Caída la noche y aún no le daba la orden a Elioth para que se la llevara a una ciudad apartada, con algo de dinero podria recomenzar una nueva vidad o quizás llevarla nuevamente al convento, la habia escuchado expresar en varias ocasiones que eso era lo que más deseaba.Decidió ir hablar con ella, sentía que también debía saber el porqué de su decisión, la casa ya estaba a oscuras, todos dormían, menos ellos dos, su aroma y vínculo le permitía sentir su exaltado corazón desde algunos metros, aunque notaba su aroma más sensual, un aire afrodisíaco más potente de lo usual. Tal vez ideas de el, al ser el solsticio de primavera, ya mañana le esperaba un bosque más brillante y colorido. Su lobo Devil solía sentirse más relajado en esa época, incluso aplacar su irá momentánea Salió de su habitación, respiro profundo.Al abrir la puerta, la observo sentada en la cama, se cepillaba su larga cabellera una y otra vez, no parecía sentir asombro por su llegada. Incluso lo saludo con dulzura como
Ese día era su cumpleaños número 18, solo ella en ese lugar extraño lo sabía, de haber estado aún en el convento las monjas le hubieran horneado una tarta. Debía resignarse 'penso', esa etapa de su vida había quedado en el pasado.Aún tendida en la cama, con los rayos del sol penetrando por la ventana, reflexionaba, su cuerpo hoy lo sentía ligeramente extraño. Se paró, cuando tocó el piso, recordó al señor Andrake y sus maniobras extrañas la noche anterior, habían sido demasiado para ella. Trato de despejar su mente de esas imagenes pecaminosas y fue a tomar un baño, después de este se vistió, y considio a su salida de la habitación con un delicioso aroma a chocolates con un ligero toque a licor y algunas notas de café. Sabía de alcohol, gracias a la madre superiora, tenía muchas botellas elegantes de estas en su oficina.Respiro profundo tratando de dejarse guiar por esa hipnótica fragancia, parecía estar dispersa por todas partes, más no encontraba al portador. Se resigno y bajo a
Fueron dos cuerpos noctámbulos durante la primera madrugada de primavera, con la única diferencia que solo vagaron en el colchón y los variados rincones de la habitación, Andrake haciendo intensos clavados en su cuerpo.Angélica lo había hechizado, al despertar, la luz del día le molestó, despues la agradeció, ese cuerpo parecía brillar ante el resplandor que se colaba con atrevimiento por la línea del ventanal de madera, observo todo su cuerpo. La inigualable experiencia que habían compartido, en definitiva no podía renunciar a ella, tenía una idea en mente; tampoco podía darle la espalda a Sharon, las reglas de su manada eran sagradas, al ser la futura madre de su primogénito debía protegerla y convertirla en su luna, todos la aceptarían por ser loba, en cambio Angélica solo era un enigma, uno que empezaba adorar. Se levantó, debía recomponerse, le tocaba buscar a Sharon, en tanto debía comunicarse con su beta para que llevará Angélica al pueblo más cercano, aunque estaba atestado
El aroma a chocolates con un ligero toque a licor y algunas notas de café, estaba impregnado en su piel como una segunda capa, cuando abrió sus ojos no pudo evitar reírse al recordar su atrevimiento, no, aún no entendía cómo había sido capaz de entregárse con tanto abandono, más no se arrepentía, le fascinó esa sensación que acababa de experimentar, fue idílica. Rodo varias veces por la cama, el dolor que sentía entre sus piernas, las manchas de sangre no la espantaron, solo fueron las pruebas de que no había estado soñando "todo fue real". Se levantó, seguido fue a ducharse, después de terminar con su rutina de aseo y vestirse, decidió salir, cuando abrió la puerta se encontró sorpresivamente a doña Sofía parada frente a está con una bandeja de comida. —¡Hola primor!, te traje el desayuno.—Fue una hermosa sorpresa.—Gracias doña Sofía, no debió molestarse, ya pensaba bajar.—La señora era muy amable con ella, a veces sentía un poco de pena por sus atenciones, más siendo una simple r
—Su voz me resulta familiar.—Peco de malos modales, al no presentarse primero, la penetrante voz, la indujo a un ligero retroceso en el tiempo, pero aún sin coordenadas fijas.—Lo dudo jovencita, mí nombre es Bruna, un placer conocerte.—Le extendió la mano, le asustó ver sus uñas tan largas, disimulo su perturbación y recibió el saludo.—Angélica, disculpe por no haberla saludado antes, me correspondía como su invitada.El contacto no fue desagradable, sintió uno tibio regocijo. La mujer seguía mirándola con sobrada dulzura, como si fuera un tierno animalito exótico.—Hermana espero que cuides bien de ella, de antemano te pido tener buenas atenciones, mi jefe, el señor Andrake sabrá recompensar tu amabilidad.—A Bruna no le agrado esa sugerencia de doña Sofía, más cuando menciono el nombre de su amado.—Como lo desees hermanita.—Le hizo ademanes de dejadez molesta, con sus largas manos.—Tu bien portada, siempre vendré visitarte, no te preocupes es gruñona, pero al final es un pan dulc
Todo daba vueltas, leves punzadas de dolor en su pecho se repetían, flashback de imágenes que parecían vividas la atacaron.—¡No, basta!.—Coloco ambas manos en su cabeza. Para tratar de esquivar su tormento.—¿Princesa qué te pasa?.—Esa voz la empezó a calmar, a la vez por un sentimiento de familiaridad extraño. Trato de recuperar su compostura. Cuando volvió abrir sus ojos no solo Bruna la observaba, varias personas en el pueblo, sus caras parecían no tener ninguna idea agradable en mente, como si fueran bichos extraños y malditos se fueron a cercando.—Debemos irnos, hemos llamado mucho la atención, además no soy bien vista por estos lares.— Luego de la confesión de Bruma se irguió y la tomo de la mano. Por piedad del destino Bruna la sostenía cuando sintió algo tocar su espalda, dolió, tanto como la humillación que sentía, acrecentó su tristeza. La manzana rodó.Su cuerpo se volvió a resentir por más golpes, ¿dónde estaba la piedad?, una lágrima escapó de sus ojos, la tormenta en
Dos semanas sin ver Angélica parecían haber sido un total infierno, después de ir por Sharon y llevarla a su casa a vivir, como futura madre de su primogénito, tenía planeado escaparse para buscar su dulce monjita, la ausencia de su olor lo estaba desquiciando. Los planes no salieron como lo esperaban, su padre llegó de sorpresa, al igual que Shakman, Alpha de la manada "Luna dorada" hermano de Sharon, al parecer habían recibido un mensaje sobre el estado de embarazo de la loba. El rey Alpha Leus, llegó a sus dominio con una implacable petición, le sugirió desposar a Sharon en el próximo ritual de apareamiento y volverla la luna de su manada, no dudaba que ella hubiera mandado ese comunicado en complicidad con su hermano Shakman, sabían lo que significaba esa unión, el poder que tenia su padre en el mundo, el era su único heredero, de ella convertirse en su luna se volvería la reina luna. Debía reconocer que era una loba ambiciosa, con ese embarazo pensó haber sellado su triunfo.An
—Angélica, te necesito, ¡ven!.— Su imágen revoloteaba algo difuminada, incluso sintió un ligero toque de labios, los lamió, se frustro no percibir su sabor. Ajeno a la complacencia de su libido, solo ansiaba una cosa y no era la presencia de mujer que estaba a su lado.No era ella, abrió los ojos lentamente para optimizar, Sharon estaba frente a el con rostro de decepción. Tampoco debía hacerse la sufrida, conocía su estatus, nunca había sido una opción en su vida hasta quedar embarazada.—Es Sharon quien te cuida mi Alpha, la futura madre de tu hijo, la luna de esta manada.—Trago en seco ante esas palabras, odiaba su destino. Pero debía ver el lado amable, tendría pronto un hijo. Lo amaría independiente de quién sea la madre.—Necesito que me dejes a solas.—Su lobo estaba furioso en su interior, no entendía porqué le molestaba la presencia de Sharon, a diario debía luchar con ese demonio para que no se desatará y provocará una catástrofe.—¿Estas seguro?, puedo amanecer contigo, ya e