Jezabel encuentra el número de Aarón y quedan en verse. 19 de enero de 2021 Narrador Omnisciente. —Adelantaré el pago de fin de mes, ya mismo se los estoy depositando —Jezabel cruzó sus piernas delante de ella y enderezó su espalda mientras trabajaba en su computadora. Dejó de lado unos archivos que le había enviado su padre para que los revisara y archivara con algunas propuestas y proyectos, y se enfoca en lo que, para ella, es más importante —. Ah, y quiero avisar también que iré y me quedaré para el próximo fin de semana, el veintinueve, treinta y treinta y uno, respectivamente. —¿Estás segura, señorita Relish? La última vez… —La última vez no pude ir por cuestiones familiares, pero nada es más importante que esto ¿Vale? —Escuchó un suspiro en el otro lado de la linea y decidió ignorarla. Al fin y al cabo, ignorar a las personas y salirse con la suya era algo que esa jovencita de veintiún años sabía hacer a la perfección —. Iré y me quedaré todo ese fin de semana por lo que vo
23 de enero de 2021Aarón Abernathy—Entonces, nos vemos en Londres el fin de semana que viene. —Le confirmo a un amigo de la infancia con el que no fui tan unido como sí lo he sido desde siempre con Archer y Ángel, pero amigo, al fin y al cabo. Está abriendo su propia cadena de restaurantes y me está invitando a su apertura oficial para el domingo treinta y uno.—Muchas gracias por hacerme espacio, señor importante —niego y una pequeña risita se desplaza por mis labios. A lo mejor soy muy cotizado entre artistas, pero no tengo el ego por las nubes debido a ello, es algo que ni me va, ni me viene, y no podría decir lo mismo de Ángel. Él definitivamente robó el ego de Archer y mío y lo manifiesta por ambos. Lo que sí me hace ofender es lo de ‘’señor’’, ¡solo tengo veinticinco años! Estoy a mitad de toda la mierda apenas, me siento como un bebé.—Me sigues tratando de señor y no apareceré en la inauguración de tu cadena de restaurantes.—Esa es una amenaza cruel.—Es una amenaza justa.
—Está bien, pero en serio estoy apresurado. Vamos a un evento y ya estamos llegando tarde.Tan solo habían pasado media hora, pero no quería que Stella pensara que no iba a ir. El saber que veré su sonrisa una vez más me tiene con ganas de dejar a Elizabeth con la palabra en la boca, subirme a mi auto y manejar más rápido que Dominic Toretto para llegar rápidamente al lugar.—Justo por eso te estaba llamando. Discutí con mis padres, ellos me han echado de casa y no tengo donde ir…—Ten. —Saco las llaves de mi departamento y las dejo en la palma de su mano —Quédate en la habitación de huéspedes hoy. —Hago énfasis en hoy.—En realidad no quiero estar sola… yo… ¿puedo ir con ustedes? Prometo comportarme.—No creo que sea buena idea…—¿Por qué? —Ella hace unos pucheros, que más que adorables, me parecen ridículos, pero es algo que no le diré para no herir sus sentimientos. Es mi amiga y la quiero, lastimarla no está entre mis planes. No sé qué excusa decirle.—Para entrar a este evento ne
—Vamos —Jezabel comienza a empujarme y rio discretamente al notar que se encuentra enfadada. Ni siquiera conoce a Elizabeth y ya la odia.Y Stella… Según la conversación, estaba celosa de mi amiga.¿Esa sensación en mi pecho es de emoción? ¿Acaso aún hay esperanzas? Quiero creer que sí y tener fe.Una vez estamos afuera, Archer baja con dos bolsas de regalo en sus manos y mi amiga le sigue más atrás. Ella y Jezabel se miran como si estuviesen conociendo a su némesis y yo aclaro mi garganta con un leve carraspeo. Me detengo al lado de Elizabeth y señalo a la mejor amiga de Stella, presentándola.—Ella es Jezabel Relish, la mejor amiga de Stella, quien te comenté que estaba cumpliendo años —Le digo a Elizabeth y ella estira su mano a modo de saludo. Jezabel mira su mano por unos segundos antes de levantar su mirada hacia la de Elizabeth. Juraría que podría ver a través de cualquier persona a la que mire así —. Y Eli, ella es…—Jezabel Adhara Relish Abadi. —Ella toma la mano de Elizabeth
Aarón AbernathyLuego de que Stella saliera huyendo, y que me quedara en la cocina con Elizabeth discutiendo por un largo rato —donde terminamos un poco molestos con el otro—, me vine a disfrutar de la fiesta al enorme patio.Los compañeros de trabajo de Stella eran muy ocurrentes. Se encontraban en medio de la enorme pista improvisada, esta tenía un piso de madera amplio que al acabar estaba rodeado pasto. Como ya era de noche, las lámparas alumbraban todo el lugar, y lo más llamativo de todo era esa fuente al final del patio, donde muchos iban a tomarse fotos y postearlas en sus redes sociales.Cualquiera podría encontrarnos si quisieran, más que nada porque muchos me habían reconocido, pues he venido al cumpleaños de la mujer que me ha entrevistado y que ha hecho que, si antes no era tan polémico, nombrado y señalado, ahora lo fuese, pero no lo digo a modo de queja. Yo mismo decidí exponerme al contar cosas que eran personales. Si bien es cierto que era una entrevista en la que deb
—¿Te encuentras bien? —llego hasta ellas y se separan rápidamente. No despego mi mirada de la chica que me interesa, aunque primero me ignora, mirando hacia otro lado, antes de respirar profundamente y voltearse hacia mí.—Solo es un pequeño problema sin importancia… —murmura.—¿Sin importancia? ¿Estás hablando en serio? Voy a ir contigo solamente para dispararle a todos en sus vacíos cerebros y poca empatía de mierda que tienen.—¡Jezabel! Este no es el momento ¿vale? —Stella mira alrededor y su amiga y yo hacemos lo mismo dándonos cuenta de que están llamando la atención.—Ya. Tienes razón, lo siento. No dejemos que esto arruine tu noche ¿de acuerdo? —Stella asiente, sin dejar de mirar a la gente. Se nota que se siente incómoda siendo el centro de atención —. ¿Puedes estar con ella un momento? —admito que me sorprendo cuando Jezabel se dirige a mí —. Debo atender a las personas y no quiero que Stella esté sola.—No tienes ni que pedirlo.—Estoy aquí ¿saben? No soy una niña, puedo cu
Guardo el celular en cuanto veo a Farah salir con una cartera en sus manos que antes no había visto que tenía. Abro la puerta para ella, pero se detiene antes de entrar al auto y me mira fijamente. Está dudando si decirme algo o no, pero esta mujer no es de las que se quedan con las palabras en la boca. —¿En serio vas a ayudarme? —Ya estoy movilizando todo para el permiso de salida del Jet. Cuando lleguemos al aeropuerto van a necesitar tus documentos ¿Quieres que pasemos por tu casa o algún lugar buscándolos? —Siempre tengo todos mis documentos en mi cartera por si ocurre una emergencia como la de ahora. —Perfecto, entonces vamos al aeropuerto. —Abro más la puerta del auto, y si antes me había sorprendido cuando Stella me abrazó, definitivamente el que lo hiciera Farah lo superó todo. —De todo el mundo jamás pensé que serías tú quien me ayudaría. —Siempre debemos esperar lo inesperado. Anda, sube. —Si le cuentas a alguien que te he abrazado, olvidaré esto que estás haciendo por
Stella, Jezabel y Farah escuchan a escondidas a Elizabeth y Aarón. —Quiero besarte —dijo Stella en un susurro, sin poder o querer medir sus palabras. Comenzaba a sentirse cansada de tener que estar alejando a Aarón, de estarlo rechazando, sobre todo cuando, en realidad, no quería hacerlo. —Hazlo, bésame. Ni siquiera tienes que pedir permiso, puedes hacer lo que quieras conmigo, corazón… Sabes mi posición, sabes lo que yo quiero y deseo, y que si no he avanzado es para respetar los tuyos. —Yo… Ella acercó su rostro aún más a el de él, sin dejar de mirar sus labios. Ese hombre era como una melodía que, aunque evitabas seguir escuchando, sonaba en todas partes, haciéndote inevitable no escucharla, tararearla y aprendértela; de esas canciones que al final te terminan gustando mucho más de lo que podías llegar a imaginar. Sabía que podía llegar a arrepentirse de sus actos, pero su cuerpo tenía vida propia, y así como no pudo controlarse para lanzarse sobre él, mucho menos pudo hacerlo