El rey se agachó y reviso al muchacho que realmente estuviera bien, era su hijo, suyo, así que solo le quedaba ir a rescatar a sus otros tres hijos y luego asegurarse de que jamás les volvería a pasar nada malo, pero primero debía aclarar la situación con su madre, así que se levantó y la encaró de nuevo.— Lo hiciste, olvidaste a los niños y no solo eso, jamás me contaste nada de ellos, los escondiste de mí todos los años que estuviste viviendo en palacio.Darius sabía que estaba siendo injusto al echarle en cara aquello, sabía que él abusó de ella y posiblemente por ello mantuvo a los niños alejados de él, y aunque su parte racional le decía que no debía guardarle rencor en ese momento en el que estaba alterado no podía evitar que esas cosas que le dolían salieran.— Yo nunca viví en palacio, ni siquiera supe que eras el rey hasta que me lo dijiste el otro día y te disculpaste por….— Maryam bajó la mirada observando a su hijo y viendo como este estaba muy atento a lo que decía.El r
— ¿Quién eres?— pidió Ana al ver como aquella mujer que se parecía tanto a su hija mantenía a los pequeños atados y amordazados.Ella no estaba en una situación mejor, aquella mujer que se parecía tanto a su hija la tenía atada, pero ella no le puso una mordaza.— ¿De verdad todavía no descubres quien soy, madre?— Deja de mentir, tú no eres Maryam, no me llames madre, ella jamás trataría así a sus hijos.— Es verdad, no soy Maryam, pero si soy tu hija.La mujer negó, estaba segura de que por mucho que esa mujer se pareciera a su hija, ella no había tenido más que dos, y las dos eran muy distintas entre ellas.— Yo solo tengo dos hijas y tú no puedes ser…— ¿Sahira, eso ibas a decir, verdad?Si Ana no hubiera tenido las manos atadas se las estaría llevando a la boca en ese precisó instante, ¿Era posible que eso fuera cierto?Ana no podía creerlo, su hija, su amada Sahira se encontraba ahí frente a ella, las lágrimas de la mujer se hicieron presente, porque sin importar nada ella siemp
— Voy por ella — dijo Asad al ver que los niños ya estaban a salvo mientras Darius los desataba e intentaba calmar su llanto, le gustaría ayudarlo, pero debía asegurarse de que aquella mujer que se parecía a Maryam no la atacara de nuevo.— Pero…— El rey quiso protestar. Por un instante los celos hicieron que quisiera ser él mismo quien salvara a la chica, pero los llantos de sus hijos le hicieron ver qué tenía algo más importante que hacer ahí fuera. — Ve, no pierdas más tiempo, le dijo al fin.— Tranquilos, el tío Asad va a ir a buscar a su madre y yo no pienso permitir que nada malo les suceda — explicó Darius a los niños intentando calmar sus llantos.Nunca creyó que ver a alguien llorar, le doliera tanto como le dolía el llanto de sus hijos en ese instante, lo único que deseaba era hacer que esos ojitos nunca más se llenaran de lágrimas.Mientras el rey se dedicaba a desatar y abrazar a los pequeños para intentar calmarlos, no se percató de que alguien se acercaba peligrosamente
—Por fin se durmieron — Dijo Maryam entrando en la habitación del rey.Tras lo ocurrido, el rey se llevó a la chica y a los niños al hostal, aunque ella insistía en llevarlos a todos a su casa, aquella era la mejor opción, el hostal estaba rodeado y lleno de vigilancia por las tropas que Darius había mandado traer el día que encontró a Alí asesinado.Ella se había quedado calmando a sus hijos y durmiéndolos y él le pidió que cuando se quedaran dormidos pasara por su cuarto para que hablaran de todo lo que les hacía falta aclarar.— Maryam siéntate — pidió él invitándola a sentarse en uno de los sillones de la salita que había en un lado de la habitación.— Creo que fue un día muy duro, perdí a mi madre y mis hijos vieron como asesinaron a su abuela frente a sus ojos, necesito marcharme a descansar.Aseguró ella haciendo caso omiso a su ofrecimiento.— Necesito que te sientes, precisamente por eso no pudo dejar pasar ni un momento más para decirte todo lo que pienso y … Lo que siento p
Sus manos se movían impacientes y torpes, explorando el cuerpo de Darius, del hombre a quien se entregaría, deseando sentirlo dentro.— Bésame…Le pidió al sentir el roce de sus sexos, sus besos eran lo único que hacía que los nervios de la joven desaparecieran, lo único que parecía calmarla y hacerla olvidar cualquier miedo o duda que tuviera entregándose a lo que sentía. Alzó las caderas por un momento, haciendo posible que la dureza que parecía impaciente por penetrarla encontrara el camino correcto a su centro.— He deseado tanto tenerte así.—Aseguró Darius besándola con ternura mientras seguía frotándose contra ella, profundizando el beso en cada roce de lengua, en cada succión de labios, al ritmo de sus caderas, ansiando encontrar el lugar exacto en el que hundirse aprovechando el momento en el que ella se movió facilitando sus deseos y embistió lentamente, sintiendo como estaba tan nervioso como ella.Estaba demasiado impaciente como para poder contenerse, aún recordaba como la
A pesar de la noche tan perfecta que Maryam pasó junto a Darius, por la mañana tocaba enfrentarse de nuevo a la realidad y la realidad era que había perdido a su madre y debía darle una digna sepultura y consolar a sus hijos.Se levantó sin hacer ruido con la intención de correr a la habitación de los niños, pero fue interceptada por unos enormes brazos que la agarraron de la cintura y la devolvieron a la cama antes de que fuera capaz de salir de ella.— ¿Pretendías marcharte sin avisar?— preguntó el rey acorralándola entre su cuerpo y el colchón, algo inseguro por su comportamiento.Era cierto que la noche anterior se habían confesado sus sentimientos y se entregaron el uno al otro, pero el historial de huidas de Maryam tenían al rey algo temeroso por qué se hubiera arrepentido y lo sucedido solo fuera resultado del momento, ya que realmente ella podía estar confundida por la muerte de su madre.Maryam no podía estar más que feliz por lo que ocurría entre ella y el rey. Aunque en el
— ¿Qué vas a hacer conmigo? — preguntó Maryam una vez llegaron a la cabaña donde Lothaire la mantendría cautiva hasta conseguir lo que quería.— Nada grave, no me interesas tú, ni tus hijos, yo solo quiero el trono. Si él me da lo que quiero, yo le daré lo que él quiere, es decir, a ti.En ese instante, Maryam parecía congelada de un modo que no había visto a nadie más hacerlo jamás.El gemelo del rey estaba esperando su reacción cuando se dio cuenta de que ni siquiera respiraba, era como si el tiempo se hubiera detenido para ella y eso solo podía significar una cosa. Alguien realmente lo había hecho y por supuesto Lothaire sabía quién era ese alguien.— ¿Dónde estás, muéstrate?— Dijo él girando sobre sí mismo para ver toda la cabaña y lograr encontrar el lugar donde el demonio se escondía.No lo encontró en ninguna esquina, ni siquiera apoyado en una pared con actitud altiva como ya estaba acostumbrado. En el momento menos pensado, el demonio apareció justo frente a él, con el rostro
— Vamos Maryam tu querido rey, que pronto va a ser destronado para salvarte, espera por ti, no deberíamos llegar tarde, podría impacientarse.Lothaire estaba completamente seguro de que su hermano no dudaría ni por un momento en entregarle el reino a cambio de esa mujer, él era débil y el reino no se merecía a un dirigente débil, le estaba seguro de que deshacía un favor a todos sustituyendo a un monarca como Darius.— Eres despreciable, ni siquiera tienes lealtad con tus cómplices— Maryam acababa de descubrir que su hermana había sido asesinada en las manos de aquel hombre, era cierto que ella había querido asesinarla y se llevó la vida de su madre por delante, pero en su corazón quería pensar que él había tenido la culpa de todo, él la había persuadido para qué se comportara así.— Eres tan patética, tu hermana te odiaba por el simple hecho de ser más hermosa que ella, al menos mi ambición es justificada, aspiro a reinar en un país que me pertenece por derecho de nacimiento — dijo é