No deseaba huir pero tampoco estar cerca de el, al ver sus ojos, percibió algo diferente, sus piernas no parecían ser lo suficientemente largas para acrecentar más la distancia al correr, lo sentía muy cerca, su mejor opción sería esconderse entre algún arbusto. Giro hacia la derecha había malezas y pequeños árboles frondosos. Se sintió un poco más segura, no sentía que el la seguía. Miro a los lados, a la vez despejo el agua que nublaba sus ojos, se agachó. Respiro profundo, deseando que todo pasará, cuando el alivio dió una señal, una presión la atrapó, unos fuertes brazos que la hacían sentir débil ante el contacto.—¡Te atrapé, eres mía pequeña bruja!.—Ya no lo soy, te ordeno que me liberes Andrake. ¡No vuelvas a llamarme así!.— Su petición no funcionó, la aprenso más, se sacudió fuerte, uso todas sus fuerzas para liberarse.—Eres fuerte, pero adivina, no más que yo Angélica...ahora te soltaré y cooperarás, solo necesito un poco de placer y podre estar bien.—Esta bien señor, ser
Sharon Se veía en el espejo mientras tocaba su vientre, no se dañaría su figura, pero valdría la pena conservarlo hasta ser proclamada como luna de la manada 'Glorious fire', más que un posible cachorro resultó ser la llave maestra para poder tener a Andrake para ella sola.Cuando llegó a esa manada, en un primer momento pensó que sería fácil convertirse en su luna, conocía los rumores de que este no tendría una por designios de la diosa luna, algo aún peor, que la había matado con sus propias garras cuando apenas era un cachorro.Pero los rumores y especulaciones no le importaban, solo deseaba ser la luna reina, cabía la posibilidad de que el rey Alpha Leus se retiré pronto y Andrake comience su reinado, lejos de ese mugroso bosque. Tendría el mundo a sus pies, era una loba sofisticada, aclimatada a las grandes urbes de Francia y Manhatan...el estiércol solo le convenía cuando deseaba pasear a su loba Trini, le resultaba relajante. Había que observar su figura, nada que ver con las
Fue asombroso desbloquear esa fantasía, trataría de hacer el amor en medio de la lluvia más a menudo, claro, con su deliciosa monjita. La beso, después de derramarse otra vez en su interior. No le importo que Sharon estuviera cerca, espiado, siendo testigo circunstancial de como se follaba con amor a su otra mitad 'aunque ella ignoraba esa parte'. Apenas sintió su olor característico de loba, que no lograba capturarlo para su total agrado, tampoco percibió el momento justo de su partida, estaba flotando en otro universo paralelo. La ignoro y se enfoco en Angélica, ese instante era bueno vivirlo a plenitud.Ella fue quien tomó la iniciativa de que debían marcharse, le preocupaban mucho los demás, había cesado de llover, decidieron vestirse, mirandose aún con lujuria, le había resultado una amante apasionada su linda brujita. Nunca imagino que el destino fuera tan caprichoso, años odiando esas entidades detestable y resultaba que su mate, el ser al otro lado del hilo rojo de su destin
Secaba su largo cabello pegada a la ventana, la lluvia volvió arremeter, ahora con más fuerza, acompañada de un viento recio, truenos y relámpagos, esto no la asustaba, todo lo contrario, era un leve shock para su mente, sus niveles sensoriales estaban desbordados, los sonidos, las luces, incluso el rayo que cayó en sus cercanías logrando incendiar un árbol, lo sintió venir. A pesar de la lejanía percibía el olor a quemado, como si se encontrará dentro de todo ese humo vaporoso.—¡Toc, toc!. ¡Toc, toc!.—El toque de la puerta la saco del encantamiento. —Puede pasar.—Seguro Bruna estaba algo molesta por su escapada, unas horas atrás, noto cierta incomodidad en sus gestos al verla llegar con Andrake, no quiso preguntar, bastante está hacia con tenerla en su casa.La puerta se abrió, la señora no tardo en aparecer, con una taza en las manos.—He venido a traerte este té, debes prevenir un resfriado princesa.—Observo la hermosa taza color marfil con gratitud.—Gracias Bruna, no debiste mo
¡Toc-toc, toc-toc!.El toque de la puerta sacudió su momento más pleno de descanso, en horas de la madrugada. Tan extasiado que estaba el y su lobo para que los interrumpieran de forma tan abrupta. Al despertarse, sintió la conexión de beta.—¡Alpha, responda...ha pasado una desgracia!.—¿Dime Elioth?, espero que no estés exagerado.—Habrá la puerta.—Ok.Cortaron conexión, dió un salto de la cama y fue directo a la puerta, al abrirla noto el semblante sudoroso de su beta. Debía estar en lo cierto. Apenas pronunció palabras, se dispuso a vestirse, mientras el aguardaba en el umbral de puerta, a la espera.—Me imagino que debe haber algún muerto, ya todo el ambiente empieza a apestar. —Es bueno que lo vea por sus propios ojos. No es solo el hecho, también la simbología del desastre que se nos avecina.—Su beta solía ser en ocasiones algo exagerado, más está vez sentía que podía estar describiendo con limitación la realidad del suceso.Se terminó de poner sus botas estilo militar. Estáb
Algunas vendas cubrían las heridas de su espalda, esa mañana, después del habitual café con Bruna y sus amigas, está tomo un tiempo para cambiarle el vendaje. Había desbloqueado un extraño presentimiento, algo pasaba con ella, al divisar la silueta de su espalda desnuda en el espejo casi queda shock.No tenía marcas.—¿Cómo puede ser esto posible, señora Bruna?, sentí sus garras afiladas rozar mis costillas, la sangre brotar de mí piel. —Es maravilloso Angélica, por ahora, consideralo un milagro.—Eso le era imposible. Tampoco podía olvidar a ese hombre de cabellera roja, al principio le pareció un espectro vulgar, después cuando sus ojos lograron aclimatarse a su presencia todo su interior reaccionó de una manera vibrante. No podía negar que su extrañeza seductora la habia dejado perturbada en todos los sentidos.—Es imposible, algo más ocurre conmigo, todo parece un caos, lo de anoche aún lo tengo vivido en mi mente, no pude dejar de repetirlo en el mundo onírico mientras dormía.
—No debiste dejarla ir ilesa, princesa. Es bastante petulante esa rubia.—Escuchó la voz de Bruna a su espalda, en parte tenía razón, debió larzale algunas piedras al vehículo, para que no le volviera a nacer el interés de regresar.—No importa, para la próxima prometo darle un susto, creo que no se cansará de molestar por ahora.—Igual, cuídate de ella, se nota que es mala, mentirosa y como bien dijiste, huele a sangre. — Ella también lo sintió, pero le causó mayor impacto que Bruna lo corroborará.—Lo dije más por impulso, no se, me llegó a la mente ese pensamiento.—Mas bien una vocecita gritarlo en su interior.—Es normal, pronto entenderás tu poder y aprenderás a usarlo.—¿Cuál es el tuyo Bruna?.—Estaba a la expectativa, ese mundo esoterico era raro para ella, pero al final debía aceptar su identidad. Cada día tenía más clara la convicción de que lo sobrenatural la llamaba e indecisamente la hacía parte de ese mundo.—La sabiduría.—Fue una respuesta aérea.—Eso no es un poder exclu
Lo más extraño de hacer el amor, fue no recordar a plenitud los más significativos detalles, apenas la serpiente del señor Andrake atravesó su cueva carnal, todo se hizo luz, paso a ser un tiempo borrado en su memoria, hasta volver a sentir después, como este la penetraba con rudeza, causándole un leve dolor entre sus pliegues. Al menos los besos dulces clamaron el ardor. —¿Te gusto mí brujita?.—No, debería ser su respuesta, no sabía como calificar la experiencia que ahora solo le causaba dolor entre sus piernas.—Dime la verdad mí amor. Te noto triste, como si aún no estuvieras conmigo por completo.—Siento que en alguna parte de esta experiencia, me perdí, estoy en blanco señor Andrake.— Comenzó a llorar, el seguro pensaría que ella estaba loca."No seas egoísta"Una voz le resonó, miro a los lados.—¿Escuchó eso señor Andrake?.—Trató de disimular su desparpajo mental, de lo contrario el pensaría que estaba desquiciada y huiría de ella. —No mi brujita, solo son reflejos del eco del