Punto de vista de Blake—¿Un favor? Claro, no te preocupes, pero… ¿ir hasta allá? —pregunté con ligera sorpresa.—¿No es demasiado pedir? He visto en las noticias que renunciaste a tu trabajo, así que… ¿tendrás tiempo?—Bueno, tengo cosas que hacer, pero, puedo acomodarlo todo. ¿Es tan importante?—Lo es, de otro modo no te pediría que vinieras, Blake.Al escuchar a la persona al otro lado hablar con tanta seriedad, suspiré ligero y asentí con la cabeza, aunque la verdad era que nadie más que mi hijo y mi pareja, que comían en la mesa, podían verme.—Está bien. Si lo dices así, siendo tú, lo tomaré en serio. Sin embargo, no podrá ser en lo que resta de enero; puedo acomodar todos mis pendientes para lo que queda de mes, e ir ahí la primera o segunda semana de febrero. Colin irá conmigo y… quizás alguien más.—¿Te refieres a Ryan?—El mismo.—Será bueno poder conocerlo al fin. Si él puede venir, tómenlo como unas pequeñas vacaciones. Pueden quedarse aquí, y designaré a alguien que los
Punto de vista de BlakePero ese debilucho tenía un arma de fuego y, tras acercarme un par de pasos y ver su expresión, quizás otras cosas peligrosas encima, por lo que debía estar atento.—Me acusan por cargos muy fuertes… Los inútiles de mis abogados dicen que pasaré mucho tiempo en prisión si no consiguen algo para mí. ¿Puedes creer que es posible pasar más tiempo en la cárcel por fraude que por m.atar a alguien?Soltó una risa repentina y negó con la cabeza.—De seguro tú tienes que ver con esto… ¡Sí! ¡Tú y la maldita de Bett! ¡De seguro ustedes dos planearon todo esto para ponerme contra las cuerdas!La ira pintó su semblante, al tiempo que di otro paso con mucho cuidado de los alrededores, un poco hacia un lado.Fruncí el cejo con ligereza.—¿De qué hablas? —Decidí que tutearlo era lo mejor para conservar sus emociones a la baja—. No tengo nada que ver con lo que te está pasando… ¿No obtuviste lo que querías? Sacaste ese video a todas partes y, bueno, yo estaba obligado a pagart
Punto de vista de RyanMi mundo se volvió nada en ese segundo, en esa noche. De repente, me encontraba en un limbo de silencio y soledad donde no sabía quién era, donde no sabía lo que me esperaba.¿Vivir sin Blake Maier? Nunca me planteé eso en serio, ni una sola vez en mi vida creí que llegaría el día en el que tenía que pensar con seriedad que él no estaría a mi lado, o al menos con vida. Claro que sabía que todos moriríamos, pero, incluso así, esperaba marcharme yo primero de este mundo, cual egoísta, para evitarme la terrible pena de verlo partir.Pero ahora… ¿Ahora qué?Ahora ya no podía ser el dicharachero Ryan Daft, el siempre optimista. No… mientras los paramédicos lo atendían en el suelo del salón, y yo abrazaba a un aterrado Colin, ¡necesitaba un abrazo! M*****a sea, quería mo.rir, quería gritar, quería llorar.¿Y si él se iba?El corazón se contrajo presionado en mi pecho mientras Colin se removía en mi abrazo, y vi a una policía venir a mí.—Señor, deme al ni.ño, por favor
Punto de vista de BlakeFuera de mi oficina, el viento soplaba con fuerza. A mitad de la época de lluvias, no fue raro que comenzara a llover a media tarde, mientras me encontraba en una reunión de planificación para la reestructuración de los contratos con nuestros proveedores.—Nuestro Grupo Maier está a la vanguardia en la tecnología, y nuestra meta en los próximos dos años es consolidar nuestra marca hogar, y la marca entretenimiento, fuera de nuestras fronteras —declaré con calma.Frente a mí, un grupo de empresarios entre los que destacaba un rubio leonado que me miraba con perspicacia, él era Ryan Daft, mi mejor amigo y actual CEO de la empresa de sus padres, uno de nuestros grandes proveedores.Él sonrió y asintió con la cabeza, y yo continué con mi particular discurso.Tras terminar la junta, uno a uno los señores salieron, pero el antes mencionado se quedó allí y, cuando el lugar se vació, mientras recogía mis documentos, soltó:—Blake, oye, ¿qué harás más tarde? ¿No quieres
Punto de vista de BlakeLos ojos de Amy se abrieron de par en par, y un jadeo se quedó suspendido en el aire cuando Gilbert volteó a verme y su rostro palideció.Sus cuerpos desnudos, el aroma a se.xo impregnado en el cuarto, y que me decía que no llevaban simples cinco minutos en eso… los zafiros de mi hermano, de la sangre de mi sangre, brillando con temor y satisfacción a partes iguales.Tragué con dureza, y la blancura en mis pensamientos se extendió.—¡¿Cómo pudiste?! —bramé y fulminé a Amy con la mirada.Sus labios temblaron, y el cielo se le vino encima.—¡Blake, no es…!—¡Cállate, no quiero escucharte! —grité.Di dos pasos largos hacia la cama y tomé a Gilbert por el hombro y lo empujé hacia atrás hasta casi hacerlo caer.—¡Quítate! —espeté y lo atravesé con la vista.—¡Oye, qué te pa…!—¡Cállate!Sentí mis sienes latir, y las náuseas me revolvieron el estómago con fuerza. Le puse una mano en el pecho y lo eché lejos.—¡Lárgate de mi casa, me las arreglaré contigo más tarde!G
Punto de vista de BlakeLa «casa» de Ryan era un departamento nuevo en las Royal Towers, en el centro de San Francisco. Luego de una turbulenta relación de tres años, y de estar a punto de casarse, entre todo esto que había pasado, me acababa de enterar que él y Libi tenían problemas.La cabeza me latía con fuerza al bajar del auto con un medio dormido Colin en brazos; me tercié la pañalera, y el vigilante del estacionamiento vino a ayudarnos al darse cuenta de que traíamos equipaje. Ryan se llevó mi maleta, y este hombre el bolso con las cosas de mi hijo.Al entrar al ascensor, acomodé a Colin contra mi pecho y resoplé. Las ganas de vomitar se agudizaron y, a pesar de que sentí los ojos del rubio sobre mí, permanecí en silencio hasta que la puerta se abrió.Quería ir a dormir, despertar y que todo fuera un maldito sueño, eso deseaba la pequeña parte de mí que pensaba que esto de verdad estaba sucediendo… porque el resto de mi ser no se lo terminaba de creer.—Vamos —murmuró el dueño
Punto de vista de BlakeTras largos minutos de hundirme en la mierda que me cayó encima, respiré hondo y me separé de Ryan, quien me miraba preocupado y consternado. Quizás él tampoco podía creer que todo esto, que salió de la nada, fuese real.—¿Estás mejor? —preguntó.Asentí con la cabeza y dije muy bajo:—Sí… creo que me hizo bien llorar, pero… —Resoplé.—Está bien, tienes que salir de la sorpresa, esto no es fácil, no es simple. ¿Te gustaría beber algo?, ¿quizás un whisky o una cerveza?Exhalé con fuerza y lo pensé por unos segundos. No me gustaba ahogar las penas en licor, pero, honestamente…—Un whisky, pero solo uno… —Sonreí apenas.Él asintió y se levantó, en tanto yo tomé mi teléfono y marqué el número de Oli, Oliver Kim, mi asistente, un chico coreano a quien conocía desde hacía años, y al que le encargué entrenar allá por un tiempo para traerlo a la casa matriz de la empresa. Tenía planes para él en el futuro, sí señor.—Hola, señor Maier, ¿qué sucede?Su voz era tranquila
Punto de vista de RyanNo les voy a mentir… se hicieron las seis de la mañana y, cuando mi despertador sonó, pensé que todo había sido un mal sueño; sin embargo, poco a poco, los sucesos de la tarde anterior me embargaron y llenaron de un profundo pesar.¿Cómo esa mujer pudo hacerle eso a Blake?Sin levantarme, tomé el teléfono y llamé a Morgan, mi asistente. Sabía que ella salía de la cama temprano para regar sus plantas y todo eso, así que no temí despertarla. Apenas me contestó, solté:—Necesito que canceles mis compromisos de hoy y mañana… o de los próximos días, no lo sé…—¡Señor Daft, ¿qué está diciendo?! —espetó ella, alarmada—. ¡Estamos en medio de las firmas y…!—Ya lo sé, Morgan, y créeme que no te estaría ordenando esto si no fuese importante. Algo pasó y requiere toda mi atención, es importante y no puedo dejarlo de lado, no es tan simple… Voy a necesitar dos o tres días, así que reprográmalos. Respecto a las firmas, si el equipo lo hace bien, solo tráeme los documentos y