Dos semanas sin ver Angélica parecían haber sido un total infierno, después de ir por Sharon y llevarla a su casa a vivir, como futura madre de su primogénito, tenía planeado escaparse para buscar su dulce monjita, la ausencia de su olor lo estaba desquiciando. Los planes no salieron como lo esperaban, su padre llegó de sorpresa, al igual que Shakman, Alpha de la manada "Luna dorada" hermano de Sharon, al parecer habían recibido un mensaje sobre el estado de embarazo de la loba. El rey Alpha Leus, llegó a sus dominio con una implacable petición, le sugirió desposar a Sharon en el próximo ritual de apareamiento y volverla la luna de su manada, no dudaba que ella hubiera mandado ese comunicado en complicidad con su hermano Shakman, sabían lo que significaba esa unión, el poder que tenia su padre en el mundo, el era su único heredero, de ella convertirse en su luna se volvería la reina luna. Debía reconocer que era una loba ambiciosa, con ese embarazo pensó haber sellado su triunfo.An
—Angélica, te necesito, ¡ven!.— Su imágen revoloteaba algo difuminada, incluso sintió un ligero toque de labios, los lamió, se frustro no percibir su sabor. Ajeno a la complacencia de su libido, solo ansiaba una cosa y no era la presencia de mujer que estaba a su lado.No era ella, abrió los ojos lentamente para optimizar, Sharon estaba frente a el con rostro de decepción. Tampoco debía hacerse la sufrida, conocía su estatus, nunca había sido una opción en su vida hasta quedar embarazada.—Es Sharon quien te cuida mi Alpha, la futura madre de tu hijo, la luna de esta manada.—Trago en seco ante esas palabras, odiaba su destino. Pero debía ver el lado amable, tendría pronto un hijo. Lo amaría independiente de quién sea la madre.—Necesito que me dejes a solas.—Su lobo estaba furioso en su interior, no entendía porqué le molestaba la presencia de Sharon, a diario debía luchar con ese demonio para que no se desatará y provocará una catástrofe.—¿Estas seguro?, puedo amanecer contigo, ya e
Toda la penumbra cayó sobre ella, apagó las luces de la habitación, arrimó su silueta cerca de la ventana, en los bordes aun percibía los agradables rastros de su aroma a chocolate, una estela exquisita, igual que las sensaciones indescriptibles en su pecho, contempló la inmensidad del bosque, desde esa perspectiva, no lo notaba tan misterioso como su súbito amor por Andrake. Antes del solsticio de primavera despertó una luz en su corazón, después un rotundo amor y necesidad que no lograba comprender.Inhaló el aire puro, invertido a la luna en cuarto menguante, paso varias horas en esa especie de ritual, hasta sentir como el sueño se empezaba apoderar de ella. Cerro la ventana y se acostó, tratando de poner su mente en blanco, sin resultados, en cada rincón diurno estaba el.Despertó cansada, más que dormir, le pareció que tuvo una lucha interna, toda la noche tuvo pesadillas, donde era atrapada por ese diablo, ya había tenido dos encuentros con el, seguro el subconciente le estaba h
No deseaba huir pero tampoco estar cerca de el, al ver sus ojos, percibió algo diferente, sus piernas no parecían ser lo suficientemente largas para acrecentar más la distancia al correr, lo sentía muy cerca, su mejor opción sería esconderse entre algún arbusto. Giro hacia la derecha había malezas y pequeños árboles frondosos. Se sintió un poco más segura, no sentía que el la seguía. Miro a los lados, a la vez despejo el agua que nublaba sus ojos, se agachó. Respiro profundo, deseando que todo pasará, cuando el alivio dió una señal, una presión la atrapó, unos fuertes brazos que la hacían sentir débil ante el contacto.—¡Te atrapé, eres mía pequeña bruja!.—Ya no lo soy, te ordeno que me liberes Andrake. ¡No vuelvas a llamarme así!.— Su petición no funcionó, la aprenso más, se sacudió fuerte, uso todas sus fuerzas para liberarse.—Eres fuerte, pero adivina, no más que yo Angélica...ahora te soltaré y cooperarás, solo necesito un poco de placer y podre estar bien.—Esta bien señor, ser
Sharon Se veía en el espejo mientras tocaba su vientre, no se dañaría su figura, pero valdría la pena conservarlo hasta ser proclamada como luna de la manada 'Glorious fire', más que un posible cachorro resultó ser la llave maestra para poder tener a Andrake para ella sola.Cuando llegó a esa manada, en un primer momento pensó que sería fácil convertirse en su luna, conocía los rumores de que este no tendría una por designios de la diosa luna, algo aún peor, que la había matado con sus propias garras cuando apenas era un cachorro.Pero los rumores y especulaciones no le importaban, solo deseaba ser la luna reina, cabía la posibilidad de que el rey Alpha Leus se retiré pronto y Andrake comience su reinado, lejos de ese mugroso bosque. Tendría el mundo a sus pies, era una loba sofisticada, aclimatada a las grandes urbes de Francia y Manhatan...el estiércol solo le convenía cuando deseaba pasear a su loba Trini, le resultaba relajante. Había que observar su figura, nada que ver con las
Fue asombroso desbloquear esa fantasía, trataría de hacer el amor en medio de la lluvia más a menudo, claro, con su deliciosa monjita. La beso, después de derramarse otra vez en su interior. No le importo que Sharon estuviera cerca, espiado, siendo testigo circunstancial de como se follaba con amor a su otra mitad 'aunque ella ignoraba esa parte'. Apenas sintió su olor característico de loba, que no lograba capturarlo para su total agrado, tampoco percibió el momento justo de su partida, estaba flotando en otro universo paralelo. La ignoro y se enfoco en Angélica, ese instante era bueno vivirlo a plenitud.Ella fue quien tomó la iniciativa de que debían marcharse, le preocupaban mucho los demás, había cesado de llover, decidieron vestirse, mirandose aún con lujuria, le había resultado una amante apasionada su linda brujita. Nunca imagino que el destino fuera tan caprichoso, años odiando esas entidades detestable y resultaba que su mate, el ser al otro lado del hilo rojo de su destin
Secaba su largo cabello pegada a la ventana, la lluvia volvió arremeter, ahora con más fuerza, acompañada de un viento recio, truenos y relámpagos, esto no la asustaba, todo lo contrario, era un leve shock para su mente, sus niveles sensoriales estaban desbordados, los sonidos, las luces, incluso el rayo que cayó en sus cercanías logrando incendiar un árbol, lo sintió venir. A pesar de la lejanía percibía el olor a quemado, como si se encontrará dentro de todo ese humo vaporoso.—¡Toc, toc!. ¡Toc, toc!.—El toque de la puerta la saco del encantamiento. —Puede pasar.—Seguro Bruna estaba algo molesta por su escapada, unas horas atrás, noto cierta incomodidad en sus gestos al verla llegar con Andrake, no quiso preguntar, bastante está hacia con tenerla en su casa.La puerta se abrió, la señora no tardo en aparecer, con una taza en las manos.—He venido a traerte este té, debes prevenir un resfriado princesa.—Observo la hermosa taza color marfil con gratitud.—Gracias Bruna, no debiste mo
¡Toc-toc, toc-toc!.El toque de la puerta sacudió su momento más pleno de descanso, en horas de la madrugada. Tan extasiado que estaba el y su lobo para que los interrumpieran de forma tan abrupta. Al despertarse, sintió la conexión de beta.—¡Alpha, responda...ha pasado una desgracia!.—¿Dime Elioth?, espero que no estés exagerado.—Habrá la puerta.—Ok.Cortaron conexión, dió un salto de la cama y fue directo a la puerta, al abrirla noto el semblante sudoroso de su beta. Debía estar en lo cierto. Apenas pronunció palabras, se dispuso a vestirse, mientras el aguardaba en el umbral de puerta, a la espera.—Me imagino que debe haber algún muerto, ya todo el ambiente empieza a apestar. —Es bueno que lo vea por sus propios ojos. No es solo el hecho, también la simbología del desastre que se nos avecina.—Su beta solía ser en ocasiones algo exagerado, más está vez sentía que podía estar describiendo con limitación la realidad del suceso.Se terminó de poner sus botas estilo militar. Estáb