Narra Daimon.
Ella me mira su pecho sube y baja. —¿Me estas acechando de dónde saliste? —Del inframundo, claro que no le voy a decir eso. —No puedes a pacer así de la nada casi me da un paró—.
—¿Estás enferma del corazón?
—No sé ni para que hablo con un extraño aléjate de mí—. Puedo sentir su enojo.
—No quiero alejarme de ti—.
—Que bien entonces lo haré yo—. Toma sus cosas y se levanta con intenciones de irse, sujeto su antebrazo, me mira incrédula, y ahí está esa corriente. —Suelta mi mano—. Me grita sin levantar tanto la voz.
—No quiero—.
—Que me sueltes te estoy diciendo—.
—Lo haré si me acompañas por un helado—.
—No soy un bebé que puedes manipular con algo como eso—.
—Eso quiere decir que irías conmigo por otra cosa—.
—No iré contigo ni a la esquina—. Suelto mi agarre un poco, ella ala con tanta fuerza que casi da al piso si yo no la hubiera tomado de la cintura.
—Te salve ahora deberías acompañarme por un helado o lo que tú quieras—. Le digo apartando su cabello del rostro.
Sus ojos conectan con los míos en ellos vi un destello de luz. —Suéltame—. Dice en un susurro.
—Si te suelto te caerás—.
—Eres un odioso—. Puedo sentir su enojo.
Nos incorporamos y ella empieza su caminata. —La quiero para mí—. Digo con ojos rojos.
La sigo a la distancia, ella no voltea ni por un segundo, sigo sus pasos hasta que me detengo al perderla entre tantas personas, pero de donde salieron estos.
Aspiró para sentir su olor y dar con ella, pero no doy con ella me suspendería en el aire, pero hay muchas personas y no quiero perder esta personalidad, que ella conoce.
Doy con su olor hasta el final del pasillo, sonrió sé que se va molestar por seguirla. Esta sentada en una de las banquetas mirando hacia el gran ventanal, me siento a su lado.
—Te encontré preciosa—.
—Te voy acusar por acosador no tienes nada que hacer—.
—No solo deseo contemplar tu belleza—. Hace una mueca.
—No necesito un loco persiguiéndome, si necesitara a alguien que me siguiera me consigo un perro que es mucho más fiel—.
—Me comparas con un perro soy mucho mejor que esos animalejos—.
—Animalejos no eres más que un anticuado—.
—Porque soy anticuado—.
—¿Quién usa esa palabra? —Ya me está sacando de mis casillas esta mocosa.
—Yo las utilizo y eso ¿qué?
—Ni mis padres que son del siglo pasado utilizan esas palabras—.
—Me estás diciendo viejo—.
—Tú lo has dicho no yo—.
—No me gusta tu actitud—.
—Pues vete yo no te he pedido que me acompañes, prefiero la soledad y tranquilidad—. Sonrió ya que me ha dado una buena información. —Borra tu estúpida sonrisa—.
—Ni siquiera sabes de qué me rio—.
—No me importa ya vete necesito leer este libro y no me dejas concentrarme—.
—Guardare silencio mientras tú estudias—.
—Acaso te pedí compañía—.
—En pocas palabras si—. No sé por qué rayos no funciona mi lujuria con ella.
—Eres un fastidio de persona sabes—.
—No, lo que si soy es un galán—. Se empieza a reír y me quedo como bobo mirándola su sonrisa es mucho más hermosa que la de un ángel.
—Huy espera quien te ha hecho creer esa mentira—.
—Mis novias—. Su sonrisa se borra y puedo sentir una pizca de celos.
—Esas tontas no tienen idea de lo que es un galán, pobres ingenuas—. Dice ya tomando su postura de no me importas.
—Segura que no soy un galán—. Ella me mira.
—Estoy muy segura... No sé ni por qué hablo contigo solo me heces perder mi valioso tiempo—.
—Tal vez porque te caigo bien y deseas estar conmigo—. Rueda los ojos.
—Eres un…. No te soporto—. Me acerco más a ella.
—Sabes que no es eso te sientes atraída por mi—. Susurro en su oído, su piel se eriza.
—Sigue soñando tonto—.
—Sabes que es así—. Depósito un beso en su cuello, recibiendo un gran impacto en mi mejilla.
Eso dolió mucho. —No te atrevas a tocarme idiota—. Sonrió me encanta.
—Em aquí estás—. Dice la chica que es su hermana. —Por eso no nos querías acompañar lo tenías guardado—.
—Ya vámonos—. Me mira con enojo.
—¿Por qué?, Y qué hay de tu amigo—.
—No es mi novio nos vamos o me voy sola y no te acompaño más nunca a ninguno de tus escapes—.
—Hui pero que genio, qué le hiciste no la besaste bien—. Se muerde el labio.
—Bien me largo—. Dice más que enojada.
—Nos vemos en la semana—. Le digo antes que se aleje.
—Em espera solo estaba molestando—. Se gira hacia mí. —Es un gusto volver a verte nos vemos—.
—Adiós—. Porque ella no puede ser así, pero me encantan los retos y ella va caer ante mi pronto.
—Pronto me va a suplicar que no la dejé—. Sonrió por ese pensamiento. —La voy a tener a como dé lugar no importa que tan difícil se ponga, la voy a conquistar y voy a llevármela a la cama y cuando lo haga la desecho como todas—. Camino a uno de los callejones y desaparezco para ir al inframundo. —Es un reto difícil pero no imposible, ella lo hace mucho más emocionante y eso hace que la desee más—. Tendré que idear algo para el inicio de semana, pero de que la sorprendo la sorprendo….
Narra Emily Jeane.
Me levanto de la cama no es hora de dormir tengo que estudiar pensé que la universidad era fácil pero no lo es.
Me siento en mi escritorio, pero cierta sonrisa de cierto hombre no me deja concentrarme.
Sacudo mi cabeza y me dispongo a estudiar, su hermosa sonrisa no me va ayudar con mis pruebas del lunes.
Me la paso toda la tarde en mis estudios y haciendo unos sicoanalices que debo entregar el lunes a primera hora.A las doce de la noche término mi trabajo, lavo mis dientes y me acuesto a dormir.Día siguiente.Soy removida en la comodidad de mi cama. —Em levántate tienes que ayudarme—.—Esther ya déjame dormir—.—Em ayúdame te necesito, Gabriel me invitó a salir y sabes que papá ni mamá me dejaran salir si no voy contigo—. Ya me la imagino suplicando.—No molestes Esther—.—Por favor Em si, mira que soy tu hermana y las hermanas se deben ayudar, si algún día me necesitas para salir con un chico yo lo haré sin rechistar—. Me levanto como resorte.—No pienso tener novio hasta los treinta es más si algún día tengo una relación que sea los cuarenta y si no pues prefiero quedarme sola y morir sola con unos cinco gatos o tal vez una manada de ellos—.—Em no seas así Gabriel me gusta mucho—.—No tienes ni el mes de conocerlo y ya te gusta—. La miro acusatoria.—Y eso que el amor es así, tú
Narra Emily Jeane.—Gracias, pero no debiste molestarte... No me gustan los narcisos—. Digo lo más seria posible, el arreglo es hermoso, pero no quiero nada de él y mucho menos si es un desconocido, sé que las flores no tienen culpa de nada, pero debo rechazarlas si no se creerá cosas que no son. —Ten seguramente hay alguien más que si las adoré—. Estrelló el ramo de flores en su pecho, su cara es de confusión digna de un retrato.Espero y Esther no habrá su boca. —Em pero que dice si son tus flores favoritas—. Y ya metió la pata.Él sonríe de oreja a oreja. —Lo ves no eres más que una mentirosa—.—Cómo crees ya los narcisos no me gustan me dan comezón—. Digo asesinando con la mirada a Esther. —Adiós—. Le sonrió al idiota y me meto dentro de la facultad.Entro al salón de clases y me siento en mi puesto y si tengo una gran sonrisa de victoria en mi rostro, quien se cree él.Las clases pasan como siempre una tras otra hasta que me toca mi descanso y voy a la cafetería.—Em, porque le
—Esther disculpa mi pregunta, pero podrías decirme ¿qué le sucede a Emily?—Emily la viste desganada ¿verdad?—¿Si que le sucede?—Es por un chico del cual ella estaba enamorada y a decir verdad los dos estaban enamorados—. Mis celos aparecieron de pronto. —Ella estaba muy enamorada de él, pero nuestros padres no nos dejan tener novios hasta que terminemos la Universidad según ellos y pues Em salía con él a escondidas, él era un año mayor que ella, pero estaban muy enamorados bueno para no alargar te la historia él murió y Em se culpa por ello—.—¿De que murió?—En un accidente automovilístico—.—¿Y porque ella se culpa?—Porque según ella pudo evitar que él fuera a ese paseo, él le dijo que si ella quería que él no fuera así lo haría, pero Em le dijo que fuera y por eso ella se culpa—. Asiento.La miro, tiene la mirada perdida no me gusta verla así de frágil esa no es la Emily de estos días atrás.—En unos días volverá ser la misma de siempre, solo por estos días se pone así—.—Tan e
Narra Daimon.—No te dejaré nunca Emily Jeane Govea Arezzo, eres mi destino, eres mi vida, mi todo mi amor, tu vida está ligada a la mía como la mía a la tuya—. Su mirada es de confusión y de pronto su semblante cambia.—En verdad estas demente no, eres más que un loco deja de decir estupideces te lo advierto aléjate de mí—. Su respiración es agitada y sus mejillas están rojas se ve tan adorable.—Pronto te darás cuenta que es verdad lo que te digo—. Lo doy un beso casto y al instante recibo una tremenda garnatada, sonrió. —Nos vemos amor mío—.—Eres un iluso idiota desquiciado—. Se aleja de mi echando humos por las orejas.Se ve tan sexy enojada ya me encanta este juego que hemos creado veamos quien termina siendo el ratón.Me desplazo al inframundo ya no hay nada que hacer aquí, voy a lograr que ella me ame con locura, serás mía Emily Jeane, ya lo verás.Aún siento el sabor de su sangre mesclado con el mío, si había algo entre nosotros ahora se fortaleció y todo debido a que nuestra
Él me envolvió en sus brazos, hundí mi cara en su pecho así permitiéndome aspirar su aroma. —Es lo que quieres—. Asentí sin darme tiempo de pensar bien si era lo que en verdad quería. —Lo haré, pero si antes me regalas un beso de despedida—. Lo mire a los ojos que tomaron un color anaranjado, solo fueron ráfaga de segundo, mire sus labios que parecían tan tentadores y apetecibles de devorarlos, lo volví a mirar a los ojos sentía su mirada en mis labios.Me puse de puntillas y sin pensarlo dos veces lo bese, rodee su cuello y él mi cintura, nos fundimos en un beso que me transportó a otra dimensión, mi corazón latía desbocado lo presione más y lo bese como si mi vida y existencia dependiera de ello.Nos separamos quedando a escasos centímetros, pego su frente a la mía. —No tengas miedo a lo que sientes amor mío—. Lo mire a los ojos, aunque estos me decían que hablaba con la verdad no podía confiar.—Como sabes que soy tu amor—.—Solo lo sé y lo siento Emily—. Negué. —Pero me alejare de
Narra Emily.—Para eso querías que me alejara de ti—. Lo miró a los ojos, estos tenían un destello color fuego. —Dime por eso querías que no estuviera cerca de ti porque te gusta ese viejo—. Lo miro con enojo.—Que vienes a reclamar tú, quien te crees para reclamarme algo cuando tú estás con esa, y así decías que yo era tu vida y no sé qué idioteces más no me vengas a reclamar que no soy nada tuyo—. Mi sangre hierve quien se cree él para venir a decirme cosas a mí, mínimo él es algo mío.—Estás celosa porque estoy con ella—. Me río a todo pulmón.—Celosa por favor—. Quise empujarlo.—Si lo estás porque lo niegas—.—No niego nada no seas iluso—. Me moví para pasar, pero él se movió así cerrándome el paso. —Permiso Daimon si es que es tu nombre, debe ser tan falso como todo lo que sale por tu boca—.—Es eso, ya veo, te molesta que te haya dicho que eres mi todo, pero si más no recuerdo me dijiste que me alejara de ti y lo hice—.—Pues gracias, permiso—.—No de aquí no te vas si no es co
—No, pero está bien cariño es lo mejor que puedes hacer salir un poco y despejar la mente—.—Si gracias papá—.—Y a dónde irán—.—No sé, pero quiero un lugar que sea tranquilo no muy ruidoso—.—Está bien solo cuídense—. Asiento y le doy un beso.Papá sale y meto al cuarto de baño, después de ducharme me visto y salgo a desayunar.—Buenos días mamá—.—Buenos días corazón como estas—.—Bien—. Empiezo a desayunar.—Tu padre y yo saldremos por un par de horas y también me dijo que Esther y tu saldrán—.—Así es mamá—.—Bueno ya saben espero que esa salida no sea con algún muchacho—.—No mamá solo queremos despejarnos ya vienen los trimestrales—.—Eso es cierto, como te va con el catedrático Carter—.—Bien ya he mejorado notoriamente—. Además, voy a salir con él.—Me alegra cariño—.—Evelyn mi amor nos vamos—. Miramos a mamá con una gran sonrisa.—Soy su amor—. Dice mamá con sonrisa de tonta enamorada.—Lo sabemos mamá—. Mamá nos da un beso a cada una y sale de casa.—Haber desembucha Em co
Narra Daimon.—Pues yo...—. Me mira con una gran sonrisa esa es mi chica sé que me ama y se irá conmigo. —Veras Carter no soy novia de nadie y mucho menos conozco a este individuo—. Mis ojos se abren como platos, ella sonríe ampliamente.—¿Qué cómo que no me conoces?, Soy tu novio—.—¡Mi novio! —. Me mira furiosa. —Novio un rábano, vámonos Carter—. Lo toma del antebrazo.—No te voy a dejar ir con él Emily quien sabe que fines tiene contigo—.—Fines ja supongo que lo dices por experiencia propia no, supongo que también tenías fines conmigo, pero te jodes—.—Emily Jane no te vas a ir con él—. La tomó del antebrazo. —No te atrevas—. Me sonríe ampliamente.—Me lo vas a impedir—. Tira de su antebrazo así zafándose de mi agarre.—¡Emily lo siento! si no debí salir con esa chica—. No puede ser el demonio está pidiéndole a una humana que le crea, que lo perdone que bajo as caído Lucifer.—No me interesa tu arrepentimiento—.—Eso quiere decir que si lo conoces—. Le dice el humano que no había