4:45 am
Me levanto inquieta por no tener el brazo de Dayron en mi cintura. Pensaba que se había puesto de lado pero abrí los ojos un poco y él no estaba a mi lado.Salgo de la cama despacio y entro al baño de la habitación para quitarme la duda de si se encontraba allí. Abro la puerta lentamente y... no estaba.Ahora estaba un poco asustada, todo estaba en silencio, la oscuridad era tan enorme como la casa. Decidí bajar para saber si estaba en la cocina, pero antes tomé mi celular de la mesita de noche para alumbrar mi camino.La mansión estaba prácticamente vacía. Bueno, aquí solo vivíamos Dayron y yo. Bajo las escaleras con sigilo y entro a la cocina, ahí estaba él, comiéndose una pera.—¿Eres tonto? ¿Por qué te has ido? —llego hasta donde él y lo abrazo, había algo estraño en él, estaba frío.Subo la vista hasta dar con la sonrisa maliciosa que tiene, me alejo un poco, asustada, pero antes de que pueda empezar a cNarra Verónica.Despierto un poco incómoda, dormir boca arriba nunca ha sido algo que me guste. Tenía algo húmedo en mi frente, lo quité con rapidez. Abrí los ojos con pesadez pero solo veía borroso.—Hola cuñada. —me saluda una dulce voz.No sabía de quién era, pero si me decía cuñada debe ser Adelaide.—¿Ade? ¿Eres tú? ¿Estoy en el cielo?La chica suelta una risita dulce.—No soy Adelaide, soy hermana mayor de ella y menor de Dayron. Mi nombre es Stephania Wolff.Fijo mi vista en su rostro y aunque aún veo borroso, eso no evita que pueda ver una chica de pelo marrón con los ojos azul celeste y con rasgos muy parecidos a los de Dayron.Volví a cerrar mis ojos, creo que me abré quedado dormida como una hora más. Una vez que puedo abrir bien mis ojos sin ver borroso no solo me encuentro a Dayron, también están ahi Carol y Brandon.—Hola chicos. —les hablo un poco atontada y sonriente.— ¿Qué me está pasando? —revuelvo un poco mi cabello como si estuviera drogada y no me creyera que lo t
Las noches estaban comenzando a ser extremadamente frías, lógico si estoy en Canadá, pleno octubre, pero por lo menos antes el cuerpo de Dayron me daba calor.Últimamente el lobo se ha distanciado un poco, hace dos semanas que solo intercambiamos la palabra hola. No es por mí que estamos así, pero es que él después de lo de Dave ha tenido más trabajo que nunca y al parecer no tiene tiempo para mí.Cuando me di cuenta de que me estaba evitando le apliqué la ley del hielo. Tú no me hablas, yo no te hablo. No me miras, yo tampoco. Ah y ten por seguro que no dormirás conmigo. Una mañana en la que estaba muy estresada trasladé toda su ropa a un cuarto de huésped, él me reclamó, pero yo simplemente me hice la tonta y ni caso le hice.A veces durante la cena siento su mirada sobre mí y no voy a negar que también lo miro pero nuestro orgullo es tan grande que ninguno nos permitimos rendirnos. De verdad quisiera saber a qué viene que se esté alejando de mi de un día para otro, no hice nada y t
De regreso a casa las chicas se fueron a sus casas y yo a la habitación. Ya en esta revisé todos los regalos que me habían hecho. Eran vestidos y joyas muy bonitas.Dayron entra en la habitación y mi corazón se acelera. Tenía unas pequeñas ojeras bajo sus ojos.—Perdóname por favor. —sus ojos estaban rojos, estaba conteniendo las lágrimas— No me rechaces, yo… yo solo estaba preocupado y tuve un sueño en el que me dejabas. Por favor perdóname.Este se arrodilla y baja la cabeza. No le digo nada y lo beso. He estado esperando este beso desde hace semanas al igual que él así que nuestro beso pasa de ser cariñoso a uno lleno de pasión.Cuando nos separamos es que me doy cuenta de que a mi también se me han escapado algunas lágrimas por la emoción, sonrió para que no piense que es por algo malo.—Feliz cumpleaños mi Luna.—Me hubiera gustado que hubieras sido el primero. —hago puchero y él besa mi frente sonriendo.<
Cuando estaba a punto de poner un pie en el murito de la puerta de la casa, Dayron se lanza encima de mí inmovilizándome.—Eso es trampa —le reclamo.—Me debías una princesa. —besa mis labios con deseo pero no deja de sujetar mis manos.—Mate. —fue lo que dijo una acaramelada y enamorada Dana en mi cabeza.Dayron me carga y entramos a la mansión aún besándonos, me coloca sobre el sofá y comienza a dejar besos en mi cuello.—Mio —susurro en su oído.Dayron sonríe por unos segundos y estaba dispuesto a continuar bajando, pero yo no estaba lista para dar este paso con él, es muy difícil para mí entregarme físicamente a una persona. —Creo que… ya es hora de dormir ¿no?—Emm… claro. —sonríe entre nervioso y divertido.Ninguno dice nada. Subimos a la habitación envueltos en un silencio incómodo y nos acostamos.En la cama no puedo contenerme más y le pregunto.—Dayron.—¿Si?—¿Qué fue lo qué pasó en el lago?—¿Hablas de cuando te lanzaste sobre mi y gruñiste?—Si.—Me reclamaste como tuy
—Esto es precioso.Ahora mismo estamos muy lejos de la manada, estamos en Vancouver. Esta ciudad es mucho más calurosa, pero es hermosa.—Hemos llegado —anuncia Fani.Nos quedamos estáticas viendo el lugar. El hotel, si lo describo con dos palabras es enorme y hermoso.—Nunca me imaginé estar en un lugar de tanto lujo. —mi cara ahora mismo debe ser un poema.—Pues acostúmbrate, no dudes que mi hermano en algún momento quiera llevarte a Dubai.—Que la diosa Luna te escuche.—Bueno, vamos a conocer la ciudad, no tenemos ropa que dejar, podemos venir más tarde.Aceptamos la idea de Fani y nos vamos a recorrer las tiendas conocer la ciudad.En una calle muy céntrica, donde había puestos de todo tipo de comida, compramos unos perritos calientes, se lo compramos junto con unas bebidas a unos hombres que no vendían nada, razones de sobras tenían las personas, se cruzaban de brazos y ni tan siquiera mostraban una sonrisa, a nosotras nos dio igual, eran como las cinco de la tarde, todos los pu
VerónicaMe despierto a causa del pisotón que me han proporcionado.—Auch. ¿Era necesario? Son blancos.Alzo mi vista encontrándome con la responsable de esto. ¿Por qué para despertarme siempre tiene que ser por un golpe? Y ahora con mis tenis, los había limpiado ayer y quedaron como nuevos.—¡Roni!—¿Qué quieres Fani? —sigo con los ojos cerrados.—Despierta, hay que salir de aquí.—¿Hacia falta pisarme? Mis dedos son muy sensibles.—No te despertabas con mis gritos.—Agg, cállense de una vez. Me duele la cabeza, me duele el cuerpo. —protesta Carol desde la otra esquina de la habitación. —¿Y que esperabas? Te tomaste el pomo entero de refresco, creo que tenían acónito.Mi mejor amiga abre bien los ojos y comienza a llorar.—¿Y si maté a mi bebé? —ella sigue llorando, quisera estar cerca para abrazarla.—Despreocúpate, aún escuchó sus latidos. —mi mejor amiga comienza a llorar con mas fuerza pero esta vez de la emoción.—Ahora, ¿puedes decirme donde estamos? Porque en un auto seguro q
De lo que todas estábamos sorprendidas es de que una chica idéntica a mi había aparecido en aquel lugar donde nos encontrábamos. La única diferencia es que ella era de cabellera castaña oscura y yo de pelo negro. Ahora mismo los cuatros teníamos la boca en una forma de ¿que me estás contando? ¿Ahora resulta que tengo un clon?—Hola hermanita. —sonríe cariñosamente la chica. Hasta su voz es igual a la mía.—¿Quien eres bruja? Muestra tu verdadera cara. —habla Fani porque yo todavía no asimilo lo que está sucediendo.—¡Cállate!—¿Quién eres? —me digno a preguntar.—Soy tu hermana.—No, no, no yo solo tengo un hermano y se llama Brandon.—Ay querida hay tantas cosas que debes entender pero este no es el lugar.—¿¡Y cuál es ese lugar!? —pregunto exaltada.—En el salón del trono. Hay alguien que quiere verte.Me inyecta un líquido que me deja inconsciente.Al despertar estoy en el suelo. Después de todo pude haber tenido un mal sueño y ahora encontrarme en el suelo de la habitación. Pero
—Adelante, siéntate hija.—No soy tu hija. Simplemente muestra tu verdadera cara.—No voy a permitirte que me hables así Veronica.—Tú no tienes que permitirlo, yo simplemente lo hago.—Tienes mi mismo carácter, pero bueno dudo que estés aquí para enfrentarme. Quieres tener respuestas y soy la única que te las puede dar.Ella se sienta a mi lado en la cama de mis padres y comienza a acariciar mi cabello como lo hacía mi madre.—Primero que todo necesito que te unas a mí, hija. Porque si no tendré que matarte. —susurra en un tono de ¿dolor?—Si fueras mi madre jamás me harías daño.—Soy tú madre princesa, solo que estoy bajo una maldición y si no te unes a mi para reinar en el mundo sobrenatural tendré que matarte.—Bien, supongamos que eres mi madre. ¿Cómo no recuerdo tener una hermana?—Hija, cuando nos atacaron y tu padre murió, supe que te habían borrado la memoria para liberarte del dolor, pero tu hermana aún estaba en tu memoria y solamente con ella en tu memoria podrías recordar