DOMINIC Ví como ella salía de la casa. Me sentía como un estúpido por tratarla de esa manera, pero no podía dejarla que pasara un instante más aquí. —¡Oye! ¿Ella no es …? —Preguntó Fede —Si, es la hermana de Martin —¿Y qué hacía aquí? ¡Espera! … no me digas que —No quiero escuchar nada —Advertí. Fede también era amigo de Martin, estaba con nosotros aquel fatídico día, conoce a Bell y sabe de mi promesa. —¡¿Por eso no quisiste regresar?! Cuando vi a Diara y me dijo que no creía que era por trabajo que te quedabas, pensé que ella era una exagerada, pero no estaba confundida, te quedaste por la hermana de Martin —No es así, nunca mentí, los negocios están muy mal en Chicago y me quedé para ordenarlo todo—Te conozco y no tienes por qué mentir, por años has estado en búsqueda de ella —Caminé hacia el pequeño bar que se encontraba en la cocina, Fede seguía mis pasos —¿Es cierto, verdad? ¡Te quedaste por ella! —Tomé un vaso y me serví un Whisky —Le prometí a Martin que la cuidaría
BELL—¡Dominic! —Gemí, sus manos pasaban por todo mi cuerpo. La yema de sus dedos despertaba cada centímetro de mi piel, esta se estremecía ante su contacto —¡Dominic! ¡No más! —Suplicaba, estaba rendida a él, ardía de pasión y quería quemarme. Nos encontrábamos en la sala de mi casa, no recordaba cómo había entrado a mi casa y cómo habíamos terminado de esta manera, pero eso era lo de menos. De pronto escuché que alguien tocaba la puerta de mi apartamento, esto era raro, ¿quién tocaría, pero no podía ir a abrir, estaba desnuda junto con Dominic? De pronto escuché como la puerta era abierta, mis ojos casi salen de sus órbitas al notar que se trataba de Javier—¿Qué haces aquí? —Pregunté, trate de cubrirme con algo, pero no encontraba nada. —¡Vengo a cumplir tus más oscuros deseos! —Mencionó con una voz seductora. —¿A qué te refieres? —Miré a Dominic y después a Javier, ambos tenían una mirada oscura. ¿Qué estaba pasando? Javier empezó a quitarse su camisa, ¡dios mío! ¿Qué pensaba
¡Maldita sea! Precisamente el día de hoy tenía que aparecer este inútil. Él venía acompañado de otros dos hombres, y los tres entraron con tal prepotencia que llamaron la atención de las únicas personas que se encontraban en el lugar. Miré hacia Javier y este se estaba levantando con el propósito de enfrentarlo, corrí hacia él y lo detuve —¡No lo hagas! No vale pena —Dije mientras ponía mis manos en su pecho para que no siguiera avanzando —¡No entiendo por qué está aquí! —Reclamó —¡Solo ignóralo! —Supliqué —¡Es que no hay nadie que atienda este lugar! —Vociferó Peter —¡Todas aquí son inútiles! ——¡Cállate maldito! —Espetó Javier —¿O qué? —Dijo de manera retadora Peter —Esa noviecita tuya es una inútil, pero le tengo lástima...—¡Cállate! —Gritó Javier —No caigas en sus provocaciones —Supliqué, pero al parecer Peter quería lograr que Javier perdiera la cordura —Deberías tener cuidado Bell, porque mi amigo no es ningún santo y puede volver loca… —Pablo y su hermano se pusieron d
Dominic me besaba con desesperación y hambre. Mi espalda chocó contra la pared, ya que el cuarto era demasiado pequeño. Su cuerpo me empujaba, era como si quisiera combinar nuestros cuerpos, respondí ante sus exigencias ya que mi cuerpo era como imán para con él. Una de sus manos se colaba entre mis largos cabellos, Quería seguir disfrutando de su boca, pero recordé que esto no debía estar pasando, él y yo habíamos pasado una noche juntos pero nada más, después de eso ya no tenía que suceder nada entre nosotros. Me separé como pude —¡Dominic para! —Exigí —¿Qué crees que haces? esto… no está bien —Intente separarlo de mi cuerpo, pero sus manos me tenían acorralada. Él solo me miraba con deseo, sus ojos dilatados así me lo indicaban, intentó besarme nuevamente pero lo alejé. Tomé mi camisa la cual estaba en el suelo, ya que Dominic la había soltado —Es mejor que te vayas —¡No voy a irme! vine por ti y te irás conmigo —¡Dominic detente! esto ya es suficiente lo que pasó la otra noc
Un dolor punzante en mi cabeza provocó que me despertara. Masajeé mis sienes porque el dolor era intenso. ¡Eres una idiota Bell! eso te pasa por borracha Y como tráiler de película, las escenas de la noche anterior pasaron delante de mis ojos, cerveza, baile, celos, cerveza, cerveza, beso, cerveza … Esperen ¡Besé a Javier! Abrí mis ojos y vi a mi lado. Estaba sola en mi cama, eso era bueno. Tomar no era lo mío, en definitiva no iba a volver hacerlo, me comporté como una adolescente, una estúpida, tonta e inexperta adolescente. —¡Dios mío! ¿Qué pensará Javier sobre mí? —Espeté —¡Qué besas muy bien estando borracha! —¿Acaso aún estaba borracha porque escuchaba la voz de…—¡Javier! —Él estaba sentado en el sillón de mi habitación —¿Qué … qué haces aquí? —titubeé. Me senté en mi cama mientras abrazaba una de mis almohadas. —Era muy tarde y estaba demasiado borracho para regresar a mi casa, así que tomé el atrevimiento de quedarme en tu sillón.No quería preguntar, pero tenía curiosi
Llegamos empapados a la casa de Javier, me encontraba tiritando del frío, mi ropa estaba toda mojada, debido a la lluvia. Necesitaba cambiarme de ropa con urgencia porque si no terminaría con una neumonía—¡Acompáñame, nos quitaremos la ropa mojada! —Mencionó Javier, lo miré y estaba igual de mojado que yo, pero a diferencia de mí, él sí se veía sexy, no me molestaba verlo de esa manera, cabello mojado, su camisa pegada a su cuerpo en verdad que tenía una panorámica muy sexy de su cuerpo. —¿Bell? —Sí, si vamos —Subimos a la segunda planta y entramos a una de las habitaciones que allí se encontraban, justo en la suya y porque lo decía, porque al entrar sentí su fragancia, ese olor de su colonia que tanto me encantaba. Javier corrió hacia otra puerta y a los pocos segundos salió con varias toallas en su mano —Toma, empieza a secarse, ahí está el baño por si quieres dejar tu ropa mojada —Gracias —Tomé una de las toallas y me encaminé hacia el baño, lo primero en quitarme fue la blusa,
Era la más preciosa obra de arte que había visto en mi vida, se notaba que él creador había tenido demasiado cuidado para esculpir su rostro y todo su cuerpo. Admiraba su belleza mientras que los rayos del sol daban directo en su rostro, quería acercar una de mis manos y acariciar su mejilla, nariz, cuello, hombros, pectorales y más allá. ¿Y si esto era un sueño? pellizque uno de mis brazos —¡Auch! —no era un sueño, todo era verdad, Javier estaba a mi lado, él y yo ¡Dios mío! ni siquiera en mi mente podía decirlo. ¡Hicimo el amor!, porque lo qu había pasado la noche anterior no solo era sexo, pude sentirlo tan entregado y a diferencia de Dominic, él me envolvió con sus brazos toda la noche, su cuerpo me brindó calor, en todo momento me sentí segura, querida y protegida. De pronto noté como Javier despertaba, así decidí cerrar mis ojos, simulando que aún seguía dormida. Sentí su aliento cerca de mi rostro, al mismo tiempo que sentí sus dedos en uno de mis brazos, su mano avanzó has
Miraba de reojo a Javier, se veía realmente guapo incluso manejando. Se encontraba concentrado mirando hacia el frente y estaba un poco enfadado, esto porque llevábamos más de una hora en el tráfico y al parecer corríamos el riesgo de perder la reservación. —Lo lamento Bell, quería darte una cena perfecta —Bufó —Javier todo está bien, esto no es tu culpa, además si no alcanzamos a llegar al restaurante podemos ir a otro lugar —Mencioné, para tratar de alivianar el momento.— Mi deseo es llevarte a este lugar, es uno de mis favoritos y no importa lo que haga y que le suplique a quien sea pero tu y yo cenaremos en dicho lugar —Me intrigaban las palabras de Javier, ¿Qué tenía de especial ese lugar? me intrigaba, me inundaba de curiosidad. Minutos después pudimos salir del tráfico, Javier aceleró el auto y a los pocos minutos estábamos frente a una hermosa casa —¿Qué es este lugar? —Pregunté curiosa —Es un restaurante muy famoso por la ciudad, lo he visitado pocas veces pero me ha en