—Hola, eres caperucita roja, ¿cierto? —Sí. Tú eres quien me encontraría, ¿me equivoco? —No... Eres muy linda, me gustas. —Gracias... Tú también eres lindo. —¿Quieres jugar? —Sí, pero no podemos ahora porque tenemos que estar ocultos hasta que venga mamá. ¿La tuya vendrá por ti también? —No... Mi mami se fue al cielo... —Y, ¿volverá pronto? —No... —¿Por qué? —Porque se convirtió en una estrella que brilla en el firmamento. Nunca la conocí… —Lo siento mucho...—Gracias... Pero ya no estaré solo; tú y yo estaremos juntos por siempre. Mi papá me dijo que tú y yo estamos destinados.Despierto exaltada y con sudores fríos recorriéndome la piel. Desde que llegué de casa de mi madrina, he tenido un malestar insoportable. Con un quejido, me levanto de la cama sedienta, mareada y sin fuerzas; acto seguido, me conduzco fuera de la habitación para calmar mi agonía. Por inercia, contemplo el enorme reloj que decora la sala, el cual se me hace familiar y hasta fastidioso de ver, como s
Admiro mi alrededor, encantada. Si bien este lugar parece de los años sesenta o algo así, no puedo negar que es hermoso. Las luces dan vida a la noche, los vendedores ambulantes llenan el ambiente con el aroma de deliciosa comida, asimismo, varios músicos tocan por las calles y las parejas pasean agarradas de manos. A este hermoso escenario se unen el brillo de las estrellas, que adornan el cielo negro, donde la luna luce llena en todo su esplendor.—La luna está hermosa —comento mientras la admiro maravillada.—Así es, lástima que eso... —No termina. De nuevo ese silencio incómodo que evidencia omisiones y verdades ocultas. Tal vez sea mala idea empezar a salir con este chico.—¿Siempre eres así? —inquiero molesta—. ¿Por qué hablas a medias? —Su rostro se tensa ante mi cuestionamiento.—Lamento darte esa impresión. Es sólo que me ahorro los dichos de este lugar porque no vienen al caso.—No creo que sea lo único que te ahorras. A veces siento que me ocultas cosas, lo que es ridículo
Érase una vez, una maravillosa región llamada Évrima. Allí habitaban las criaturas más hermosas y bondadosas de todo Hadima. Ellas vivían en armonía junto a sus amos: los omorfianos. Los omorfianos eran seres hermosos, bondadosos y muy sensibles. Tenían el poder de controlar la naturaleza, de acuerdo al don que se les había concedido, asimismo, su belleza les era un arma de encantamiento para usarlas a su favor.—Eso suena genial, mami. Yo quiero tener el poder de controlar el agua. ¿Puedo ser una omorfiana?—Pequeña, mejor sé una pueblerina común y corriente. Haz de cuenta que esos seres solo son una leyenda, ¿sí?—Sí... mami... Qué... hermosa... te ves...***—¡Llévame a mi casa, por favor! No me siento bien...No entiendo a este chico. Me tiene retenida en este teatro y se rehúsa en llevarme a casa. Esto me pasa por coqueta; no debí aceptar salir con Arel, su comportamiento no es normal.—Vamos. —Mira al cielo con nerviosismo. Me toma de las manos y me sube al auto—. ¿Recuerdas que
AlianaHan transcurrido más de dos meses desde que encontraron los restos de una persona cerca de mi casa, a quien aún no han identificado. Tampoco se ha dado con el culpable, por lo que todos alegan que fue la famosa bestia. Yo, en lo personal, creo que fueron los lobos. No le he dicho a nadie, ni siquiera a los agentes que me interrogaron, pero yo misma tuve uno en frente. John asegura que hay un asesino y está empecinado en encontrarlo, mas yo creo que él se ha obsesionado con esa idea.Después de ese incidente tan espeluznante, las aguas se han calmado y no hemos tenido otra sorpresa desagradable. Por mi parte, he hecho negocios con las pocas tiendas que hay en este pueblo, siendo mi ropa la sensación del momento, dado que mis diseños son modernos y muy originales. He ganado una buena cantidad de dinero con la que he ido arreglando esta casa de a poquito. Aunque estoy pensando en venderla y mudarme, pero no creo que nadie quiera comprar una casa que queda cerca del temido bosque.
Ahora mismo, no logro identificar si los fuegos artificiales retumban en el cielo o en mi estómago. De lo único que estoy consciente es de que esto me gusta demasiado.Mis manos toman su nuca con impaciencia porque necesito más de él, de su boca con sabor a helado, de su lengua al acariciar la mía, de su aliento. Necesito que nuestros latidos se unan, que nuestra respiración se mezcle y me enloquezca aún más.Todos los sonidos a nuestro alrededor son opacados por la música de nuestros labios al saborearse. Las personas dejan de existir, este lugar se torna borroso y en nuestra burbuja solo estamos él y yo, sumidos en este delicioso beso que ya me está poniendo caliente.Sus dedos rozan mi cuello en un jugueteo que me eriza los vellos, al mismo tiempo en que su lengua lame la mía. Corrientes placenteras viajan por toda mi piel, acompañadas con los escalofríos que me hacen temblar; asimismo, siento punzones leves en mi estómago, pelvis y...Si esto es tan solo con un beso, ¿cómo será c
«No quiero vivir un amor incierto, como tampoco quiero seguir arriesgando tu vida».«¿Me estás rechazando?»«Lo siento...»«Me vas a hacer más daño si me rechazas».«Lo superarás».***—¡No me jodas, Arel! —Me levanto de repente, fuera de mis cabales—. ¡Oh, no! ¡A mí no me vas a tratar como a una loca! ¡Vi a esa bestia! ¡Tú estabas allí conmigo, con un demonio!—Hubo un enfrentamiento, las personas se asustaron y tú te alteraste. Te subí a la camioneta porque entraste en estado de shock y, debido a lo nerviosa que te encontrabas, te desmayaste. Es por eso que te llevé a tu casa y te dejé allí dormida. Es lo que sucedió.—¡Maldición! Había una mujer de cabellos rosados. Ella hirió a la bestia con una espada de plata, luego se me acercó y empecé a sentirme débil. Ella me hizo algo, estoy segura.—¿Te estás escuchando? —Arel se me acerca, mas yo retrocedo.—No me trates como a una loca, Arel. En este pueblo suceden cosas extrañas. Despedazan personas cerca del bosque y dentro de este, ha
«¿Quién es el chico de ojos grises?»«No sé de quién me hablas. No conozco a ningún chico de ojos grises».«¿Me crees idiota? Lo llamas mientras duermes. Has mencionado el nombre de otro hombre cuando tienes un orgasmo conmigo. ¿Acaso me estás engañando?»«Nunca haría tal cosa. Lo he dejado todo por ti para venir a cumplir tus sueños. No me trates como a una cualquiera; tú eres el único hombre con el que he estado, León».«En cuerpo. Solo me abres las piernas, pero tu mente se va lejos y luego lo mencionas a él. ¿Cómo crees que me hace sentir eso? Dime, Aliana, ¿quién es Arel?»***No sé describir este momento cuando la tensión en esta habitación es palpable. Arel me mira a la expectativa, esperando una respuesta que no llega.¿Por qué con él es tan difícil? Con León no tuve esta indecisión, sino que a él lo complacía sin rechistar. ¿Qué tiene de especial acostarme con Arel? ¿Qué significan sus palabras?«No habrá marcha atrás», se repite en mi cabeza y me hace titubear, pero, ¿por qu
Despierto con la cabeza dándome vueltas, unas náuseas horribles y un terrible dolor de estómago. Me miro al espejo y me espanto ante mi imagen pálida y desaliñada. Los contornos de mis ojos están azules, mi piel blanca como un papel, mis labios resecos y sin color, a eso se le suma mi cabello, cuyo aspecto se me parece a un nido de pajaritos.¡Estoy horrible!Luzco como si padeciera una enfermedad terminal o algo así. Tras darme un baño y hacer que mi cabello dorado luzca decente, corro a la cocina para beber agua.Tengo mucha sed.Después de beber agua como si mi vida dependiera de ello, preparo una ensalada de frutas. No creo que mi estómago retenga un desayuno pesado.Mientras como, un torrente de gotas de dolor rueda por mis mejillas. No entiendo este sufrimiento, esta sensación de vacío y abandono. Limpio mis lágrimas y guardo la ensalada porque ya no puedo seguir comiendo.No tengo apetito.Debería ponerme a coser y adelantar los pedidos que tengo pendientes, pero me siento muy