Capítulo 5.

Narra Daimon.

Ella me mira su pecho sube y baja. —¿Me estas acechando de dónde saliste? —Del inframundo, claro que no le voy a decir eso. —No puedes a pacer así de la nada casi me da un paró—.

—¿Estás enferma del corazón?

—No sé ni para que hablo con un extraño aléjate de mí—. Puedo sentir su enojo.

—No quiero alejarme de ti—.

—Que bien entonces lo haré yo—. Toma sus cosas y se levanta con intenciones de irse, sujeto su antebrazo, me mira incrédula, y ahí está esa corriente. —Suelta mi mano—. Me grita sin levantar tanto la voz.

—No quiero—.

—Que me sueltes te estoy diciendo—.

—Lo haré si me acompañas por un helado—.

—No soy un bebé que puedes manipular con algo como eso—.

—Eso quiere decir que irías conmigo por otra cosa—.

—No iré contigo ni a la esquina—. Suelto mi agarre un poco, ella ala con tanta fuerza que casi da al piso si yo no la hubiera tomado de la cintura.

—Te salve ahora deberías acompañarme por un helado o lo que tú quieras—. Le digo apartando su cabello del rostro.

Sus ojos conectan con los míos en ellos vi un destello de luz. —Suéltame—. Dice en un susurro.

—Si te suelto te caerás—.

—Eres un odioso—. Puedo sentir su enojo.

Nos incorporamos y ella empieza su caminata. —La quiero para mí—. Digo con ojos rojos.

La sigo a la distancia, ella no voltea ni por un segundo, sigo sus pasos hasta que me detengo al perderla entre tantas personas, pero de donde salieron estos.

Aspiró para sentir su olor y dar con ella, pero no doy con ella me suspendería en el aire, pero hay muchas personas y no quiero perder esta personalidad, que ella conoce.

Doy con su olor hasta el final del pasillo, sonrió sé que se va molestar por seguirla. Esta sentada en una de las banquetas mirando hacia el gran ventanal, me siento a su lado.

—Te encontré preciosa—.

—Te voy acusar por acosador no tienes nada que hacer—.

—No solo deseo contemplar tu belleza—. Hace una mueca.

—No necesito un loco persiguiéndome, si necesitara a alguien que me siguiera me consigo un perro que es mucho más fiel—.

—Me comparas con un perro soy mucho mejor que esos animalejos—.

—Animalejos no eres más que un anticuado—.

—Porque soy anticuado—.

—¿Quién usa esa palabra? —Ya me está sacando de mis casillas esta mocosa.

—Yo las utilizo y eso ¿qué?

—Ni mis padres que son del siglo pasado utilizan esas palabras—.

—Me estás diciendo viejo—.

—Tú lo has dicho no yo—.

—No me gusta tu actitud—.

—Pues vete yo no te he pedido que me acompañes, prefiero la soledad y tranquilidad—. Sonrió ya que me ha dado una buena información. —Borra tu estúpida sonrisa—.

—Ni siquiera sabes de qué me rio—.

—No me importa ya vete necesito leer este libro y no me dejas concentrarme—.

—Guardare silencio mientras tú estudias—.

—Acaso te pedí compañía—.

—En pocas palabras si—. No sé por qué rayos no funciona mi lujuria con ella.

—Eres un fastidio de persona sabes—.

—No, lo que si soy es un galán—. Se empieza a reír y me quedo como bobo mirándola su sonrisa es mucho más hermosa que la de un ángel.

—Huy espera quien te ha hecho creer esa mentira—.

—Mis novias—. Su sonrisa se borra y puedo sentir una pizca de celos.

—Esas tontas no tienen idea de lo que es un galán, pobres ingenuas—. Dice ya tomando su postura de no me importas.

—Segura que no soy un galán—. Ella me mira.

—Estoy muy segura... No sé ni por qué hablo contigo solo me heces perder mi valioso tiempo—.

—Tal vez porque te caigo bien y deseas estar conmigo—. Rueda los ojos.

—Eres un…. No te soporto—. Me acerco más a ella.

—Sabes que no es eso te sientes atraída por mi—. Susurro en su oído, su piel se eriza.

—Sigue soñando tonto—.

—Sabes que es así—. Depósito un beso en su cuello, recibiendo un gran impacto en mi mejilla.

Eso dolió mucho. —No te atrevas a tocarme idiota—. Sonrió me encanta.

—Em aquí estás—. Dice la chica que es su hermana. —Por eso no nos querías acompañar lo tenías guardado—.

—Ya vámonos—. Me mira con enojo.

—¿Por qué?, Y qué hay de tu amigo—.

—No es mi novio nos vamos o me voy sola y no te acompaño más nunca a ninguno de tus escapes—.

—Hui pero que genio, qué le hiciste no la besaste bien—. Se muerde el labio.

—Bien me largo—. Dice más que enojada.

—Nos vemos en la semana—. Le digo antes que se aleje.

—Em espera solo estaba molestando—. Se gira hacia mí. —Es un gusto volver a verte nos vemos—.

—Adiós—. Porque ella no puede ser así, pero me encantan los retos y ella va caer ante mi pronto.

—Pronto me va a suplicar que no la dejé—. Sonrió por ese pensamiento. —La voy a tener a como dé lugar no importa que tan difícil se ponga, la voy a conquistar y voy a llevármela a la cama y cuando lo haga la desecho como todas—. Camino a uno de los callejones y desaparezco para ir al inframundo. —Es un reto difícil pero no imposible, ella lo hace mucho más emocionante y eso hace que la desee más—. Tendré que idear algo para el inicio de semana, pero de que la sorprendo la sorprendo….

Narra Emily Jeane.

Me levanto de la cama no es hora de dormir tengo que estudiar pensé que la universidad era fácil pero no lo es.

Me siento en mi escritorio, pero cierta sonrisa de cierto hombre no me deja concentrarme.

Sacudo mi cabeza y me dispongo a estudiar, su hermosa sonrisa no me va ayudar con mis pruebas del lunes.

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