Capítulo 8: La cita 1

—Hola, eres caperucita roja, ¿cierto?

—Sí. Tú eres quien me encontraría, ¿me equivoco?

—No... Eres muy linda, me gustas.

—Gracias... Tú también eres lindo.

—¿Quieres jugar?

—Sí, pero no podemos ahora porque tenemos que estar ocultos hasta que venga mamá. ¿La tuya vendrá por ti también?

—No... Mi mami se fue al cielo...

—Y, ¿volverá pronto?

—No...

—¿Por qué?

—Porque se convirtió en una estrella que brilla en el firmamento. Nunca la conocí…

—Lo siento mucho...

—Gracias... Pero ya no estaré solo; tú y yo estaremos juntos por siempre. Mi papá me dijo que tú y yo estamos destinados.

Despierto exaltada y con sudores fríos recorriéndome la piel. Desde que llegué de casa de mi madrina, he tenido un malestar insoportable. Con un quejido, me levanto de la cama sedienta, mareada y sin fuerzas; acto seguido, me conduzco fuera de la habitación para calmar mi agonía. Por inercia, contemplo el enorme reloj que decora la sala, el cual se me hace familiar y hasta fastidioso de ver, como s
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo