Desde hace varios minutos, Javier y sus amigos no paraban de verme, tenía el presentimiento que ellos hablan sobre mi y eso fue afirmado cuando el hermano de Pablo me llamó a la mesa. Conocía a los idiotas como él, me llamaban por cualquier excusa, al menos Javier me había defendido.Después de una hora Pablo y su hermano Carlos se retiraron quedando solo Javier. Vi como él se levantó de la mesa y fue al área de lectura, tomó uno de mis libros y se sentó a leerlo.—Mira, Javier está leyendo uno de tus libro —No te imaginas la vergüenza que siento, que él esté leyendo uno de mis libros me pone nerviosa.—No tienes por qué, tus historias son geniales, sobre todo las escenas sexuales, provocas toda clase de sensaciones con cada línea.—Pero es vergonzoso, no podré verlo de la misma manera —Estaba segura que él estaba pensando barbaridades sobre mí. Mientras observaba a Javier, recibí un mensaje de Dominic, quien me indicaba que me esperaba afuera —. Dominic ya está aquí —Mencioné Le h
DOMINICMientras esperaba que Bell saliera del baño, me quité el saco, camisa y zapatos, quedándome solamente en pantalones. —Bell, tienes cinco minutos para salir o tumbaré esa puerta —Advertí, estaba conciente que ella tenía miedo, se sentía nerviosa y me correspondía hacer que ella se sintiera cómoda con todo esto, así que trataba de que se relajara. —¡Dominic no me presiones! —Gritó desde el baño. Me causaba risa —Te quedan cuatro minutos —Repliqué, me encantaba fastidiarla; sus gestos no eran diferentes cuando era niña. Martín mi amigo siempre hablaba de ella, él la amaba, era su princesa y estaba dispuesto a todo por ella. Martín era más que mi amiga, era como mi hermano; durante años me ayudó con el problema de las drogas y hasta pensé en alejarme del negocio familiar, la mafia irlandesa. No éramos muy conocidos por el mundo, pero éramos poderosos. El día que asesinaron a Martín le prometí que cuidaría de su hermana, la pequeña Bell una chiquilla pelirroja que siempre tra
DOMINIC Ví como ella salía de la casa. Me sentía como un estúpido por tratarla de esa manera, pero no podía dejarla que pasara un instante más aquí. —¡Oye! ¿Ella no es …? —Preguntó Fede —Si, es la hermana de Martin —¿Y qué hacía aquí? ¡Espera! … no me digas que —No quiero escuchar nada —Advertí. Fede también era amigo de Martin, estaba con nosotros aquel fatídico día, conoce a Bell y sabe de mi promesa. —¡¿Por eso no quisiste regresar?! Cuando vi a Diara y me dijo que no creía que era por trabajo que te quedabas, pensé que ella era una exagerada, pero no estaba confundida, te quedaste por la hermana de Martin —No es así, nunca mentí, los negocios están muy mal en Chicago y me quedé para ordenarlo todo—Te conozco y no tienes por qué mentir, por años has estado en búsqueda de ella —Caminé hacia el pequeño bar que se encontraba en la cocina, Fede seguía mis pasos —¿Es cierto, verdad? ¡Te quedaste por ella! —Tomé un vaso y me serví un Whisky —Le prometí a Martin que la cuidaría
BELL—¡Dominic! —Gemí, sus manos pasaban por todo mi cuerpo. La yema de sus dedos despertaba cada centímetro de mi piel, esta se estremecía ante su contacto —¡Dominic! ¡No más! —Suplicaba, estaba rendida a él, ardía de pasión y quería quemarme. Nos encontrábamos en la sala de mi casa, no recordaba cómo había entrado a mi casa y cómo habíamos terminado de esta manera, pero eso era lo de menos. De pronto escuché que alguien tocaba la puerta de mi apartamento, esto era raro, ¿quién tocaría, pero no podía ir a abrir, estaba desnuda junto con Dominic? De pronto escuché como la puerta era abierta, mis ojos casi salen de sus órbitas al notar que se trataba de Javier—¿Qué haces aquí? —Pregunté, trate de cubrirme con algo, pero no encontraba nada. —¡Vengo a cumplir tus más oscuros deseos! —Mencionó con una voz seductora. —¿A qué te refieres? —Miré a Dominic y después a Javier, ambos tenían una mirada oscura. ¿Qué estaba pasando? Javier empezó a quitarse su camisa, ¡dios mío! ¿Qué pensaba
¡Maldita sea! Precisamente el día de hoy tenía que aparecer este inútil. Él venía acompañado de otros dos hombres, y los tres entraron con tal prepotencia que llamaron la atención de las únicas personas que se encontraban en el lugar. Miré hacia Javier y este se estaba levantando con el propósito de enfrentarlo, corrí hacia él y lo detuve —¡No lo hagas! No vale pena —Dije mientras ponía mis manos en su pecho para que no siguiera avanzando —¡No entiendo por qué está aquí! —Reclamó —¡Solo ignóralo! —Supliqué —¡Es que no hay nadie que atienda este lugar! —Vociferó Peter —¡Todas aquí son inútiles! ——¡Cállate maldito! —Espetó Javier —¿O qué? —Dijo de manera retadora Peter —Esa noviecita tuya es una inútil, pero le tengo lástima...—¡Cállate! —Gritó Javier —No caigas en sus provocaciones —Supliqué, pero al parecer Peter quería lograr que Javier perdiera la cordura —Deberías tener cuidado Bell, porque mi amigo no es ningún santo y puede volver loca… —Pablo y su hermano se pusieron d
Dominic me besaba con desesperación y hambre. Mi espalda chocó contra la pared, ya que el cuarto era demasiado pequeño. Su cuerpo me empujaba, era como si quisiera combinar nuestros cuerpos, respondí ante sus exigencias ya que mi cuerpo era como imán para con él. Una de sus manos se colaba entre mis largos cabellos, Quería seguir disfrutando de su boca, pero recordé que esto no debía estar pasando, él y yo habíamos pasado una noche juntos pero nada más, después de eso ya no tenía que suceder nada entre nosotros. Me separé como pude —¡Dominic para! —Exigí —¿Qué crees que haces? esto… no está bien —Intente separarlo de mi cuerpo, pero sus manos me tenían acorralada. Él solo me miraba con deseo, sus ojos dilatados así me lo indicaban, intentó besarme nuevamente pero lo alejé. Tomé mi camisa la cual estaba en el suelo, ya que Dominic la había soltado —Es mejor que te vayas —¡No voy a irme! vine por ti y te irás conmigo —¡Dominic detente! esto ya es suficiente lo que pasó la otra noc
Un dolor punzante en mi cabeza provocó que me despertara. Masajeé mis sienes porque el dolor era intenso. ¡Eres una idiota Bell! eso te pasa por borracha Y como tráiler de película, las escenas de la noche anterior pasaron delante de mis ojos, cerveza, baile, celos, cerveza, cerveza, beso, cerveza … Esperen ¡Besé a Javier! Abrí mis ojos y vi a mi lado. Estaba sola en mi cama, eso era bueno. Tomar no era lo mío, en definitiva no iba a volver hacerlo, me comporté como una adolescente, una estúpida, tonta e inexperta adolescente. —¡Dios mío! ¿Qué pensará Javier sobre mí? —Espeté —¡Qué besas muy bien estando borracha! —¿Acaso aún estaba borracha porque escuchaba la voz de…—¡Javier! —Él estaba sentado en el sillón de mi habitación —¿Qué … qué haces aquí? —titubeé. Me senté en mi cama mientras abrazaba una de mis almohadas. —Era muy tarde y estaba demasiado borracho para regresar a mi casa, así que tomé el atrevimiento de quedarme en tu sillón.No quería preguntar, pero tenía curiosi
Llegamos empapados a la casa de Javier, me encontraba tiritando del frío, mi ropa estaba toda mojada, debido a la lluvia. Necesitaba cambiarme de ropa con urgencia porque si no terminaría con una neumonía—¡Acompáñame, nos quitaremos la ropa mojada! —Mencionó Javier, lo miré y estaba igual de mojado que yo, pero a diferencia de mí, él sí se veía sexy, no me molestaba verlo de esa manera, cabello mojado, su camisa pegada a su cuerpo en verdad que tenía una panorámica muy sexy de su cuerpo. —¿Bell? —Sí, si vamos —Subimos a la segunda planta y entramos a una de las habitaciones que allí se encontraban, justo en la suya y porque lo decía, porque al entrar sentí su fragancia, ese olor de su colonia que tanto me encantaba. Javier corrió hacia otra puerta y a los pocos segundos salió con varias toallas en su mano —Toma, empieza a secarse, ahí está el baño por si quieres dejar tu ropa mojada —Gracias —Tomé una de las toallas y me encaminé hacia el baño, lo primero en quitarme fue la blusa,