-Bien, aún tengo muchas cosas por enseñarte -dijo con su dedo índice recorriendo su pecho ocasionando que L-05 gruñera-, que definitivamente tenemos que hacer antes de que venga mi tía.L-05 arqueó una ceja curioso y Catarina rió divertida halándolo a su habitación.Hizo que se acostara en su cama y él soltó un gemido de placer haciéndola sonreír.-Esta es muy suave.Cat le guiñó el ojo antes de quitarse la camisa.-Se llama cama y es donde tú y yo pasaremos mucho tiempo.- ¿Por qué...? -balbuceó sin entender a que se refería su compañera.Sin embargo, cuando vio a Cat deshacerse también de su pantalón y gatear por la cama hasta llegar a él se quedó mudo.No entendía qué era lo que le pasaba pero quería tenerla cerca, tocarla...De pronto un recuerdo lo golpeó.Cuando apenas tenía 14, lo habían drogado por estar incontrolable pero al despertar escuchó unos ruidos muy extraños en su habitación y al abrir los ojos vio incrédulo algo muy extraño, un hombre yacía sobre una mujer, ambos de
—Entonces... ¿Qué nombre escogerás? —preguntó ella adormilada mientras L-05 le acarició el cabello con ternura.El silencio los había envuelto y ella necesitó romperlo.—Tengo un libro de nombres, seguro que te gusta alguno -—acotó más emocionada—, voy por él.Pero antes de que pudiera levantarse de la cama L-05 la atrajo a su pecho arrancándole una risita de los labios.—No te alejes, no puedo dejarte ir, no ahora.Sus ojos se observaban fijamente mientras que él acariciaba su cabello.— ¿Qué nombre te gusta? —murmuró contra sus labios.—Yo... no puedo pensar si me miras así —rió encantada y él sonrió enseguida—, aunque siempre me ha gustado mucho el nombre de... Dierk.—Entonces Dierk será.*A la mañana siguiente L-05 o ahora Dierk abrió los ojos y gruñó al no sentir, oler, ni ver a su compañera a su lado, su bestia rugió furiosa en su interior y cuando se levantó de la cama se encontraba convertido en una majestuosa pantera negra.En esa forma se desplazó de la habitación siguiend
Él no tuvo tiempo de responder cuando un grito los hizo sobresaltar.—¡Me quedé ciega! —chilló la mujer rubia.Ambos voltearon a verla en el umbral de la puerta tapando sus ojos justo al lado de A-96 quien la observaba divertido hasta que volvió su mirada a ellos.—Hombre, tapate.Dierk gruñó y rápidamente Catarina avergonzada tomó un cojín del comedor y se lo tendió a su compañero.—¡Maldita sea Catarina, más te vale que tengas una buena excusa para esto!A-96 entornó los ojos y una vez más Dierk gruñó antes de hablar.—No hay ninguna excusa rubia, lo que ves es lo que hay.—¡Espero que ya estés cubierto maldito sarnoso, porque cuando patee tu retaguardia no quiero que mi lindo pie toque tu asquerosa piel desnuda!A-96 rió mientras Catarina bufaba, definitivamente vivir bajo el mismo techo no iba a ser tan fácil como creía.Caminó hasta su tía impidiendo que Dierk pudiera explotar contra Eleni.—Vamos Eli, esperemos que Dierk se ponga ropa y hablaremos.Le lanzó una mirada amenazante
—Estoy segura que Leonardo no quiso decir eso Eleni. La rubia la miró furiosa apartando de un manotazo las lágrimas de sus ojos. —¡Me llamó psicópata, no lo defiendas! —Dijo que nuestra familia era psicópata, no tu. —¡Todos menos tú, querrás decir! —Recordó—, no me incluyó a mí, no voy a ir a un lugar donde me crean una psicópata. —No seas dramática Eli, piensa en tu seguridad. —Cat… —¡Si tú te quedas yo me quedo! —chilló como una niña sabiendo que su tía preferiría protegerla, siempre había sido de ese modo. —¡Catarina! —Te lo advierto, y no bromeo. Esta vez Eleni suspiró audiblemente. —Muy bien, pero yo no socializo, lo sabes. Inevitablemente Catarina sonrió y la abrazó con fuerza.* —¿Crees que estaremos bien? —preguntó Cat acariciando el brazo de Dierk quien la acunaba más cerca de él. Hacía dos días estaban en la manada que había formado Leonardo pero por alguna razón tenía un mal presentimiento. —¿Por qué preguntas eso? Claro que lo estaremos, siempre te mantendré
Pues solo así justificaba lo bien que se sentía estar entre los brazos de ese hombre y que además el mismo hubiera tomado la iniciativa de besarla.La ternura en el beso fue la causante de que sus ojos lagrimearan aún más cuando con besitos cortos recorría desde su barbilla hasta el terminar de su cuello robándole dulces gemidos que no pudo reprimir no obstante cuando se dio cuenta de lo que pasaba se apartó levemente de él hasta donde pudo, Leonardo no la dejó escapar de entre sus manos como ella creyó.—¿Qué haces A-96?Él esbozó una sonrisa que no auguraba nada bueno para ella por lo que tembló.—No dejar ir a mi compañera, eso hago.Enseguida ella comenzó a balbucear palabras inentendibles que ampliaron su sonrisa.—No lo entiendo, yo…—Tu lo eres, lo sabes, siempre lo has sabido. Desde la primera vez que nos vimos, ya no hay porque ocultarlo, el peligro pasó, no hay nada en este mundo que quiera más que a ti.Sus grandes manos acunaron su rostro y finalmente ella dejó deslizar po
Su voz ronca la hizo erizar pero fue peor cuando Leonardo cortó la lejanía chocando su pecho con el de ella.—¿Qué…?Su aliento se mezcló con el de ella y de un momento a otro su boca se enterró en el hueco de su garganta lamiendo su suave piel.—Yo mataría porque estés a salvo hermosa, te daré todo lo que quieras, aunque decidas no estar nunca conmigo.Ahora su lengua trazó un camino desde su cuello hasta el inicio de su pecho el cual se agitó en anticipación.Leonardo esperó a que ella se apartara pero contrario a eso alzó sus brazos apretando su cuello.Un rugido posesivo y de satisfacción estuvo a punto de salir de él sin embargo respiró profundo para no asustarla, eso era lo que menos quería.—No sabes cuantas veces he soñado con hacerte mía, hermosa.Eres mi perdición, por ti caminaría por las brazas del infierno, para verte feliz.Los labios de Eleni soltaron un gemido que lo hizo poner duro en cuestión de segundos, el animal dentro de él estaba inquieto, quería marcar a su com
Según el doctor Reynolds era porque la droga que les habían inyectado en los laboratorios seguía en ellos además de que la misma era transmitida a sus esposas mediante el semen y a sus hijos por la concepción natural.Su crecimiento parecía detenerse a los treinta años más o menos.—¿Cat? ¿Qué pasa? —preguntó Eleni viendo a su sobrina entrar con cara de pocos amigos a su casa.—¡Tienes que hacer algo!Eleni frunció el ceño confundida sin entender a qué se refería su dramática sobrina.—¿De qué hablas?—¡¿De qué hablo?! ¿Tienes alguna idea de lo sexy que es tu marido?Enseguida la fulminó con la mirada pero antes de que pudiera hablar Catarina lo hizo por ella.—¡Claro que lo sabes! ¡¿Adivina qué?! Gracias a tu obsesión enferma por tener niños, ese cambiaformas de león está pasando demasiado tiempo con esa mujer de dudosa reputación que además también es una cambiaformas de león, ¿Entiendes ahora? Si no haces algo, lo vas a perder…Ya no pudo entender nada más.En su cabeza las palabra
Muchas conjeturas comenzaron a girar en su cabeza volviéndola paranoica.A lo mejor él no se había separado de ella debido a que no quería lastimarla, sin embargo ella lo haría más fácil para los dos.Al llegar a casa lo hicieron en un silencio perturbador que más tarde ella se encargó de cortar con las palabras que Leonardo nunca creyó oír.—Leonardo, me voy.Este frunció el ceño enseguida antes de mirarla suplicante y arrodillarse frente a la silla donde estaba sentada.—¿De qué estás hablando? No entiendo, sé que…—No, no sabes nada —lo cortó Eleni con un nudo en la garganta—. Yo soy un estorbo para ti Leonardo, eres el líder de esta manada, necesitas un heredero y es obvio que yo nunca voy a poder dártelo, después de siete años no he podido tener hijos y…Él pareció querer decir algo pero lo calló, después de un par de segundos por fin volvió a abrir la boca y esta vez sí habló hecho una furia.—¡¿Y crees que estoy contigo solo por tener un cachorro?! ¡Me importas tú…!No obstante