Capítulo 4.

Narra Daimon.

No sé cómo es que esa chica causó esa sensación en mi jamás había sentido eso, y eso que eh estado con miles de mujeres de todas las especies, tengo que averiguar por qué sentí eso con ella si tan solo supiera donde vive, maldición para que quiero saber dónde vive.

Será mejor que vaya hacer sufrir a alguien, para olvidarme de ella.

Toco mi bastón y habrá el portal voy al mundo de los mortales y me paseo por todos lados busco una víctima al encontrarla hago lo que un demonio hace mejor hacer sufrir a los humanos.

Al saciarme de su dolor me retiro al inframundo.

—Lo veo muy inquieta majestad—. Me dice Semyazza.

—No sucede nada Semyazza—.

Espero que el día llegué, al salir el sol abro el portal y me desplazo al mundo de los mortales.

Quiero ver si vuelvo a sentir esa sensación con esa chica llamada Em supongo que es algún diminutivo de su nombre.

Aparezco cerca de donde las vi, espero impaciente por ella siento el mismo olor que sentía ayer es un olor a miel y jazmín diferente a mi olor que huelo azufre, la veo bajar del auto camina en dirección a la facultad.

Mira hacia donde me encuentro y me dejó notar, sus ojos conectan con los míos en ellos veo miles de emoción, parpadea varias veces, tal vez y no se crea que este aquí le sonrió.

Un hombre se acerca a ella mis manos se convierten en puño, pero que carajos estoy celoso un demonio no debería sentir celos y menos por una humana y menos yo que puedo conseguir a cuantas mujeres quiera.

Desaparezco para que no me vea.

—Bacon maldito demonio que crees que estás haciendo—.

—Yo nada mi rey solo sentí su celos y vine, por quien siente celos—. Lo miró con ganas de matarlo. —No sabía que los demonios sentimos celos—.

—Bacon si no te vas te voy a encerrar por un mes sin derecho alimentarte—.

—No puede dejar el mundo sin celos por un mes—.

—Si puedo ahora vete—.

—Si Majestad—. Hace una reverencia y se va.

Lo que acaba de pasar no fue suficiente para decir que esa humana es mi alma gemela o que se yo que tretas me están jugando ahora....

El día pasa lento espero por ella para acercarme a ella, la veo cerca de un auto me dejó ver en cuanto voy acercarme a ella, ella cruza la calle y se mete a una clase de local donde comen ellos.

Entro al lugar escondiendo mi olor, espero por ella me paro a unos pasos de ella, se gira sin mirar doy dos pasos y choco con ella, o más bien ella choca conmigo por no mirar, era lo que quería que pasará la tomó de la cintura y la pego a mi cuerpo.

Ella levanta su cabeza y me mira sus hermosos ojos me llevan a lugares que ya he olvidado, no sé cómo es que ella causa eso en mí.

Mis dedos queman quieren tocar más allá de lo que están tocando en este momento nuestras miradas se clavan como dos imanes.

No digo nada y ya tampoco lo hace siento como si el tiempo se haya detenido para nosotros, es como si solo existimos ella yo.

Le pregunto si está bien para romper esta clase de energía magnética que se a creado entre nosotros.

Ella me dice que si, su voz es hermosa es como la de un ángel no me cansaría de escucharla.

Le sonrió y ella también lo hace, su hermana llega para interrumpir nuestra conexión o lo que sea.

—Nos vemos otro día—. Le digo y la suelto, mis manos reclaman sentir su calidez.

—Tierra llamado a Emily Jeane—. Le dice la otra chica, pero ahora sé que se llama Emily Jeane.

Hermoso nombre pienso para mí, ella sale disparada del local.

—Discúlpala a veces mi hermana se pone así—. Asiento.

La hermana sale detrás de ella, y yo me quedo mirando por el vidrio no sé qué le pasó.

Y ahora sé que nuestras vidas están conectadas ¿por quién?, no sé, pero no pienso darle cabida a ninguna emoción tal vez me divierta un poco con ella, no pienso lidiar con una humana y menos si ella no podrá darme un descendiente.

Regreso al inframundo tengo que hacer algo para acercarme a ella será fácil conquistarla es humana y los humanos se dejan llevar por las cosas más vanas que se le proporcione.

—Ganzúa te tengo un trabajo—. Le digo a uno de mis vigilantes.

Es un pequeño bicho del inframundo hecho de fuego y lava, pero puedo darle la forma que yo quiera, así que lo transformó en una pequeña polilla.

—Dígame amo a quien quiere que vigile—.

—A esa humana, sigue la hasta su hogar y permanece con ella hasta que te lo indique—.

—Si señor—. Ganzúa desaparece.

A través de él puedo ver todo lo que ella haga.

Al llegar con ellas se posa en el auto está mirando a través de la ventana.

Se adentran a una especie de selva acaso ella es de la manada de Luna Dorada no ella no es un licántropo se estaciona. Ella baja del auto y se adentra a la casa.

Espero y espero al parecer es una de esas chicas de casa esas que no rompe un plato, de las que al salir el sol brilla solo con verla.

No es mi tipo de mujer a mí me gustan las mujeres decididas no las mojigatas.

Día siguiente.

He estado muy ocupado, pero ya tengo información de donde esta ella.

Me desplazo a la plaza comercial donde esta ella con su hermana y otras que no sé quiénes son.

Por ahora está viendo una película espero afuera solo espero que esté sola.

Horas después la veo salir sonriendo, no voy a negar que es hermosa porque si lo es, se separarse de los demás y la sigo, parezco un acechador, pero la necesito a ella, espera ¿que no claro que no?, es solo una prueba del destino no la necesito o ¿talvez sí.

Estoy algo desconcertado camino hacia ella, se sienta en una de las banquetas que hay en este lugar.

Estará esperando a alguien más no lo creo, me acerco a ella y me siento donde está sentada.

—Hola pensé que tenía que esperar para volver a verte—. No sé por qué rayos he dicho eso, pude ser casual, pero me lancé como un idiota, estoy peor que los humanos.

Ella me mira, su pecho sube y baja. —¿Me estas acechando...

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