Raquel se sintió demasiado avergonzada como para pensar en alguna otra cosa que no fuera jugar con su hija mientras estaban completamente solas en aquella casa. La loba sonrió mientras la niña cuidaba con demasiada delicadeza del pequeño gato que había encontrado. El cabello de color blanquecino manchado del animal lucía peculiarmente erizado en las puntas de sus orejas y sin duda alguna aquel no era un gato doméstico.— Se va a llamar Chips — dijo la niña mirando a Raquel —. ¿Es un nombre bonito, verdad?— Claro que lo es cariño.— papá, dijo que mi mami me puso un nombre bonito también — la niña suspiró —. Pero no conozco a mamá, ¿tú conoces a tou mamá?— Sí, aunque ahora mismo no es precisamente algo bueno.Raquel negó, quería decirle la verdad a aquella pequeña niña, pero no era capaz de hacerlo, al menos no en aquella situación. La mujer dejó a la niña jugar hasta que fue el horario de su merienda, tardó y fue ligeramente doloroso, pero consiguió servirle todo para que luego vies
Se sentía diferente, su corazón, su piel, el aroma a su alrededor, todo se sentía diferente para Raquel. La chica suspiró aún entre las sábanas, miró las ventanas semiabiertas por las que se colaba el sol de la mañana y tuvo que admitir que jamás sintió aquel tipo de felicidad con Red; de hecho, nunca había sentido nada de aquella manera.Raquel trató de moverse, sus piernas no respondieron del todo, pero consiguió incorporarse en la cama y se dijo que debía ser más resistente. Ayer no solo había tenido la noche de pasión más intensa de su vida, sino que había ansiado poder hacer más que ser acariciada por el hombre que era su alfa.Ella deseó tocarlo, abrazarlo con sus piernas y ser más salvaje con él. Su loba estaba demasiado complacida como para responderle en aquel momento, así que la chica tenía la posibilidad de escuchar sus propios pensamientos sin que nadie los distorsionase o cuestionase.Rick dejó el plato de desayuno frente a Amaya, no podía dejar de sonreír, aunque quisier
— Necesito que me des más tiempo, Raquel no quiere hablar con ustedes por ahora.— ¿Pero le contaste que nadie la culpa de nada? — la cuñada de Rick le cuestionó.— Si, le conté todo, pero fue difícil para ella, aún sigue asustada y ni siquiera puede moverse bien — Rick suspiró — está bien, la estoy cuidando bien, ella solo necesita tiempo.— ¡Tiempo! — Melissa negó — llevo dos años tratando de encontrar a mi hermana, tratando de verla y ahora que ha cambiado otra vez debería estar a su lado y no aquí esperando a que la traigas a mí.— Cálmate cariño — Forest abrazó a Melissa — quizás Rick tiene razón y solo necesita tiempo, Raquel debe estar aún avergonzada con todos.— ¡No hay por qué! — Rick observó a su cuñada — no hay ningún motivo para que eso sea un problema, así que tráeme a mi hermana o iré a verla por mi propia cuenta porque sé que ella me necesita, sé que puedo ayudar más que estando aquí.— ¡No! — el lobo se puso en pie con prisas — no puedes ir hasta la casa de mi madre,
vRick se sentía tan feliz que no era capaz de decirle a Raquel lo que había comentado con su hermano, la chica que ya caminaba, o al menos conseguía dar un par de pasos y lo miró desde el otro lado de la mesa donde se encontraban. Rick sonrió mientras daba otro bocado del cosido de siervo que habían preparado un par de horas atrás.—¿Sabes qué me encontré con mi hermano mientras cazaba? — La mujer frente a él lo miró — me hizo ir con él a casa y adelanté la reunión de alfas que podré quedarme más tiempo aquí.— Supongo que eso es algo bueno — Raquel, jugueteó con el caldo rojizo en su plato —. Mi hermana… ¿Cómo…? ¿Cómo está?— Subiéndose a las paredes — comentó el chico sonriendo —. Quiere verte, me amenazó incluso con su poderosa posición como esposa del alfa King — Rick, sonrío —. ¿Sabes las pocas veces que Melissa ha hecho eso en su vida?— Ni siquiera puedo imaginármela haciéndolo — Raquel suspiró —. Gracias por no traerla aquí, yo… No me siento capaz de… De hablarle.— No te pre
— ¡Me duele!El alarido salió de la niña justo cuando Raquel estaba a punto de sentarse en el banco de la terraza donde solía hacerlo. La loba miró en dirección a la niña y se encontró con un escenario que para ella era aterrador.De algún modo, la niña que antes había estado correteando tranquilamente alrededor del árbol, ahora se encontraba en medio de la nieve, rodeada por un par de ramas nevadas y sangre saliendo de su rodilla, por no hablar del extraño modo en que su brazo está girado.— ¡Me duele! — la niña lloró — me duele mucho, mucho, mami.Raquel se queda en shock cuando la niña pronuncia esas palabras, de algún modo consigue correr hacia la niña, pero no sabe qué hacer. Ella la mira en pánico y la chica trata de encontrar la calma, pero no puede hacer nada, ni siquiera puede moverse.Lo único en su mente fue el día en que la madre de Red la arrastró hacia el acantilado, la llevó hacia el precipicio y la miró con toda la rabia que podía. Raquel sintió sus odios pitar, la voz
— Necesito que me ayudes, yo… No sé qué hacer con Raquel, no sé cómo impedir que se vaya. Ayer… Ayer la vi caminar con sus propios pies, pero ella ni siquiera me miró.— ¿No te miró? — Forest sonaba divertido — debió doler mucho, eso no.— ¡No es momento de bromas! — Rick gruño — estoy realmente preocupado ahora mismo hermano.— ¿Qué podría hacer por ti entonces? — dijo Forest — si ella no deja que nadie se acerque como podría enviar a un doctor o… a alguien más con ella.— No lo sé, eres el alfa King, debes tener algo que hacer.— No, tú eres su alfa, yo solo…— ¡Es tu cuñada!— Pero es terca justo como Melissa, supongo que lo sacaron del padre, qué quieres que te diga, si no puedo acercarme como voy a hacer algo, encárgate de eso tú mismo — el hermano de Rick sonrió — también puedes seguir las antiguas tradiciones y meterla en tu cama, con un par de esposas, si no te funciona hacerle el amor y…— No, tengo tiempo de bromas Forest.El alfa cortó la llamada después de aquello, su herm
Raquel observó a su hermana marcharse desde el porche de la casa donde se encontraba alfa, que ni siquiera le informó, se acercó sigilosamente hacia ella con la niña en sus brazos. Raquel solo lo miró mientras él dejaba a la pequeña sobre sus propios pies para que entrara en la casa sola.— Raquel, te juro que…— Estoy muy molesta ahora mismo — respondió —. No puedo creer que la dejaras venir aquí y menos que… Que le prestaras tu ropa.La chica se dio media vuelta para intentar entrar en casa, pero Rick no se lo permitió. La miró directamente a la cara antes de hablarle con dulzura, pero con la firmeza en cada una de las palabras.— Ella vino por su cuenta, solo estaba aquí y solo la ayudé a no andar desnuda por ahí, no me agrada.— ¿No te agrada? — cuestionó Raquel —, por favor, los lobos andan desnudo todo el tiempo.— Pero a mí no me gusta, ahora no deberíamos hablar de esto, no quiero que me mires con enfado cuando no tuve la culpa de esto.— Si la tuviste — dijo Raquel —, de hech
Los días pasaron tranquilos después de que Melissa se marchó, Raquel dejó lentamente que su alfa volviera a tener la oportunidad de estar cerca de ella y debió admitir para sí misma que no sería capaz de apartarse de ella jamás.La chica terminó de ducharse y se miró al espejo. Su rostro le disgustó casi tanto como el hecho de que probablemente estaba tan enamorada que jamás sería capaz de irse de aquella casa. Raquel salió del baño después de hacer a su cabello una trenza. Le agradó el aroma de la ropa que llevaba, ya que pertenecía a Rick.El teléfono en la plata baja sonó, la chica miró la hora en la mesilla de noche y supo que probablemente era su hermana como cada tarde. La chica no quería hablar con ella, pero su hermana no se cansaba de intentarlo. Aquello la hacía sentir que realmente podría arreglar las cosas, pero también le asustaba demasiado porque si algún día alguien lo descubría, ella tendría que dejarlo todo.¿No sería más difícil dejarlo todo cuando la felicidad ya e