-Bien, aún tengo muchas cosas por enseñarte -dijo con su dedo índice recorriendo su pecho ocasionando que L-05 gruñera-, que definitivamente tenemos que hacer antes de que venga mi tía.
L-05 arqueó una ceja curioso y Catarina rió divertida halándolo a su habitación. Hizo que se acostara en su cama y él soltó un gemido de placer haciéndola sonreír. -Esta es muy suave. Cat le guiñó el ojo antes de quitarse la camisa. -Se llama cama y es donde tú y yo pasaremos mucho tiempo. - ¿Por qué...? -balbuceó sin entender a que se refería su compañera. Sin embargo, cuando vio a Cat deshacerse también de su pantalón y gatear por la cama hasta llegar a él se quedó mudo. No entendía qué era lo que le pasaba pero quería tenerla cerca, tocarla... De pronto un recuerdo lo golpeó. Cuando apenas tenía 14, lo habían drogado por estar incontrolable pero al despertar escuchó unos ruidos muy extraños en su habitación y al abrir los ojos vio incrédulo algo muy extraño, un hombre yacía sobre una mujer, ambos desnudos, ambos jadeantes, ambos sudando. La mujer lloriqueaba mientras ambos se movían acoplados, L-05 enfureció, él pensaba que el hombre le hacía daño hasta que ella habló. - ¡Sí, tómame! ¡Más fuerte Carl! Entonces la curiosidad en él se acrecentó aún en el pasar de los años él no entendía que habían estado haciendo ese par de humanos, pero se veía... placentero. -Te fuiste a otro lado -susurró Cat acariciando con sus labios su cuello y enseguida él se estremeció-, ¿Quieres que te enseñe que hacen dos personas que se aman? Sin hablar él asintió entonces Catarina comenzó a desnudarlo poniéndolo nervioso ¿Ella quería hacer lo que hicieron esos humanos hace años frente a él? No evitó el gruñido haciendo que ella levantara la vista sin entender que sucedía. - ¡No soy humano Catarina! ¡No me obligues a hacer cosas de humanos! Acto seguido se levantó dejándola perpleja, él lucía tenso y nervioso. -Eres humano solo modificaron tu ADN, no logro entender que quieres decir. Pero de sobra ella sabía que los cambiaformas no se veían a sí mismos como humanos. -Eso que quieres hacer -dijo con las mejillas encendidas-. Es solo para humanos. Catarina frunció el ceño antes de curvear sus labios en una sonrisa conocedora. -Eso que quiero hacer es el amor -le guiñó un ojo levantándose hasta estar una vez más frente a él-, y lo hacen solo los que se aman realmente, y yo te amo cariño. Él arqueó una ceja y su cara inocente la hizo sonreír. -Yo también te amo gatita, siento ser un ignorante en estos temas. - ¡No vuelvas a llamarte de esa forma o me enojaré! -Sonrió-, ya te dije que todo lo que quieras saber yo te lo enseñaré. L-05 sonrió y la atrajo a él para besarla una vez más, sin embargo, para la sorpresa de ella le arrancó el sujetador liberando sus senos y con su dedo índice y pulgar capturó su pezón acariciándolo. -Otra cosa amor... -gimió sin poder evitarlo-. Debes tomar un nombre para que seas ciudadano griego, ya que no sabemos dónde naciste... ¡Dios, aprendes rápido! Lloriqueó cuando L-05 capturó su piel tierna en su boca. -Voy a llamarme como quieras, ahora, enséñame a hacerte el amor. Catarina rió empujándolo a la cama otra vez y cuando él se quedó ahí, le arrancó los pantalones viéndolo finalmente desnudo ya que muy poco los cambiaformas solían usar ropa en los laboratorios, mucho menos bóxers por lo que para la mayoría como L-05 eran una molestia. Cat se mordió el labio encantada con lo que veía y entonces deslizó sus bragas quedando desnuda también. Los ojos de su hombre la miraron con toda la adoración que sentía por ella devorándola con lentitud casi abrumadora. - ¿Por qué me siento así gatita? Sus ojos brillaron de alegría al mismo tiempo que con picardía sabiendo a qué se refería. -Porque estas excitado. - ¿Excitado? -preguntó confundido mientras sus manos comenzaron a deslizarse por los brazos de ella. Cat contuvo la respiración por unos segundos impulsada a estar más cerca de él, se deslizó sobre sus piernas hasta que estuvo con totalidad sobre su hombre, sus pieles colisionando hacían que se erizara aún más cuando sintió la dureza de L-05 en su vientre. Entonces le sonrió embelesada cuando las manos de él llegaron a su cintura acercándola a su pecho con una rudeza que le encantaba. Había estado esperando ese momento desde hacía muchísimo tiempo, tenerlo por completo y en total libertad donde ambos estarían seguros, era aún más maravilloso de lo que hubiera imaginado, no había nadie en el mundo a quien quisiera entregarle esa parte de ella, solo él. Y desde que había conocido a L-05 lo había sabido, él era el amor de su vida, la única persona que lograría que fuera feliz. Con lágrimas en los ojos lo abrazó sintiéndolo tensarse. - ¿Qué pasa gatita? ¿Te lastimé? -preguntó preocupado. Y fue esa preocupación la que hizo sobresaltar su corazón, lo amaba y él la amaba a ella, ya no había motivos para retrasar lo inevitable. Ella negó con la cabeza para luego mirarlo y tomar su boca en un abrazador beso. -Solo... necesito que me ames y no me dejes nunca -susurró en sus labios al borde del llanto. Aquel era el momento más íntimo y hermoso que en su vida había tenido y no se arrepentía de haberlo compartido con él. Cuando una lágrima se deslizó por su mejilla, él la capturó con su lengua de una forma erótica que la hizo temblar. -No hay nada en este mundo que me aleje de ti, eres lo único que amo en esta vida. Su boca comenzó a hacer un recorrido desde sus mejillas hasta la punta de sus pies, sus manos la tocaban con dulzura pero inevitablemente su roce la encendía de una manera poco sana, ya no aguantaba, lo quería en su interior reclamándola, haciéndola su mujer en todos los sentidos. Por ello cuando sus dedos estuvieron en su monte Venus Catarina se arqueó contra ellos en una invitación silenciosa, él la miró y ella notó que el color verde de sus ojos había desaparecido casi por completo y en su lugar un color negro oscuro la devoraba como el fuego arrasaría con la madera, ya no había escape, su lado animal había hecho su acto de presencia aunque a ella no le importara demasiado, por el contrario, quería tentar a la bestia hasta dejarla llegar al borde. Fue así como llevó una de sus grandes manos hacia su pecho izquierdo mientras que sentía la otra descender hacia su sitio prohibido. Reprimiendo un gemido se mordió el labio sin embargo su control fue olvidado cuando para su sorpresa la boca de L-05 bajó por completo a su entrepierna y sin pudor comenzó a lamer como si en ello se le fuera la vida. Gimió deleitada de todo lo que le hacía y supo que L-05 en esos momentos era puro instinto porque bien sabía que él no había sido seleccionado como sujeto de cría, era un asesino feroz con solo 17 años por lo que optaron por esperar su madures y solo enseñarle las distintas maneras de matar. Sus manos automáticamente se aferraron a su cuello no queriendo que escapara de entre sus piernas mientras que L-05 gruñó con fascinación y satisfacción al sentirla, sus manos seguían torturando uno de sus pechos a la vez que la otra acariciaba su clítoris con algo de rudeza, su lengua se adentró en su sexo de una manera tan placentera que en ese momento Catarina no pudo evitar el grito de éxtasis que la embargó, no obstante necesitaba más, mucho más... Le haló el cabello a su hombre, buscando llamar su atención y cuando él posó su vista en ella se sintió estremecer, lucía tan masculino, fiero y dominante que estaba fascinada. -Dios, necesito... Pero antes de que culminara de hablar L-05 se irguió sin soltar su clítoris, y su cuerpo la cubrió por completo, él era puro instinto y fuego. Su boca la atacó con un beso salvaje que trajo la felicidad de ambos, Catarina comenzó a mover su cintura entorno a él y un gruñido emergió de la garganta de L-05, rápidamente dejó su clítoris y enseguida ella soltó un sollozo inconforme pero él no se apartó por demasiado tiempo cuando lo sintió hundirse en su calor arrancando un gemido de entre dolor y placer. L-05 se tensó de inmediato y cuando iba a dar marcha atrás las piernas de Catarina lo rodearon sin dejarlo escapar. -No -susurró aún adolorida abrazando también su cuello con sus brazos-, no te alejes. -Te hice daño. Su voz sonó mortificada, oscura y muy ronca ocasionando que se humedeciera más si era posible, pudo ver que él tampoco se quería alejar sin embargo el remordimiento y la culpa también pintaban sus fracciones, él pensaba que le había hecho un daño irreparable. Sintiendo la ternura y el amor golpearla lo besó en los labios atesorando su sabor. -Es norma estar adolorida, nunca había hecho esto -dijo sonrojándose-, además... eres muy grande. Cat notó el brillo en sus ojos y entonces en ese momento se desató la pasión. Cuando entró otra vez en ella la mordió marcándola como su mujer, su compañera... su todo.—Entonces... ¿Qué nombre escogerás? —preguntó ella adormilada mientras L-05 le acarició el cabello con ternura.El silencio los había envuelto y ella necesitó romperlo.—Tengo un libro de nombres, seguro que te gusta alguno -—acotó más emocionada—, voy por él.Pero antes de que pudiera levantarse de la cama L-05 la atrajo a su pecho arrancándole una risita de los labios.—No te alejes, no puedo dejarte ir, no ahora.Sus ojos se observaban fijamente mientras que él acariciaba su cabello.— ¿Qué nombre te gusta? —murmuró contra sus labios.—Yo... no puedo pensar si me miras así —rió encantada y él sonrió enseguida—, aunque siempre me ha gustado mucho el nombre de... Dierk.—Entonces Dierk será.*A la mañana siguiente L-05 o ahora Dierk abrió los ojos y gruñó al no sentir, oler, ni ver a su compañera a su lado, su bestia rugió furiosa en su interior y cuando se levantó de la cama se encontraba convertido en una majestuosa pantera negra.En esa forma se desplazó de la habitación siguiend
Él no tuvo tiempo de responder cuando un grito los hizo sobresaltar.—¡Me quedé ciega! —chilló la mujer rubia.Ambos voltearon a verla en el umbral de la puerta tapando sus ojos justo al lado de A-96 quien la observaba divertido hasta que volvió su mirada a ellos.—Hombre, tapate.Dierk gruñó y rápidamente Catarina avergonzada tomó un cojín del comedor y se lo tendió a su compañero.—¡Maldita sea Catarina, más te vale que tengas una buena excusa para esto!A-96 entornó los ojos y una vez más Dierk gruñó antes de hablar.—No hay ninguna excusa rubia, lo que ves es lo que hay.—¡Espero que ya estés cubierto maldito sarnoso, porque cuando patee tu retaguardia no quiero que mi lindo pie toque tu asquerosa piel desnuda!A-96 rió mientras Catarina bufaba, definitivamente vivir bajo el mismo techo no iba a ser tan fácil como creía.Caminó hasta su tía impidiendo que Dierk pudiera explotar contra Eleni.—Vamos Eli, esperemos que Dierk se ponga ropa y hablaremos.Le lanzó una mirada amenazante
—Estoy segura que Leonardo no quiso decir eso Eleni. La rubia la miró furiosa apartando de un manotazo las lágrimas de sus ojos. —¡Me llamó psicópata, no lo defiendas! —Dijo que nuestra familia era psicópata, no tu. —¡Todos menos tú, querrás decir! —Recordó—, no me incluyó a mí, no voy a ir a un lugar donde me crean una psicópata. —No seas dramática Eli, piensa en tu seguridad. —Cat… —¡Si tú te quedas yo me quedo! —chilló como una niña sabiendo que su tía preferiría protegerla, siempre había sido de ese modo. —¡Catarina! —Te lo advierto, y no bromeo. Esta vez Eleni suspiró audiblemente. —Muy bien, pero yo no socializo, lo sabes. Inevitablemente Catarina sonrió y la abrazó con fuerza.* —¿Crees que estaremos bien? —preguntó Cat acariciando el brazo de Dierk quien la acunaba más cerca de él. Hacía dos días estaban en la manada que había formado Leonardo pero por alguna razón tenía un mal presentimiento. —¿Por qué preguntas eso? Claro que lo estaremos, siempre te mantendré
Pues solo así justificaba lo bien que se sentía estar entre los brazos de ese hombre y que además el mismo hubiera tomado la iniciativa de besarla.La ternura en el beso fue la causante de que sus ojos lagrimearan aún más cuando con besitos cortos recorría desde su barbilla hasta el terminar de su cuello robándole dulces gemidos que no pudo reprimir no obstante cuando se dio cuenta de lo que pasaba se apartó levemente de él hasta donde pudo, Leonardo no la dejó escapar de entre sus manos como ella creyó.—¿Qué haces A-96?Él esbozó una sonrisa que no auguraba nada bueno para ella por lo que tembló.—No dejar ir a mi compañera, eso hago.Enseguida ella comenzó a balbucear palabras inentendibles que ampliaron su sonrisa.—No lo entiendo, yo…—Tu lo eres, lo sabes, siempre lo has sabido. Desde la primera vez que nos vimos, ya no hay porque ocultarlo, el peligro pasó, no hay nada en este mundo que quiera más que a ti.Sus grandes manos acunaron su rostro y finalmente ella dejó deslizar po
Su voz ronca la hizo erizar pero fue peor cuando Leonardo cortó la lejanía chocando su pecho con el de ella.—¿Qué…?Su aliento se mezcló con el de ella y de un momento a otro su boca se enterró en el hueco de su garganta lamiendo su suave piel.—Yo mataría porque estés a salvo hermosa, te daré todo lo que quieras, aunque decidas no estar nunca conmigo.Ahora su lengua trazó un camino desde su cuello hasta el inicio de su pecho el cual se agitó en anticipación.Leonardo esperó a que ella se apartara pero contrario a eso alzó sus brazos apretando su cuello.Un rugido posesivo y de satisfacción estuvo a punto de salir de él sin embargo respiró profundo para no asustarla, eso era lo que menos quería.—No sabes cuantas veces he soñado con hacerte mía, hermosa.Eres mi perdición, por ti caminaría por las brazas del infierno, para verte feliz.Los labios de Eleni soltaron un gemido que lo hizo poner duro en cuestión de segundos, el animal dentro de él estaba inquieto, quería marcar a su com
Según el doctor Reynolds era porque la droga que les habían inyectado en los laboratorios seguía en ellos además de que la misma era transmitida a sus esposas mediante el semen y a sus hijos por la concepción natural.Su crecimiento parecía detenerse a los treinta años más o menos.—¿Cat? ¿Qué pasa? —preguntó Eleni viendo a su sobrina entrar con cara de pocos amigos a su casa.—¡Tienes que hacer algo!Eleni frunció el ceño confundida sin entender a qué se refería su dramática sobrina.—¿De qué hablas?—¡¿De qué hablo?! ¿Tienes alguna idea de lo sexy que es tu marido?Enseguida la fulminó con la mirada pero antes de que pudiera hablar Catarina lo hizo por ella.—¡Claro que lo sabes! ¡¿Adivina qué?! Gracias a tu obsesión enferma por tener niños, ese cambiaformas de león está pasando demasiado tiempo con esa mujer de dudosa reputación que además también es una cambiaformas de león, ¿Entiendes ahora? Si no haces algo, lo vas a perder…Ya no pudo entender nada más.En su cabeza las palabra
Muchas conjeturas comenzaron a girar en su cabeza volviéndola paranoica.A lo mejor él no se había separado de ella debido a que no quería lastimarla, sin embargo ella lo haría más fácil para los dos.Al llegar a casa lo hicieron en un silencio perturbador que más tarde ella se encargó de cortar con las palabras que Leonardo nunca creyó oír.—Leonardo, me voy.Este frunció el ceño enseguida antes de mirarla suplicante y arrodillarse frente a la silla donde estaba sentada.—¿De qué estás hablando? No entiendo, sé que…—No, no sabes nada —lo cortó Eleni con un nudo en la garganta—. Yo soy un estorbo para ti Leonardo, eres el líder de esta manada, necesitas un heredero y es obvio que yo nunca voy a poder dártelo, después de siete años no he podido tener hijos y…Él pareció querer decir algo pero lo calló, después de un par de segundos por fin volvió a abrir la boca y esta vez sí habló hecho una furia.—¡¿Y crees que estoy contigo solo por tener un cachorro?! ¡Me importas tú…!No obstante
LUNA DE HIELOHUNTERARGUMENTOPara Tabbitha Gallagher la libertad no es algo fácil de conseguir, desde pequeña tuvo que cuidar a su pequeña hermana y siempre luchó por mantenerla alejada del peligro, sin embargo, el destino hace de las suyas cuando por un accidente ambas terminan en L'enfer, la guarida de la más grande manada de cambiaformas en el mundo.Furiosa por estar en el lugar que menos quiere estar, Tabbee trata de escapar junto con su hermana sin saber que uno de esos hombres que tanto odia luchará contra todo por mantenerla junto a él porque desde que la vio lo supo, ella sería su mujer y nunca la dejaría escapar.CAPÍTULO 1Cuando despertó ninguno de sus pensamientos parecían estar en orden. Sin embargo de golpe todo volvió a ella de repente, de prisa abrió los ojos y buscó a su hermana aterrada, con rapidez se sentó en la cama de lo que parecía ser un cuarto de hospital entonces las maquinas a su alrededor comenzaron a sonar ocasionando que su dolor de cabeza se intensifi