VICTORIA—Estoy en el aula, el aire está cargado de tensión. Zarco está frente a mí, su presencia imponente casi me hace retroceder.—Vete—le dice a Alan con una voz que no admite réplica. Pero Alan se planta firme, su mirada desafiante se cruza con la de Zarco. —No me iré a menos que Victoria me lo pida—responde, y todos los ojos se vuelven hacia mí.Siento el peso de la decisión en mi pecho; Zarco es el hombre que amo, pero Alan es mi mejor amigo. Mis ojos se desvían hacia la espada colgada en la pared, un símbolo de lucha y honor, y luego de vuelta a ellos.—Por favor, no hagan esto—susurro, pero mi voz se pierde en el vacío entre sus dos voluntades enfrentadas.Alan da un paso hacia Zarco, su expresión es seria. "—Cuida de ella, Zarco— dice con un tono que es casi un ruego—No somos amigos, pero ella significa mucho para mí" Esas palabras me dejan sin aliento, revelando la profundidad de sus sentimientos.Cuando Alan se gira para irse, su hombro choca con el de Zarco. Hay un mom
MORGANALa luz del amanecer apenas se filtra por las cortinas cuando siento la mano de mi padre sacudiéndome con brusquedad. Aún entre sueños, mi queja se ahoga en la garganta al ver su rostro endurecido por la impaciencia.—¡Morgana, despierta ya! —gruñe él, y no puedo evitar el resentimiento que brota dentro de mí—Es hora de que enfrentes tus responsabilidades.Mi madre, sentada al borde de mi cama, me mira con una mezcla de preocupación y expectativa.—Hija, no puedes seguir evadiendo esto. Debes casarte con Zarco inmediatamente. Necesitamos el dinero de ese hombre.Trago saliva, sintiendo cómo la presión de sus demandas me asfixia.—Lo estoy intentando—respondo con voz temblorosa—pero no es fácil, lo vieron ayer, no puedo hacer nada mas o presionarlo porque el no funciona asi.Mi padre se inclina hacia mí, su aliento pesado con la frustración.—No tienes opción, Morgana. Piénsalo bien, porque si se descubre la verdad, ¿qué harás?La pregunta de mi madre es como un puñal.—¿Es cier
VICTORIACon una mezcla de súplica y determinación—Director por favor—le pido con una mezcla de súplica y determinación—No puede ser verdad. Este trabajo es mi vida, mi pasión. Los alumnos... ellos me necesitan tanto como yo a ellos.Por mas que le digo el director mantiene una expresión seria y profesional, casi diría yo que no le importa nada.— Comprendo lo que significa para ti, Victoria. Pero después de lo que ha pasado, no puedo simplemente hacer la vista gorda. La escuela tiene una reputación que mantener.Me llevo una mano a los ojos, secándome las lágrimas que amenazan con caer.—No, espere que…—No puedo tener a una profesora que tiene ese tipo de comportamiento con dos hombres.Abro los ojos porque no se a lo que se refiere.—Pero eso que dicen de mí, esas insinuaciones sobre Zarco y Alan... es algo malintencionados. No deberían afectar mi carrera.—No es solo una cuestión de rumores—dice con vos firme— El incidente en sí ya ha causado suficiente revuelo. Y sí, hay preocup
ZARCOMe encuentro en mi oficina, rodeado de documentos que exigen mi atención. Los contratos, las cláusulas, las palabras impresas se mezclan en un torbellino. Pero mi mente no está aquí. Victoria, con su cabello y ojos de tormenta, aparece como un fantasma. La veo sonreír, siento su piel bajo mis dedos.Sin embargo, Morgana también está presente. Misteriosa, peligrosa. Como una sombra en la penumbra. ¿Cómo puedo amar a dos mujeres tan diferentes? ¿Cómo puedo ser padre de un hijo que aún no existe? Las contradicciones me atormentan, como un nudo en el estómago.Solo amas a una y después de darás cuenta de eso…Mi lobo no se calla, atormentándome.El que sea mi mate, no quiere decir que la ame.Estamos destinados idiota y nos toco la mejor del mundo.Me levanto de mi escritorio, camino hacia el mueble del licor y vierto un vaso de whisky. El líquido ámbar quema mi garganta, pero no apaga el fuego en mi interior. Quizás la respuesta está en la misericordia. En aceptar que el futuro es
VIKTORIATodo iba tan bien entre los dos, tanto que sentia que estábamos haciendo conexión, pero como siempre mi felicidad es muy limitada. Es por cortos periodos de tiempo que debo aprovechar porque en cualquier momento, llega este tipo de cosas que me dice, no, no mereces ser feliz.Zarco quiere ver mi loba, ¿Cuál loba?No tengo, aun no despierta…. Se que lo haria con un beso de verdad, pero mi pareja destinada no me ama y eso complica mas las cosas.La ausencia de mi loba interior es como un abismo en mi pecho, un eco de soledad que me persigue. Cada noche, cuando los otros lobos aúllan, siento una punzada de envidia. ¿Qué es tener una loba que te guíe, que te haga sentir parte de algo más grande?Quiero escuchar su voz.El miedo se enrosca en mis entrañas. ¿Y si me descubren? ¿Y si la manada me rechaza? No puedo soportar la idea de ser desterrada, de vagar sin rumbo, sin un lugar al que pertenecer. Pero también temo que, si revelo mi secreto, me verán como una aberración, una ame
VICTORIAEn este momento, me encuentro en mi habitacion, acostada en mi cama y con la mente en marte.Apenas si puedo procesar lo que acaba de decirme el doctor.. Respiro hondo, tratando de encontrar la valentía para enfrentar lo que está por venir. El doctor sigue allí, esperando. Las palabras flotan en el aire, pesadas y llenas de significado.Mi mente se llena de pensamientos contradictorios. Zarco, el hombre al que amo, no sabe nada y no puede enterarse tampoco. No sé cómo decirle que seremos padres. ¿Cómo reaccionará? ¿Aceptarán juntos esta nueva realidad o se desmoronará todo lo poquito que hemos construido porque apenas si nos soportamos o el me soporta a mi?Morgana también está esperando un hijo de el. Dos mujeres, dos secretos compartidos. La vida crece dentro de nosotras, y la incertidumbre también. Me siento al borde del abismo, pero en ese abismo también hay espacio para la esperanza. Quizás, en mi vulnerabilidad, encuentre la fuerza para enfrentar el futuro incierto. Así
VICTORIALa puerta de la oficina se abre con un crujido, y mi rabia se desata como un huracán. No pienso, simplemente yo me abalanzo hacia esa con ganas de destruirla.Morgana está allí, disfrutando de sus besos, de lo que yo quiero, no la soporto para nada y sin pensarlo, la tomo del cabello, la jalo hacia mí y le doy una bofetada que la hace retroceder. Sus ojos me miran con sorpresa y furia.Hasta yo me sorprendo de lo que hago pero no me detengo, le doy dos mas que le dejan la mejilla ardiendo y a mi la satisfacción en mi pecho latiéndome.—¿Qué te pasa—me grita—¿Quién te crees que eres?—Estúpida—le escupo—No tienes idea de lo que está en juego aquí, no quiero que te le vuelvas acercar a Zarco, porque es mio, me entiendes, miooooElla se recupera, su orgullo herido.—No seas idiota, que primero fui yo y no te atrevas a amenazarme", murmura.—No es una amenaza— le digo con voz helada—Es una promesa. No te vuelvas a acercar a él. No permitiré que destruyas lo que tenemos.—¿Qué tie
VICTORIAEl camino hacia el hospital de Alan está bordeado de árboles altos y frondosos. Cuando llego al hospital, el aire huele a desinfectante y a esperanza. Acaricio mi vientre, sintiendo la vida que crece dentro de mi y me encamino por el pasillo porque se donde esta su oficina.El edificio de ladrillos grises se alza imponente. El vestíbulo es amplio, con sillas de plástico azul y un mostrador de recepción. La secretaria, con gafas y una sonrisa amable, me indica que puedo pasar.Entro en la consulta de Alan. Las paredes están decoradas con diplomas y fotografías de su familia. El escritorio de madera está ordenado, con una computadora y un estetoscopio. Alan, con su bata blanca, me saluda con calidez.—Victoria, ¿cómo estás? —saluda, y su voz tranquiliza mis nervios.—Alan lamento molestarte. —Siempre estoy aquí para ti.—Gracias—el siempre tan cariñoso y en ocasiones como esta me pregunto porque la madre luna no nos emparejo a los dos— ¿Cómo estás.— ¡Victoria! Me alegra verte.