Capítulo 27.La heredera universal Para Thalia volver a la casa de su familia era un duro golpe en el estómago. Los niños iban de la mano de sus padres, estaban más tranquilos que de costumbre y todos pensaban que podía ser la expectación de los nuevos familiares pero en el caso de su madre, en ese... todo era mucho más complicado.Praxis llevaba una sonrisa triunfante que su mujer le habría roto de un puñetazo si pudiera, pero como podía pagar esos precios...decidió dejar que la vida siguiera su curso y que fuera lo que tuviera que ser.—Señorita Thalia —el mayordomo la saludó con notable asombro.—Señora Stratos —corrigió su marido detrás suyo.Los ojos del hombre se salían de sus órbitas al notar la fila de personas que venían detrás de Thalia. Sobre todo, los más pequeñitos. —Hola, Conrad. ¿Está mi padre en casa?Llevaba cinco años sin verlos. Incluso para el mayordomo era una sorpresa. Se veía más que de una evidente forma que su padre no estaría menos impactado.—Ay, mi niña...
Capítulo 28. Tu muñeca de plástico Para Praxis en este caso como para Thalia, aquella salida intempestiva de la casa de los West era todo un triunfo. Los dos a su manera se sentían desagraviados un poco al menos.Solo de ver la cara del patriarca al verlos juntos y saber lo que sabían, era un galardón para ellos.—¿Lo tenías planeado antes o después de encontrarme en Bibury? —cuestionó ella mientras bajaban a sus hijos del coche. Habían llegado a la casa otra vez.—Creo que ya te respondí a eso, déjalo estar si no te importa —propuso Praxis alzando en brazos a su pequeña Olivia. —Es que no te creo.—Pues peor para ti… vamos niños.El griego tomó a sus hijos de las pequeñas manitas y los guió dentro de la propiedad con gesto triunfante. Él sabía perfectamente lo que había estado preparado ahí durante su corta ausencia y sabía de antemano que los niños estarían felices de verlo. Prefirió tomar la delantera y entrar en sus jardines traseros con los pequeños para que pudieran ver el cas
Capítulo 29. Debilucha y crédula ya no más El silencio envolvía la oficina de reuniones de Praxis y su mujer tenía el desayuno atascado en la garganta mientras esperaba que su padre accediera a semejante humillación. Para Thalia eso no era una certeza todavía, se preguntaba si pudiera ser que accediera porque él solía ser de los que ganaban, y en esto claramente estaba perdiendo.En medio de la espera se dió cuenta de que se merecía todo aquello y más. Había sido un miserable con ella durante demasiado tiempo y "misógino" era el término más leve que podía colocarle a su padre. Sin embargo, de pronto le vinieron otras cosas a la mente mientras aquella espera la atormentaba y entonces se preguntó si Praxis hacía aquello por su propia venganza o por la de ella... una pregunta sin respuesta más en la vida de los Stratos. Aunque, si Thalia era del todo honesta consigo misma no podía permitirse creer que semejante hombre rencoroso con el que estaba casada, haría algo tan grande en honor
Capítulo 30. La verdad sobre Praxis Thalia se había roto en diminutos pedazos y todo esos trozos estaban sobre su marido, en ese abrazo que se daban, en esas manos tomadas y en esos besos a su pelo mientras seguía ella sollozando en él. Sin embargo pronto todo cambió y fue tan rápido como vino ese afecto… que como se fue.—¿Qué me importa a mí que estés aquí? —le reclamó ella de repente y se apartó recordando las últimas palabras que él había mencionado—. Si yo estoy aquí también es tu culpa. Me humillaste en su día y cuando quisiste fuiste a por mi, me perseguirte hasta tenerme donde quieres y al final solo consigues que más y más dolor abracen mis días. No vayas de ángel de la guarda cuando eres un maldit0 ángel caído que vino a joderme la vida desde sus oscuras tinieblas.—Muy perturbadora tu metáfora. Praxis solo la dejó por incorregible y se apartó de su postura en la mesa para recoger los papeles en pedazos esparcidos por todos lados. Esa era una tarea que cualquiera podía ha
Capítulo treinta y uno. Ladrón de niños Thalia se obligó a salir del shock momentáneo. Sin embargo no dejaba de preguntarse internamente si su marido la habría escuchado.—¿También pretendes oír todas mis conversaciones? —le reclamó indignada cuando logró reponerse y volver a sus cinco sentidos—. ¿Qué? ¿Ahora me has intervenido el teléfono y grabas mis llamadas, o hay algo más que deba saber?Esa fue la mejor manera que encontró Thalia de tomar algo de tiempo y de a su vez, esperar a ver qué tanto él había escuchado.—Déjate de paranoias que es solo una pregunta, pero ni respondas si me da igual.Ella respiró profundo mientras él se arrancaba la ropa metiéndose a bañar. Los niños aún dormían su siesta y el momento a Thalia le pareció ideal para tratar de encontrar alguna información a su favor por lo que lo siguió al bao y viendo sin pudor como se desvestía le preguntó:—¿Estuviste mucho tiempo con Marcia?A Praxis le extrañó más la pregunta que verla entrar al baño mientras él se de
Capítulo treinta y dos. Un niño más en la casa —¡Aquí tiene, señora!Thalia estiró las manos hacia al vendedor y tomó el cuadro. Salió de la tienda con él entre sus brazos y miró, recostada en su coche y con detenimiento la foto que me había hecho a su marido y sus hijos la noche anterior.Se replanteaba muchísimas cosas mientras observaba la pureza en la mirada de padre e hijos, y de cierta forma le había hecho sentir tan mal todo, que estuvo a punto de no acudir a la cita con la ex de Praxis.Pero entonces recordó las palabras "venganza" y "en tu contra", que había asegurado Marcia que él tenía hacia ella cosas planeadas y no pudo sino guardar la foto en su bolso y dirigirse al sitio donde se había citado con la chica.—Pensé que no vendrías —le señaló la rubia una silla frente a la suya.—He valorado esa posibilidad. Thalia sintió el tengo escrutinio al que la chica la sometió, entendía que quisiera ver por completo a la mujer de su ex pero tampoco es que fuera del todo necesario
Capítulo treinta y tres: Una familia hecha pedazos Praxis se quedó mirando a su mujer completamente abstraído en la belleza de ella. Ya no eran los que tiempo atrás se habían tomado salvajemente y a su paso también creado a dos pequeños traviesos sin saberlo. En ese entonces querían que estallara el mundo entero. Sin embargo ahora, ahora estaban tratando de una forma muy bizarra pero real al fin y al cabo, de formar una familia para los pequeños. Esas rencillas entre los integrantes e la familia no eran buenas para nada. No obstante, Praxis podía reconocerse a él mismo, en la soledad de su mente que estaba midiendo la situación con distintas varas de medir porque al igual que quería que su hermano fuera parte de la vida de sus hijos, hacía y haría hasta lo imposible por apartar a su suegro de esa misma situación. Para su mujer era un tanto difícil y desproporcionada la balanza, por mucho que su familia no fuera la más adecuada, al final… eran su familia y por extensión de la de sus
Capítulo treinta y cuatro: Una familia de verdad Thalia sabía que no debía, que entregarse a Praxis era un completo error que la hacía retroceder varios pasos hacia atrás y que además, rompía todos sus planes de separarse de él. Sin embargo ahí estaba otra vez…Praxis estaba de nuevo dentro de ella. Por fin. Y, en esa ocasión, no había ninguna barrera entre los dos.Solo sentía la realidad de Praxis, duro y grueso, llenándola tanto que era casi excesivo. Thalia siguió moviéndose para que la sensación aumentara.Cuanto más se movía, mejor era la sensación.Praxis la miraba con una intensidad cercana al enfado. De haber estado haciendo otra cosa, Thalia se habría quedado paralizada.Pero no había ni una célula de su cuerpo dispuesta a paralizarse.Se apoyó con fuerza contra él, se inclinó hacia ese maravilloso calor y dejó que sus caderas se movieran a su antojo.Fue consciente del momento en que Praxis se hizo cargo del ritmo, moviéndola a ella. Y fue mejor.Todo lo que hacía él era m