El bastardo pensaba que podía huir después de toda la mierda que había hecho.Estaba furioso, pero estaba más asustado por lo que pudiera pasarle a su mujer, Katryna estaba perdiendo mucha sangre y...No quería ni pensarlo, ella iba a estar bien.Salió de sus pensamientos al escuchar un disparo fue allí cuando comenzó a correr por los pasillos.Hasta que se detuvo donde estaban todos, 135, Damien y Black se encargaban de ese hombre loco entonces su mirada barrió toda la sala encontrándose con la doctora herida de bala y su mujer sollozando en el hombro de Danger.Escuchó su dolor e hizo lo que debía, la abrazó acariciando su cabello con dulzura.—El bebé Wild —Sollozó—, él me lo quitó, yo...—Tranquila preciosa, nuestro cachorro está a salvo, tienes que irte cuanto antes, no hay tiempo que perder...— ¡Quiero a mi bebé Wild!Él tomó su delgado rostro entre sus manos y besó con anhelo el dorso de su boca.—Y lo tendrás, ahora debes irte, yo mismo te lo llevaré.— ¿Lo prometes?—Lo juro
INTRODUCCIÓN A LA SERIEORIGENEXPERIMENTO L-05 -ARGUMENTO GENERAL Cuando tenía seis no podía ver maldad en absolutamente nada, ver a mi abuelo golpeando a un niño muy raro con aspecto asustadizo y colmillos de animal solo se reducía a que el niño se había portado muy mal con el abuelo... o eso me decían. Al tener doce años todo eso era algo más común, según mi tía Eleni quien era dos años mayor que yo, los golpeados eran bestias aborrecibles a los ojos de Dios y yo no podía más que asentir a eso. Ellos eran absolutamente fuera de lo común a pesar de que sus grandes y aterradores dientes habían sido limados para que se parecieran a los dientes de las personas normales. Se comportaban como animales salvajes, mi abuelo decía que no podía acercarme nunca a sus celdas o ellos me harían mucho daño y yo obedecía... hasta que cumplí los quince y uno de ellos me habló cuando pasé frente a él. Enseguida quedé perpleja, ni siquiera sabía que pudieran hablar, sus ojos llamativos como los de
Los cambiaformas a su alrededor no podían creer que uno de los suyos besara a la mujer que era nieta del más grande carnicero que hubieran conocido, no obstante muchos de ellos no tenían ni idea que Catarina era quien los había liberado de su esclavitud.Tampoco es que alguno de los dos le importaran lo que pudieran decir a su alrededor, no había nada más importante que el uno para el otro.Catarina lo incitó a caminar con ella de la mano no muy lejos y al llegar ella por fin habló calmando el silencio que había entre ambos.-Esta es mi casa, nuestra casa.El experimento L-05 gruñó inconforme cuando ella se alejó de su cuerpo y enseguida la acercó a su torso para estrecharla entre sus brazos.- ¿Qué es casa?Ella se limitó a reír levemente ante su ignorancia.Tendría que enseñarle muchísimas cosas del exterior como ya le había enseñado en cautiverio, ella había sido quien lo había enseñado a besar, le había enseñado qué era el amor sin embargo él también le había enseñado cosas a ella
-Bien, aún tengo muchas cosas por enseñarte -dijo con su dedo índice recorriendo su pecho ocasionando que L-05 gruñera-, que definitivamente tenemos que hacer antes de que venga mi tía.L-05 arqueó una ceja curioso y Catarina rió divertida halándolo a su habitación.Hizo que se acostara en su cama y él soltó un gemido de placer haciéndola sonreír.-Esta es muy suave.Cat le guiñó el ojo antes de quitarse la camisa.-Se llama cama y es donde tú y yo pasaremos mucho tiempo.- ¿Por qué...? -balbuceó sin entender a que se refería su compañera.Sin embargo, cuando vio a Cat deshacerse también de su pantalón y gatear por la cama hasta llegar a él se quedó mudo.No entendía qué era lo que le pasaba pero quería tenerla cerca, tocarla...De pronto un recuerdo lo golpeó.Cuando apenas tenía 14, lo habían drogado por estar incontrolable pero al despertar escuchó unos ruidos muy extraños en su habitación y al abrir los ojos vio incrédulo algo muy extraño, un hombre yacía sobre una mujer, ambos de
—Entonces... ¿Qué nombre escogerás? —preguntó ella adormilada mientras L-05 le acarició el cabello con ternura.El silencio los había envuelto y ella necesitó romperlo.—Tengo un libro de nombres, seguro que te gusta alguno -—acotó más emocionada—, voy por él.Pero antes de que pudiera levantarse de la cama L-05 la atrajo a su pecho arrancándole una risita de los labios.—No te alejes, no puedo dejarte ir, no ahora.Sus ojos se observaban fijamente mientras que él acariciaba su cabello.— ¿Qué nombre te gusta? —murmuró contra sus labios.—Yo... no puedo pensar si me miras así —rió encantada y él sonrió enseguida—, aunque siempre me ha gustado mucho el nombre de... Dierk.—Entonces Dierk será.*A la mañana siguiente L-05 o ahora Dierk abrió los ojos y gruñó al no sentir, oler, ni ver a su compañera a su lado, su bestia rugió furiosa en su interior y cuando se levantó de la cama se encontraba convertido en una majestuosa pantera negra.En esa forma se desplazó de la habitación siguiend
Él no tuvo tiempo de responder cuando un grito los hizo sobresaltar.—¡Me quedé ciega! —chilló la mujer rubia.Ambos voltearon a verla en el umbral de la puerta tapando sus ojos justo al lado de A-96 quien la observaba divertido hasta que volvió su mirada a ellos.—Hombre, tapate.Dierk gruñó y rápidamente Catarina avergonzada tomó un cojín del comedor y se lo tendió a su compañero.—¡Maldita sea Catarina, más te vale que tengas una buena excusa para esto!A-96 entornó los ojos y una vez más Dierk gruñó antes de hablar.—No hay ninguna excusa rubia, lo que ves es lo que hay.—¡Espero que ya estés cubierto maldito sarnoso, porque cuando patee tu retaguardia no quiero que mi lindo pie toque tu asquerosa piel desnuda!A-96 rió mientras Catarina bufaba, definitivamente vivir bajo el mismo techo no iba a ser tan fácil como creía.Caminó hasta su tía impidiendo que Dierk pudiera explotar contra Eleni.—Vamos Eli, esperemos que Dierk se ponga ropa y hablaremos.Le lanzó una mirada amenazante
—Estoy segura que Leonardo no quiso decir eso Eleni. La rubia la miró furiosa apartando de un manotazo las lágrimas de sus ojos. —¡Me llamó psicópata, no lo defiendas! —Dijo que nuestra familia era psicópata, no tu. —¡Todos menos tú, querrás decir! —Recordó—, no me incluyó a mí, no voy a ir a un lugar donde me crean una psicópata. —No seas dramática Eli, piensa en tu seguridad. —Cat… —¡Si tú te quedas yo me quedo! —chilló como una niña sabiendo que su tía preferiría protegerla, siempre había sido de ese modo. —¡Catarina! —Te lo advierto, y no bromeo. Esta vez Eleni suspiró audiblemente. —Muy bien, pero yo no socializo, lo sabes. Inevitablemente Catarina sonrió y la abrazó con fuerza.* —¿Crees que estaremos bien? —preguntó Cat acariciando el brazo de Dierk quien la acunaba más cerca de él. Hacía dos días estaban en la manada que había formado Leonardo pero por alguna razón tenía un mal presentimiento. —¿Por qué preguntas eso? Claro que lo estaremos, siempre te mantendré
Pues solo así justificaba lo bien que se sentía estar entre los brazos de ese hombre y que además el mismo hubiera tomado la iniciativa de besarla.La ternura en el beso fue la causante de que sus ojos lagrimearan aún más cuando con besitos cortos recorría desde su barbilla hasta el terminar de su cuello robándole dulces gemidos que no pudo reprimir no obstante cuando se dio cuenta de lo que pasaba se apartó levemente de él hasta donde pudo, Leonardo no la dejó escapar de entre sus manos como ella creyó.—¿Qué haces A-96?Él esbozó una sonrisa que no auguraba nada bueno para ella por lo que tembló.—No dejar ir a mi compañera, eso hago.Enseguida ella comenzó a balbucear palabras inentendibles que ampliaron su sonrisa.—No lo entiendo, yo…—Tu lo eres, lo sabes, siempre lo has sabido. Desde la primera vez que nos vimos, ya no hay porque ocultarlo, el peligro pasó, no hay nada en este mundo que quiera más que a ti.Sus grandes manos acunaron su rostro y finalmente ella dejó deslizar po