«No quiero vivir un amor incierto, como tampoco quiero seguir arriesgando tu vida».«¿Me estás rechazando?»«Lo siento...»«Me vas a hacer más daño si me rechazas».«Lo superarás».***—¡No me jodas, Arel! —Me levanto de repente, fuera de mis cabales—. ¡Oh, no! ¡A mí no me vas a tratar como a una loca! ¡Vi a esa bestia! ¡Tú estabas allí conmigo, con un demonio!—Hubo un enfrentamiento, las personas se asustaron y tú te alteraste. Te subí a la camioneta porque entraste en estado de shock y, debido a lo nerviosa que te encontrabas, te desmayaste. Es por eso que te llevé a tu casa y te dejé allí dormida. Es lo que sucedió.—¡Maldición! Había una mujer de cabellos rosados. Ella hirió a la bestia con una espada de plata, luego se me acercó y empecé a sentirme débil. Ella me hizo algo, estoy segura.—¿Te estás escuchando? —Arel se me acerca, mas yo retrocedo.—No me trates como a una loca, Arel. En este pueblo suceden cosas extrañas. Despedazan personas cerca del bosque y dentro de este, ha
«¿Quién es el chico de ojos grises?»«No sé de quién me hablas. No conozco a ningún chico de ojos grises».«¿Me crees idiota? Lo llamas mientras duermes. Has mencionado el nombre de otro hombre cuando tienes un orgasmo conmigo. ¿Acaso me estás engañando?»«Nunca haría tal cosa. Lo he dejado todo por ti para venir a cumplir tus sueños. No me trates como a una cualquiera; tú eres el único hombre con el que he estado, León».«En cuerpo. Solo me abres las piernas, pero tu mente se va lejos y luego lo mencionas a él. ¿Cómo crees que me hace sentir eso? Dime, Aliana, ¿quién es Arel?»***No sé describir este momento cuando la tensión en esta habitación es palpable. Arel me mira a la expectativa, esperando una respuesta que no llega.¿Por qué con él es tan difícil? Con León no tuve esta indecisión, sino que a él lo complacía sin rechistar. ¿Qué tiene de especial acostarme con Arel? ¿Qué significan sus palabras?«No habrá marcha atrás», se repite en mi cabeza y me hace titubear, pero, ¿por qu
Despierto con la cabeza dándome vueltas, unas náuseas horribles y un terrible dolor de estómago. Me miro al espejo y me espanto ante mi imagen pálida y desaliñada. Los contornos de mis ojos están azules, mi piel blanca como un papel, mis labios resecos y sin color, a eso se le suma mi cabello, cuyo aspecto se me parece a un nido de pajaritos.¡Estoy horrible!Luzco como si padeciera una enfermedad terminal o algo así. Tras darme un baño y hacer que mi cabello dorado luzca decente, corro a la cocina para beber agua.Tengo mucha sed.Después de beber agua como si mi vida dependiera de ello, preparo una ensalada de frutas. No creo que mi estómago retenga un desayuno pesado.Mientras como, un torrente de gotas de dolor rueda por mis mejillas. No entiendo este sufrimiento, esta sensación de vacío y abandono. Limpio mis lágrimas y guardo la ensalada porque ya no puedo seguir comiendo.No tengo apetito.Debería ponerme a coser y adelantar los pedidos que tengo pendientes, pero me siento muy
CuentistaÉrase una vez, una gran nación llamada Hadima. Estaba dividida en ocho pueblos y varias comunidades. El pueblo principal y moderno llevaba el mismo nombre de Hadima, al igual que el imponente bosque que ocultaba a otras naciones especiales.El bosque Hadima era único por el poder que en él se escondía, debido que era un espacio infinito que ocultaba naciones jamás vistas y seres maravillosos. Las naciones más temidas eran la de los licántropos, quienes se dividían en dos especies diferentes: Los hombres lobos y los Metamorfos o cambia formas. Aunque ambas especies cambiaban su figura, los hombres lobos se convertían en una bestia con apariencia humana y animal, mientras que los Metamorfos se transformaban en un enorme lobo.Ambas especies poseían habilidades especiales, gran rapidez y una fuerza superior a los humanos, asimismo, no padecían enfermedad. No obstante, los hombres lobos tenían una debilidad que los podía llevar a la muerte: la plata. Y, aunque a los cambia form
No sabría explicar el éxtasis de este momento. Arel y yo, después de pronunciar las frases que no entiendo, pero que dentro de mí necesitaba hacer, nos miramos a los ojos con una felicidad intensa, como si hubiésemos alcanzado un gran logro.Sus labios besan los míos con delicadeza y disfrutamos de nuestro sabor sin prisa. Pronto envuelvo mis brazos alrededor de su cuello y nuestros cuerpos se rozan deseosos, pero con un poco de timidez. No soy virgen, tuve sexo con León por varios años, pero ahora mismo, me siento toda una inexperta.Arel acaricia mi espalda baja con su palma, que va bajando a mis nalgas; gruño cuando la aprieta y me estrujo con ansias contra su cuerpo.—Voy a explotar, Aliana; no obstante, debes saber que yo... —No termina la frase. Puedo percibir vergüenza en su expresión. Tomo su mano y lo encamino a la habitación; ambos temblamos por la anticipación a lo que sigue, puesto que sabemos que nuestra vida dará un giro ahora.Empiezo a desnudarlo con delicadeza y él ha
CuentistaEsta es la historia de un chico que usa sus poderes para lograr su objetivo, pero una energía más fuerte que la suya pone barrera, por lo tanto, cae desplomado en el suelo. En ese momento, una joven mujer de cabellera rosa se le acerca y lo mira con desaprobación.—¿Qué haces? —interpela ella con expresión desdeñosa.—Sabes lo que hago, así que no sé por qué preguntas. —Disculpa si te molesto. Tampoco era necesario ser tan indeseable.—Necesito concentrarme en lo que estoy haciendo y tus reclamos me distraen.—Tratas de traerla, ¿cierto? No pierdas tu tiempo, puesto que ningún omorfiano ha podido transportar a otra persona por su cuenta, por lo tanto, necesitas a un compañero.—Vete de aquí si no me ayudarás; no me hace falta tu optimismo —le responde con sarcasmo. Él suspira por la frustración al no obtener resultados, acto seguido, decide ir a descansar a su hogar para recuperar energía. «Será otro día», dice para sí mismo. Necesita automotivarse para no desistir.***Ar
AlianaÉrase una vez, en una pequeña aldea que estaba rodeada de grandes montañas; allí había una casa de madera, donde vivía una niña a quien le gustaba jugar en el bosque con los animalitos. Dado que ella siempre usaba una capa de color carmesí, todos la llamaban «Caperucita roja» ...Dejo de escribir cuando el tren avisa mi estación, la última, por cierto, entonces cierro la libreta y la guardo dentro de mi mochila junto al lápiz que estaba utilizando. Una vez estoy lista para salir, agarro el asa de mi maleta con la intención de arrastrarla hacia la salida; sin embargo, el choque brusco de parte de algún distraído me hace tambalear. —Perdón —dice la persona que me ha chocado y maltratado el hombro en el acto. Trato de no gruñir por el dolor causado por el golpe y me limito a asentir con la cabeza—. ¿Cómo te llamas? —inquiere él, como si pararnos en medio del pasillo a conversar fuera una buena idea; pero como no lo es, decido ignorarlo y salir.Una vez que el sol me acaricia la p
—Entonces conoció a mi madre —confirmo con curiosidad y ganas de saber más. Todo en torno a ella me es interesante y, saber sobre su pasado, me hace sentir que fue real. —Claro que sí, ella... —Hace una pausa al perderse en sus pensamientos—. Ella era como una tía para mí. Fue nuestra vecina por mucho tiempo; papá y Victoria se llevaban muy bien. Incluso, vivo al lado de tu casa, así que no debes preocuparte por el asesino, no dejaré que nadie te dañe.Siento el alivio recorrerme al escuchar que vive cerca, pese a que la expresión en su mirada me causa escalofríos. Yo ya estaba pensando en utilizar mis últimos centavos en un motel de mala muerte, para pasar la noche hoy.John se ofrece a llevarme, puesto que vamos para el mismo vecindario. Desde que encendió el auto me ha contado sobre su vida, que hace unos meses regresó a casa de sus difuntos padres, pero que tiene que estar viajando a la ciudad por causa de su trabajo todas las semanas. Mientras habla, me distraigo con su figura