Capitulo 37
Los fines de semanas, James no acudía a la editorial; eran sus días libres. Los dedicaba entonces a su gimnasio de boxeo. Entrenaba a jóvenes y adultos, a mujeres y a hombres con ayuda de sus dos asistentes. Y a veces, cuando la jornada era poco fluida, se dedicaba a sí mismo. Era el caso de ese sábado matutino en el que se le encontraba golpeando con diestra y siniestra un saco de boxeo suspendido en el aire.

Quien lo conociera sabía que algo le ocurría, pues golpeaba aquel objeto inanimado con determinación, casi como si pudiera herirlo. No había sido el mismo desde que le dieron la noticia de la muerte de Anne, y cualquiera que quisiera ayudarlo, salía con "las tablas en la cabeza." Muchos ya lo consideraban un caso perdido. Esperando en silencio que sucumbiera al mal consuelo del alcohol.

-James... -Lo solicitó uno de sus asistentes entrenadores. El solicitado no le prestó su atención.

-James... -Un segundo llamado que resultó ser igual de ineficaz.

-¡James! -Alzó la voz molesto co
G Malcor

Michael fue invitado a la boda. ¿Qué creen que suceda? ¿Encontrará más respuestas? ¿O acaso quedará en descubierto ante Ciro?

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