Lothaire estaba pensando en que debía fabricar el veneno para matar a su hermano, él era especialista en esa clase de cosas, debía hacer algo indetectable y muy eficiente, que no le diera tiempo a curarse y a la vez desapareciera de su organismo en cuestión de horas.

Obviamente, él no iba a dejar que nadie encontrara el cuerpo, porque pensaba sustituirlo y eso sería horrible para él en el caso de que pudieran encontrarlo nadie podría averiguar de lo que habría muerto.

Solo debía salir de esa casa y marcharse a su casita en las afueras, esa donde podría fabricar el veneno sin ningún problema.

— Debo marcharme — dijo sabiendo que necesitaba pasar a por unas cuantas cosas antes de llegar a esa casa y no podía perder más tiempo.

— Pero papi dijiste que hoy jugarías con nosotros en la playa — dijo uno de los niños.

— Si lo sé, pero tengo obligaciones que atender antes de que podamos marcharnos a nuestro verdadero hogar.— Aseguró Lothaire.

— Pero tú lo prometiste — dijo otro de los niños.

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