La respiración de Raquel se aceleró, cerró sus ojos cuando la piel de su hombro fue acariciada ligeramente por la húmeda esponja en las manos masculinas de Rick. El alfa sonrío a su lobo gruñir con ansias cuando la suave esponja en aquellas acariciaba ese delicado lugar en la garganta que cualquier lobo ansiaba morder.— Debería hablar de algo — la voz de Rick sonó alrededor del baño demasiado aguda — ¿Qué tal si me cuentas alguna cosa?, intenta hablar.La mujer que acompañaba al hombre en el baño no habló, Raquel ni siquiera se atrevía a mirar a otro lugar que los ojos del alfa frente a ella dentro de la bañera, pero aquello solo hacía que algo latiera con mucha más intensidad en su pecho.— Bien, entonces te contaré una buena historia — el hombre sonrío — Amaya hace unos meses comió en exceso, mi madre la dejó porque esa niña la ha hecho incapaz de negarle algo — bajó la mano hacia sus brazos mientras hablaba — pero después de que se fue a dormir, en mi habitación las cosas se salie
— La abuela me regaló unos jubetes de felpa— la niña sentada en medio de la sala de estar rebuscó en un bolso algún muñeco rosa mullido— ¿te busta?Raquel suspiró, deseo realmente poder hacer alguna cosa más que mirar a su hija. Movió ligeramente los dedos de su mano. Agradecía poder seguir avanzando en su recuperación con lentitud. El olor de la comida venía desde algún otro lugar mientras el sonido de la madera al romperse sonaba bajo de casa.Raquel ansió acercarse a la ventana, mirar si realmente su alfa estaba cortando madera para la pequeña chimenea que aún no habían tenido la necesidad de encender, pero que sin duda sería muy bonita.— ¿Quieres jugar conmigo? — Amaya caminó hacia Raquel, dejó el peluche sobre su regazo — ete será tu jubete — corrió a tomar otro — ete será el mío.Raquel trató de mover su brazo, pero le fue imposible, luchó con toda su fuerza para al menos sostener al muñeco y cuando lo consiguió sintió la alegría iluminar su día. La niña no había notado nada, p
«Deberías actuar, seducirla»— No creo que eso sea necesario en este momento —respondió Rick a su lobo mientras terminaba de cortar un poco más de madera —. Ella necesita algo más de tiempo.«¿Qué podría necesitar?»— Tiempo, está aun sin recuperarse, está asustada y no quiero que se sienta mal y escape de mí.«Cómo podría sentirse mal con el amor de su alfa, no seas absurdo»— Es mucho más que eso, ahora deja de acosarme, hoy tengo que hacer muchas cosas.«Deberíamos ir a casar, quizás eso la haga ver que somos el mejor de los alfas»Rick puso sus ojos en blanco ante aquellas palabras, los lobos podían tener pensamientos racionales y primitivos la mayoría del tiempo, pero Rick siempre estuvo exento de ellos. Aunque parecía que habían comenzado a florecer de la nada.Después de terminar de cortar la madera que había dejado ayer en la tarde para ese día, el alfa caminó de regreso a la casa. Miró a la mujer sentada en la misma posición que la había dejado un par de horas atrás, sintió g
Una semana después, Raquel sintió el sudor correr por su espalda, pero agradeció poder tomar el último bocado en el plato que se encontraba frente a ella. El hombre, sentado una silla más allá de ella, sonrió mientras servía algo de agua en el vaso que le correspondía.— No te fuerces de más — se puso en pie para ofrecerle el vaso —, no quiero que te hagas daño, puedo ver que estás exhausta.— No quiero — susurró —. Puedo, sola.Las palabras seguían sonando extrañas, el hombre se encogió de hombros con una sonrisa, pero le obligó a beber algo de agua del vaso que sujetó contra sus labios. El corazón de Raquel se emocionó, miró directamente a los hombres y el agua corrió hacia el lugar incorrecto en su garganta.— ¡Los siento!, ¡de verdad lo siento!Musitó Rick mientras veía a su luna toser, se dijo que debió estar más concentrado en lo que estaba haciendo, que en la vista bastante reveladora que le ofrecía aquella posición. Su luna dejó de toser mientras él limpiaba alrededor de su bo
¡Raquel no sabía qué hacer!La chica se reprochó aquello mientras mira al hombre que preparaba la comida más allá de la mesa donde estaba, Aunque agradecía poder beber un vaso de agua por su cuenta y decir alguna que otra palabra, sin duda alguna se sentía como una tonta por no saber como demostrarle a Rick lo agradecido que estaba.— Mañana debo ir a una reunión con mi hermano — dijo Rick mientras se sentaba frente a su luna y Amaya —. ¿Crees que puedas hacerte cargo de Amaya hasta que regrese?— Sí, yo… Yo lo hago.— Excelente, ella sabe hacer prácticamente todo, pero creo que un poco de supervisión no está de más, además — sonríe — traje la silla de ruedas para que puedas moverte por casa.Raquel asintió, aunque no se sentía completamente feliz de estar en una silla de ruedas cuando aún era capaz de andar. Negó mientras tomaba un bocado del plato de comida y, como había descubierto durante esos días, el sabor de la comida era excelente. Sin duda, Rick era un buen prospecto para par
Raquel se sintió demasiado avergonzada como para pensar en alguna otra cosa que no fuera jugar con su hija mientras estaban completamente solas en aquella casa. La loba sonrió mientras la niña cuidaba con demasiada delicadeza del pequeño gato que había encontrado. El cabello de color blanquecino manchado del animal lucía peculiarmente erizado en las puntas de sus orejas y sin duda alguna aquel no era un gato doméstico.— Se va a llamar Chips — dijo la niña mirando a Raquel —. ¿Es un nombre bonito, verdad?— Claro que lo es cariño.— papá, dijo que mi mami me puso un nombre bonito también — la niña suspiró —. Pero no conozco a mamá, ¿tú conoces a tou mamá?— Sí, aunque ahora mismo no es precisamente algo bueno.Raquel negó, quería decirle la verdad a aquella pequeña niña, pero no era capaz de hacerlo, al menos no en aquella situación. La mujer dejó a la niña jugar hasta que fue el horario de su merienda, tardó y fue ligeramente doloroso, pero consiguió servirle todo para que luego vies
Se sentía diferente, su corazón, su piel, el aroma a su alrededor, todo se sentía diferente para Raquel. La chica suspiró aún entre las sábanas, miró las ventanas semiabiertas por las que se colaba el sol de la mañana y tuvo que admitir que jamás sintió aquel tipo de felicidad con Red; de hecho, nunca había sentido nada de aquella manera.Raquel trató de moverse, sus piernas no respondieron del todo, pero consiguió incorporarse en la cama y se dijo que debía ser más resistente. Ayer no solo había tenido la noche de pasión más intensa de su vida, sino que había ansiado poder hacer más que ser acariciada por el hombre que era su alfa.Ella deseó tocarlo, abrazarlo con sus piernas y ser más salvaje con él. Su loba estaba demasiado complacida como para responderle en aquel momento, así que la chica tenía la posibilidad de escuchar sus propios pensamientos sin que nadie los distorsionase o cuestionase.Rick dejó el plato de desayuno frente a Amaya, no podía dejar de sonreír, aunque quisier
— Necesito que me des más tiempo, Raquel no quiere hablar con ustedes por ahora.— ¿Pero le contaste que nadie la culpa de nada? — la cuñada de Rick le cuestionó.— Si, le conté todo, pero fue difícil para ella, aún sigue asustada y ni siquiera puede moverse bien — Rick suspiró — está bien, la estoy cuidando bien, ella solo necesita tiempo.— ¡Tiempo! — Melissa negó — llevo dos años tratando de encontrar a mi hermana, tratando de verla y ahora que ha cambiado otra vez debería estar a su lado y no aquí esperando a que la traigas a mí.— Cálmate cariño — Forest abrazó a Melissa — quizás Rick tiene razón y solo necesita tiempo, Raquel debe estar aún avergonzada con todos.— ¡No hay por qué! — Rick observó a su cuñada — no hay ningún motivo para que eso sea un problema, así que tráeme a mi hermana o iré a verla por mi propia cuenta porque sé que ella me necesita, sé que puedo ayudar más que estando aquí.— ¡No! — el lobo se puso en pie con prisas — no puedes ir hasta la casa de mi madre,