Eran las cinco de la tarde cuando llegamos a casa. Dayron se quedó en su despacho y yo fui directo a la habitacion, donde se encontraba mi mejor amiga.—¡Carol! —corro hacia ella y la abrazo.—Siento no haber estado mucho tiempo contigo estos días.—No importa, ahora estás aquí.—Bueno ¿cómo te has sentido con Dayron?—Estamos bien. Las cosas fluyen poco a poco.—Me alegra mucho escuchar eso. Él te quiere, al fin y al cabo eres su mate Roni.—Lo sé. ¿Carol me puedes explicar mejor el tema de los mates?—Claro. El mate de un lobo, es la persona con la que está destinada a estar por toda la eternidad. Si lo rechazaras él tendría un dolor profundo, ya que no puede vivir sin ti. Los lobos sólo envejecen a partir de qué encuentran a su mate. Si no la encuentran pueden pasar 1000 años y aparentar tener de 17 a 25 años. —Oh, ya entiendo.Carol y yo nos quedamos viendo películas un rato hasta que se va y yo me vuelvo a quedar sola.Siento dolor de cabeza y mi voz no sale. Por suerte estoy en
DayronEstoy en una junta en la manda White Moon ya que varios vampiros han atacado a esta manada varias veces.—¿Entonces que se puede hacer Dayron? —pregunta el Alfa, Dylan, es un hombre que aparenta veinticuatro años pero tiene más doscientos años. Los lobos si envejecemos pero a partir de qué encontramos a nuestra o nuestro mate es que empezamos a ver los cambios y son bastante lentos y este hombre la encontró hace poco. Es muy importante para un Alfa encontrar a su Luna antes de ejercer el cargo ya que sin estas poco a poco perderíamos nuestro lado humano. —La manada Black Moon enviaremos a algunos de nuestros hombres a hacer guardia —la verdad me pregunto que está ocurriendo, los vampiros nunca habían atacado a los hombres lobos tan seguido. Teníamos un acuerdo y yo al ser el Alfa de la manada más poderosa del mundo lo que me convertía en el rey de los lobos de todas las manadas tenía que enviar ayuda a las manadas que la necesitaran.—Muchas gracias Dayron. Te devolveremos el
VerónicaHa pasado una semana en la que he reforzado mi relación con Dayron y ahora le tengo más confianza. He logrado superar la muerte de mis padres y no he querido hablar con mi tía aunque no ha parado de llamarme. Supongo que mi hermano le habrá contado que ya lo sé todo.Me despierto y no siento los brazos de Dayron a mi alrededor como cada mañana. Reviso mi celular y son las 11 de la mañana. Normal que no me despertara con el oso polar ahogándome en un abrazo, suele despertarse a las ocho para irse a cumplir sus abligaciones como Alfa. Me doy una ducha fría y me visto con unos pantalones de mezclilla, una blusa de tirantes corta y una chaqueta de piel.Bajo a la cocina y me encuentro a Adelaide y Carol charlando. Hace días que no las veía.—Hola chicas. ¿Qué preparan?—Tarta de fruta —responden al unísono.—Bueno, más bien la estoy preparando yo, Carol es un desastre en esto.—Sigo aquí —ironiza la castaña.—¿Puedo ayudar? A mi si se me da bien cocinar.—Bueno así si.Comenzamo
*Dayron*—¡Mi hermana ha muerte por tu culpa maldito imbecil! —exclama Brandon con odio.— ¡Se suicidó por tu culpa!—No fue mi culpa —susurro.—¡Estabas en la cama con otra! —le da con el pie a una silla.— Pensaba que serías diferente Dayron, me prometiste que aquí ella estaría bien ¡y ahora está muerta! —al verme sin ninguna reacción por lo que dice se acerca a mí con la intención de golpearme.Aron y Carol lo detienen a tiempo.—Ahora mismo no me importa que seas el maldito Alfa Supremo. Todo se va a la mierda. Si mi hermana se llega a despertar la sacaré de este país y no permitiré que se acerque a ti más nunca.—En caso de que despierte es una decisión que debe tomar ella.—¿Y crees que decidiría quedarse contigo? Es que no me importa lo que ella decida, no quiero que esté con alguien que la haga sufrir.—¡Qué no fue mi culpa joder! —me altero por primera vez en la noche.— Fue Crystal, me roc
4:45 am Me levanto inquieta por no tener el brazo de Dayron en mi cintura. Pensaba que se había puesto de lado pero abrí los ojos un poco y él no estaba a mi lado.Salgo de la cama despacio y entro al baño de la habitación para quitarme la duda de si se encontraba allí. Abro la puerta lentamente y... no estaba.Ahora estaba un poco asustada, todo estaba en silencio, la oscuridad era tan enorme como la casa. Decidí bajar para saber si estaba en la cocina, pero antes tomé mi celular de la mesita de noche para alumbrar mi camino.La mansión estaba prácticamente vacía. Bueno, aquí solo vivíamos Dayron y yo. Bajo las escaleras con sigilo y entro a la cocina, ahí estaba él, comiéndose una pera.—¿Eres tonto? ¿Por qué te has ido? —llego hasta donde él y lo abrazo, había algo estraño en él, estaba frío.Subo la vista hasta dar con la sonrisa maliciosa que tiene, me alejo un poco, asustada, pero antes de que pueda empezar a c
Narra Verónica.Despierto un poco incómoda, dormir boca arriba nunca ha sido algo que me guste. Tenía algo húmedo en mi frente, lo quité con rapidez. Abrí los ojos con pesadez pero solo veía borroso.—Hola cuñada. —me saluda una dulce voz.No sabía de quién era, pero si me decía cuñada debe ser Adelaide.—¿Ade? ¿Eres tú? ¿Estoy en el cielo?La chica suelta una risita dulce.—No soy Adelaide, soy hermana mayor de ella y menor de Dayron. Mi nombre es Stephania Wolff.Fijo mi vista en su rostro y aunque aún veo borroso, eso no evita que pueda ver una chica de pelo marrón con los ojos azul celeste y con rasgos muy parecidos a los de Dayron.Volví a cerrar mis ojos, creo que me abré quedado dormida como una hora más. Una vez que puedo abrir bien mis ojos sin ver borroso no solo me encuentro a Dayron, también están ahi Carol y Brandon.—Hola chicos. —les hablo un poco atontada y sonriente.— ¿Qué me está pasando? —revuelvo un poco mi cabello como si estuviera drogada y no me creyera que lo t
Las noches estaban comenzando a ser extremadamente frías, lógico si estoy en Canadá, pleno octubre, pero por lo menos antes el cuerpo de Dayron me daba calor.Últimamente el lobo se ha distanciado un poco, hace dos semanas que solo intercambiamos la palabra hola. No es por mí que estamos así, pero es que él después de lo de Dave ha tenido más trabajo que nunca y al parecer no tiene tiempo para mí.Cuando me di cuenta de que me estaba evitando le apliqué la ley del hielo. Tú no me hablas, yo no te hablo. No me miras, yo tampoco. Ah y ten por seguro que no dormirás conmigo. Una mañana en la que estaba muy estresada trasladé toda su ropa a un cuarto de huésped, él me reclamó, pero yo simplemente me hice la tonta y ni caso le hice.A veces durante la cena siento su mirada sobre mí y no voy a negar que también lo miro pero nuestro orgullo es tan grande que ninguno nos permitimos rendirnos. De verdad quisiera saber a qué viene que se esté alejando de mi de un día para otro, no hice nada y t
De regreso a casa las chicas se fueron a sus casas y yo a la habitación. Ya en esta revisé todos los regalos que me habían hecho. Eran vestidos y joyas muy bonitas.Dayron entra en la habitación y mi corazón se acelera. Tenía unas pequeñas ojeras bajo sus ojos.—Perdóname por favor. —sus ojos estaban rojos, estaba conteniendo las lágrimas— No me rechaces, yo… yo solo estaba preocupado y tuve un sueño en el que me dejabas. Por favor perdóname.Este se arrodilla y baja la cabeza. No le digo nada y lo beso. He estado esperando este beso desde hace semanas al igual que él así que nuestro beso pasa de ser cariñoso a uno lleno de pasión.Cuando nos separamos es que me doy cuenta de que a mi también se me han escapado algunas lágrimas por la emoción, sonrió para que no piense que es por algo malo.—Feliz cumpleaños mi Luna.—Me hubiera gustado que hubieras sido el primero. —hago puchero y él besa mi frente sonriendo.<