2
COLE
Me despierto cuando mi vuelo aterriza y la azafata me avisa batiendo las pestañas en mi dirección. Estaba devuelta al país solo por negocios que necesitaba finiquitar con el señor Arismendi, esperé que todos salieran para poder bajar, no me gustaba que las personas se pusieran a mis espaldas, vi un cabello rubio que llamó mi atención, pero en un abrir y cerrar de ojos el barullo de gente hizo que se me perdiera de vista, no le di más importancia y acomodé el maletín que tenía en mis manos para bajar y tomar un taxi, no le avisé a nadie que adelante mi viaje, quería ver como mi sobrino llevaba mis sucursales.
Tengo cosas que hacer antes de volver al submundo, será un mes aburrido si tengo que pasearme por todos mis negocios legales antes de volver a mi verdadero mundo. Mis rutinas cuando estoy revisando el manejo de mis empresas es algo muy estricto y nunca me salgo del guion. Soy bueno con los números y me gusta hacer crecer mi patrimonio así que siempre es fácil hacer más y más dinero.
Si hay algo seguro en esta vida es el dinero.
Terminó mi último sorbo de café, lavo mi taza, le dejo dinero a mi ama de llaves para que haga las compras, tomo mis llaves para disponerme a salir del lugar, al llegar a planta baja el portero ya está en su lugar, un señor serio y siempre disponible para cuando lo necesito me saluda como lo hace todos los días.
—Buenos días, señor Dubois —saluda, como cada mañana.
Le doy un corto reconocimiento y asiento, salgo por la puerta de cristal que da al estacionamiento para buscar mi coche, agarro el Maserati negro, es una bestia en las carreras, si hay algo que me gusta coleccionar son mis carros y motos.
Coleccionar autos son la única una pasión que tengo, bebo licor moderadamente, las mujeres se vuelven insoportables luego de un tiempo, luego de tener sexo se imaginan la boda, la casa y los bebés, y eso me tiene cansado y aburrido. Por algo les dejo las cosas claras antes de meter mi polla en sus agujeros, pero algunas simplemente no entienden.
Llego al edificio que compré hace unos años, lo utilicé para tecnología y logística, aparco en el subterráneo en mi puesto asignado y bajo de mi coche, subo al elevador de un edificio de treinta pisos y yo subo a la última planta para ir directo a mi despacho.
En cuanto el elevador abre sus puertas, me recibe una sala abierta en donde se van a otras dos oficinas más al fondo, hay un sillón y sillas para los invitados, una mesa con revistas para la sala de espera, las paredes son de cristal y el resto de las paredes son blancas, algunos jarrones inmensos decoran las esquinas de manera elegante entonando con el resto de la decoración, mi secretaria ya está en su lugar tecleando frenéticamente mientras atiende llamadas. Casi nunca estoy, así que mi sobrino gestiona todo para que yo no tenga que venir salvo que sea urgente, para eso está el CEO, Alessandro Dubois puede encargarse tranquilamente de todo, llego a dónde está mi secretaria para que note mi presencia, es una linda chica de unos veintitantos, de cabello negro como sus ojos y labios gruesos, siempre eficiente y seria, puede con todo el trabajo, no por eso le pago lo que le pago.
—Buenos días, señor Dubois, ha llamado la señorita Hamilton, que le regrese la llamada que es urgente, me coordiné con sus otras secretarias y dicen lo mismo, ha llamado su socio y pide que se comunique en cuanto pueda y su hermana insistió en esperarlo dentro de su oficina— me informa eficientemente, la veo a la cara y sus mejillas toman un tinte de color rosa.
Me entrega los documentos que voy a necesitar y me ve como pidiendo disculpas con la mirada por la intrusión de mi hermana en mi despacho, sin decir más entré y ahí está mi hermana mayor por solo cinco minutos, es mi hermana gemela, Pamela se encuentra sentada en mi escritorio mientras revisa una de mis revistas despreocupadamente. Me ve y sonríe de manera irónica, soy su único hermano así que sabe cómo tocarme las pelotas.
—¿Qué quieres, Pam? —cuestioné, sin saber cómo es que ella ya sabe dónde voy a estar cada puta vez.
Ella entrecierra un poco los ojos, pero sonríe como si supiera algo que yo no. Eso no debe ser bueno.
—Buenos días para ti también, hermanito— pongo mis ojos en blanco.
—No des más vuelta, Pam algo quieres. Lo sé— dije con tono aburrido—. De hecho, sé que es así, porque si no estarías aquí tan temprano, un lunes por la mañana, y creo que no quiero saber cómo supiste que estoy aquí hoy— se ríe alegremente y su risa hace eco en mi despacho.
Se baja de un salto de mi escritorio mientras me ubico detrás de este y me siento en mi silla grande y cómoda. Mi hermana tiene cuerpo de modelo, es alta de un metro setenta y cinco, es de piel bronceada igual que yo y también compartimos el mismo color de ojos, ambos compartiendo los genes de nuestros progenitores.
—Vengo para invitarte a una deliciosa cena— argumenta con chulería y en tono de burla.
Cada mes nos encontramos para cenar y charlar un rato, ella tiene su vida y yo la mía y ambas son ajetreadas, así que pocas veces coincidimos.
—Pudiste llamar —la pico para molestar, mientras enciendo computadora— para eso existen los celulares, Pam.
—No tiene nada de malo querer visitar a mi pequeño hermano— se burla.
Sólo es mayor que por cinco putos minutos, pero lo saca a la luz siempre que puede.
—Tienes razón. Eso es porque trabajo y lo sabes, tú sabes lo que significa ¿no? —le digo y la veo hacer un mohín— tú también trabajas, pero está bien cenamos ¿Donde siempre?
Solo estaba jodiéndola, a pesar de tener treinta y nueve años me encanta fastidiarla.
—Sí, en el restaurante italiano— me informa mientras se gira para irse con sus tacones presionando por toda la oficina.
Cuando estoy solo en mi despacho comienzo con mi día como tenía previsto, aunque un poco más tarde de lo que me gusta luego de la visita de mi adorada hermana, reviso todo los documentos antes de firmar y analizo mi agenda para lo que queda de semana.
Será una semana larga, que digo semana, será un mes largo.
El trabajo no está siendo fácil últimamente y a veces llego a casa y está muy sola, tal vez deba llamar a dos mujeres en vez de una, sonreí irónico mientras revisaba lo que debía firmar, luego tendría una junta con el gerente y altos ejecutivos de la empresa.
No sé qué me pasa últimamente. Tal vez estoy en crisis por la edad. Tal vez necesite un nuevo auto y una buena follada.
Sé que Haven Hamilton no es más una opción, se puso pegajosa y necia cuando se supone que es casual, nos habíamos visto por un año de manera intermitente, pero ella nunca capto lo que le dije y era que no quería una relación.
Mi secretaria me dijo que Alessandro estaba afuera así que lo hice pasar.
—Tío… que bueno verte —dijo con una sonrisa.
Le miré muy serio.
—Vine para arreglar un problema. ¿Qué pasó con la sucursal de la inmobiliaria? —lo miré con una seriedad fría.
Su rostro se puso pálido y se me quedó viendo con ojos muy grandes mientras me levanté.
3ValentinaLa señora Valeria siempre fue muy amable conmigo desde el día uno, me ayudó con el trabajo y un techo, es más de lo que debió hacer por mí y le estoy eternamente agradecida y es por eso que aguanto los malos tratos de Alessandro, para no fallarle a ella, pero me dan ganas de partirle el cuello a ese idiota.“Tranquila, Tina puedes con esto” me decía a modo de agarrar paciencia.Había cámaras en la oficina, pero Alessandro le creyó ciegamente a su nueva conquista sin evidencia fui una paria desde ese día.Volvía luego de otro día de mierda en la oficina, aunque hoy estuvo más tranquilo ya que Alessandro no estaba y eso fue un respiro para mí, pero mis compañeros de trabajo ya no me veían bien.—Muchas gracias, señora Valeria, en serio le debo muchísimo— mis ojos se ponen húmedos de lo agradecida que estoy, quiero llorar desde su recibimiento, creo que no todos harían esto, pero que se yo de relaciones con otras personas, siempre estuve aislada.La señora Valeria me había pr
4ColeYa había pasado un mes en el que no iba al submundo, pero estaba informado de todo lo que sucedía en mis malditos dominios, soy dueño del mundo criminal en Nueva York y le rindo cuentas a una sola persona. Bones.—Espero que todo este marchando bien —le dije a Bones en una llamada, cuando salí del baño.—Todo va como la seda, señor. Tómese mejor unas vacaciones —me ofrece.Sonriendo me colocó una toalla alrededor de mi cadera cuando salgo y afeito los bordes de mi barba, veo mi cabello negro casi llegando a mi nariz, debería cortarlo, pero me gusta cómo se ve, paso la mano para llevar las hebras de mi cabello fuera de mi rostro, recuerdo que mi nueva asistenta debe estar por llegar en cualquier momento, sin embargo no sé si me dé tiempo de esperar a que llegue, mi antigua ama de llaves está de vacaciones, así que mejor le dejo una nota con lo que necesito principalmente y dinero suficiente para las compras junto con su pago.—Trataré de tener vacaciones —me reí más abiertamente
5ColeNormalmente a mí no me trataban así, sin importar que supieran que era el jefe, todos me respetaban y está chiquilla veinte años menor que yo no iba a venir a faltarme el respeto.—Soy tu jefe, dueño de esta empresa, dueño de todos, inclusive dueño de ti —le dije con insolencia, no sé porque era tan fanfarrón con una chica grosera y altanera, en vez de explicar que soy su empleador.Pero no pude evitarlo, noté como un escalofríos recorrió su cuerpo y mi sonrisa se ensancha más. Es mía, eso era un jodido hecho.—No tengo dueño, mi jefe es Alessandro Dubois o Nancy —dijo con soberbia, levantando el mentón.—Yo soy el jefe de todos, muñequita —aseguré de modo engreído— Alessandro en mi sobrino y solo un encargado.—No soy una muñequita —espetó enojada, con las mejillas rojas de la ira— esto está mal — intentó respirar profundo tratando de calmarse y su pecho subió y bajo apretando su escote haciendo que sus tetas se vieran deliciosas, lo que me hizo apretar mis manos en puños y mi
6ValentinaPeino y seco con un secador mi melena larga y rubia luego de ducharme esa mañana, mi cabello es un rubio natural, largo y ondulado, luego de quedar a gusto con el resultado voy a vestirme rápido.—Te ves bien, nena —me dije a mí misma en el espejo y luego reí alegremente. Ya no me sentía tan mal por haber terminado con el idiota de mi jefe, de hecho, me siento aliviada por no haberme acostado con él.Decido al final dejarme el cabello suelto, a veces mi cuerpo llama mucho la atención, nunca me gusto eso de llamar la atención, todos me veían como un objeto que solo se admira y eso me sacaba de quicio, aunque ya estaba acostumbrada a ese hecho. Me puse la mejor ropa que tengo para ir al trabajo y salí de mi habitación temporal.Estaba muy emocionada y busqué a Valeria en la cocina, desayunamos entre cuentos y risas, le cuento un poco de lo que es mi trabajo el día de hoy.—No es nada complicado, Valeria solo soy la secretaria en la oficina de agencias de bienes raíces, fue e
7Valentina“¡Alguien que me calle!” pensé. Mi boca siempre ha tenido este caso grave de vida propia.El jefe irradia molestia, pero no me lo hace saber concretamente.—Bien, termina lo más que puedas, de ahora en adelante vas a llegar directo a mi oficina para arreglar esto —ordena, poniéndose de pie de manera fluida, mi mirada pecadora vaga por su esculpido cuerpo y santo Dios— y espero no estes de vaga, odio eso.Se alejo de mí y solté un respiro que yo no sabía que estaba conteniendo.—Por supuesto, que pesado eres ¿crees qué soy una irresponsable de mierda? —me levanté de un salto, puse mis manos en la cadera y él cruza las manos en su pecho y yo continué sin poder detenerme hablé en perfecto español— mire es mejor dejar las cosas así —espeté molesta, por segunda vez en el día y por culpa de mi jefe.—¿Qué dijiste? —pregunta— dilo en mi idioma, princesa —enmarcó la palabra “princesa”—Que aquí estaré como usted me ordena, muy puntual, no pensaba dejar mi trabajo a medias, señor —
8Valentina—Ya sé todo, los chismes corren rápido como pólvora en este lugar, me dijeron que pusiste a mi feo hermano en su lugar y que mi hijo adoptivo anda de grosero con la nueva secretaria —habla rápido aclarando y esperando a ver mi reacción, pero puse mi mejor cara de póker— no te conozco, pero soy tu fan.—¿Hermano? ¿hijo adoptivo? —pregunté sin saber bien que decir.¡Ja! Y yo que pensé que era la novia del jefe, mi yo interno se emociona porque no es una novia modelo del jefe, jamás admitiré eso, aunque no sé muy bien porque.Devuelvo mi atención de nuevo a la chica y me presento obviando mi verdadero apellido, aunque Sorrento, es el apellido de mi madre.—Hola, mucho gusto soy Tina, en realidad es Valentina Sorrento, pero de la otra forma es mejor para mí —le regalé una sonrisa grande— en cuanto a su familia... —hice una mueca.Decidí desde ya que ella me cae bien y me relajo un poco a su alrededor.—Lamento lo de mi hermano y mi hijo, no están acostumbrados a que le digan q
9ColeEsa mujer lograba lo que ni un hombre apuntándome con un arma podía. Sacarme de sus casillas.“Lo siento señor ¿Lo siento? Ella no siente nada” aún estoy molesto por su diatriba y luego venir con disculparse conmigo. La chica es la más hermosa e inocente que he conocido en mi vida, sin embargo, no le contesté. No pude.¿Qué iba a decirle?Era una chica demasiado insolente y altanera, y su belleza me distraía mucho, en vez de despedirla me dieron ganas de sentarla en mis rodillas y hacerla pagar, mi miembro pulsa por la maravillosa idea.—Esta bien, señor —me preguntó un empleado y solo asentí y lo despedí.“¿Qué es lo que le pasa? Lo que pedí no es tan difícil o ¿sí?” pienso molesto, no estoy acostumbrado a que me discutan mis órdenes y ella lo ha hecho desde que la conocí.Cuando salí de la oficina vi a mi hermana hablando no solo con el personal, de nosotros dos ella era la más sociable, le encanta el chisme y ponerse al día, así que la evito a toda costa mientras me pongo al
10Cole Estaba en una reunión con Nancy, lo que me tenía aun más preocupado era su solicitud. Mi mente seguía envuelta en esa chica que sigue en mi oficina.“¿Habrá escuchado lo que hablé con mi subordinado?”—Necesito tiempo para hacer unos trámites, también es ese el motivo por el que te llamé —me habla Nancy.—De aquí a dos meses te faltaría poco para que tu hija nazca, así que no creo que vuelvas en pocos meses —apunté a la verdad no dicha.El gran elefante rosa en la oficina.—Lo sé, señor Dubois, pero sabe que necesito arreglar los papeles de mi migración y eso toma tiempo, voy a venir, pero parcialmente —me dice con algo de miedo.La miré largo rato tratando de descifrar que hacer y que no, no podía tenerla de un lado a otro, no soy tan hijo de puta… al menos con algunas personas.—Mejor tomate una excedencia hasta después que nazca tu bebé, —le dije como una orden, no aceptaba un no esta vez— te necesito aquí al 100% cuando regreses, yo me encargo del manejo esos mese