Lia dejó caer las cosas que tenía en las manos al suelo. El celular rodó a un metros de ella y levantó las manos hacia Eliver que le apuntaba con el arma. Tenía los ojos tan enrojecidos que parecía que gotearan sangre. La ropa estaba muy sucia y rasgada, como si se hubiera rodado por una colina y la expresión de locura le hizo temblar las piernas.— Eli… Eliver, ¿qué haces? — le preguntó Lia, miró alrededor para buscar ayuda, pero estaba completamente sola, los trabajadores de la remodelación estaban al otro lado del edificio, aunque gritara no llegaría a tiempo.— Quiero que tomes tú celular y llames a Oliver — le dijo el hombre, tenía la voz temblorosa, como si estuviera lleno de miedo, pero Lia sabía que estaba lleno de drog4 — ¡Llámalo! — le gritó cuando vio que Lia no se movía y ella tomó el celular y llamó al número de Oliver — dile que estoy aquí, dile lo que hago — cuando Oliver contestó parecía agitado, estaba en los termales sacando la tal reliquia indígena.— Olí, ven al ho
Oliver era un hombre fuerte, y se aferró a la vida con garras y dientes mientras llegó la ambulancia.— ¿Qué pasó? — preguntó Felipe, la voz le tembló con mucha evidencia — hay un cadáver aplastado en la entrada — Lia no tenía cabeza para explicarlo, por suerte había tenido la perspicacia de llamar a Sam.— El… el espectro del doctor Coleman le metió la mano en el pecho… — fue lo único que logró decir con la voz rota. La cara de Oliver estaba irreconociblemente oscura.La ambulancia llegó un minuto después y un grupo de para médicos tomó a Oliver y lo metió en la parte trasera del vehículo. Los trabajadores de la remodelación se arremolinaban en el lugar, pero Sam les ordenó que llamaran a la policía y no tocaran el cadáver, que se alejaran.Cuando las puertas de la ambulancia se cerraron con Lia ella tomó la mano fría de Oliver y la apretó.— ¿Qué tiene? — le preguntó al paramédico que puso un grupo de aparatos en el pecho desnudo de Oliver.— Tiene arritmia, es increíble que no haya
Lia no quería soltarse de Oliver, en el hospital le habían dado de alta y se calificó su ataque como una arritmia por coagulo, pero todos los presentes sabían qué había sido exactamente.El empresario tenía el rostro cansado, como si hubiera corrido una tremenda maratón y Lia no se quedaba atrás, todas las emociones de la noche la tenían con las rodillas temblorosas.— No puedo creer aún que nos hubiera atacado un fantasma — dijo cuando estaban en el auto de Sam.— Pues, yo no puedo creer que te hubieras enfrentado así contra él — le dijo Felipe desde el asiento del copiloto.— La verdad, les pierdes el miedo cuando sabes que lo único que pueden hacer es empujar y murmurar cosas — le contó Lia — cuando encontré el cuerpo de Mia Coleman comenzó a golpearme, pero cuando se fue no sentí dolor, ni lo siento ahora, es como si sus puños fueran algo mental nada más… como si te atacara un perro sin dientes, es incómodo, pero no te hace daño.— A menos de que meta su mano en tu pecho — le dijo
Lia estaba al otro lado del comedor, se encontraba con Sam ayudándole a ver algunas cosas de la página web que habían creado para el hotel y Felipe no hacía más que bufar porque su prima Esther había decidido pasar un par más cuando su padre entró por las puertas del hotel.Las remodelaciones del hotel habían terminado y Lia no podía estar más contenta, Las Cumbres habían adquirido una nueva vida y los turistas comenzaron a llegar poco a poco.Oliver se las había ingeniado para traer un grupo de periodistas paranormales al hotel hacía unas semanas, y cuando se estrenó la entrevista donde Lia, Portia y él contaron todo lo que vivieron esos dos días, el hotel se había llenado de una sarta de turistas paranormales.En la entrevista Oliver fue muy claro al pedirle a las mujeres que dijeran que los hechos para normales sucedían solo en el último piso y así lo hicieron, así que los clientes normales que retornaron cuando se reinauguró el hotel se limitaban a pedir cualquier piso menos el o
Felipe dejó el plato sobre la mesa y la muchacha le dio las gracias con un gesto que bien podía ser interpretado a un coqueteó y él regresó a la cocina donde Sam estaba atascándose con una taza de atún con pollo y tomate. — Pero si almorzaste hace una hora — le dijo y el abogado se encogió de hombros. — Estoy en volumen, ahora que Oliver casi que está viviendo con Lia, nuestras casas están a diez minutos, entrenamos juntos — Felipe dejó la bandeja en el lugar y comprobó el comedor, todos los clientes estaban bien atendidos y almorzando, así que se sentó en la banca desde donde podía observarlo todo y Sam se sentó junto a él. Las cosas se habían detenido bastante, el día en que Oliver casi muere el abogado ya lo tenía casi desnudo en el suelo de su casa nueva cuando entró la llamada de Lia, de ahí en adelante si acaso había podido robarle un par de besos fugaces en alguna esquina. Pero el hecho de que regresaran los clientes y que Sam tuviera que ir a la ciudad cuatro días a la seman
Lia bajó de la camioneta de Sam con la mano de Oliver bien apretada contra la suya. Se sentía nerviosa, como si estuviera a punto de conocer a su suegro, aunque supiera que no era así.Los padres de Oliver habían muerto en un accidente cuando era más joven y Lia no había visto de ellos más que un par de fotografías.La puerta del consultorio se abrió sin emitir ningún sonido y Oliver caminó hacia la recepción para anunciarse. Lia se sentó en una banca larga en la sala de espera.— ¿No notaste raro a Felipe? — le preguntó Oliver cuando se sentó a su lado.— Si — dijo Lia — no he hablado mucho de eso con él, pero parece que las cosas con Sam van demasiado lentas. Ahora tú y él son amigos, ¿Qué le pasa? — Oliver entrelazó los dedos con los suyos.— Bueno, este mes mataron a su primo, hace uso años, eran como hermanos, además, su trabajo en la ciudad… la verdad no sé por qué compró esa casa en el bosque, casi ni le queda tiempo — desde que todo quedó legalmente perfecto en el negocio de L
Lia no supo cómo interpretar la mirada del capitán, tenía una expresión fría y amargada al mismo tiempo y la mano de Oliver se apretó contra la suya.Helene tenía una maleta en el hombro como si fuera un trozo de leña y eso le pareció gracioso a Lia hasta que entraron al comedor.La joven gemela dejó las maletas que traían los tres cerca de la entrada y caminó hacia su hermana que hablaba con el capitán y Oliver de a mano de Lia llegaron con ellos.— Capitán Olarte — lo saludó Oliver y el hombre le tendió la mano.— Señor Back, Señora De la cruz. Un gusto verlos — Portia, que se veía muy atractiva con los trajes que escogía para el trabajo que era una mescla entre rebeldía y estilo modesto, tomó a Helene de la mano y se la llevó para enseñarle al resto del equipo.— ¿Todo está bien? — le preguntó Lia sentándose en frente y el capitán observó la limonada que tenía en la mesa frente a él.— Pues, no muy bien la verdad — le dio un largo trago a la bebida — ¿Contrataron a su hermana como
Oliver no podía dejar de sentirse observado, era una sensación extraña que lo tuvo despierto gran parte la noche. ¿Quién lo quería muerto y por qué? Trató de recordar a algún socio con el que hubiera tenido un altercado, una discusión personal o algo, pero no. Oliver siempre había intentado ser un hombre amable, únicamente los meses que estuvo casado con Lia se salió de control, ¿sería algo de esa época? Pero, ¿qué para una venganza tan personal y con tanta paciencia? ¿acaso Lia había despertado la atención de un calculador criminal? Fue al baño varias veces presa de una sed que lo acometía cada hora, pero cuando Lia despertaba él fingía dormir. No quería preocuparla, debía ser fuerte tambien por ella… y también debía prepararla para lo peor. Cuando se levantó esa mañana estaba tan cansado que hubiera podido dormir hasta el mediodía, pero debía trabajar y no demostrar debilidad, si el acosador los estaba acechando debía verse fuerte y entero. Así que se duchó con el agua más fría qu