Capítulo 30. La verdad sobre Praxis Thalia se había roto en diminutos pedazos y todo esos trozos estaban sobre su marido, en ese abrazo que se daban, en esas manos tomadas y en esos besos a su pelo mientras seguía ella sollozando en él. Sin embargo pronto todo cambió y fue tan rápido como vino ese afecto… que como se fue.—¿Qué me importa a mí que estés aquí? —le reclamó ella de repente y se apartó recordando las últimas palabras que él había mencionado—. Si yo estoy aquí también es tu culpa. Me humillaste en su día y cuando quisiste fuiste a por mi, me perseguirte hasta tenerme donde quieres y al final solo consigues que más y más dolor abracen mis días. No vayas de ángel de la guarda cuando eres un maldit0 ángel caído que vino a joderme la vida desde sus oscuras tinieblas.—Muy perturbadora tu metáfora. Praxis solo la dejó por incorregible y se apartó de su postura en la mesa para recoger los papeles en pedazos esparcidos por todos lados. Esa era una tarea que cualquiera podía ha
Capítulo treinta y uno. Ladrón de niños Thalia se obligó a salir del shock momentáneo. Sin embargo no dejaba de preguntarse internamente si su marido la habría escuchado.—¿También pretendes oír todas mis conversaciones? —le reclamó indignada cuando logró reponerse y volver a sus cinco sentidos—. ¿Qué? ¿Ahora me has intervenido el teléfono y grabas mis llamadas, o hay algo más que deba saber?Esa fue la mejor manera que encontró Thalia de tomar algo de tiempo y de a su vez, esperar a ver qué tanto él había escuchado.—Déjate de paranoias que es solo una pregunta, pero ni respondas si me da igual.Ella respiró profundo mientras él se arrancaba la ropa metiéndose a bañar. Los niños aún dormían su siesta y el momento a Thalia le pareció ideal para tratar de encontrar alguna información a su favor por lo que lo siguió al bao y viendo sin pudor como se desvestía le preguntó:—¿Estuviste mucho tiempo con Marcia?A Praxis le extrañó más la pregunta que verla entrar al baño mientras él se de
Capítulo treinta y dos. Un niño más en la casa —¡Aquí tiene, señora!Thalia estiró las manos hacia al vendedor y tomó el cuadro. Salió de la tienda con él entre sus brazos y miró, recostada en su coche y con detenimiento la foto que me había hecho a su marido y sus hijos la noche anterior.Se replanteaba muchísimas cosas mientras observaba la pureza en la mirada de padre e hijos, y de cierta forma le había hecho sentir tan mal todo, que estuvo a punto de no acudir a la cita con la ex de Praxis.Pero entonces recordó las palabras "venganza" y "en tu contra", que había asegurado Marcia que él tenía hacia ella cosas planeadas y no pudo sino guardar la foto en su bolso y dirigirse al sitio donde se había citado con la chica.—Pensé que no vendrías —le señaló la rubia una silla frente a la suya.—He valorado esa posibilidad. Thalia sintió el tengo escrutinio al que la chica la sometió, entendía que quisiera ver por completo a la mujer de su ex pero tampoco es que fuera del todo necesario
Capítulo treinta y tres: Una familia hecha pedazos Praxis se quedó mirando a su mujer completamente abstraído en la belleza de ella. Ya no eran los que tiempo atrás se habían tomado salvajemente y a su paso también creado a dos pequeños traviesos sin saberlo. En ese entonces querían que estallara el mundo entero. Sin embargo ahora, ahora estaban tratando de una forma muy bizarra pero real al fin y al cabo, de formar una familia para los pequeños. Esas rencillas entre los integrantes e la familia no eran buenas para nada. No obstante, Praxis podía reconocerse a él mismo, en la soledad de su mente que estaba midiendo la situación con distintas varas de medir porque al igual que quería que su hermano fuera parte de la vida de sus hijos, hacía y haría hasta lo imposible por apartar a su suegro de esa misma situación. Para su mujer era un tanto difícil y desproporcionada la balanza, por mucho que su familia no fuera la más adecuada, al final… eran su familia y por extensión de la de sus
Capítulo treinta y cuatro: Una familia de verdad Thalia sabía que no debía, que entregarse a Praxis era un completo error que la hacía retroceder varios pasos hacia atrás y que además, rompía todos sus planes de separarse de él. Sin embargo ahí estaba otra vez…Praxis estaba de nuevo dentro de ella. Por fin. Y, en esa ocasión, no había ninguna barrera entre los dos.Solo sentía la realidad de Praxis, duro y grueso, llenándola tanto que era casi excesivo. Thalia siguió moviéndose para que la sensación aumentara.Cuanto más se movía, mejor era la sensación.Praxis la miraba con una intensidad cercana al enfado. De haber estado haciendo otra cosa, Thalia se habría quedado paralizada.Pero no había ni una célula de su cuerpo dispuesta a paralizarse.Se apoyó con fuerza contra él, se inclinó hacia ese maravilloso calor y dejó que sus caderas se movieran a su antojo.Fue consciente del momento en que Praxis se hizo cargo del ritmo, moviéndola a ella. Y fue mejor.Todo lo que hacía él era m
Capítulo treinta y cinco: El hombre que destruyó mi vida Praxis se volvió, aunque no se acercó.Thalia reprimió un escalofrío.—¿Una familia como la tuya? —preguntó él amenazante—. Con una madre que se sobremedica para olvidar el dolor. Un padre moralmente corrupto que prostituye a su hija virgen para proteger a su hijo de las consecuencias de sus acciones. Un hombre que no conoce límites ni los respeta, que siempre hace lo que quiere. ¿Esa es la familia que quieres para mis hijos? ¡Qué atractiva perspectiva!Thalia podría enumerar miles de razones por las que no le encantaba su familia, pero no le gustó que lo hiciera él.—Las familias son complicadas. La tuya desde luego… Él se acercó con una inquietante expresión en la cara.—¿Quieres saber por qué mi familia es tan complicada?‘Ahora mismo no’.—Cuando mi madre regresó de su estancia en la clínica, intentó arreglar las cosas. Con mi hermano y conmigo fue fácil. La amábamos —la mirada de Praxis era fría—. Con mi padre no tuvo éxi
Capítulo treinta y seis: Lo planeé todo Para Thalia el mundo pareció borrarse. Thalia lo miró fijamente. Le pitaban los oídos y estaba segura de que se le había detenido el corazón. Sin duda lo había oído mal.—Tu padre —repitió Praxis—, llevó a mi madre a ese estado precario, la mató en vida. Jamás echó la vista hacia atrás. Por el contrario, el muy sádico se burla en mi cara. Revolotea a mi alrededor, como si yo no supiera lo que hizo. Cómo si yo no supiera lo que es.—Pero… pero tú…—Di por hecho que eras un cuchillo más con el que intentaba apuñalar a mi familia —explicó él—. Algunos hombres se enfrentan con extravagancia a sus sentimientos de culpa. Por supuesto que te envió a mí. No me cabe duda de que espera que la historia se repita.—Todo este tiempo, has… —susurró Thalia a punto de desvanecerse—. No solo me odias, ¿verdad, Praxis? Quieres utilizarme para hacerle daño a mi padre. No te has vengado todavía… me has convertido en tu venganza.Él le mostró los dientes, como si e
Capítulo treinta y siete: Mi cuñado y la niñera Habían pasado dos días desde que Praxis había confesado las fechorías de su padre a Thalia. Aunque, siendo honesta eran fechorías gananciales porque ambos padres habían sido iguales de crueles con la madre de él y la descendencia de ambas familias.Ella se sentía tranquila por un lado, pues su marido había confesado lo que ya sabía según esos audios que Marcia le había facilitado, sin embargo ella no creía más en lo que teníanHabía visto demasiado cerca el odio de su marido y cuñado por los West, que por mucho que le doliera, la incluía a ella y a sus hijos. No creía en ese punto en el que podrían solucionar todo. Thalia pudo comprobar que la venganza a veces te consumia tanto que es como un pantano en el que al final, no ves más que el lodo que te engulle. Su marido y ella no podrían salir de allí si él no alzaba la vista al horizonte y desgraciadamente Praxis solo sabía mirar atrás. Al pasado. Un aplastante pasado que en nada favore