Padme estaba algo angustiada porque llevaba demasiado tiempo sin saber de su hijo, el Rey Darius III.Desde que el monarca se marchó en busca de su hermano a una de las tierras que hacían frontera con el reino, no había vuelto a recibir noticias suyas, haciendo que su impaciencia se incrementara todos los días.A pesar de que ambos eran sus hijos, Padme sabía que Lothaire estaba hecho de otra pasta, que era igualito a su esposo, el anterior Rey, Darius no podría recordarlo porque él era muy pequeño cuando su padre falleció, pero el rey Darius II, era un ser despiadado en todos los sentidos, no solo con sus súbditos, también con su familia.Era un hombre que la maltrató y la sometió a múltiples abusos, culpándola de haber parido a dos hijos iguales, ya que él veía a los gemelos un problema de sucesión, un problema para la corona ¿Cómo se decidiría quién sería el futuro rey al haber nacido en el mismo día?Ese fue el principio de un sin número insufrible de abusos y maltratos que, como
Y las niñas, Padme después de tantos años todavía conservaba la espinita de no haber podido tener una hija con la que compartir esas cosas de mujeres, pero ahora tenía dos nietas, dos hermosas y educadas nietas que eran una perfecta combinación entre su hijo y Maryam.— ¿Quién es usted, señora?— preguntó el chico adelantando un paso a los otros, como si pretendiera proteger a sus hermanos y enfrentarse primero a lo que fuera, sin duda demostraba que era noble y valiente.Padme fue incapaz de disimular la sonrisa que esbozaron sus labios, tan pequeño y tan valiente, sin duda ese pequeño era su nieto y también el mayor de los cuatro, sin duda se llenaba de orgullo como abuela.— Yo soy su abuelita Padme, la madre de tu papá, el Rey.— aseguró la mujer — Y voy a cuidarlos hasta que su mamá y su papá vuelvan a buscarlos.Él otro niño y las dos niñas entonces se atrevieron a levantar la vista y todos la observaron curiosos y maravillados, aquella señora se veia muy guapa y elegante para ser
Con la muerte de Lothaire, el hermano del Rey, parecía que el peligro ya había pasado, pero era solo un espejismo que acabaría muy pronto, un espejismo qué no les permitiría llegar demasiado lejos.Cuando Darius, Asad y Maryam ya estaban regresando al pueblo para recoger sus cosas y marcharse al palacio con sus hijos, el rey empezó a experimentar un fuerte dolor que hizo imposible que fuera capaz de controlar los gritos que salían de su garganta.Aquello sucedió de golpe. Darius pasó de ser capaz de andar por su propio pie a caer al suelo, revolviéndose por el intenso dolor que lo recorría, era como si lava ardiente le circulara por las venas, como si se estuviera quemando de adentro hacia afuera y en algún punto todo su sistema fuera a colapsar a causa de esa horrorosa sensación que solo crecía y crecía sin pararA pesas de que era un hombre entrenado y su tolerancia al dolor era muy alta, aquel era un dolor demasiado fuerte como para que un ser humano lo resistiera y quedaba claro p
Había pasado solo un día desde el envenenamiento del rey y todo parecía peor a cada segundo, Maryam no sabía si habían hecho demasiado bien al decidir quedarse ahí y no trasladarse a palacio, donde el Rey tenía a su médico, experto en crear antídotos, tal vez si hubieran llegado a tiempo y ya habían perdido un día allí, pero se arriesgaban a no recibir ningún tipo de atención médica en el camino.Pero Asad había mandado una carta tanto al médico real como a todos los pueblos de los alrededores. La carta de Asad llegó a todos los pueblos cercanos y varios galenos se acercaron al lugar donde estaba el Rey para intentar probar suerte y salvarlo, Asad, en sus cartas, prometía una recompensa cuantiosa a cualquier médico que salvar al rey.Pero la búsqueda de un antídoto parecía tarea imposible, cada nuevo médico que llegaba era una nueva esperanza, pero luego llevarse otra decepción. Ninguno tenía la solución para hacerlo, ninguno tuvo en sus manos una cura para el misterioso veneno que es
Maryam no entendía nada, si recordaba haber sido envenenada y que estuvo a los cuidados de Darius, en aquel entonces ni siquiera sabía que era el rey y solo pensaba que era un hombre importante.La chica no tardó en remangarse la camisa y mostrar su brazo, si tenía una nueva esperanza no pensaba dejarla pasar, ella haría lo que hiciera falta para ayudar a salvar al Rey, no podía dejarlo morir.— ¡Vamos! ¿A qué esperan? Sáquenme sangre y descubran si sirve realmente.Pero no recordaba nada de lo sucedido mientras estaba enferma, así que no podía afirmar ni negar nada de lo que Asad decía, aunque no dejaría pasar la última esperanza que le quedaba.— Podríamos sacarle sangre y analizarla — dijo uno de los médicos, aunque los demás no creían demasiado en brujerías, al fin y al cabo eran hombres de ciencias.— Entonces no pierdan más tiempo, no sabemos cuánto nos queda.Uno de los médicos no tardó nada en sacarle sangre a Mariam para luego llevarla bajo el microscopio e intentar aislar el
Hacía varias horas que le habían extraído más sangre y se la dieron al rey, pero él parecía no ser capaz de despertar todavía, según dijo uno de los médicos, su cuerpo había entrado en una especie de coma, parecía dormido, pero no lo estaba, era algo más cercano a la inconsciencia, ya que era imposible despertarlo de su sueño.Los médicos que lo estaban tratando, barajaban varias opciones; La primera era que su cuerpo necesitara toda la energía para curarse y por eso mantuviera su cuerpo bajo mínimo rendimiento, la segunda tenía más que ver con que el dolor experimentado hubiera sido tan intenso que de algún modo su metabolismo entrara en shock y colapsara dejándolo en esa situación o que simplemente no hubiera reaccionado bien al antídoto.Era curioso porque los médicos analizaban pequeñas muestras de sangre del rey cada cierto tiempo y estaba cada vez más roja, como si realmente se estuviera limpiando de todo ese veneno, esa era la razón por la que Asad estaba esperanzado, solo hací
Se podía notar en ese bello rostro que la chica había llorado mucho, tenía los ojos hinchados y rojos y a él eso no le gustó, por nada del mundo quería que esa mujer pudiera seguir llorando. Solo quería hacerla feliz el resto de vida que le quedaba a su lado, él se encargaría de eso, de que cada uno de los días que les quedaban juntos estuvieran llenos de dicha, toda la vida, que sería bastante larga, ya que ambos habían tomado el elixir que alargaba la vida.— No me dejes nunca — pedía ella sabiendo que la pérdida de él sería algo que le costaría mucho superar, estaba terriblemente enamorada de ese hombre, de un modo que se volvía doloroso si él sufría y la llenaba de felicidad si él estaba bien.— Estuviste presente en mis sueños todo el tiempo — confesó el rey — tú me mantuviste con vida, tú fuiste la razón por la que aguante tanto dolor durante todo este tiempo.Sus rostros se acercaban inevitablemente el uno al otro en busca de consuelo, en busca de ese anhelo que parecían necesi
— Les dije que estoy bien — aseguraba el rey al equipo de médicos que sorprendidos por su rápida recuperación, pretendían mantenerlo un tiempo más en observación.Por un lado, por precaución por si tenia algún tipo de recaída y por el otro por puro interés científico, querían analizar a través de su sangre y la de Maryam el mágico elixir que alargaba la vida.— No van a encontrar una explicación científica — Aseguró el rey entendiendo que era lo que sucedía — Porque es simplemente magia.Los médicos parecían no estar dispuestos a aceptar aquello, pero a él poco le importaba, él quería marcharse de allí e ir a asegurarse que sus hijos estaban con su madre, bien y a salvo en palacio.— Pero señor, no puede marcharse todavía.— Soy el rey y puedo hacer lo que yo quiera.Maryam esperaba fuera acompañada de Asad escuchando como el rey elevaba su voz para hacer constar su decisión y a penas unos segundos después la puerta se abrió y sin decir nada solo la observó, le dedicó una mirada cómpl