VICTORIAEn este momento, me encuentro en mi habitacion, acostada en mi cama y con la mente en marte.Apenas si puedo procesar lo que acaba de decirme el doctor.. Respiro hondo, tratando de encontrar la valentía para enfrentar lo que está por venir. El doctor sigue allí, esperando. Las palabras flotan en el aire, pesadas y llenas de significado.Mi mente se llena de pensamientos contradictorios. Zarco, el hombre al que amo, no sabe nada y no puede enterarse tampoco. No sé cómo decirle que seremos padres. ¿Cómo reaccionará? ¿Aceptarán juntos esta nueva realidad o se desmoronará todo lo poquito que hemos construido porque apenas si nos soportamos o el me soporta a mi?Morgana también está esperando un hijo de el. Dos mujeres, dos secretos compartidos. La vida crece dentro de nosotras, y la incertidumbre también. Me siento al borde del abismo, pero en ese abismo también hay espacio para la esperanza. Quizás, en mi vulnerabilidad, encuentre la fuerza para enfrentar el futuro incierto. Así
VICTORIALa puerta de la oficina se abre con un crujido, y mi rabia se desata como un huracán. No pienso, simplemente yo me abalanzo hacia esa con ganas de destruirla.Morgana está allí, disfrutando de sus besos, de lo que yo quiero, no la soporto para nada y sin pensarlo, la tomo del cabello, la jalo hacia mí y le doy una bofetada que la hace retroceder. Sus ojos me miran con sorpresa y furia.Hasta yo me sorprendo de lo que hago pero no me detengo, le doy dos mas que le dejan la mejilla ardiendo y a mi la satisfacción en mi pecho latiéndome.—¿Qué te pasa—me grita—¿Quién te crees que eres?—Estúpida—le escupo—No tienes idea de lo que está en juego aquí, no quiero que te le vuelvas acercar a Zarco, porque es mio, me entiendes, miooooElla se recupera, su orgullo herido.—No seas idiota, que primero fui yo y no te atrevas a amenazarme", murmura.—No es una amenaza— le digo con voz helada—Es una promesa. No te vuelvas a acercar a él. No permitiré que destruyas lo que tenemos.—¿Qué tie
VICTORIAEl camino hacia el hospital de Alan está bordeado de árboles altos y frondosos. Cuando llego al hospital, el aire huele a desinfectante y a esperanza. Acaricio mi vientre, sintiendo la vida que crece dentro de mi y me encamino por el pasillo porque se donde esta su oficina.El edificio de ladrillos grises se alza imponente. El vestíbulo es amplio, con sillas de plástico azul y un mostrador de recepción. La secretaria, con gafas y una sonrisa amable, me indica que puedo pasar.Entro en la consulta de Alan. Las paredes están decoradas con diplomas y fotografías de su familia. El escritorio de madera está ordenado, con una computadora y un estetoscopio. Alan, con su bata blanca, me saluda con calidez.—Victoria, ¿cómo estás? —saluda, y su voz tranquiliza mis nervios.—Alan lamento molestarte. —Siempre estoy aquí para ti.—Gracias—el siempre tan cariñoso y en ocasiones como esta me pregunto porque la madre luna no nos emparejo a los dos— ¿Cómo estás.— ¡Victoria! Me alegra verte.
VICTORIASiento que me echan agua caliente encima con las palabras que suelta mi suegra.Tengo que mostrar mi loba, yo no puedo hacer eso y las personas justo ese día se darán cuenta que soy diferente. —¿Qué pasa Victoria? —pregunta mi suegra.—Nada—me pongo de pie con las manos temblorosas.—Hija, pero te pusiste pálida de un momento a otro—me toma de la mano que aprieta—y fría.—Yo, estoy bien, solo que no he dormido como se debe estas últimas horas.Me acaricia el brazo con ternura.—Hija, en verdad lo siento mucho, pero ven siéntate—lo hago y siento que el mundo se me esta cayendo a pedazos—cálmate, que se que todo se va a solucionar.—Si confió—deja un beso en mi coronilla de manera tierna que me saca una sonrisa.Ella es muy tierna. Amanda es la suegra que todos quisiéramos y no se si lo hace porque odia a Morgana, o porque realmente me aprecia. Sin embargo con la mente perdida comenzamos a hacer los preparativos para esa ceremonia y no se si decirle la verdad de una vez.Decir
ZARCOTengo muchas cosas en la cabeza, entre una de ellas es…—Zarco—es mi mejor amigo— déjame decirte algo sobre Victoria, esa mujer hay que hacerle un monumento.—No exageres—le digo porque se a que se refiere.—Tienes que reconocer que si no hubiese sido por ella, este contrato no lo conseguiríamos, además, Fue como si el universo hubiera alineado las estrellas solo para ella. Su energía, su pasión... todo eso, en conjunto la hace ver una maravillosa mujer. Y últimamente, he notado un cambio en ella. La veo más segura, más hermosa. ¿No lo sientes tú también?Me quedo mirandolo mientras tenemos el escritorio lleno de papeles.—Sí—no me queda mas que asentir—tienes razon Maximiliano. Es como si hubiera desplegado sus alas. Su belleza es tanto interna como externa. Y su amabilidad... es como un bálsamo para el alma. Creo que estamos viendo a una Victoria completamente diferente, y no puedo apartar la mirada.Tengo unos recuerdos calientes con ella que me ponen a mil, sinceramente mi h
ZARCOLa tensión en el aire es palpable mientras Morgana y yo nos enfrentamos a nuestras emociones.—Claro que quiero tener este hijo— le digo, pero sus ojos me escrutan con duda.—No parece así—responde ella—No te veo entusiasmado con la idea.Insisto, desesperado.—Te quiero, Morgana. Y también quiero a nuestro hijo. Pero hemos tenido demasiados problemas.Ella sacude la cabeza.—No quiero atarte con un hijo si no estás comprometido. Si ya no me amas, dejemos las cosas así."Morgana se sube al auto, pero antes de partir, me lanza una advertencia:—Si no formalizamos nuestra relación, me iré lejos y nunca verás a tu hijo."La amenaza de Morgana me ha deja aturdido. Mis ojos reflejan una mezcla de miedo y determinación. En ese momento, yo debp sopesar mi amor por ella y la responsabilidad hacia su hijo no nacido. Es un abismo emocional, y no hay respuestas fáciles. Pero algo en mi mirada dice que está dispuesto a luchar por ambos, aunque el camino sea incierto.—Me estas amenazando.L
ZARCO—¿Que haces aquí?—detesto a Alan que se mete en todas partes.El hombre me mira con una sonrisa mientras se acerca a Victoria a quien tomo de la cintura para que no se acerque a este imbécil.¿Alguien aqui esta celoso?Callate Dasthan.Le digo a mi lobo.Sientes eso amigo.Me dice el y si, teniendo tan cerca a Victoria le siento un olor diferente al que siempre usa y no hablo del perfume. —Alan amigo porque estás aquí—le pregunta ella nerviosa, con mi mano en mi cintura.—Te noté triste esta tarde y quise saber cómo estabas. Pero no sabía que estabas acompañando.—Está conmigo, ahora, así que puedes irte—Bramo viéndolo directamente mientras el me observa con una sonrisa en su rostro haciéndome enojar mucho más.—No es necesario amigo, pasa, tomemos una copa de vino.Ruedo los ojos porque no entiendo ella porque es tan amable con este odio. Sin embargo ella sirve unas copas de vino, mientras se va a la habitación para hacer no se que, pero nos deja a los dos solos que nos comemo
VICTORIACaemos a la cama y sus manos recorren todo mi cuerpo mientras yo siento que este está quemándose vivo. Sus besos me llevan a la locura y su mano se interna por debajo de la tela, tocándome los glúteos que amasa con fuerza sin soltarme los labios. Acaricio sus brazos tallados, su lengua se une con la mía y siento que algo en mi interior quema, no puedo explicarlo, se siente en mi pecho y se extiende por cada célula que me conforma.—Victoria—susurra mi nombre contra mis labios.Su mirada esta conectada a la mía y no detengo su impulso de estrellar sus labios contra los míos. Me besa de una manera violenta llevándome contra las cuerdas y aprieto su cabello, mientras separo mis piernas para meterse entre mis piernas mientras me estrecha con fuerza contra su cuerpo.Lo amo, solo Dios es testigo de todo lo que me hace sentir y aunque tenga que guardar todos mis sentimientos me permito solo por esta vez sentir sus labios. Sujeta mi rostro con ambas manos profundizando el contacto