—¿Qué pretendes decirme, Aarón? —Pregunto, y él sonríe, porque sabe que está logrando su cometido. No sé si soy fácil de convencer, o es que soy fácil solo con él. Creo que es la segunda opción. —Vivamos la vida como si fuese el último día. —Propone. —Solo recuerda que tenemos al notario primero, y luego al cura. Es mucho papeleo para una noche y lleva su tiempo. —En cuanto salí del hospital llamé a Jezabel. Ella ya se hizo cargo de todo. Todos vienen para acá, ella llega en… —él mira el reloj de pared y luego a mí —, media hora, y traerá un vestido para ti más acorde con la situación y mis amigos tan solo me traerán una corbata. Nada de trajes, esto será más sencillo, pequeño y bonito. —Sí que estás loco. ¿En qué momento hablaste con ella? —Cuando fuiste con el médico a que te explicara cómo debía tomar mis medicamentos y qué cosas debías hacer si llegaba a sentirme mal. —Ah. El descarado pensó en todo. —Entonces… ¿Vas a casarte y a vivir conmigo por el resto de nuestras vidas
Un año después. 03 de febrero de 2022. Narrador Omnisciente. —¿Quién en su sano juicio se compromete con una persona al mes de conocerla? —Exclamó una señora mayor, horrorizada, teniendo la atención de prácticamente todo el restaurante de Richard —. Gracias a dios no se casaron a los pocos días. Eso era lo único que faltaba. Van a esperar un año, como es debido. Por lo menos tengo tiempo para separar a mi hijo de esa víbora que quiere robarlo de mis manos. Aarón no pudo dejar de sonreír ante lo que escuchaban sus oídos y Stella casi se ahogó con el vaso de agua que llevó a sus labios. El chico de brillantes ojos azules llevó su mano hacia la espalda de su esposa y dio palmaditas en ella, ayudándola a recomponerse. Una vez que ella estuvo bien, volteo a mirar a las señoras que no dejaban de cuchichear y hablar mal de sus nueras. —¡Dios mío! Angélica es un amor a comparación de esas dos… señoras —terminó por decir, pero la verdad es que estuvo a punto de llamarlas ‘’arpías’’, a lo Á
10 de febrero de 2022. Farah Brownbear. —Son diez dólares —me dice el vendedor y yo tomo la pequeña caja de caramelos para llevárselos a mi madre de regreso, junto con los cigarrillos que me ha pedido. Ella es un desastre de persona, pero no deja de ser mi madre, y aunque no esté de acuerdo con su manera de dañar su hígado, esa sigue siendo su vida, y es muy consciente de lo que hace. Además, a pesar de todo me ha ayudado todos estos años como ninguna otra persona lo ha hecho. Mientras busco el monedero para pagar, puedo escuchar de fondo el ruido del televisor postrado sobre la pared. Allí también están conversando del gran suceso que ocurrió ayer. El compromiso del año. Suspiro profundamente y le sonrío al vendedor mientras le entrego el dinero. Desde que estoy en Los Ángeles de manera definitiva, las sonrisas me salen prácticamente solas. No había querido centrarme en mi o mi manera de actuar, pero ahora que lo hago, puedo notar que es algo ridículo. Yo no me comporto así. Fa
Antes que nada, quiero dar las gracias a las personas que llegaron hasta aquí conmigo. Creo que, podría decirse que les ha gustado leer esta historia, tanto como a mí me ha gustado escribirla de principio a fin. No supero ese segundo epílogo. No tienen idea de las ganas que tenía de subirlo ya y leer sus impresiones, porque, realmente espero, que puedan opinar sobre este libro y decirme qué les ha parecido. Es súper importante para mí tener el apoyo de cada uno de ustedes. Como ya sabrán, o les habré dicho: Los Millonarios no se Enamoran es el primer libro de lo que será una trilogía. También lo estuve subiendo a otra plataforma, pero allí no tienen los extras, algunos contenidos y escenas demás que agregué aquí, y mucho menos tendrá el segundo epilogo. Todo eso es exclusivo de Buenovela. Quiero dejar esto muy en claro para que no crean que están pagando un libro en vano o que pueden conseguir gratis en otro lugar, porque no es así. Los próximos dos libros de esta trilogía si serán
Cansado de comprometerse y al final no llegar a algún punto en concreto con sus futuras prometidas, Aarón Abernathy decide tomarse un tiempo para luego seguir con la búsqueda de quien sería la mujer con la que compartiría el resto de su vida, esa que haría que sus padres finalmente le den el control total de todas sus empresas.Aarón no entiende el motivo por el que sus relaciones no funcionan, es decir, es todo lo que una chica desea: un hombre alto, guapo, millonario y que está dispuesto a demostrar amor, o a intentar amar a la persona con la que decida compartir su vida, pero, lamentablemente, las chicas con las que lo ha querido todo, tan solo querían sexo, dinero o un poco de fama y luego lo desechaban como cualquier trapo de coleto sucio, por lo que él toma una decisión: no más enamoramiento hasta dentro de mucho tiempo.Sus padres fueron muy claros, para darles las empresas hay reglas, pautas que se deben cumplir. No importa el estatus social de la chica, siempre y cuando ambos
Marzo de 2018Aarón Abernathy—Deberíamos crear una empresa que se llame triple A, pero que sean tres A.—¿Algo como A.A.A? —pregunta Archer, mientras Ángel solo nos ve con su cara de culo y una cerveza en la mano que se empina a los labios. Nosotros realizamos su misma acción.—Así, exactamente así —afirmo y chocamos nuestras cervezas.—También deberíamos casarnos, un matrimonio de tres chicos gays —les propongo —, tendríamos una empresa de los tres, seríamos de nosotros mismos, como ha sido siempre y... ¡Estaríamos juntos los tres! —Archer aplaude eufórico y yo sonrío, pero Ángel se irrita.—Ya deja de repetir el número tres, dolido de mierda —me dice y ruedo mis ojos, pues él siempre ha sido así, ese ya no cambia ni porque encuentre el amor, algo que será difícil porque de los tres, ese es el que menos cree en el romance o cualquier cosa que tenga que ver con dicha palabra.—Concuerdo con Aarón, que seamos siempre los tres —Archer y yo volvemos a chocar nuestras botellas y la suya
04 de enero de 2021 Stella Gilabert —Tengo miedo del paso que daré —es lo primero que digo al levantarme. Hace unos tres años me gradué de periodista y desde ese tiempo para acá he realizado pequeñísimos trabajos que han sido considerados -por mí misma- como si fueran más unas prácticas que otra cosa. Hice una maestría, estuve en talleres de todo tipo, porque siempre he sido de esas personas que saben lo que quieren estudiar, pero a la hora de elegir en qué especializarse o qué posgrado hacer se queda paralizada sin saberlo. Al principio, estaba confundida, no podía decidirme si ir por el área deportiva, por farándula, economía, política, naturaleza, etc., etc., etc. Justo en ese momento cumplía los veintiún años y fue cuando todo se complicó. Mis padres me dejaron muy en claro que era momento de irme al carajo. Sí, me echaron de casa y me dijeron que me valiera por mí misma, desde ese momento vivo en un edificio deplorable, pero, teniendo en cuenta toda la m****a que he vivido,
—En mi revista trabajan personas que transmiten elegancia, seguridad…, que son presentables e imponentes ¿Qué te hace pensar que voy a darle un puesto como este a alguien tan débil, nada precisa, una persona que titubea mucho para llegar al punto de las cosas y que encima parece una niña mal vestida de dieciséis y no de veinticuatro años? ¿Cómo es que eres periodista?—Es que las personas a las que había entrevistado anteriormente no eran tan…, intimidantes —digo con miedo a que se molestara u ofendiera. Ella tan solo enarca una ceja, incitándome a seguir hablando —. Además de que, ahora es que estoy buscando un verdadero primer trabajo, porque desde que me gradué he realizado pequeñas cosas y sí, el salir al mundo y por fin valerme de mi carrera me asusta, pero estoy dispuesta a poner todo mi empeño y a…—¿Qué hay de tu imagen? —me corta.—Prometo estar más presentable. Mi situación económica no me da para comprarme una buena ropa por lo que aún uso muchas de las que tenía hace años