Capítulo veintiuno. El sueño hecho realidad. ¡Malditą fuera! ¿Qué demonios había pasado? Diane sintió los labios hinchados además de los latidos del corazón bombeandole en la garganta. Había perdido el sentido en cuanto Tyler se lanzó a su boca como una bestia hambrienta y... —¿Alguien va a responderme? — la voz de la señora Julia la trajo de regreso a la realidad y casi se cae debido a la brusquedad del giro, pero Tyler la sostuvo. La pareja se quedó de frente a la expresión acusatoria de la anciana y mientras el chef mostró una amplia sonrisa, la joven enrojeció tanto que el rubor se extendió hasta la piel del pecho y las orejas. —El... gazpacho... — Diane no conseguía formular una oración coherente, aunque el motivo principal no era el bochorno, sino la roca rozando su trasero... Tyler estaba empalmado hasta las narices. —Ya está listo — completó Tyler tratando de esconder la diversión ligada con excitación —. Diane ha sido una excelente Sous — chef. —Sí, ya veo — la cocin
Capítulo veintidós. Fuera de mi vida La confusión se adueñó de la expresión de Diane por unos minutos mientras las preguntas se le amontonaban en la cabeza. ¿Cómo se había enterado Ernesto? Y en todo caso, ¿cuál era el interés de él?Diane pensó que había dejado las cosas claras entre ellos en el último enfrentamiento, puesto que durante semanas, su ex novio no había vuelto a molestarla. Sin embargo, aquí estaba una vez más, cruzando los límites del ámbito profesional para preguntar algo fuera de lugar.Por ese mismo motivo, decidió pararle en seco:—Me temo que ese no es asunto tuyo, Ernesto.— Sabes que no es cierto — replicó el sujeto —. Solo dime la verdad, por favor. Necesito saberlo.La joven empresaria vio la mirada suplicante de su antigua pareja y suspiró. Debía cortar aquella relación tóxica de una vez. Por más que le rechazara, él continuaba negándose a dejarla ir. Tal vez la noticia de su actual estado lograría hacerle reaccionar y por consiguiente, alejarse de ella para
Capítulo 1. El Precio de la libertadThalía no dejaba de observar la ciudad de Londres por la ventanilla del auto a medida que el mismo avanzaba. No quería hacerlo, pero no tenía otra opción. Su hermano estaba en problemas y como era habitual, su padre la había obligado a limpiar el desastre. Sin embargo, Christian West había llegado demasiado lejos. —Tienes que convencer a Praxis de que retire los cargos contra tu hermano —le había exigido su padre—, a como de lugar. Su destino estaba cada vez más cerca. El reloj seguía avanzando. El servicio de seguridad de Stratos había inspeccionado su coche y su persona, y enviado una foto suya a la planta ejecutiva donde, según le habían informado, la esperaban. Tenía diez minutos antes de ser considerada un riesgo para la seguridad.Había creído que jamás volvería a encontrarse con Praxis Stratos.Se alisó la falda lápiz y evitó asomarse al espejo del coche para comprobar su maquillaje por enésima vez. No tenía sentido. Iba a enfrentarse a é
Capítulo 2. Un millón de euros—Me tendrás a mí, Praxis —contestó Thalia.Praxis vio latir el pulso en el cuello de Thalia. Si no supiera la verdad, pensaría que estaba desesperada. Pero todo eso, como tres años atrás, no era más que un engaño.—Creo que subestimas tus encantos —observó él con crueldad—. ¿De verdad crees valer más de un millón de euros?—Por supuesto —ella palideció aunque se mantuvo firme.—No pretendo insultarte —mintió Praxis—, pero jamás pagaría por algo que podría conseguir gratis. Y en abundancia.—Y yo que pensaba que preferías mantener amantes —espetó ella—. Dudo que te salga gratis.—¿Una noche para saldar la deuda de tu hermano? Eso no me atrae —Praxis se encogió de hombros—. Pero ¿una amante? ¿Durante el tiempo que yo decida? Eso es otra cosa. Aunque más… fatigoso.Thalia apretaba los labios y empezó a cerrar los puños antes de dejar caer las manos.—Maravilloso —contestó ella con una ligereza claramente falsa, ya que ella misma era falsa, por mucho que rea
Capítulo 3. Un Esposo para Mamá Praxis repasaba los planos una vez más. Odiaba el campo y quería marcharse de Bibury cuanto antes. Sin embargo, para eso tenía que convencer a los propietarios de los terrenos que le faltaban por comprar. —Solo míralo, Owen —el griego apartó la vista del periódico cuando escuchó aquella voz infantil femenina. Entonces se encontró con dos niños frente a él, mirándolo de pies a cabeza como si lo evaluaran y al mismo tiempo cuchicheaban entre ellos—. No sonríe y viste de negro. ¿Por qué viste de negro, señor? ¿Se ha muerto su perrito también?Praxis miro hacia los lados más de una vez para comprobar que la niña le hablaba a él y no a alguien más.—¿Me hablas a mí? —le preguntó.—¿Y a quién más? —la niña bufó mientras se soplaba el flequillo que me caía en la cara—. ¿Ves a alguien más aquí? También es medio tonto, Owen. No nos sirve. Praxis frunció el ceño y no supo por qué sintió curiosidad por la pareja de pequeños. No debían de pasar los cinco años y
Capítulo 4. El Padre de los NiñosTras un leve desvanecimiento, Thalia se había medio convencido de que Praxis no era más que producto de su imaginación.Pero no.Ahí estaba, en el mismo lugar. El demonio en persona, tan incongruente en un restaurante de campo que casi se rio ante lo absurdo.Casi. Había muy poco en ese delicioso hombre que le provocara ganas de reír.Pasó una eternidad sin que apartara la mirada de él, que la correspondía con toda la fuerza de su feroz mirada.Thalia tuvo que esforzarse por rechazar las imágenes que amenazaban con invadirla. El recuerdo de lo sucedido entre ellos hacía ya demasiado tiempo como para recordar cada detalle. Sin embargo, ella no podía olvidarlo.—Thalia West, sí que eres tú —al fin habló Praxis. Su voz era como ella la recordaba. Inquietante. Peligrosa—. Explícame qué hace una heredera de Londres trabajando como camarera aquí.—Da la casualidad de que poseo un talento innato para la atención al cliente —respondió ella en su tono más aleg
Capítulo cinco. A vivir conmigo.—¿Qué? —Thalia sintió que el color abandonaba su rostro.—Una pregunta sencilla, aunque poco delicada. No utilizamos protección, Thalia. Y si esos niños tienen cinco años…Thalia sentía el pulso latir contra ella.—¿Por qué hablamos de esto? ¿Y a ti qué te importa, Praxis? De todos modos, me he mudado a otro lugar muy lejos de ti y ha pasado demasiado tiempo. No necesito nada de lo que tú puedas dar…Ella se interrumpió, horrorizada.La realidad la golpeó con fuerza. Y se sintió engullida en la ferocidad de la mirada de Praxis.Sentía como si él se hubiese lanzado contra ella. ¿Deseaba que lo hubiera hecho?¿Tanto anhelaba su contacto? Ya conocía la respuesta. La sufría cada noche por más de cinco años.—¿Se trata del nuevo intento de tu familia para chantajearme? —preguntó él con frialdad, aunque en su mirada ardía el desprecio—. Esto no terminará tal y como imaginas, Thalia. Te lo aseguro.Los peores temores de Praxis se habían hecho realidad. Y segu
Capítulo 6. A las buenas o a las malas.Praxis estaba allí, sintiéndose como un ángel vengador, mientras Thalia lo miraba boquiabierta.Como haría alguien inocente… cosa que Praxis desestimó.—No va a suceder nada de lo que acabas de decir —Thalia se cruzó de brazos.—Esto no es negociable.—¿Acaso tienes la impresión de que yo… trabajo para ti? —la carcajada de Thalia bordeaba la histeria—. El único interés que sentí jamás por ti fue como emisaria de mi familia por el bien de mi hermano. Al que, debo recordarte, aún no has llevado ante la justicia.—¿Y no era esa tu táctica?En contra de su voluntad, Praxis se acercó a ella. Al comprobar que estaba al alcance de la mano, se detuvo.Esa mujer era la única adicción que había tenido jamás, y no iba a sucumbir a ella.—No hay ninguna táctica —contestó ella furiosa—. Es mi vida. Una vida construida a mi gusto. Me da igual lo que pienses de ella y no me gusta que irrumpas aquí como si tuvieras algún derecho…—Tengo todo el derecho —insisti