Quien hubiera pensado que el padre de Dayana le dijera algo tan serio a Dominick, creo que nos tomó por sorpresa. La tensión que habíamos provocado se había disipado en cuestión de segundos con ese comentario, si algo amaba mi amigo eran los retos, y es que justamente en eso se convirtió la loca de Dayana.

Cada uno estaba metido en sus propios problemas, el más confuso entre todo lo que había sucedido sin duda alguna era yo. Me pude esperar todo menos que Yen, fuera la chica que había cuidado cuando era pequeña. Ella me seguía a todas partes, a veces me prefería por sobre su hermano y eso lo enojaba mucho.

—Será mejor que me vaya, tengo muchas cosas que pensar antes de que termine matando a mi supuesto mejor amigo —solté cuando dejamos de reírnos de Dominick.

Las noticias que me dieron esa noche, dejaba de lado lo que he vivido todo este tiempo. De lo único que estoy seguro es que las cuatro personas que estamos en este lugar no tenemos ni la menor idea de donde esta Yen en estos mome