Estoy volviendo a casa, esta tarde había salido a dar una vuelta con mis amigas ya que desde que estos tres se están quedando en mi casa no las había visto y además mañana era mi cumpleaños y querían quedar hoy para celebrarlo, sabía que ni Bryan ni Hugo sabían que mañana sería mi cumpleaños, pero no se lo quería decir para que no se tomaran la molestia de comprarme nada y Dylan con lo enamorado que está lo más seguro que no se acuerde, así que mañana será un día tranquilito.
Al llegar a casa los llamo para que se den cuenta de que he llegado, pero no hay ni rastro de ellos, no sé dónde diablos se pueden haber metido, miro la hora y veo que son las once de la noche, es bastante tarde así que decido llamarlos, después de llamarlos a los tres veo que nadie responde, me empiezo a preocupar pero después me doy cuenta de quien estoy hablando y me tranquilizo ¿Quién en su sano juicio haría daño a Hugo, a Bryan o Dylan? Os lo digo, nadie, ellos dan más miedo cuando quieren que cualquier6 años después —Estoy nervioso—dice Dylan paseándose de un lado a otro—¿Y si no aparece?—Aparecerá te lo prometo—le digo—Bryan te ama con locura, no va a dejarte tirado, a parte Hugo está con él.—Eso no me tranquiliza, sabes cómo son cuando están los dos juntos—dice más relajado.—Lo sé, nuestros chicos son los mejores, nunca imagine haber acabado así, y ahora tú te vas a casar.—No sabes lo emocionado y nervioso que estoy, por cierto, ya se lo has dicho a Hugo.—No—digo un poco nerviosa—Y a qué esperas, tienes que decírselo.—Y lo haré, hoy se lo voy a decir.—Eso espero.—Bueno, solo te queda la pajarita y estarás listo, eres el novio más guapo del mundo—Y lo decía de verdad, Dylan estaba muy guapo, llevaba un traje de Hugo Boss en blanco que hacía resaltar su cabello rubio, me encantaba. —Yo ya me tengo que ir, que soy la dama de honor y tengo que esperarte fuera, además Hugo está
—Entonces ¿estarás a mi lado siempre?—Te quiero y nunca más volveré a dejarte sola.Ella sabía que no le mentía, sabía que le estaba diciendo la verdad, sus ojos negros llenos de ternura demostraban todo lo que estaba sintiendo. Él la había querido desde la primera vez que la vio en aquella casa, a pesar de todo el daño que le causó, a pesar de haberlo negado durante tanto tiempo, él sabía que estaba perdidamente enamorado de ella. Y ella pensaba lo mismo, le quería igual o más que él, no le importaba todo el daño que le hubiera causado, todos los momentos felices que había pasado a su lado lo superaban todo.—Nunca es mucho tiempo, ya me dejaste sola una vez y tengo miedo de que vuelva a suceder. No podría volver a pasar por lo mismo.—Lo siento, fui un estúpido, pensé en mí mismo y te dejé. Pero ahora he cambiado y sé que lo único que me importa en este mundo eres tú, tú y mi precioso hijo. Te prometo que no volveré a dejarte sola, pase lo que pase yo estaré a tú lado
Un miércoles por la tarde en el centro de Madrid.Mucha gente a lo largo de mis 19 años me ha preguntado porque siempre estoy feliz, muchos me dicen que no es normal, que debo tener algún truco para siempre estar con buena cara, que no entienden como me llevo tan bien con todos, que no puede ser que todos sean mis amigos y que nadie me odie. Mi respuesta siempre es la misma, no hay truco, magia, ni ninguna fórmula para ser feliz. Ser feliz depende de cada persona y yo he elegido ser así, ya que la vida es muy corta y no quiero perderla estando triste o enfadada.Así que sí, si algún día veis a una chica medio loca por la calle que siempre esta feliz seguramente sea yo, la gente me conoce por “la chica de la sonrisa” o “ese ángel caído del cielo” , no me preguntéis a que vienen esos apodos, ya que yo creo que de ángel no tengo nada, pero ellos insisten en que sí que lo soy y cuando les pregunto siempre me dicen lo mismo “eres una de las chicas más alegres que exist
La luz brillante que provenía de mi ventana me hizo abrir los ojos de repente, no estaba contenta como normalmente cuando me despertaba, hoy estaba un poco triste ya que mi mejor amigo Dyl se fue ayer de vacaciones y me había dejado sola y sin nada que hacer. Pero eso no iba a estropearme el fin de semana, no iba a quedarme en casa sola llorando porque él no estuviera aquí, tenía más amigos, así que algún plan me saldría para no estar aburrida.Después de un rato de estar tirada en la cama decido que ya es hora de levantarme y vestirme, de esa manera podré ir a dar una vuelta y a lo mejor con un poco de suerte me encuentro a alguien conocido.Yo no soy como todas las chicas las cuales se tiran horas mirando el armario para ver que se ponen, a mí eso no me importa mucho. Abro mi armario y cojo lo primero que encuentro, que es un vestido de verano floreado que me viene por arriba de las rodillas junto con las converse blancas que tanto me gustan. Una vez cambiada me miro en el e
Esa tarde del sábado, en otro lugar de la ciudad.Después de lo que paso en casa de Dyl, como ya sabéis me fui corriendo a mi casa y esperé a que viniera la policía y mis amigas. Una vez en mi casa me cerré con llave y empecé a recordar todo lo que me había pasado. No podía creerme que eso me estuviera pasando a mí, estaba muy asustada, más de lo que podía recordar, y eso que yo, aunque parezca una chica frágil y fácil de asustar, no lo soy, no me da miedo casi nada, pero lo que había pasado con ese chico me tenía aterrada. Aun estando encerrada en mi casa seguía teniendo miedo de estar sola. En mi cabeza lo único que rondaba en esos momentos eran las últimas palabras que me había dicho, con esa voz tan grave y temerosa que tenía el chico, que hacía que cualquier persona se debilitara ante él. Esas palabras que hacían que me entraran ganas de llorar e ir corriendo a abrazar a mi madre, como cuando era pequeña y me caía de un columpio. En este momento necesitaba a mi madre más que
Al cabo de dos días, en casa de Sam.Habían pasado dos días, dos días desde que recibí aquel aterrador mensaje, dos días en los que no pude dormir tranquila, los dos días más largos de mi vida. No salía de casa, no dormía, no comía, en definitiva, no hacía nada por miedo de que él se me apareciera. Me sentía observada, sabía que él me estaba vigilando y por mucho que mirara a mi alrededor no veía nada, pero tenía esa sensación incomoda que sientes cuando alguien te observa fijamente, y sabía que era él, pero yo no podía hacer nada.Esa misma mañana cuando me desperté, supe que eso tenía que acabar, no podía andar con miedo y escondida todos los días, no podía permitir que alguien que no conocía, alguien tan miserable como él me arruinara la vida. Tenía que superarlo, enfrentarme a él o simplemente dejarlo pasar y eso es lo que iba a hacer. Esa misma tarde iba a salir y pasármelo bien como lo hacía antes, me daba igual lo que pasara, porque sé que no hay nada peor
Tres días después de la visita a la cafetería.Hoy era el día, la verdad es que estaba un poco nerviosa, habían pasado tres días desde que fui a la cafetería con mis amigas, y en esos tres día no había parado de enviarme mensajes con Bryan, la verdad es que me estaba empezando a gustar, no es que estuviera enamorada ni nada por el estilo, pero cuando recibía un mensaje de él me ilusionaba y cuando tardaba en contestar me oponía nerviosa, y eso creo que quiere decir algo y es que por fin después de tanto tiempo puedo empezar a ilusionarme por alguien. Por otro lado, del chico que me amenazo en casa de Dyl no he vuelto a saber nada más, y aunque eso por un lado me alegraba, por el otro me daba mala espina, tenía miedo de que estuviera planeando algo. En ese momento me sonó el móvil, era Bryan, nunca habíamos hablado por teléfono, siempre lo hacíamos por móvil, así que rápidamente lo cogí, estaba ilusionada por volver a oír su voz.—Hola ángel —habló por el otro lado del t
Ese mismo día al salir de la cita.Cuando salí del restaurante me sentía bien, hacía tiempo que no me sentía de esa manera, pero no penséis que es porque la cita me había gustado, es porque durante la cita hablamos sobre un "problema que tuvo en casa de su amigo" y se notaba que seguía teniendo miedo, y eso me gustaba, me ponía contento que tuviera miedo de mí, a la próxima no se metería en mis asuntos.Ahora mismo estaréis pensando en cómo es que yo estaba en la cita en vez de Bryan, pues os lo contare.8 horas antesEra por la mañana y estábamos Bryan y yo en el sofá de mi casa mirando una de esas películas que se suponen que tienen que dar miedo, y digo que se suponen porque a mí lo único que me dan ese tipo de películas es risa.—Voy a la cocina a por una cerveza ¿Te traigo una? —me pregunta Bryan—Si, y trae algo de comer también que me muero de hambre —contesto con dramatismo mientras me toco la barriga—Está bien, ahora vengo.Cuando Bryan