vRick se sentía tan feliz que no era capaz de decirle a Raquel lo que había comentado con su hermano, la chica que ya caminaba, o al menos conseguía dar un par de pasos y lo miró desde el otro lado de la mesa donde se encontraban. Rick sonrió mientras daba otro bocado del cosido de siervo que habían preparado un par de horas atrás.—¿Sabes qué me encontré con mi hermano mientras cazaba? — La mujer frente a él lo miró — me hizo ir con él a casa y adelanté la reunión de alfas que podré quedarme más tiempo aquí.— Supongo que eso es algo bueno — Raquel, jugueteó con el caldo rojizo en su plato —. Mi hermana… ¿Cómo…? ¿Cómo está?— Subiéndose a las paredes — comentó el chico sonriendo —. Quiere verte, me amenazó incluso con su poderosa posición como esposa del alfa King — Rick, sonrío —. ¿Sabes las pocas veces que Melissa ha hecho eso en su vida?— Ni siquiera puedo imaginármela haciéndolo — Raquel suspiró —. Gracias por no traerla aquí, yo… No me siento capaz de… De hablarle.— No te pre
— ¡Me duele!El alarido salió de la niña justo cuando Raquel estaba a punto de sentarse en el banco de la terraza donde solía hacerlo. La loba miró en dirección a la niña y se encontró con un escenario que para ella era aterrador.De algún modo, la niña que antes había estado correteando tranquilamente alrededor del árbol, ahora se encontraba en medio de la nieve, rodeada por un par de ramas nevadas y sangre saliendo de su rodilla, por no hablar del extraño modo en que su brazo está girado.— ¡Me duele! — la niña lloró — me duele mucho, mucho, mami.Raquel se queda en shock cuando la niña pronuncia esas palabras, de algún modo consigue correr hacia la niña, pero no sabe qué hacer. Ella la mira en pánico y la chica trata de encontrar la calma, pero no puede hacer nada, ni siquiera puede moverse.Lo único en su mente fue el día en que la madre de Red la arrastró hacia el acantilado, la llevó hacia el precipicio y la miró con toda la rabia que podía. Raquel sintió sus odios pitar, la voz
— Necesito que me ayudes, yo… No sé qué hacer con Raquel, no sé cómo impedir que se vaya. Ayer… Ayer la vi caminar con sus propios pies, pero ella ni siquiera me miró.— ¿No te miró? — Forest sonaba divertido — debió doler mucho, eso no.— ¡No es momento de bromas! — Rick gruño — estoy realmente preocupado ahora mismo hermano.— ¿Qué podría hacer por ti entonces? — dijo Forest — si ella no deja que nadie se acerque como podría enviar a un doctor o… a alguien más con ella.— No lo sé, eres el alfa King, debes tener algo que hacer.— No, tú eres su alfa, yo solo…— ¡Es tu cuñada!— Pero es terca justo como Melissa, supongo que lo sacaron del padre, qué quieres que te diga, si no puedo acercarme como voy a hacer algo, encárgate de eso tú mismo — el hermano de Rick sonrió — también puedes seguir las antiguas tradiciones y meterla en tu cama, con un par de esposas, si no te funciona hacerle el amor y…— No, tengo tiempo de bromas Forest.El alfa cortó la llamada después de aquello, su herm
Raquel observó a su hermana marcharse desde el porche de la casa donde se encontraba alfa, que ni siquiera le informó, se acercó sigilosamente hacia ella con la niña en sus brazos. Raquel solo lo miró mientras él dejaba a la pequeña sobre sus propios pies para que entrara en la casa sola.— Raquel, te juro que…— Estoy muy molesta ahora mismo — respondió —. No puedo creer que la dejaras venir aquí y menos que… Que le prestaras tu ropa.La chica se dio media vuelta para intentar entrar en casa, pero Rick no se lo permitió. La miró directamente a la cara antes de hablarle con dulzura, pero con la firmeza en cada una de las palabras.— Ella vino por su cuenta, solo estaba aquí y solo la ayudé a no andar desnuda por ahí, no me agrada.— ¿No te agrada? — cuestionó Raquel —, por favor, los lobos andan desnudo todo el tiempo.— Pero a mí no me gusta, ahora no deberíamos hablar de esto, no quiero que me mires con enfado cuando no tuve la culpa de esto.— Si la tuviste — dijo Raquel —, de hech
Los días pasaron tranquilos después de que Melissa se marchó, Raquel dejó lentamente que su alfa volviera a tener la oportunidad de estar cerca de ella y debió admitir para sí misma que no sería capaz de apartarse de ella jamás.La chica terminó de ducharse y se miró al espejo. Su rostro le disgustó casi tanto como el hecho de que probablemente estaba tan enamorada que jamás sería capaz de irse de aquella casa. Raquel salió del baño después de hacer a su cabello una trenza. Le agradó el aroma de la ropa que llevaba, ya que pertenecía a Rick.El teléfono en la plata baja sonó, la chica miró la hora en la mesilla de noche y supo que probablemente era su hermana como cada tarde. La chica no quería hablar con ella, pero su hermana no se cansaba de intentarlo. Aquello la hacía sentir que realmente podría arreglar las cosas, pero también le asustaba demasiado porque si algún día alguien lo descubría, ella tendría que dejarlo todo.¿No sería más difícil dejarlo todo cuando la felicidad ya e
«Podemos ser felices, podemos quedarnos con él»Raquel terminó de trenzar el cabello de su pequeña niña. La chica acarició la cabeza del pequeño gato que sin duda alguna ya era completamente parte de la familia. Raquel suspiró, no quiso decir nada cuando su loba le dijo que ella ya consideraba que aquella era su familia.— Mami, crees que a Chips le guste la leche achocolatada de la abuela.— Realmente no lo sé, cariño, pero no creo que sea bueno que le des de eso.— Bien, pero ya quiero que la abuela conozca a Chips, nunca había tenido un gato antes.Raquel pensó en aquellas palabras con algo de pesar, la niña saltó de su regazo justo un segundo después de que el gato en cuestión hiciera lo mismo y Raquel la vio salir de la habitación tras ella. La chica se abrazó a sí misma antes de seguir el camino que su hija hacia la planta baja.Rick había salido a buscar algunas cosas que quería llevarle a su madre, ya que estaban relativamente en el territorio de la familia del alfa King. Pens
El calor inundó a Rick, sus dientes se extendieron mientras escuchaba el pequeño susurro de su luna y gruñó cuando escuchó la clara aprobación de que estaba lista para que él realmente pudiera tenerla en sus brazos una vez más. Rick movió la mano delicadamente hacia la piel sedosa de los hombros de su luna. La camiseta sin mangas que el alfa le había dado para dormir, ahora era lo más sexy que había visto jamás y era justamente por eso, por lo que el hombre no pudo evitar gruñir de deseo.La chica bajo el alfa jadeó, su lobo aulló en su mente mientras ella se aferraba a la inmensa espalda del hombre que cubría casi por completo su cuerpo y ansiaba tanto de él que no fue capaz de decir absolutamente nada mientras le permitía desnudarla.Raquel lo amaba, no importa cuán preocupante fuera aquello, ella lo amaba, lo deseaba y no hacinaba otra cosa que tenerlo para siempre con ella, como su alfa. Como el padre de Amaya, ya que después de todo su verdadero padre ni siquiera la deseó.Pero
Raquel se sintió nerviosa mientras se encargaba de cuidar de la niña a su lado en el asiento trasero del auto que la llevaría de regreso a la casa de sus padres. Ella no sentía que aquello fuera una buena idea, pero tampoco podía apartarse de Rick, no después de lo que hicieron la noche anterior, no después de lo que él le había prometido.«Estás enamorada otra vez»La voz susurrante y picaresca de su loba hizo que la chica sonriera ligeramente a pesar de la angustia que se movía por su cuerpo, Raquel miró fuera de la habitación hacia la inmensa llanura que atravesaban y su alfa habló sin despegar la mirada del retrovisor.— Mi madre te encantará, es la mujer más agradable que pueda existir, Melissa la adora y está emocionada por conocerte, solo ha visto a una loba durante todos estos años, después de todo.Raquel sintió que su vientre se encogía ante la idea de conocer a la mujer que había cuidado de su hija todo aquel tiempo. La chica suspiró sin poder contenerse y su loba susurró a