentir esa sensación de protección. Nota como los abrazos de Min le generan una satisfacción irracional. La cabeza queda pegada a su pecho atlético. Sus manos curiosas tocan la fornida espalda de Min y la acarician. Su piel es suave y está caliente en comparación a la piel fría de ella. —Está amaneciendo… —dice él. —¡Oh, wow! ¡La hora se pasó tan rápido! Ella suspira y se aferra al cuerpo de Min. Luz Excepcional
Al día siguiente, regresa a la mañana para cuidar de él, ya que de tarde tiene que asistir a una clase importante a la que no quiere faltar. Entra a la habitación con su desayuno. —Hola, Min ¿cómo te encuentras hoy? —Mejor —cuando nota que no es su madre, sino Young Mi quien entra. Se cubre el pijama con las sábanas. —¡Me alegro! —dice sonriendo—. Aquí está el desayuno —Gracias —comienza a comer. —Ay me duele mucho la cabeza… y me siento tan mal que no puedo alimentarme por mi cuenta —le da el tazón y la cuchara. —¿Qué es esto? —Vas a tener que alimentarme. Hoy no te lo comas. —Eres peor que un niño —le dice mientras le da de co
El desfile comienza. Las luces y los flashes de las cámaras destellan, los modelos se lucen en la pasarela y los espectadores observan con detalle las prendas. Taeyang aparece con una camisa gris sin mangas, un pantalón negro, ajustado y roto en las rodillas y sus hermanos se levantan para aplaudir. —Se lo ve mucho menos tenso que la primera vez —dice Dae Hyun. —¡Si! Ahora lo está disfrutando! —responde Hye Kyo. Mientras desfila la ve a la señorita Choi y le sonríe. Esta asiente en señal de aprobación. Luego ve a sus hermanos quienes tienen el pulgar hacia arriba. Luego Hye Kyo forma con sus manos un corazón por sobre su cabeza y le sonríe ampliamente. Desaparece de la vista del público y se encuentra con Young Mi. Le choca la mano y se retira a su camerino para el c
Young Mi llega a su casa con toda su cara empapada. Entra y se dirige rápidamente a su cuarto. Cierra la puerta y se tira en su cama boca abajo para dejar escapar toda su tristeza, todo su enfado, toda su decepción. Se siente totalmente traicionada por parte de ambos. Más de Min, en quien confiaba incondicionalmente. Ella le tiene tanto aprecio, está tan feliz a su lado que no puede imaginar estar sin él. «Todos los momentos que pasamos juntos, ¿acaso no significaron nada? ¿Para él era solo un juego?» Young Mi no piensa con claridad. Lo único que puede hacer es llorar. Se escuchan tres golpecitos en la puerta. —Hija ¿puedo entrar? Young Mi no responde. No puede hablar. Seung entra y la ve. —¡Young Mi! ¡¿Qué pasó?! —se acerca a ella y se sienta en la cama para abrazarla. Al otro día, Taeyang recibe un mensaje de la señorita Choi, diciendo que quería verlo. —¿Tan seguido se están viendo? —pregunta Young Mi, mientras se sirve un poco de arroz. —Pues… no. Pero se ve que cada vez le gusto más —dice haciéndose el galán. Young Mi ríe. —Disfruta tu cita, hermanito. ¡Adiós! Al llegar le da un beso en la mejilla a Choi. Se piden un helado y se lo toman mientras caminan en el parque. —¿Te gustó la experiencia de ayer? —pregunta Taeyang. —Me ha encantado. Se puede admirar el mundo desde otra perspectiva. Y… También te aclara las ideas. —¿Si? ¿Te aclaro algunas ideas? —No quiero verlo en la universidad, mamá. ¿Qué hago? —dice Young Mi. —En principio no le digas nada a tus hermanos. Tampoco sé lo menciones a papá, esto lo tiene muy sensible. —¿Sensible? No sé cómo pudo abandonar a un niño de esa forma. No sé cómo pude vivir todo este tiempo bajo el mismo techo que un monstruo. —¡Young Mi! ¿Cómo hablas así de tu padre? —No puedo creer que haya sido capaz de algo así… simplemente no puedo —dice dejando salir las lágrimas. —Voy a ver que puedo hacer por ti, niña. Ve y descansa, te llevaré algo para comer. Young Mi no tiene apetito. Se mete a la cama y cierra los ojos. Una sensación de vacío la envuelve y una lágrima resbala por su mejilla. ¿QAflicción
Más allá de los dos
Llegan al hospital y bajan rápidamente del auto. Entran y enseguida los atienden. Una enfermera les dice que esperen sentados y ellos solo asienten. Pasan quince minutos y aún no hay noticia alguna de Chung Hee. Dae Hyun se está empezando a impacientar. —¿Familia Lee? —sale buscando una voz masculina. Ellos miran a la persona que les habla. —Sí, somos nosotros —dice Dae Hyun. Seung levanta la mirada para ver al señor. —¿Cómo está mi esposo? —Ha sufrido un ataque cardíaco. Él está estable ahora, tiene que descansar. —Gracias, doctor Kang —dice Dae Hyun, aliviado. —Pueden