EVAVí como los hombres de mi padre se llevaban a Damián con un costal negro en la cabeza. Una parte de mi quería dispararle y dejarlo muerto en el suelo, pero otra parte de mi quería que sus palabras fueran verdaderas, que no era el culpable de la muerte de Aidan y sobre todo que aún me amaba.—¿Estás bien hija? —preguntó mi madre. —Todo está bien mamá. —Sé que esto también te duele…—¿Dolerme? Me alegra que al fin mi padre se haya dado cuenta de la clase de persona que es Damián. Al menos si no piensa matarlo solo espero que sea exiliado de esta casa y no volvamos a verlo nunca más. —¡Tú y yo tenemos que hablar! —exclamó mi padre. Se suponía que Damián era el traidor y estaba enojado conmigo. —Está bien. Seguí a mi padre hasta llegar a su oficina. —¿Desde cuándo tu y Damián tienen una relación? —No tengo ninguna relación con ese traidor. —Pues esos “Te amo” sonaron muy sinceros. ¿Qué fue lo te hizo? —Me quedé callada ante su pregunta —¡Eva! —espetó furioso.—¡No quiero hablar
Damián Jalaba mis manos con fuerza, trataba de liberarme de las sogas que me ataban. Llevaba más de un día acá encerrado. Dominic insistía en que le dijera sobre el dinero que supuestamente había robado, pero no tenía una explicación para eso, ni siquiera supe nada de ese dinero. Solo quería soltarme para encontrar a Agustín y pedir explicaciones, estaba seguro que él tenía algo que ver con ese dinero. Continué con mi esfuerzo, estaba a punto de lograr quitarme las cuerdas de las manos. Si lo lograba el resto sería más fácil. De repente la puerta de la habitación en donde me encontraba fue abierta con violencia. Era Dominic y su cara me indicaba que no estaba nada feliz. —¿En dónde está? —exclamó —¿De qué hablas? —¡Mi hija! ¿En dónde está? Desapareció desde la mañana. —No tengo idea de lo que hablas. —Eva no está y estoy seguro que tienes la culpa. ¿Cómo que no estaba? —Estoy atado de manos y pies ¿cómo voy a tener la culpa de que ella desaparezca? —Tienes una organizació
EVAAbrí mis ojos desconcertada. Sentí un dolor en mi cabeza. Entonces recordé el golpe en la cabeza, estaba siguiendo a Dasha y alguien me golpeó con algo. Miré alrededor, me encontraba en una habitación. No había ni una sola ventana, solo dos puertas y una cama en la cual me encontraba recostada. Me levanté y me dirigí a una de las puertas, era un cuarto de baño. Me dirigí a la segunda puerta y estaba con seguro, intenté abrirla con todas mis fuerzas pero fue inutil. ¿En dónde estaba? ¿Quién me había traído a este lugar?Busqué en la habitación algo que me pudiera ayudar a salir de este lugar. Pero no había nada, solo sábanas y almohadas, fui al baño y solo habían productos de higiene. Ni siquiera había un espejo. De pronto escuché ruidos en la puerta, alguien iba a ingresar. Tomé la posición de defensa preparada para atacar a la persona que se apareciera. —¡Tranquila no hagas nada! vengo en paz. —¿En paz? me tienen secuestrada en un lugar que no tengo idea en dónde es. —Esto
¡Pam! ¡Pam!—¡Maldita! ¿Por qué hiciste eso? El arma que tenía en mi mano había lanzado dos disparos, pero no en dirección de Damián sino de Agustín. Uno de los disparos dio en su pierna derecha. Damián abrió sus ojos, quien los había cerrado al escuchar los disparos. Me vió y después se dirigió hacia Agustín. Estaba sorprendido. Corrió hacia él y lo empujó hacia la pared, presionando con su rodilla en la herida de la bala. —¡Dile la verdad! —Espetó furioso Damián. —Ya dije la verdad. —Damián, presionó la rodilla —¡Aaaaaah! —grito de dolor Agustín. —Dile que fuiste tú quien mató a Aidan y robó el dinero. ¿Por qué había disparado hacia Agustín? Por qué me di cuenta de que Dasha estaba oculta en una habitación y apuntaba en contra de Damián. Se supone que ella era la novia de Damián, pero le había ocultado la verdad sobre su verdadero parentesco con Tony. Así que ella era cómplice de Agustín, aquí el único traidor era ese desgraciado. Ví como se esfumó al ver como le disparaba a
—Te estaba esperando. —dijo mi madre, quien tenía una toalla en su mano. Me encontraba nadando desde hace una hora. —Tú padre ya está de vuelta. Sé que lo estas esperando. No quería parecer ansiosa, pero era así. Habían pasado seis meses del incidente con Agustín. Seis meses en que mi padre había desterrado a Damián, todo ese tiempo él había insistido con mi padre en que podía confiar en él. Pero simplemente mi padre no cedió. Este último viaje iba a reunirse con él e iba a tomar la decisión si le permitía regresar a la casa. Yo mejor que nadie estaba interesada en que Damián estuviera de vuelta. Mi madre sabía que esperaba a mi padre para esperar su respuesta. Me sequé y me dirigí a su oficina. —Hola papá. —me acerqué y lo abracé. —Hola mi amor. —¿Qué tal te fue? —La reunión fue un éxito. Logramos un trato y ahora nuestra constructora va absorber tres constructoras pequeñas de Londres, seremos la más poderosa de la ciudad. —Eso es perfecto papá. Sabía que ibas a poder convenc
—Disculpe señorita aca esta lo que me pidió. —Muchas gracias. —Por cierto, su papá llamó dice que la esperan para la cena y le suplican que sea puntual. —Muchas gracias. —¡Ah! ¡Feliz Navidad!—Feliz Navidad para ti también.Hoy se se celebraba la noche bien en Londres y pues los empleados habían asistido las primeras horas de la mañana, muchos para no dejar nada pendiente ya que después de hoy nos veríamos dentro de dos semanas. El trabajo era sobreabundante y necesitaba de ayuda. Mi padre y mi madre junto a mis hermanos habían viajado hasta Londres para pasar estas fiestas como familia.“Hola mí amor, que tengas una linda mañana” Envié un mensaje a Damián, ya que por la diferencia de horarios de seguro apenas y se estaba levantando. Teníamos ocho meses de estar separados, él en Chicago y yo en Londres, pero ni los kilómetros habían apagado nuestro amor. Nos habíamos visto solo en tres ocasiones durante este tiempo y lo aprovechamos al máximo.Siempre nos llamábamos y teníamos a
IzabellNo hay mayor orgullo para una madre ver a sus hijos graduarse o culminar la primaria, pero no había mayor satisfacción que ver a tu hija vestida de blanco a punto de subir a un altar para enlazar su vida junto a la persona que ama. Eva tenía puesto un hermoso vestido blanco, su cabello tenía un peinado elegante acorde a la ocasión y en sus manos llevaba un ramo de rosas blancas. —Mamá, por favor no vayas a llorar. Tu maquillaje está hermoso para que lo quieras arruinar en este momento. —recriminó mi hija. —No puedes pedir eso, no tienes idea de lo orgullosa que me siento. ¡Vas a casarte! ¿Tienes idea lo que eso significa para mi? Todo padre sueña con este momento. Yo no tuve una boda como la de mi hija, con javier mi primer matrimonio todo sucedió tan rápido que apenas pudimos ir con un abogado y casarnos, ni siquiera estaba realmente enamorado. Con Dominic fue distinto, nos casamos por amor. La ceremonia fue sencilla y pues mi vestido aunque fue de color blanco, fue simpl
Aún me parece increíble, como si hubiera pasado ayer, la primera vez que vi a Dominic Nolan. Yo tenía catorce años, una edad en la que mi experiencia amorosa se limitaba a suspirar por personajes ficticios. Y entonces, mi hermano Martín decidió traer a casa a su “nuevo mejor amigo”. ¿Su nombre? Dominic Nolan, un chico de diecinueve años que parecía salido de una novela de romance adolescente. Podría decir, con total vergüenza, que fue mi primer gran amor platónico. Ah, porque yo trataba de captar su atención con todas mis fuerzas… ¿Él? Él apenas notaba que existía.Mi adoración llegó a niveles tan extremos que, sí, me convertí en una escritora en ciernes por él. Me lancé al mundo de la Nube, publicando historias tan ridículas que si las leyera hoy, probablemente me pondría colorada de vergüenza. ¡Escribía desde el móvil! Historias en las que Dominic y yo éramos protagonistas de cuentos ingenuos: el príncipe y la princesa, el chico malo y la chica nerd, mi primer beso, mi primer novio…